lunes, 24 de diciembre de 2012

Un mar de sangre y dolor

Aserto, 26 de septiembre de 2012 LUIS JAVIER VALERO FLORES Las estadísticas sobre criminalidad, en especial la de los homicidios cometidos, dadas a conocer por el INEGI, no sólo echaron abajo las que infinidad de medios y agencias habían manejado hasta entonces como ocurridas en todo el país, sino que las evidenció sensiblemente menores. La sorpresa fue mayúscula: Entre 2007 y 2011 se han cometido 95 mil 632 asesinatos. Y en Chihuahua se cometieron, en 2011, 4 mil 014 homicidios, según las cifras proporcionadas por el Inegi, cuyo valor consiste en que se basan en las otorgadas por las autoridades de cada estado y de las inscripciones de defunciones ante las oficinas del Registro Civil de cada entidad. Tal información, la particular de Chihuahua, develada exactamente cuando el gobernador de Chihuahua, César Duarte, daba la bienvenida a sus compañeros de partido, electos senadores para el próximo período legislativo, y recibía múltiples felicitaciones por la disminución de las cifras delictivas, lo turbó a tal modo que desestimó las cifras del organismo cumbre de las estadísticas en México, sin detenerse a ver que una vez analizadas, fríamente, le daban la razón: Existe una disminución de aproximadamente el 30% en los índices de homicidios cometidos entre 2010 y 2011 y una disminución poco mayor entre aquel año y 2012, pero que de ninguna manera puede llevar al arrebato optimista pues a pesar de la disminución la cifra de personas victimadas rebasa los 4 mil, representan el 16.7% de las asesinadas en todo el país, y eso es mucho sufrimiento, son muchos huérfanos, muchas viudas y madres presas del dolor y, sobre todo, significa que el salvajismo sigue presente entre nosotros en niveles que los habitantes de los países desarrollados ni siquiera alcanzan a comprender. No hay por qué echar las campanas al vuelo, en tanto que en 2010 la tasa en el estado fue de 188 ejecuciones por cada 100 mil habitantes, que nos convirtió en la entidad con la más alta en el mundo, para el 2011 bajó a 131 por cada 100 mil habitantes. Con otra manera de presentar tales estadísticas, el INEGI le aguó la fiesta senatorial al gobernador chihuahuense al informar que el índice de asesinatos en el Estado Grande había aumentado en un 595%, de inicios del sexenio de Felipe Calderón, a la fecha, al pasar de 648 homicidios en 2006, a los más de 4 mil en 2011, lo que significó una disminución de alrededor del 30%, respecto del año anterior, el más violento en la historia de la entidad. (Nota de Martha Elba Figueroa, El Diario, 21/VIII/12). La reacción del gobernador fue furibunda: “lo que se ha publicado está lejos de la verdad de lo que pasa en Chihuahua”. (Nota de Juan José García Amaro, Milenio, 22/VIII/12). Enojado, citó a Nueva Orleans, que “tiene 50 homicidios por cada 100 mil habitantes y vive del turismo y jamás se ha visto una nota de que es la ciudad más violenta de Estados Unidos. Tiene el doble de asesinatos que Ciudad Juárez para que me lo entiendan”, afirmó el mandatario. Pero resulta que hasta el 20 de agosto de este año, según cifras de la Fiscalía Zona Norte, han ocurrido 615 asesinatos en esa parte de Chihuahua, con un promedio de 2.67 homicidios diarios, que llevados al año, nos dice que podemos terminar 2012 con un total de 975 ejecuciones, con una tasa, entonces, de 46.47 asesinatos por cada 100 mil habitantes, muy similar a la citada por el mandatario. Y las cifras estatales de este año tampoco le ayudan al gobernante. “Conforme a los datos estatales... de enero a julio de este año van mil 757 muertos”. (Nota de Angélica Mercado, Milenio, 21/VIII/12). De mantenerse esa tendencia, terminaríamos el año con aproximadamente 3 mil 53 homicidios, un promedio de 8.36 diarios y una tasa de 92.54 por cada 100 mil habitantes, notoriamente inferior a las anteriores, pero aún por los cielos (o más bien, por los infiernos), que poco o nada le dicen a los deudos, pero que tengamos 38 muertos menos por cada 100 mil habitantes, es un mar de diferencia. Tales ejercicios aritméticos sirven para que ubiquemos bien el problema. Ni por mucho la entidad ha superado el problema de la violencia; no tenemos mucho que aportar al resto del país cuando las cifras mencionadas, para este año, serán infinitamente superiores a las de la entidad que se ubica en el segundo lugar, ya sea por el número de ejecuciones, o por la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes. Entrevistado en el marco de esa reunión, Duarte aseguró que el índice de asesinatos registrados en el estado "es mucho menor que en el 2010, por mucho". Sin ofrecer las cifras exactas, como debiera esperarse del mandatario de la entidad con este tipo de liderazgo, informó que “de acuerdo con información proporcionada por la Fiscalía General de Chihuahua, en los primeros meses de 2012 las cifras de interrupciones de la vida cometidas de manera dolosa descendieron en 37 por ciento en relación a 2011 y en 47 por ciento respecto a 2010” y que los homicidios dolosos disminuyeron en 70% “en los dos últimos dos años”. ¿Pero que cambió en el estado? Se dice que la criminalidad disminuyó en Chihuahua, gracias a que ya ejerce hegemonía el Cártel de Sinaloa. Es decir, estamos igual que al principio, solo que cambió de manos la franquicia, otra vez, un grupo criminal se ha asentado en la entidad. A su vez, semanas atrás, el Fiscal General del estado, Carlos Manuel Salas, había declarado que los homicidios con arma de fuego habían disminuido en “más del 75%”, luego de comparar los dos meses más violentos en la historia del estado -octubre y agosto del 2010- con el mes de julio de 2012, como si así se hiciesen los comparativos y no, como es de esperarse de autoridades serias, que ofrecen análisis y estadísticas anuales, de tal modo que ayuden a la reflexión de la sociedad (Nota de Carlos Coria Rivas, Excélsior, 1/VIII/12). En la entrevista afirmó que "en octubre y agosto del 2010 hubo 628 y 625 homicidios, el día de hoy son 500 homicidios menos, son 165, eso habla de una baja extraordinaria, de más del 75% comparado con los meses más violentos que ha habido en el estado de Chihuahua". (Ibídem). Sin embargo, una investigación periodística, efectuada prácticamente en todo el país pues sólo las procuradurías de cuatro entidades se negaron a proporcionar información, arrojó, poco antes de que conociéramos los datos del INEGI, que en el actual sexenio han ocurrido 83 mil 541 asesinatos, que la mayoría de las víctimas tenían entre 21 y 30 años y que las mujeres fueron el 8.4% de las víctimas (Reportaje de Luz del Carmen Sosa, El Diario, 5/VIII/12) tales “datos oficiales fueron aportados por las agencias del Ministerio Público de 28 estados del país a través del Sistema de Transparencia”. Así, en Chihuahua se habían cometido 16 mil 592 asesinatos, seguido por el Estado de México (8 mil 602), Sinaloa (7 mil 443), Guerrero (7 mil 257), y Michoacán con 5 mil 045. De ese total, mil 304 fueron mujeres, lo que coloca a nuestro estado, otra vez, en el primer lugar de este siniestro rubro. (Ibídem). Estas fueron las cifras de Chihuahua en el sexenio de Calderón, Reyes Baeza y César Duarte: 2006, 52; 2007, 675 (Tasa de 22.5 por cada 100 mil habitantes); 2008, 2 mil 321 (74.87); 2009, 4 mil 134 (133.35); 2010, 5 mil 394 (188) y 2011 4 mil 014 asesinatos (130). Tales cifras esconden, a su vez, el infanticidio: 120 de las víctimas tenían de cero a 10 años y 2 mil 105 contaban entre 11 a 20 años de edad. Más aún, en la presentación de las cifras de la delincuencia en la entidad, el Observatorio Ciudadano (organismo ciudadano lidereado por la Confederación Patronal Mexicana -Coparmex-) informó que el número de robo de vehículos, de enero a julio, fue de 8,784, con un promedio diario de casi 42 automóviles robados en el estado, lo que significa que, en este delito, estamos muy lejos de la “normalidad”. Pero en el informe de esta organización apareció un hecho extraordinariamente preocupante, que evidencia una gran cantidad de rezagos en materia de procuración de justicia y de la profunda desconfianza de la ciudadanía en las instituciones de ella. Según las cifras proporcionadas por el Observatorio Ciudadano, el 71.54% de los robos a casa habitación denunciados a la policía municipal en la ciudad de Chihuahua no trascienden a la Fiscalía, es decir, los afectados no acuden a denunciar penalmente el hecho, por lo que no se realiza investigación alguna. Del mismo modo, el 86.23% de las denuncias ante la Dirección de Seguridad Pública Municipal por robo a comercio, tampoco son ratificadas ante la Fiscalía. La explicación es sencilla, la mayoría de los afectados arguyen que es inútil efectuar la denuncia pues la autoridad encargada de la procuración de justicia no tiene capacidad para investigar el cúmulo de delitos denunciados. O no hay la voluntad para hacerlo. De tal manera que lo conducente será atemperar los ánimos, exigir más eficiencia de la autoridad, que ésta actúe con más realismo, sin ese falso optimismo, que además le servirá, porque a los chihuahuenses ya poco les pueden cambiar la percepción las declaraciones triunfalistas de los gobernantes; estamos en medio, y no es una frase, de un mar de sangre, dolor, sufrimiento, impotencia, corruptelas, ineficacias y rencores.

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