domingo, 28 de febrero de 2010

Precampañas inéditas

El Diario, 28 de febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
A pesar de lo que se diga, Chihuahua es una entidad bipartidista y en esta ocasión no cambiará, de ahí que lo hecho por priistas y panistas acapare la mayor de las atenciones. Ambos partidos culminan sus precampañas en momentos y condiciones distintas, diríase que hasta antagónicas.
En tanto el PRI, rejuvenecido su método tradicional para designar a sus candidatos, el “dedazo”, ahora múltiple, paseó literalmente a su virtual candidato –César Duarte- y se regodeó en un ambiente festivo casi hasta el hartazgo y mostrando (salvo que algunos de los aspirantes a las alcaldías de Juárez y Chihuahua se inconformaran) una inusitada unidad, presumiendo, como si ese fuera un mérito, que la “operación política” para encontrar a su candidato a la gubernatura, había sido un éxito.
¡Increíble, nunca creímos llegar a los tiempos en que se elogiara tan abiertamente la designación cupular de los candidatos!
Pero salvado tan “estorboso” inconveniente, lo cierto es que una extensa mayoría del PRI ha mostrado su anuencia al proceso y el día de hoy Duarte será aclamado por miles como su candidato, con un fervor, quizá mayor al mostrado por los seguidores de Reyes Baeza seis años atrás, pero que mostrará cuán rezagado se encuentra ese partido de la tan necesaria cultura democrática para acudir a procesos electorales internos y salir de ellos sin raspaduras.
El problema es que no es el único partido en tales condiciones. A pesar de todo, la percepción generalizada es que el PRI chihuahuense se encuentra en uno de sus mejores momentos, no tanto por su fortaleza interna sino por la creciente debilidad de su principal, y quizá único adversario, el PAN, quien atraviesa precisamente por la situación contraria.
Si debiera ubicarse uno de los principales rasgos de las actuales precampañas, éste sería el de la conflictiva elección blanquiazul, ahora agravada por el hallazgo, por los regidores priistas, de material electoral a favor de Carlos Borruel en las oficinas del Instituto Municipal de Planeación de Chihuahua, en el que las acusaciones de los priistas se enderezan en contra de la subdirectora, María Guadalupe Avitia, coincidentemente también mencionada en la denuncia presentada por Pablo Cuarón ante el órgano interno electoral del PAN, en contra de funcionarios municipales de las administraciones dirigidas por panistas en Chihuahua, Jiménez, Nuevo Casas Grandes, Parral y Satevó.
No es el único hecho, presuntamente ilícito, cometido por el equipo de Borruel; a los dos mencionados se le suma el no suficientemente aclarado incidente de sus escoltas, que ahora sabemos, gracias a las declaraciones del jefe de la policía municipal capitalino, que el erario municipal les pagó por lo menos la mitad de sus percepciones en la función de cuidar a Borruel, todo ello de manera ilegal.
Y ya encarrerados, Pablo Cuarón presentó otra demanda contra su adversario, basado en la sanción aplicada por el IEE, en contra de Borruel, por la comisión de actos anticipados de campaña ¡Uff!
Con tales antecedentes, se esperaba que el foro realizado por los precandidatos panistas el martes anterior se convirtiera en un verdadero zipizape. Salvo algunas frases aisladas, fue la repetición cansina de frases, lugares comunes, viejísimas y muy generales propuestas. Carlos Borruel hizo una propuesta estremecedora. Dijo que de llegar al gobierno realizaría una contrarreforma penal. Sí, lo leyó bien, una contrarreforma. Quizá no entendamos lo mismo, pero hacer una contrarreforma significa derogar la reforma y regresar a la situación anterior. De entender lo mismo, Borruel estaría proponiendo que regresáramos al viejo sistema penal anterior ¡Ni de locos!
Por si le faltara algo al PAN, por puritita coincidencia, el PRI anunció el mismo día del foro de los panistas, la renuncia de Marco Adán Quezada a la dirigencia estatal –y seguramente encaminarse a la candidatura a la alcaldía capitalina- y con ello le quitaron los reflectores al evento blanquiazul.
De este modo, el escenario del día de hoy no se presenta halagüeño para los panistas, puede, incluso, agravarse si se presentaran –como muchos pensamos puede suceder- anomalías graves en la elección interna.
Los priistas, sobre todo los dirigentes nacionales y los gobernantes estatales emanados del PRI, asistentes a la toma de protesta de Duarte, pueden tener un muy agradable día que probablemente no se repita mucho en el resto del año en las otras entidades que realizarán elecciones.
El mítico escenario esperado por el PRI en las elecciones locales del 2010 se le ha difuminado y le han aparecido nubarrones en varias de ellas, en las que corre el riesgo de sufrir, por lo menos, elecciones altamente competidas, gracias, sobre todo, a la alianza de panistas y perredistas han pactado en Oaxaca, Durango, Hidalgo y previsiblemente Sinaloa, en las que, salvo Oaxaca, llevarán como candidatos a personajes emanados del PRI y que les pueden causar verdaderos dolores de cabeza, especialmente en la cuna de Benito Juárez y nuestra vecina Sinaloa (En Durango habremos de esperar la concreción de las alianzas, especialmente la postura del PT de sumarse o no a PAN-PRD) y aún resta ver el costo del cambalache del aumento al IVA para impedir la concreción de alianzas en las elecciones estatales. Es muy pronto para apreciar el enojo ciudadano a tan vergonzosa negociación, que le puede costar a Fernando Gómez Mont la Secretaría de Gobernación y que evidenció el espíritu verdaderamente mercantilista de las cúpulas priistas y panistas.
De ese modo, Chihuahua se vislumbra para el priismo como la del escenario ideal, con el agravante, para el PAN, que en esta entidad era su granero de votos. Ahora no se percibe así y no sería aventurado pronosticar un muy mal resultado para el panismo en las elecciones de julio próximo.
Queda en el aire el comportamiento de los electores de Juárez, en la que sería muy aventurado lanzar algún pronóstico pues los acontecimientos de las últimas semanas influirán grandemente en el ánimo de los electores, de los que acudan a votar, porque sin duda alguna el abstencionismo será el fenómeno estelar de las elecciones en el antiguo Paso del Norte, pues el hartazgo popular ha crecido enormidades y el rechazo a todos los partidos y candidatos crece sin parar.
Los sucesos de Juárez mostraron que el factor nacional puede ser uno de los rasgos más importantes de los procesos electorales del presente año. Dos eventos, coincidentemente generados por el equipo de Felipe Calderón, pueden ilustrar la forma en que los gobernantes federales pretenden influir en las elecciones estatales, seguramente con el ánimo de colaborar en el triunfo de sus compañeros en la búsqueda de posiciones locales, pero con toda seguridad pensando en la próxima elección presidencial.
El primero de ellos es el ya relatado en esta columna, cuando Calderón y su equipo pretendieron resolver la forma en que se atacaría la problemática juarense, a partir de la masacre de Villas de Salvárcar, sin la injerencia de los gobiernos municipal y estatal, lo que motivó la airada respuesta del Gobernador Reyes Baeza y su inesperada propuesta de trasladar los poderes locales a Juárez.
La acusación implícita en las quejas de Reyes Baeza, era la de que se pretendía ejercer recursos federales extraordinarios con objetivos electorales.
El otro evento es el de Yucatán, que celebrará elecciones de mitad de sexenio en mayo. El equipo de Calderón, en contubernio con el alcalde de Mérida, también de origen panista, pretendió celebrar sendos actos en la capital yucateca, sin la participación, en la preparación, de la mandataria Ivonne Ortega.
Más aún, sabedores de que la gobernadora de origen priista estaría presente en uno de los actos, habían preparado una gran rechifla para ella pues los invitados al acto lo habían sido por las estructuras de gobierno controladas por los panistas. En el colmo, habían dotado de más de tres mil personas con camisetas con una leyenda: “Yo le chiflo a Ivonne”.
La firmeza de la gobernadora obligó a Calderón a comprometerse personalmente a detener tal agresión, de ahí la frase –díganme si se comprometen, si no para irme-.
Si tal es la actitud de Calderón, podremos augurar que el verano político será extremadamente caliente, para nuestra desgracia, pues si la presidencia de la República, igual que en tiempos de Fox, pretende influir ilegalmente en los comicios, otra vez, el país caerá en la polarización política.
Y todo por la lucha por alcanzar o mantener el poder…
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jueves, 25 de febrero de 2010

¿Quién los entiende?

El Diario, 25 de febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
Todos los días, por desgracia, las informaciones nos confirman la enorme incapacidad de las autoridades mexicanas encargadas del combate al narcotráfico, o de la esquizofrenia del gobierno federal.
Más aún, un reporte de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), dependiente de la ONU, dado a conocer ayer, le enmendó la plana a Felipe Calderón y su tesis acerca de la dinámica de las organizaciones mexicanas dedicadas al tráfico de estupefacientes.
Calderón dijo, con la opinión pública nacional atenta a lo que sucedía en Juárez, con motivo de los asesinatos en Villas de Salvárcar, que la guerra de los cárteles tenía como principal explicación la lucha por el territorio entre ellos pues, ¡así lo dijo! Ahora habíamos elevado nuestro ingreso per cápita y, por tanto, nos habíamos convertido en mercados apetecibles para los dedicados al narcomenudeo.
Nadie puede ignorar el crecimiento de tal actividad pero tal argumentación no explica la severidad del problema. La JIFE informó que “los grupos delictivos organizados (mexicanas) han ampliado el control que ejercen sobre las operaciones de tráfico de drogas en todo el continente. Los cárteles mexicanos han llegado a controlar toda la cadena de abastecimiento de drogas ilícitas, desde su envío desde América del Sur hasta su distribución en los Estados Unidos”.
Más aún, el reporte establece que algunas pandillas violentas vinculadas a “los cárteles asiáticos y mexicanos controlan gran parte de la distribución de drogas ilícitas en el mercado callejero de los Estados Unidos”, lo que viene a confirmar un informe de la DEA, de poco más de medio año atrás, en el que dio a conocer el mapa delictivo de las principales ciudades norteamericanas y qué grupos se disputaban el control en cada una de ellas.
Tales hechos explican la fortaleza financiera de los grupos criminales que les permite la contratación de los ejércitos de sicarios en todo el país, amén de la infinidad de operaciones, de todo tipo, necesarias para cimentar y acrecentar su control en vastas zonas del país y en innumerables aspectos de la vida financiera y económica de México.
Ante tan descomunal problema, con vinculaciones a las principales organizaciones criminales europeas, lo natural, lo lógico, lo obvio, sería la existencia de canales de comunicación efectivos entre las agrupaciones policiacas México-norteamericanas (y por supuesto, internacionales); la coordinación de acciones, el establecimiento de centros de inteligencia, ya no comunes, sino que compartieran sus informaciones.
Pero resulta que ante la información publicada ayer por el influyente periódico conservador (muy ligado al Partido Republicano), en el sentido que Estados Unidos planeaba la integración de un centro de mando en Juárez, para compartir información y que oficiales estadunidenses trabajarían con los agentes mexicanos capacitados por el FBI y la DEA en el marco del Plan Mérida, la reacción de los gobernantes federales es verdaderamente increíble. El embajador mexicano en EU, Arturo Sarukhan, rechazó tal coordinación porque México el hecho de que agentes estadunidenses operen en el territorio, “sería violatorio de la ley; imposible que ocurra eso”.
¡¿Qué??!
¡Increíble! ¿Tal reacción se deberá a que este año hay elecciones en 12 entidades y ahora los panistas quieren aparecer como muy “patriotas” oponiéndose a la “intervención del imperialismo norteamericano” en nuestra patria?
Pero si de la misma información se desprende que, conforme a lo acordado en la Iniciativa Mérida, el gobierno mexicano se comprometió a enviar a capacitación a agentes mexicanos, tanto al FBI como a la DEA y ahora resulta que se oponen al trabajo conjunto con aquellas agencias, ahora dispuestas a compartir su información sobre la realidad criminal de México, y se desgarran las vestiduras.
¿A quién pretenden engañar? ¿Acaso piensan que los mexicanos no sabemos que los principales golpes en contra del narcotráfico se realizaron gracias a las informaciones que la DEA les ha proporcionado, entre ellos el último, la ejecución extrajudicial de Arturo Beltrán Leyva y que en muchos de los casos, los hallazgos de las narcofosas en Juárez se debieron a las mismas razones?
¿Para qué se hacen?
Tal conducta sólo concita sospechas y desesperanzas y así, la pregunta que muchos chihuahuenses nos hacemos -¿hasta cuándo se acabará esto?-, no parece tener respuesta.
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martes, 23 de febrero de 2010

El fracaso del operativo continuará

El Diario, 23 de febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
Con dolor, deberemos dar cuenta del fallecimiento del Profr. José Luis Aguayo, referente de la lucha social –campesina- y política de la entidad durante varias décadas, desde la militancia en el Partido Comunista Mexicano, en el Partido Socialista Unificado de México, en el Partido Mexicano Socialista y finalmente en el PRD. Incansable, en la última parte de su vida se dedicó, con el mismo o mayor entusiasmo, a recrear aspectos de la vida de los pueblos de Chihuahua, a recrearse en la literatura, a rescatar el normalismo y a escribir casi sin respiro. En esas andaba, después de una gira a Baja California, en la que se dio vuelo presentando su libro Vida y obra de Fernando Jordán, pero el vuelo –así lo diría él- ya no dio pa’ más. Se nos adelantó y aquí seguiremos recordándolo con cariño.
Del mismo modo, vaya un fuerte abrazo a Jaime Ríosvelasco, en el doloroso trance de haber perdido a su hijo del mismo nombre. Que el cariño y confort de amigos y familiares le alcance para mitigar en algo tanto dolor.

Pasada la catarsis de las visitas de Felipe Calderón a Juárez, vuelta a la “normalidad” no sólo la frontera sino el estado todo con la aparición de los ejecutados del día a día, en cifras y formas de espanto, dos hechos retratan fielmente el porqué del tremendo fracaso de la Operación Coordinada Chihuahua (OCCh) y de la insuficiencia de la respuesta institucional –Felipe Calderón incluido- a los reclamos de los juarenses, que podemos extender al total de la sociedad chihuahuense.
En la madrugada del sábado anterior, dos hombres fueron detenidos en Juárez. Fueron acusados por el operativo policiaco de intentar ejecutar a una mujer. Ya detenidos, se les vinculó con el cártel “La Línea” y de la comisión de “14 asesinatos”, entre ellos “el multihomicidio en el bar ‘Amadeus’ y el crimen de un agente de Tránsito”, según informó El Diario (Nota del Staff, 22/II/10).
Nada tendría de novedosa tal información si no fuera porque de la comisión de los multihomicidios, las autoridades no tienen más evidencias que las declaraciones de los inculpados, igual que como pasaba antes de las reformas a los procedimientos penales.
Al obtener la declaración autoinculpatoria de los acusados, las autoridades ya no intentaban (en una buena parte de los casos) encontrar pruebas contundentes que demostraran la culpabilidad de los acusados y entonces se daba paso al salvajismo: La tortura para que los detenidos se declararan culpables de los delitos que se les ocurrieran a los agentes policiacos.
La declaración, además, se obtenía sin la presencia de los abogados defensores y los funcionarios derechohumanistas. Es decir, nada nuevo a lo que, con más frecuencia de la deseada, aparece en las notas relacionadas con las acciones del OCCh, esto es, que las autoridades informan de la detención de tal y cual persona, acusadas de tal y cual asesinato y no solo, además, la Procuraduría publica sendos desplegados en la prensa escrita en la que aparecen las fotografías y parte de las declaraciones de los así detenidos.
Pero luego ¡Oh decepción! Algún juez no encuentra más elementos acusatorios que las declaraciones de los detenidos, los que, ya en presencia de los jueces, acompañados y asesorados por abogados, alegan que las declaraciones fueron obtenidas bajo tortura y entonces el juez no tiene más remedio que ordenar la liberación.
Tal es el esquema hasta ahora vigente en la mayoría de los casos relacionados con el OCCh por lo que ha provocado ya más de mil denuncias de violaciones a las garantías constitucionales de ciudadanos, documentadas por los integrantes de la mesa de trabajo de Derechos Humanos y cuyas conclusiones Felipe Calderón no quiso escuchar en su segunda visita a Juárez –relacionada con el OCCh- después de expresar en la primera, ante la denuncia de la representante de esa mesa de los más de mil casos, que “sinceramente creo que mil casos, mil casos en Juárez de desapariciones forzadas (y otro tipo de violaciones) del Ejército, yo sí quisiera, yo sí quiera que se documentaran).
La representante le dijo en el mismo acto que estaban documentados, la respuesta ya la sabemos: Ninguno de esa mesa fue aceptado en la segunda reunión.
La documentación exigida por Calderón los jueces se la pueden proporcionar. Ayer mismo, en otra nota informativa de El Diario (Edición Juárez) un Tribunal de Garantía, por segunda ocasión, “emitió auto de no vinculación a proceso en favor de tres presuntos sicarios, quienes fueron capturados en agosto del año pasado por elementos de la entonces llamada Operación Conjunta Chihuahua. Sin agregar nuevos elementos de cargo y sólo con las declaraciones incompletas de los sospechosos, el Ministerio Público volvió a ejercer acción penal contra los tres detenidos“y obtuvo la misma respuesta.
Más aún, se presume que las declaraciones fueron obtenidas en “la Guarnición Militar y que de acuerdo con los sospechosos fueron obtenidas bajo tortura”.
Si los mismos procedimientos se siguen aplicando, se obtendrán las mismas consecuencias, si las autoridades no hacen sus tareas aplicando la ley y aplicando medidas de inteligencia, la masacre de Juárez (y Chihuahua) continuará.
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domingo, 21 de febrero de 2010

Precandidatos, choque de trenes empresariales

Aserto No. 79, febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
Lanzados a la búsqueda de los votos, los precandidatos de los dos partidos hegemónicos en Chihuahua lo hacen bajo una nueva regulación electoral, la misma que, tanto en el ámbito local como en el nacional, tiene un mismo propósito: Otorgarles mayor equidad a las campañas de los distintos partidos.
Sin embargo, desde semanas atrás dos de los empresarios más poderosos de la entidad, de forma inusitada, -por lo público que lo hicieron- expresaron su predilección por el ex alcalde juarense, Héctor Murguía. Con su inusual activismo pusieron de relieve la importancia de los capitales empresariales en la postulación de candidatos y en el triunfo de algunos de ellos. Además, por lo favorecidos que resultaron en la gestión municipal de Murguía –por lo menos uno de ellos, Eloy Vallina- ese apoyo resultaba muy esclarecedor de los fines de apoyo tan “altruista”.
La comida organizada por Federico de la Vega, que reunió a la flor y nata de la mayor parte de los empresarios fronterizos trajo a los primeros planos del quehacer político a empresarios como Francisco Ibarra, -dueño del equipo de futbol “Indios” de Juárez y de Ivasa, la constructora más favorecida en el gobierno del popular “Teto”- a Rodolfo Martínez, uno de los más acaudalados e influyentes empresarios en la entidad y al ya mencionado Vallina.
Luego, el último celebraría una comida en Chihuahua con el mismo objeto y los mismos promotores y ambos empresarios ordenarían la publicación de sendos desplegados en los matutinos de las dos ciudades para patentizar su apoyo al ex alcalde.
Tan desmesurada manifestación empresarial concitó hasta la respuesta del gobernador Reyes Baeza para dejar en claro que el “partido” no sería objeto de presiones para la designación de su candidato.
Tales expresiones eran lógicas, todos los principales protagonistas (bueno, también la casi totalidad de los priistas) sabían que el mecanismo para designar a su candidato no pasaría por el proceso electivo, sería una designación. Y si ese era el mecanismo, entonces todos los precandidatos jugaron con esas reglas y trataron de influir en los electores (seguramente el gobernador Reyes Baeza y la presidenta nacional priista, Beatriz Paredes) para demostrar que cada uno de ellos sería el mejor de los candidatos y de los gobernantes.
Tal especulación explicaría, entonces, la inusitada expresión empresarial de los priistas. Pero el otro más fuerte aspirante en ese momento –César Duarte- también trató de “juntar piedras” del mismo rango y entre ellos cabe destacar al empresario manzanero Salvador Corral y al principal impulsor de la industria maquiladora, Jaime Bermúdez, seguramente como para oponer a la fuerza empresarial de los apoyadores de Teto un hombre con raigambre entre la clase empresarial juarense.
No son los únicos, muchos más empresarios, de mediano peso económico y del de los mayores se alinearon con cada uno de los precandidatos priistas. Después ya todo será historia, los empresarios filopriistas, independientemente de quien haya sido el suyo, se alinearán y le ofrecerán su apoyo al candidato César Duarte.
Pero tal episodio muestra palmariamente lo que implica la lucha por el poder político, tan necesario para el poder económico y lo mucho que aún nos falta para excluir este aspecto de las contiendas electorales, o por lo menos atemperarlo.
Y si en el PRI así se disputaba la precandidatura única, en el PAN, por lo menos aparentemente, los principales financiadores de sus actividades ordinarias y de sus campañas se encontraban alineados con el alcalde con licencia, Carlos Borruel, pero hasta fines del año pasado eran insistentes los rumores que hablaban de un enfriamiento de las relaciones entre Enrique Terrazas y Samuel Kalish con el edil. El tema era de la mayor importancia pues se trata, en el primer caso, de uno de los dos poderosos empresarios cementeros de la entidad y del propietario (bueno, él, con toda su familia) de la empresa ferrosa más importante del estado y los dos involucrados hasta el tuétano en la vida partidaria cotidiana del PAN.
Alrededor de ellos giran otros empresarios exitosos del estado. Tal realidad se hizo evidente con la sorpresiva aparición como precandidato del empresario juarense Pablo Cuarón a quien ahora apoyan el expresidente nacional del PAN, Luis H. Alvarez, el ex frustrado precandidato galeanense, Clery Jones, el diputado federal Javier Corral, el ex gobernador Francisco Barrio y por supuesto el muy poderoso empresario refresquero Miguel Fernández Iturriza, por puritita casualidad su cuñado.
Si bien ni Terrazas ni Kalish han expresado su apoyo a Cuarón –seguramente porque pertenecen a la Comisión de “Unidad”, creada por la actual dirigencia estatal encabezada por Cruz Pérez Cuéllar- no está muy lejos de la realidad que sus simpatías están más cercanas a Cuarón que a Borruel quien, por otro lado ha logrado concitar la simpatía del senador Gustavo Madero y del hermano de éste, el actual alcalde capitalino, Alvaro.
Así, a contrapelo de los deseos de los legisladores, plasmados en la exposición de motivos de la reforma electoral federal del 2008, y las subsecuentes en las entidades, incluida la nuestra, el protagonismo de los empresarios es un asunto cotidiano. Nada de malo tendría pues al fin y al cabo poseen los mismos derechos que el resto de la ciudadanía, el problema es que tienen el poder económico que les permite influir en el curso de las contiendas político-electorales y, por tanto, en quienes deben acceder a los cargos de elección popular. Y sin gobernar, gobiernan.
Tal estado de cosas es propiciado por una legislación electoral que aún permite el financiamiento privado a las campañas y la transmisión de propaganda política a través de los medios electrónicos de comunicación, en lugar de aprobar la transmisión de programas de presentación de propuestas y, lo más repudiado por nuestra clase política, la celebración de auténticos debates entre los distintos aspirantes. A cambio, se insiste en el viejo formato de la difusión de repetitivos spots publicitarios.
Seguir permitiendo la realización de campañas electorales con estas características les permitirá a los hombres del dinero seguir determinando el rumbo del gobierno, no sólo quienes deben acceder a los cargos públicos y continuar beneficiándose de un estado de cosas diseñado para que así sea y no, como es la aspiración de la mayoría de los mexicanos, en un régimen con una mejor distribución de la riqueza.
De eso se trata fundamentalmente el creciente rechazo de la ciudadanía a la participación electoral -¿Para qué votar si todos son iguales? Es la frase más recurrente- que no ha encontrado en la nueva etapa de plena competencia electoral consecuencias benéficas para su vida cotidiana, al contrario, y a pesar del mejor y mayor acceso a los bienes de la cultura y la civilización un cada vez mayor número de mexicanos pasan a los niveles de pobreza y miseria.
Y que muchos de ellos, para huir de tal posibilidad, realidad lacerante para la mayoría, mejor emprendan el camino de la llamada reconquista del territorio de los Estados Unidos. Sí, pero como jardineros, pizcadores, lavaplatos, sirvientes, etc. ¡Valiente reconquista!
En tanto, los empresarios siguen organizado los comelitones para los candidatos…

Nueva legislación, nuevas responsabilidades

Editorial de Aserto No. 79, febrero de 2010
A dos semanas de iniciadas las precampañas, con las cuales dio inicio, para la mayor parte de la sociedad, la campaña electoral, ya pueden advertirse algunos de los rasgos que sin duda la caracterizarán. Merced a las reformas electorales –la federal y la estatal- el carácter de las campañas, su duración y contenidos, así como las atribuciones de los órganos electorales, especialmente del Consejo General del Instituto Estatal Electoral, cambiaron drásticamente.
Aspecto esencial de esas modificaciones lo son el hecho de que ya nadie podrá contratar propaganda política, ni en radio, ni televisión, por lo que lo esperado es que disminuyan sensiblemente los anuncios repetitivos, característicos de las campañas electorales mexicanas hasta el año de 2008, lo que en teoría debería llevar a partidos y candidatos a realizar más actividades cercanas a la gente y no depender, por tanto, de la labor de los medios electrónicos de comunicación.
Tales modificaciones tenían por objeto, además, transformar los mensajes electorales y promover la reflexión ciudadana a través de una propaganda más centrada en la difusión de las propuestas que en la repetición cansina de mensajes, a través de spots que en realidad nada le decían a los ciudadanos, ni de las propuestas, ni de los candidatos.
Pero transcurridos los primeros días (y en otro sentido, las campañas en otras entidades, y las federales del año pasado) la principal característica de las precampañas –y en justicia debemos asentarlo, sobre todo la del precandidato Carlos Borruel- ha sido la de hacer chicanadas, es decir, intentar burlar, no sólo el sentido de la ley, sino la letra misma de las regulaciones electorales.
Tal actitud tiene que ver, y mucho, con las responsabilidades que los partidos y candidatos deberían adquirir con la sociedad chihuahuense. No deberán perder de vista que en las elecciones locales anteriores, nuestra entidad se ubicó entre los últimos lugares de participación electoral y que los distintos estudios efectuados sobre el abstencionismo, promovidos y solicitados por el IEE a las universidades públicas de la entidad, la Uach y la Uacj, así como al Colegio de Chihuahua, mostraron que los chihuahuenses tienen sobradas razones para alejarse de las elecciones y una de ellas es que no encuentran correspondencia entre lo que dicen los políticos en campaña y lo que hacen ya instalados en el gobierno.
Más aún, la mayoría de los encuestados en esos estudios, no encontraron razones suficientes para participar en las elecciones, pues esa participación no se ve reflejada en mejoría de sus condiciones de vida, es decir, que ante una vida política más democrática no se han mejorado, ni la situación económica en lo general, ni la personal y las luchas electorales se aprecian por la mayoría solamente como una disputa entre las élites de los partidos pues no aprecian mayores diferencias entre ellos.
Y las condiciones en las que ahora se desarrollarán las campañas electorales no son precisamente las mejores. Si fuera por el número de ejecutados, las nuestras serían las elecciones en un territorio en guerra. Y no es exagerado decirlo, sí padecemos los efectos de lo que pareciera ser un conflicto bélico del cual no se aprecia el término y quienes aspiran a conducir la administración pública estatal no proponen cosas distintas a las que ahora efectúan los actuales gobernantes, sobre todo los federales cuya acción convirtió al territorio chihuahuense en zona de ocupación, por el elevado número de efectivos militares y policiacos ubicados aquí sin resultados positivos.
Pero si la seguridad pública atraviesa por uno de los momentos más difíciles en la historia local, la situación económica no es menos grave. Y sucede lo mismo, no se aprecian enfoques distintos a lo, hasta ahora, realizado.
De ahí el llamado a la reflexión a quienes aspiran a gobernarnos, de ahí la exigencia a no andar con chicanadas, a mejorar sus iniciativas, a redescubrir su capacidad para encontrar las fórmulas necesarias que mejoren la vida de los chihuahuenses. De ese tamaño son sus responsabilidades.

Represento la opción fresca en el PAN: Cuarón

Aserto No. 79, febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
Su sorpresiva decisión, de anotarse como precandidato al gobierno del estado por el PAN, cimbró a prácticamente todos los grupos internos del blanquiazul. Con orígenes en la vieja oleada de Pancho Barrio, el empresario juarense Pablo Cuarón goza de un innegable prestigio en la frontera más importante de México como impulsor de diversas acciones en beneficio de la sociedad, y recientemente impulsor de la Marcha por la Paz, efectuada para exigir de las autoridades la detención de la oleada sangrienta desatada sobre Juárez.
Pero a su apoyo vinieron no solamente los cercanos a su entorno, casi de inmediato el diputado federal Javier Corral y el ex presidente nacional Luis H. Alvarez se pronunciaron por él. Luego, sorpresivamente, el ex alcalde capitalino Juan Blanco y el frustrado precandidato Clery Jones. De ese modo, casi de la noche a la mañana sus posibilidades se acercaron a las del alcalde con licencia, Carlos Borruel.
-Pablo, el método de elección decidido por el PAN ¿Lo pone en ventaja frente al PRI?
“El método usado por el PRI, yo le pongo el número de diez, o de uno, es decir, que alguien diga, este es el candidato porque así le conviene al partido, si a esto le opones el método del PAN, de poder abrir la elección y que la ciudadanía elija, estás hablando de que si salimos bien de esto va a ser una fuerza muy importante, porque van a ser miles de ciudadanos los que ya te están dando un aval, de que, bueno, por aquí va, y eso tiene un efecto multiplicador muy importante…”
-La pregunta anterior tiene explicación porque ha habido barruntos de rispidez en la contienda interna del PAN… hubo declaraciones de Clery Jones acerca de la entrega anticipada a Carlos Borruel de los formatos de registro, de solicitud de firmas para el registro, tú hiciste críticas a Borruel por el hecho de saltar de un puesto a otro, sin terminarlo y otras de Javier Corral ¿No está en riesgo la unidad del PAN en esta contienda interna?
“Vamos a salir muy fortalecidos, Carlos y yo, pero Cruz Pérez (dirigente estatal) y el PAN nacional, con la visita del Secretario General, José González Morfín, todos tenemos que estar conscientes de que debemos salir unidos, si lo hacemos, vamos a tener un impacto muy importante en la elección constitucional. Quiero comentarte que muchas personas y yo hemos pensado en que debe promoverse una ley “antichapulín” (para evitar que los funcionarios públicos salten de un cargo de elección popular a otro, sin terminar el precedente) y yo no me refería a Carlos, me refería a todos en lo general, no es justo, hombre, hay campañas costosísimas, que requieren mucho esfuerzo, mucha voluntad y ahí va la ciudadanía y entrega el mandato y luego se va por otro puesto, -espérate, pues si te elegimos para un período.
Entonces, que por respeto a la ciudadanía terminen su mandato, o el 70%, o como sea, pero que se respete la decisión de la ciudadanía”.
-Hay un aspecto quizá problemático para el PAN. En los dos últimos procesos abiertos del PRI ha obtenido más de 200 mil votos, en el caso de la alcaldía de Chihuahua han obtenido más de 100 mil votos ¿No representa eso un hándicap para el PAN
“No sé a cuantos iremos a llegar, pero considero que se va a despertar un interés que permitirá superar todas las expectativas y las experiencias anteriores, la última, la de Javier Corral y Alfredo Delgado. Creo que sí le vamos a pegar a los 100 mil, veo mucho entusiasmo. Muchos me están diciendo que están regresando, me dicen, tenía años sin participar y revive otra vez la cosa. Y dicen que habiendo otra opción, como la que dicen represento yo, fresca, sin grupos, porque estoy entrando muy a gusto, sin compromisos con ningún grupo y estoy logrando que se sienten a la mesa gente de todos los grupos, hay que ser incluyentes”.
-Se dice que influyó decisivamente la opinión de Luis H. Alvarez para tu decisión y se habla que hasta César Nava intervino para pedirle a Borruel que declinara ¿es cierto lo anterior? ¿Cómo fue el proceso para tu aparición como precandidato?
“Fue producto de una convicción personal, pero de una reflexión que venía haciendo. En el mes de diciembre, luego de ver con el grupo de amigos que hemos estado tratando de proponer soluciones al problema de seguridad en Juárez, para tratar de establecer comunicación con los gobiernos, vimos que están muy enfocados en lo que están haciendo pero desvinculados del descontento ciudadano y cuando vimos ese silencio, dijimos que el camino no era por ahí y la exigencia fue hacer una marcha por la paz, para el 2 de diciembre pasado y pensé que, dadas las condiciones en que estamos, iríamos a ser unos 100 mil personas marchando y fuimos tres mil.
Entonces eso me despertó aún más, por un lado el gobierno como haciéndose el sordo y la sociedad como desanimada, aletargada ¿Entonces en dónde está la solución? Todo el mes lo traje en la cabeza ¿Qué se tiene que hacer?
Y en enero, un jueves sale la decisión del PRI (la precandidatura única de César Duarte) y digo otra vez estamos ante un gobierno sordo y llegó la convocatoria (del PAN para la elección interna), mi mujer la imprimió y me la pasó; al día siguiente, el viernes, lo ví muy claramente, la decisión la tomamos mi mujer y yo, solos, en la casa -¿Vamos? ¡Vamos! Y ya, se desató todo.
Una de las primeras cosas que hice fue ir a la oficina, avisarles a mis colaboradores y a mis hijos, decirles -¿Saben qué? Ahí vengo al rato, nos vemos en el 2016.
Les avisé a mis amigos más cercanos, luego le hablé a Pancho Barrio, y estaba muy contento, los amigos se comunicaron unos con otros y se hizo la cadena y hasta en la noche conseguí a Javier Corral a quien ya le había comunicado la decisión su hermana Lety, y él dijo vamos a hablarle a la gente, a mandar correos, a activar a mucha gente y eso desató la cadena que hizo posible juntar las 1700 firmas para pedir mi registro como precandidato. En 36 horas y conseguirlas en muchos municipios. No hubo nadie que estuviera hablando y diciendo –Oye, éntrale.
Fue una convicción personal…
-Y tu cuñado, Miguel (Fernández Iturriza, poderoso empresario refresquero del norte y noroeste del país, tesorero del Comité Nacional en la presidencia de Luis H. Alvarez) ¿Qué dijo?
“Que estaba muy bien. A Miguel le tengo una gran consideración pues sé de los esfuerzos que ha hecho. Me felicitó”.
-Tú estás enarbolando la idea de ser un ciudadano que se atreve a participar ¿Cómo compaginas ese hecho y estar rodeado de muchos políticos en tu equipo más cercano de campaña como Javier Corral y Juan Blanco y desde un partido político?
“Bueno, es que los partidos son el único instrumento para acceder al poder, yo soy miembro activo del PAN desde 1983, fui precandidato en el 86 a presidente municipal y en el 89 fui otra vez precandidato y quedamos empatados Gustavo Elizondo y yo y entró Héctor Mejía como candidato al que le ganó Jesús Macías. Yo me quedé como tesorero del Comité Municipal en el 90 y luego, ya, me retiré a mi actividad comunitaria y sólo participé como representante de casilla, pidiendo que siempre me mandaran a casillas de colonias apartadas para convivir con gente que no lo hago”.
“Por eso es que no entiendo eso de los grupos, y estoy haciendo que nos reunamos miembros de distintos que no lo hacían antes”.
-Tu aparición como precandidato, muchos la ubican como parte del rechazo a la que denominaron “candidatura secuestrada”, la de Carlos Borruel ¿Qué piensas de eso, tu participación ayudará a superar la lucha de grupos?
“El PAN es el instrumento, pero hay que ir más allá del instrumento. Me encanta mucho la frase, cuando las condiciones mejoran, nos va bien a todos, es como la marea sube, todos los barcos suben, ninguno se queda abajo, no. Eso es lo que estamos buscando, que la marea suba”.
-La crisis de seguridad pública, todo mundo critica al OCCh, pero nadie ha explicado cuales serían los cambios en la estrategia, me imagino que en la precampaña los chihuahuenses esperan de los precandidatos propuestas más allá del discurso general ¿Tú las tienes? ¿En qué consistirían los cambios en la estrategia? ¿Cómo atemperar, por lo menos, esta oleada delictiva?
“Todos estamos conscientes que no existe, realmente, la coordinación policiaca. En Colombia dio resultado porque existe una sola policía nacional, es una sola fuerza, si vamos a necesitar hacer eso, pues hagámoslo, pero no está para menos la situación. Pero las instituciones tienen que hacer su chamba y mi propuesta es que, vamos a sentarnos a la mesa pero nos está faltando poner los indicadores y hacerlos públicos, para que el ciudadano sepa, si el indicador está en 190 (ejecuciones por cada 100 mil habitantes en Juárez en el 2009), lo vamos a bajar a 30, aquí lo estamos midiéndole, y luego que no lo mida alguien del Operativo, del propio gobierno, sino alguien de la sociedad. Que nos dé confianza, que no se le ocurra a alguien alegrar las cifras, no, que sea un ente ciudadano”.
“Ya basta de que estemos viendo a ver quien se ve mejor, vamos a hacer efectiva la vigilancia ciudadana. Yo lo ví en el Operativo Conjunto, me decían que habían efectuado más de 8 mil detenciones, de diferentes personas que se suponía eran delincuentes, pero los realmente procesados fueron ¡Quince!
No puede ser, tenían las armas, las drogas y los liberan. Ahora ¿Cómo es que los estados sí han tenido buenos resultados y Chihuahua no? Todos los estados tienen problemas, pero los operativos funcionan y la tendencia va a la baja y aquí va hacia la alta, algo nos está pasando. Por eso la desilusión de la sociedad, por eso están diciendo –ya me voy.
Tenemos que recuperar, no se pueden ir, hay que reforzar las barcas”.
-No sé si era tu pariente, el criminólogo Alfonso Quiroz Cuarón, decía que en un crimen había que seguirle la pista al dinero y no hemos visto la confiscación de empresas, cuentas bancarias de los jefes de las bandas criminales…
“Eso es lo que está faltando, inteligencia, pero no nada más inteligencia de resolver como están los grupos, por donde se mueven, sino de inteligencia financiera, tenemos todos los instrumentos, todo está tecnificado y se pueden seguir todos los vínculos financieros…”.
-Porque sicarios no les van a faltar…
“Eso lo tengo tan claro, estos niveles de delincuencia se dan porque los distintos órdenes de gobierno no estamos abriendo ventanas, no estamos abriendo puertas y ventanas en ese muro muy difícil de alcanzar que es el bienestar y nuestros jóvenes se desesperan, oye, dicen, voy a estar chambeando 50 años y no voy a subir ese muro en donde al otro lado se encuentran todas las oportunidades que me están diciendo todos los medios allá se encuentra. Pero hay una puerta que se está abriendo de más, que es el crimen organizado. Entonces dicen, que le hace, ¡órale, vámonos! Y al cabo están viendo que su primo, su cuñado, su hermano entró por ahí y le ha ido bien y ha tenido el bienestar que buscan, haciendo dinero de modo muy rápido, entonces tenemos que ir generando oportunidades para que esos talentos vayan incorporándose a la sociedad e ir cerrando la puerta y haciendo que las instituciones trabajen”.
-Los empresarios están participando de manera determinantemente en la campaña y se llega a decir que tu aparición como precandidato obedece a que “Teto” Murguía no fue el candidato del PRI. El regidor Rodolfo Rojas así lo señala y te pregunta por qué no has aceptado las propuestas para ser candidato a la alcaldía de Juárez por el PAN.
“El peso de los empresarios en política es por convicción de una realidad, estamos viendo un gobierno que no se pone las pilas y una sociedad que tampoco se las pone, entonces tenemos que generar una chispa que arranque un motor social. Dicen que no tengo experiencia, tengo la experiencia comunitaria para hacer eficiente la empresa, que dé resultados, que atienda y otorgue servicios a sus clientes, esos principios los llevamos al gobierno, es lo mismo, estar en contacto con tu cliente, que es el ciudadano, que importa esté satisfecho, tienes que ser eficiente, transparente y luego, dar resultados, el beneficio que está buscando la ciudadanía tiene que llegar.
Esos principios, aplicados a la política deberán resultados. Y no soy ningún improvisado, tengo 35 años, sin sueldo, sin abono, de manera gratuita, voluntario, nunca en mis participaciones he recibido un cinco a cambio, en la Fechac estuve 14 años y seis de presidente y ahí está, sin recibir dinero a cambio, es radicalmente distinto, es este interés ciudadano por hacer realmente las cosas, que la ciudadanía está pidiendo.
-Y lo de Teto?
“No, a mí lo que me llamó la atención fue la forma en que se eligió al candidato, independientemente de quien fuera el candidato, esperaba lo que todo mundo, que lo decida la ciudadanía, pero no fue así, eso me llamó la atención, no puede ser que el instrumento de la ciudadanía sea ajeno a la sociedad, sin escucharla”.
-¿Cuál será tu propuesta económica?
“Son tres puntos, el toral que debemos modificar de impartir la educación, tiene que integral, de calidad y la calidad tiene que ser medida, el otro es que nuestras instituciones, ahorita en el corto plazo trabajen y den resultados en cuestión de seguridad pública; y el tercero, para que se dé la educación integral y se garantice la seguridad pública, tiene que ser un desarrollo económico, eso las va a hacer sustentables y el desarrollo económico tiene que basarse en la pequeña y mediana empresa, ese es el corazón y que te genera dos o tres empleos, el tallercito, el pequeño negocio, todo ese cúmulo es el corazón viviente de nuestra comunidad pero tiene que venir con inversión de familias, pero también de grandes empresas transnacionales y aquí lo que tenemos que hacer es ser bien creativos, por esto no crecemos en los insumos que consume la maquila en Chihuahua”.

Enfrentaré a cabalidad el reto que hoy significa gobernar Chihuahua: César Duarte

Aserto No. 79, febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
Recién regresado de una triunfante gira por las principales cabeceras municipales en la entidad, rebosante de optimismo, “me dicen que ando muy contento ¿y por qué no habría de andar”? dice de entrada el precandidato único del PRI, en medio de los saludos de los comensales del restaurant del hotel Mirador, César Duarte accede amable, alegremente a la conversación con ASERTO, no sin antes soltar, medio en serio medio en broma que ahora él entrevistaría al reportero.
Sin embargo, se le suelta directa la primera de las preguntas:
-El método seguido por tu partido de tener un solo precandidato ¿Pone en desventaja al PRI?
“Al contrario, el PRI observó con toda claridad, el Consejo Estatal así lo resolvió, y hablar del Consejo Estatal -lo integran más de 700 miembros que representan todas las corrientes al interior del PRI, todas las actividades económicas, todos los distintos rubros del mosaico de Chihuahua, los que son, los que ya fueron y los que van a ser- es hablar de una gran representación de los priistas chihuahuenses. Eso representa el Consejo Político de Chihuahua.
Y hay un hecho que demuestra la solidez de esta decisión, el voto unánime; no hubo una sola voz, un solo voto que se opusiera. Porque nadie le agarró la mano a los 700 delegados, nadie les cerró el micrófono…”.
-Es una convicción plena de los priistas…?
Era una convicción plena de los priistas privilegiar la unidad para la atención de los problemas en Chihuahua. No los problemas de los políticos, no los problemas de los grupos, porque en este momento lo que menos importa es quien obtiene la posición, sino el reto que tenemos enfrente y eso se confirmó en el único registro.
Que claro que todos teníamos la aspiración, legítima, todos, y todos con la fortaleza como para poder alcanzar la nominación, pero también ese registro único, claro que impactó; se ha trabajado en un proyecto, en una esperanza, en el que cambia esa realidad en la que sólo a uno se le da esta oportunidad, pero he leído esa posición y he incluido a todos en el proyecto…”
-¿Fue difícil la construcción de esa precandidatura?
“No no, no, y fue muy rápida, la presidenta Paredes le dio un trato adecuado, el gobernador Reyes Baeza fue garante del equilibrio de las fuerzas, nos dio libertad a todos para competir, nos dio a todos la condición de no estar cargándole los dados a alguien y en eso sentimos plena libertad y equilibrios, que nos fueron forjando un compromiso que si a mí me trataron con decencia, con respeto, lo mínimo que tenía que hacer era regresar ese mismo trato, una vez tomada la decisión; lo mismo.
Pero en la victoria es cuando uno debe ser más generoso. La victoria no va a ser de César Duarte, es del PRI y en el partido cabemos todos; además hice un llamado, a todas las fuerzas progresistas de Chihuahua, y lo digo con convicción, no con un afán electorero, lo digo porque conozco al pueblo de Chihuahua, conozco los retos y las fortalezas, conozco la reacción, también…”.
-Es fuerte…
“Conozco los intereses que manejan, tienen sus espacios…”
-¿Se puede gobernar con ellos…?
“Hay que ganarles y darles la oportunidad, que también les toca jugar su rol. En la sociedad no se puede hablar, simple y sencillamente de una hegemonía, ya la sociedad del mundo, las razones, los orígenes, el vínculo con el mundo entero, las comunicaciones, ya nos hacen ser una sociedad permanentemente relacionada con todos y con todo y me parece que la gran lucha es mantener los principios.
Me parece, sobre todo fundamental, que el liderazgo de Chihuahua que oriente y coordine los esfuerzos de todos los chihuahuenses tiene que propiciar, ante una realidad compleja y difícil que tenemos enfrente, la mayor unidad, la mayor fortaleza, a partir del convencimiento que tengamos todos en actuar en pro”.
-¿Qué tanto influyó tu paso por la Cámara de Diputados?
“Bueno, primero haber ganado la presidencia de la Cámara ya me ubicó en una estatura que para muchos, en el centro o en el sur, Chihuahua no tenía, para otros sí; sin embargo lo hicimos, Chihuahua jugó contra Veracruz, contra Estado de México, estamos hablando de las dos bolsas electorales más grandes del país, con una enorme riqueza, una enrome población y un número de diputados muy grande. En esa victoria, sin duda la participación del gobernador Reyes Baeza fue fundamental, en el interés de que la presidencia del congreso tuviera una representación de Chihuahua, nos ayudó, no solo a ganar, sino a tener una visión de Estado, que fue muy importante, el conocer al Estado Mexicano por dentro, ser el titular de uno de los poderes en el país”.
Luego hace un detallado recuento de las relaciones con los principales funcionarios de la federación, con Felipe Calderón “a quien conocía desde antes” y con los secretarios de Gobernación, además de enumerar las leyes aprobadas en la Cámara de Diputados cuando fue su presidente. Luego aborda, y se extiende, en el tema de la recepción a López Obrador en la Cámara en la participación de éste en el debate sobre la reforma energética.
“Sentarlo ahí –dice, fue muy difícil-, empezó el grupo parlamentario del PAN a reclamar, el diputado Larios (coordinador de los diputados del PAN) -¡Oye, es una afrenta!, me dijo. A ver, a ver, le dije ¿afrenta por qué? Estamos tratando un tema petrolero, no estamos tratando las elecciones, se trata de un ciudadano que compitió con una gran fortaleza por la presidencia de México, tuvo atrás de él millones de votos, pero además es originario de un estado petrolero, pero además fue Jefe de Gobierno de la capital de la república, pero además encabeza una importante corriente y el Congreso por antonomasia es el espacio de la discusión, entonces, a ver, impedirle a un ciudadano era haber mutilado esa función del Congreso; y yo, pese a todas las presiones; el celular se puso calientísimo, diciéndome con mensajes, ya córtale, está muy largo, no lo dejes hablar, te va a tomar la Cámara, una bola de cosas”.
“Yo creí en la palabra de Andrés Manuel, porque la empeñó de frente y me la cumplió y yo se la cumplí, y creo que eso fue acreditando en el paso por la Presidencia del Congreso la capacidad de tener la confianza y la confiabilidad de quien sea para sentarse alrededor de una mesa y llegar a los acuerdos en beneficio del país”.
Notoriamente se siente orgulloso de ese episodio. “Te voy a comentar una vivencia-dice-: Me hicieron una cena un grupo de intelectuales chihuahuenses residentes de la Ciudad de México, recién concluida la presidencia. Para reconocerme y para alentarme en la consecución de la sucesión gubernamental. Ahí estaba un hombre que había conocido, de lejos, aquí, en la presentación de un libro. Era Agustín Ortiz Pinchetti, que fue Secretario de Gobierno de Andrés Manuel. Fue a saludarme y me dijo –Yo vine, y nunca he atendido los llamados de los intelectuales de Chihuahua.
El tiene ascendientes acá.
Y me dice, -sólo vine a decirle una cosa, la respuesta que le dio a aquel reportero en la radio que le reclamaba porque había dejado entrar a Andrés Manuel y me pareció una respuesta muy hábil, inteligente, pero además consistente cuando le dijo ¡Ah, entonces el presidente del Congreso tiene tiempo para recibir a quien se le ocurra tocarle la puerta! Y usted le contestó si tengo tiempo los recibo y recibió a López Obrador de inmediato, le dijo el reportero, pues si atrás de usted trajera 15 millones de votos lo recibo de inmediato, le contestó, por eso estoy aquí, me dijo Ortiz Pinchetti.
La verdad es que uno debería saber, en la función pública, los pesos y contrapesos que están en juego, y armonizarlos para garantizar que la nación siga caminando. Y ese fue el gran aprendizaje que tuve en la Cámara de Diputados”.
-En esa orientación ¿No te sacaste el tigre en la rifa?
“No. Porque no ando buscando ni tigres, ni alas, ni ando buscando separarme del suelo. De la política no pueden gustarle a uno solo los aplausos, tienen que gustarle la solución a los problemas de la gente…”.
-Es el momento más difícil de Chihuahua en más de 100 años…
“A ver, si yo hubiera escogido nacer en los 20’s, ser el gobernador, o en los 50’s, pues estaba bien pero quiero saber a quién le han preguntado cuando nace, y en donde nace. Es la circunstancia, es el hombre y la circunstancia, y le doy gracias al cielo, a las enseñanzas de mis padres, a esta tierra tan generosa, que me ha forjado el carácter, para arriesgar lo que tenga que arriesgar, al costo que deba ser, para enfrentar a cabalidad los retos que ahora tiene Chihuahua”.
-Que hoy uno de los retos fundamentales, y te tocaría a ti enfrentarlo, es el de la crisis de seguridad pública…
“Estoy consciente de eso, absolutamente consciente de eso, por querer andamos, nadie me trae a fuerza”.
-Todo mundo habla, incluso el gobernador, de lo fallido de la estrategia del Operativo u Operación, como se llame y los chihuahuenses queremos encontrar, de quienes aspiran a gobernar más allá de las frases generales, propuestas generales que todos hacen y de las críticas generales que todos hacen, para acometer esta oleada delictiva ¿Cuáles serían las propuestas concretas?
“Yo creo que el reto es no enfrentar solamente con la fuerza, la degeneración del problema, el reto es la falta de políticas públicas que incluyan a todos. La delincuencia organizada obtiene la mayor parte de sus operadores de los excluidos, es un insumo que pareciera no acabarse porque no se atiende el origen del problema, que es social, como las frases que escucha uno en la sierra –vale más dos años de narco que pobre toda la vida. Tal frase refleja la complejidad del problema.
Si bien las fuerzas del orden deben servir para replantear esa condición de descomposición que hoy tenemos, debemos atender el origen y solventarlo. Y el origen tiene que ver con que nos preocupemos con la política social, por la política productiva, por la incorporación de los que no tienen esperanza y que son los insumos más a la mano que tiene la delincuencia organizada.
Pero también inteligencia para plantear junto con ellos el desmembramiento de las bandas, desarticular el sistema financiero que los mantiene potencialmente capaces de enfrentar los retos, moverse, y que les permite elevar industrias como la extorsión, como el secuestro, y que a la sombra de la delincuencia organizada, surgen otros delincuentes, piratas, y que la policía no alcanza a distinguir cuales son los unos y los otros y por eso han crecido los delitos federales y los del fuero común”.
Al hilar el tema de la seguridad pública, abordó por su cuenta una severa crítica a las administraciones municipales de la capital, emergidas del PAN-
“Pero también vemos como la policía de la ciudad de Chihuahua, excelente policía que dejaron otras administraciones municipales y como se ha ido deteriorando; está hecha garras la seguridad pública en la capital, pero también está hecha garras la capital, también se está desmoronando la moral de los capitalinos, hoy se les ha robado su libertad, por el temor de verse asaltados, o que les roban sus vehículos a mano armada, la descomposición es más aguda en la región fronteriza, pero la capital del estado, que es la caja de resonancia del estado, asiento de los poderes, es el lugar al que he denominado la joya de la corona, es que cuando recuperemos la capital, en todos sus aspectos, en lo político, en lo cultural, en sus valores…”.
-Es decir, no solamente recuperarla electoralmente…?
“Sí, no solo electoralmente, claro que hay que recuperarla porque le ha salido pésimo el gobierno…”.
-… entonces son ineficientes estos dos gobiernos últimos…
“Sobre todo este último, y estoy convencido… fíjate, una sociedad que aceptó el aumento de sus obligaciones fiscales, el del impuesto predial, una población que asumió los altos costos porque empezó a ver una cuantiosa inversión pública, en infraestructura, en la dotación de servicios, con calles limpias, jardines dignos, alumbrado público, policía calificada, de las primeras del continente; eso hablaba del ritmo que llevaba la capital, hoy la policía se dieron el gusto de que no funcionara porque no pagaron la gasolina, se dan el gusto de que la ciudad esté a media luz con los problemas de inseguridad, hay baches, los jardines están hechos garras… el Palomar se les está secando, ni siquiera lo hicieron y se les está yendo, ya no hablemos de que hayan salvado otra zona de la ciudad, que hayan crecido los servicios, todo eso habla de una condición, que la administración ha sido nefasta y que más han interesado los escándalos, los actos de corrupción y el apetito desmedido de poder, que asumir con responsabilidad lo que el pueblo de Chihuahua creyó como oferta electoral hace dos años.
Esas son reflexiones que los chihuahuenses no debemos desestimar asumiendo la condición y los momentos que vivimos”.
-¿Cuáles serían los ejes de tu propuesta, de asumir la candidatura y ganar la gubernatura?
“Lo fundamental es arraigar a los chihuahuenses y regresar a muchos de las franjas de pobreza en las que se encuentran en las ciudades, recuperar la actividad primaria para asegurar un ingreso digno y hacer rentable la actividad a partir de los mercados que hoy tenemos en el mundo, que reclaman la buena calidad de nuestros productos. Hay que planear muy bien la actividad primaria, reactivar el consumo interno, armonizar las actividades primarias que nos den un valor agregado, que detone el empleo, produzca riqueza y obtengamos divisas, me he dado a la tarea de promocionar con los empresarios del estado para reencontrarnos con las riquezas que tenemos en Chihuahua. A veces los empresarios juarenses se les olvida que tenemos un municipio que se llama Batopilas, otro que se llama Chínipas, etc. que tenemos buenas producciones, que tenemos calidad, que tenemos altos negocios; que ahí está Delicias para ver lo que significa una agroindustria, pero si me apuras mucho te diré que la única economía que no ha sufrido mucho es la de Cuauhtémoc porque, basado en su producción básica, ha ido escalando pues posee una agroindustria y una industria metal mecánica que atiende perfectamente las necesidades de su región, que producen y construyen, fabrican una cantidad impresionante de productos que se consumen en muchas partes de México.
Y eso es el resultado de ese corredor industrial que hay entre Cuauhtémoc y Rubio y en la que se provecha la capacidad productiva de los menonitas”.
Al mencionar el poblado de Rubio, se le pregunta acerca del más connotado político originario de ahí, Artemio Iglesias, a quien alguien le apodó el “filósofo de Rubio” y quien fuera contrincante de Patricio Martínez en 1998, en la primera elección abierta celebrada por el PRI para designar a un candidato a gobernador. “Me acompañó a Camargo –dice el precandidato priista-, está trabajando en el proyecto”.
Retoma el hilo de su proyecto, enfatiza en que ya existe un aspecto vertebral, “los 20 frentes carreteros que van en el sentido de integrar a los municipios que hoy le cuestan al país”.
Luego deplora que las administraciones federales sólo hayan puesto en marcha programas, casi de beneficencia pública y que a las alcaldías de esos municipios solo los consideren “ventanillas de subsistencia” y en cambio propone que se pongan en marcha programas que detonen la producción de las barrancas de Chihuahua y dice que debemos detonar las riquezas turísticas de Chihuahua.
Luego se le insiste en el escaso porcentaje de insumos nacionales -2%- aprovechados por la industria maquiladora asentada en la entidad, que aporta más de 300 mil empleos pero cuya volatilidad es escandalosa.
“Es importante –sostiene- abastecerles el insumo, es importante que el empresario chihuahuense tenga oportunidad de incorporarse a la cadena de manufactura aportando el insumo que genere riqueza y empleo.
El estado debe ser facilitador de la promoción económica, en planear y desarrollar. Irnos a los nichos de mercado, detonar el crédito, aprovechar las fortalezas de Chihuahua”.
Luego de enfatizar en el hecho de que sólo nos convertimos en suministradores de galerones para la industria maquiladora, repite su convicción, dice, de cambiar esos porcentajes y sensibilizar a los productores chihuahuenses en tal orientación.
Ya con los tiempos encima, fruto de una apretadísima agenda se le inquiere acerca de los problemas derivados de la suspensión, para muchos en el país, de la transición democrática.
-La transición democrática se detuvo con la llegada de Fox…
“Qué desencanto ¿Verdad…?”.
-… pero también se detuvo con la actuación de muchos gobernantes del PRI, la transición democrática que también pasaba con la ciudadanización de varios organismos se convirtió en reparto de los partidos… la tradición en Chihuahua es que un amigo o compañero del gobernador se convierte en Presidente de la Comisión de Vigilancia y otro en el Auditor Superior del Estado…
“Desgraciadamente, cuando la transición llega, el señor Fox se convirtió en un remedo de presidente, ridiculizó y deterioró las instituciones al grado de pretender pasar a la historia por haber sacado al PRI de Los Pinos ¡y qué posición más frívola! Haber tenido una oportunidad histórica de transformar el poder en México y dejarla pasar tan frívolamente, eso generó lo que ahora vemos”.
Interrogado acerca de los perfiles de quienes podrían acceder a organismos como la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado, a la Auditoría Superior del Estado, del Instituto de Transparencia, desecha el argumento de que sólo por ser amigos del gobernante ya se les descalifiquen sus capacidades para desempeñar tales puestos.
-¿Qué criterio aplicarías, de llegar al gobierno, no serían tus amigos los que se eligieran para ocuparlos…?
“Es muy difícil calificar qué amigos, en un pueblo como Chihuahua todo mundo nos conocemos, y suponer que a partir de la amistad se generen las capacidades para desempeñar una función me parece que podría ser una valoración muy superficial, pero estoy convencido que los pesos y contrapesos que mantienen a un régimen deberán reconstruirse para que las instituciones funcionen y hay que fortalecerlas y esas instituciones hay que entregárselas a las capacidades más grandes que tengamos”.
Al final, al despedirse, dice esperar que la entrevista “ojalá sirva” para que conozcan a este chihuahuense que cree estar preparado “para enfrentar este enorme reto que significa hoy Chihuahua”.

Reunión de exclusiones y desesperanzas

El Diario, 21 de febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
¿Puede concebirse una reunión con el Presidente de la República, en el marco de la violencia desatada por el narcotráfico y las inocultables violaciones a las garantías individuales de muchísimos ciudadanos, sin la participación de los integrantes de la mesa de Derechos Humanos?
¿Podemos imaginarnos que el encargado de presentar las conclusiones de la mesa económica se tratara de una persona que los dirigentes de los principales organismos empresariales no conocieran y que las conclusiones no fueran las de los empresarios?
Más. ¿Podríamos imaginarnos que el mandatario nombrara como uno de sus tres representantes a quien ha sido ícono de la lucha político-electoral de su partido, precisamente en el marco de una contienda electoral?
No es todo ¿Acaso es compatible que, adentro, ahí donde se le presentaban a Felipe Calderón las conclusiones de las mesas de trabajo, éste, en medio de los momentos de inexplicable frivolidad de la reunión del miércoles anterior, nos informara que en su juventud también fue “algo bravo” en tanto sus policías golpeaban a estudiantes y reporteros?
¿Cómo explicarse que en el curso de una reunión, motivada por la masacre de jóvenes, alguien tuviera el inefable espíritu cortesano como para lanzarle piropos a la esposa de Calderón, y éste las correspondiera en tono bromista?
¿En qué cabeza cabe excluir de la reunión al diputado perredista Víctor Quintana, sin duda el legislador “más bravo” de los actuales? Del mismo modo ¿A quién se le ocurrió aplicarle la misma medida a la activista Cipriana Jurado, una de las voces más críticas del antiguo Paso del Norte? ¿Será casualidad que ambos fueron quienes más y mejor protestaron en la reunión precedente con Calderón? ¿No le habrán perdonado a Jurado que fuera una de las personas que más alzaron la voz, en aquella reunión, para decir que no podía continuar si afuera golpeaban a los manifestantes?
Entre los excluidos se encontraba el coordinador de Cosyddhac, Javier Ávila Aguirre, por pura casualidad el más activo representante de las familias de las víctimas de la masacre de Creel, quien acusó que con tal exclusión se confirmaba la “criminalización de las acciones y propuestas de las defensoras y defensores de los derechos humanos. No es posible que se busquen soluciones de fondo al gravísimo problema y por sistema se descalifique y excluya a quienes representan la voz de quienes han sufrido las mayores vejaciones y violencia como es la población más indefensa…”.
Loable la decisión de Calderón de enfrentar el reclamo de los juarenses y de aceptar el intercambio con quienes solicitaron hablar, pero persiste la duda ¿Habría sido la misma conducta si al recinto hubiesen ingresado las voces más críticas –o de las más críticas- y hubiesen permitido el acceso de los familiares de otras víctimas, que en la reunión anterior tampoco lograron presentar sus quejas a Felipe Calderón?
Y si la forma despierta suspicacias, el fondo de la acción gubernamental deja algo más que desilusión. De las conclusiones de las mesas de trabajo y de los discursos gubernamentales no se desprenden elementos para el optimismo, al contrario, las respuestas a la gravísima crisis de la sociedad juarense fue más de lo mismo.
Una frase se repitió, a la cual los gobernantes intentan tímidamente dar respuesta: Juárez sufre del olvido gubernamental.
¿Será cierta esa frase? ¿Responderá, como explicación, de la gravísima situación por la que atraviesa la ciudad fronteriza más importante del país? ¿O es el reflejo fiel de la política económica, no de ahora, y que originó un crecimiento poblacional, acaso industrial –de una industria de una escasa, por no decir nula, plusvalía- y que muestra con toda crudeza el agotamiento de un modelo económico y de un régimen político?
Si es cierta la última aseveración, entonces la lista de cosas y acciones a entregarle a los juarenses, como resultado del programa puesto en marcha por Calderón –“Todos somos Juárez, reconstruyamos la ciudad”- sólo serán parte de las acciones y obras no entregadas a los juarenses, pero sin cambiar un ápice el modelo social existente y que es, en última instancia, una de las causas fundamentales de la tragedia abatida ahora sobre esta ciudad.
Si los roles tradicionales de las familias mexicanas se trastocaron; si los tiempos, ritmos y tendencias de los núcleos familiares cambiaron; si las actividades económicas y la división del trabajo de los miembros de las familias cambiaron; si la educación y formación de los niños y jóvenes fueron asumidas por el barrio, la pandilla, la tele y el ahí se va ¿Qué esperábamos?
Si además el Estado Mexicano no asumió tales tareas, o no asumió sus responsabilidades para propiciar que fueran las instituciones educativas las que cumplieran con tales obligaciones ¿Qué podíamos esperar?
¿Qué estaba olvidada Juárez? ¡Ni duda cabe!
¿Pero la ola homicida se detendrá con la creación de cinco prepas, con la ampliación de las universidades, con la apertura de los centros médicos en fin de semana, con la construcción de canchas deportivas y la dotación de algunas becas?
Por supuesto que son bienvenidas tales acciones, pero no servirán de nada ante la fuerza de los grupos criminales y su cruenta disputa, quizá, y solo quizá, servirán al mediano y largo plazos porque, al terminar la prepa, o la universidad ¿Bastará la calidad de los empleos hoy existentes en Juárez, con salarios, para los profesionistas, de 6 ó 7 mil pesos mensuales, si es que encuentran empleo?
Más grave aún, las respuestas gubernamentales ante la crisis de seguridad pública se antojan absolutamente insuficientes, son más de lo mismo, y ahora peor pues los gobernantes federales ya no quieren ni siquiera escuchar el reclamo de los derechohumanistas y no hacen más que confirmar en el ciudadano común y corriente la desesperanza y, paradójicamente, el deseo de que los jefes de los cárteles –ya se arreglen y paren esto-.
Porque no está de más anotar los datos, sobre todo al momento de evaluar los resultados de la Operación Coordinada Chihuahua, y esto se puede hacer con el terrible recuento de las ejecuciones en Juárez. El año 2007 terminó con 305 homicidios. En enero de 2008 fueron 42 y en febrero 45. En marzo 113 y luego en abril, con la llegada masiva de los militares, bajó a 55, pero al mes siguiente la cifra subió a 135. El año terminó con 1,604 y el 2009 con 2,600.
Además, del conocimiento que públicamente denotan los gobernantes, particularmente Felipe Calderón, de acuerdo con sus exposiciones sobre el tema, en las dos reuniones en Juárez, solo obtenemos un muy mal sabor de boca, pues si a la información conocida le agregamos la ofrecida por el italiano Francesco Forgione (La Jornada, 14/II/10) quien en una investigación, plasmada en el libro “Maffia Export”, afirma que “Los grupos delictivos de México representan hoy una de las rutas fundamentales para la cocaína y la mafia italiana calabresa de la ’Ndrangheta, distribuidora mundial de esa droga”, y que “México corre el riesgo de volverse un narcoestado”.
El investigador italiano sostiene que “Los cárteles de Tijuana, Juárez, Golfo y Sinaloa son las principales organizaciones vinculadas con la mafia italiana”.
Forgione apunta bien, dice que “la dimensión de las mafias en el mundo es principalmente financiera... ¡Los bancos son el verdadero problema! El sistema bancario, escudado en la exigencia del secreto en los movimientos de las transacciones financieras, ha representado el instrumento fundamental que las mafias han tenido para reinsertar su dinero en la economía legal”.
¿Podrán las autoridades mexicanas asimilar algo de lo que los especialistas de todo el mundo llevan años gritándolo?
No parece. Por las respuestas de Calderón a lo planteado por algunos de los expositores poco podemos esperar. Ante el reclamo de más agentes del ministerio público –algo a lo que se habían comprometido desde los tiempos de Mouriño- el michoacano respondió que “no está al alcance de las posibilidades de maniobra del gobierno federal”; ante la propuesta que la policía responda en un tiempo no mayor de cinco minutos cuando se denuncie un delito o que se imponga “un plazo máximo de cien días a la autoridad federal para que presente un sistema de indicadores de impacto, que incluya la disminución de los niveles de homicidio doloso, secuestro y extorsión, al menos a los niveles registrados en 2007”, la respuesta fue “qué más quisiera yo que pudiéramos tener resultados inmediatos”.
¡Híjole!
Correo electrónico: Aserto1@netscape.net
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jueves, 18 de febrero de 2010

Sin nombre

El Diario, 18 de febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
La confirmación de la realización de la negociación entre el PRI y el gobierno federal para sacar adelante el paquete fiscal (que incluyó un aumento a 16 por ciento del IVA y a 30 del ISR) revela la podredumbre de la clase política.
Es un verdadero cochinero. A cambio de la aprobación del paquete fiscal, el PRI obtuvo la promesa del gobierno federal y del PAN de no celebrar una alianza electoral en Oaxaca. Poco le importó al PRI llevar al país a una profundización de la crisis económica con tal de evitar la derrota electoral en uno de los graneros electorales del tricolor.
La mayoría de los diputados federales priistas, y la totalidad de los chihuahuenses emergidos de ese partido, arguyeron, para justificar su voto a favor de la elevación de impuestos, que les habían descrito un terrible panorama económico, que, crédulos, ante un entorno económico tan adverso, ni modo, tuvieron que votar por el paquete fiscal. ¿Quién se los cree?
Y ahora resulta, así lo informó Francisco Rojas, líder de los diputados federales priistas, que TODOS ellos fueron informados de tan desvergonzadas negociaciones, que poco importaba aumentar el desequilibrio económico en el país –con el aumento al IVA-, que poco les importó afectar aún más a los causantes fiscales cautivos -quienes pagan el ISR, que se elevó al 30%-, que estuvieron más preocupados, a pesar de que algunos dijeron tener una opinión contraria al paquete fiscal, en mostrar “unidad de su grupo parlamentario”.
¡Nada! Lo importante era ganar la elección en Oaxaca, y de pasada, po’s simulamos que nos preocupamos de salvar a las finanzas públicas.
Y si tal conducta es deleznable, la de los gobernantes federales lo es aún más. Si hubiera alguna duda acerca de la indebida injerencia de Felipe Calderón en su partido, las declaraciones de Gómez Mont, confirmando que se comprometió a evitar la alianza PAN-PRD en Oaxaca, y que de tales negociaciones y compromisos sólo le informó a Calderón después de celebrar tales negociaciones, revelaron que el gobierno de la república finalmente tiene entre sus prioridades la hegemonía electoral.
Pero el casi renunciado Secretario de Gobernación nos viene a decir que él tomó por su cuenta los compromisos ¿Quién le cree? ¿No sabe que es sólo un secretario del presidente y que, por tanto, al comprometerse en tales acuerdos, comprometía a Calderón y que sus interlocutores no estaban pactando solamente con él, sino con el gobierno mismo?
¡Cuántas mentiras! ¡Cuánta falsedad!
Inaudito. Los dos funcionarios con mayores responsabilidades en el mando del país, precisamente cuando se abate sobre nosotros la peor crisis de seguridad ¡interrumpen su comunicación durante más de una semana y que en el momento que se discutía la Ley de Ingresos no le informó a Calderón del asunto más importante en ese momento para todos los funcionarios de primer nivel del gobierno federal, y si no recuérdese como todos los secretarios del gabinete, en esos días, abordaron el tema del aumento de impuestos y ahora viene Gómez Mont a decirnos que no le informó a Calderón de asunto tan vital para la economía nacional!
¡Híjole!
Así lo dijo Gómez Mont: “Lo que sí, tengo que dejar a salvo al Presidente de la República de las decisiones que yo haya tomado, porque las hice bajo mis estrictas responsabilidades, y en honor a la verdad, él (Calderón) fue informado ex post, después de un periodo en el que él salió de viaje y yo me operé.”
Y si no intercambiaron información, puntos de vista, no se hicieron consultas entre ellos ¿Quién dirigía al país? ¿Quién coordinaba las operaciones en contra del narcotráfico? ¿Gómez Mont no participaba de tales decisiones?
¿Quién se lo cree?
Y luego, las argumentaciones de los priistas en contra de las alianzas, ahora Rojas le llama a esa oposición “búsqueda de darle equidad” a los procesos electorales ¿Y sus alianzas, en todo el país, con el Verde Ecologista, con el PANAL, con el PT, y en Chiapas, hasta con el PAN, esas sí eran equitativas?
No puede ser.
Ante semejante batidero ¿Qué podrán argumentar ahora los diputados federales priistas de Chihuahua? ¿Que no sabían?
Y ante las revelaciones de Rojas y Gómez Mont ¿Se deslindarán, o nuevamente, como siempre, aceptarán disciplinadamente maniobras tan cínicas, contrarias al interés de la mayoría de la población?
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martes, 16 de febrero de 2010

Debacle panista

El Diario, 16 de febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
La filtración, primero, de la intención del equipo de Pablo Cuarón de demandar penalmente a varios funcionarios de la alcaldía chihuahuense, y de otros municipios, –en manos del panismo- por la presunta comisión de delitos electorales para apoyar la precampaña de Carlos Borruel, y la confirmación efectuada ayer por el mismo precandidato, no sólo pone contra la pared a los panistas, a menos de dos semanas de la elección interna, sino que provocará una crisis al interior del gobierno municipal de la capital del estado pues podría llevar a una segunda “camada” de funcionarios blanquiazules a enfrentar procesos penales.
La denuncia de Pablo Cuarón Galindo es contundente, de ella se puede inferir que al interior del panismo se tenía conocimiento previo de prácticas irregulares; él mismo lo informó ayer: “no vamos en contra de persona alguna, no se trata de una cacería de brujas, sino de la persecución de prácticas que el panismo ha vivido en carne propia en el pasado y que bajo ninguna circunstancia dejaremos que permeen nuestros procesos que deben llevar el sello de transparencia y legalidad a toda prueba… no toleraremos violaciones que puedan poner en duda el proceso electoral”.
Tales hechos reforzarán la creciente percepción popular que los gobiernos emergidos del PAN incurren con mayor frecuencia en actos de corrupción que sus antecesores en el gobierno, en cualquiera de sus niveles; y justamente cuando el estado se cimbra por el escándalo político, a causa de las acusaciones de uso político-electoral, lanzadas entre priistas y panistas, con motivo de la aplicación de ingentes recursos económicos en los programas anunciados por Felipe Calderón.
La denuncia pública de Pablo Cuarón, sin que necesariamente refuerce las acusaciones de los priistas, las explícitas, o las implícitas efectuadas por el gobernador Reyes Baeza (cuando dijo que el traslado de poderes tenía, entre otros objetivos, evitar que se hiciera uso político de tales recursos) por supuesto que les da la razón a quienes han acusado a los panistas de la capital del estado, de hacer uso incorrecto de los recursos públicos, y reforzará las no pocas voces que han denunciado violaciones administrativas en la gestión de Carlos Borruel.
Más aún, esta nueva denuncia de procesos electorales blanquiazules internos viciados, en el momento que el país tiene volcados los ojos a raíz de la masacre de Villas de Salvárcar, mostrará al panismo chihuahuense como un partido muy afectado por los vicios originados en el mal proceder al momento de convertirse en gobierno.
No es el mejor momento para el PAN de Chihuahua. Días atrás, el dirigente estatal, Cruz Pérez Cuéllar, debió enviarle una carta pública a Felipe Calderón, y en ella aprovechó para denunciar que la dirigencia estatal del partido no había sido invitada a la celebración de las mesas de discusión, erigidas para que los distintos sectores juarenses expresaran sus opiniones acerca de la crisis de seguridad pública y fractura social del antiguo Paso del Norte. Y el martes, el coordinador de los legisladores locales panistas, Fernando Alvarez Monje, se quejó que los diputados del PAN no habían sido invitados a tales mesas de trabajo.
En tal línea de eventos, no deberá olvidarse que el frustrado precandidato, Clery Jones, denunció diversas anomalías cometidas por las dirigencias locales de su partido para favorecer a Borruel. ¿Y el batopilazo, es decir, el hallazgo de que habían votado personas fallecidas en contra de Javier Corral?
¿Y qué decir, cuando muchos meses atrás, debieron suspender la elección de su dirigencia municipal en Juárez por la presunta aparición de un precandidato con resultado positivo a la ingesta de drogas?
Lo dicho, en el hoyo.
Mal se presenta el panorama para el panismo, pues en las dos principales ciudades de la entidad atraviesan por severas crisis de credibilidad popular, las que podrán agravarse si Cuarón opta por no presentar las demandas penales y circunscribirlas al ámbito partidario.
Y todo ello cuando la comunidad juarense se apresta recibir nuevamente a Felipe Calderón para discutir los programas a aplicarse en la ciudad que más ha resentido la guerra de los cárteles de la droga, pero que es, al mismo tiempo, escaparate del fracaso de todas las políticas gubernamentales.

domingo, 14 de febrero de 2010

Querellas en medio de la matazón

El Diario, 14 de febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
“Discúlpeme, señor Presidente. Yo no le puedo decir bienvenido, porque para mí no lo es, nadie lo es”. Luz María Dávila.
Va de anécdota. El cura del templo de San Nicolás, en Parral, empezó a levantar firmas para pedirle a la autoridad la clausura de la cantina “New York”, ubicada enfrente del templo a menos de treinta metros. La respuesta de los parroquianos fue de antología. Convocaron a los suyos a demandar el retiro del templo. El cura vio muy difícil la situación, habló con el dueño del bar para decirle que ahí moría la bronca. Había más parroquianos que feligreses.
Casi ocurrió así en la sesión del cabildo juarense, celebrada el día de la visita de Calderón. El cabildo discutió la propuesta de los regidores panistas de felicitarlo “por el apoyo otorgado a Juárez en materia de seguridad”. Los del PRI no se opusieron de entrada, simplemente les dijeron que aprobarían esa propuesta, siempre y cuando se extendiera una felicitación igual al Gobernador Reyes Baeza.
Los panistas, como el cura de Parral, retiraron la propuesta.
Imposible una sola explicación del por qué la masacre de los jóvenes de Villas de Salvárcar desató –o llevó a niveles insostenibles- la indignación, ya no solamente de los juarenses y los chihuahuenses, sino del país entero.
Tal vez tuvo fue que en los hechos la tesis original del primer responsable del Operativo Conjunto Chihuahua (OCCh), y de una buena parte de los chihuahuenses, fue aplastada junto con la vida de las 15 víctimas de la noche del 30 de enero, la de que dejáramos (a los narcotraficantes) que se mataran entre ellos.
Hoy deberían las autoridades reflexionar sobre lo absurdo de tal planteamiento. Y si no reflexionaron, por lo menos para eso sirvió la catártica reunión de Felipe Calderón con representantes de la sociedad juarense el jueves anterior, en la que le reclamaron –como nunca antes- de viva voz, su deficiente, ineficaz y torpe actuación a un presidente de la república.
Pero si la sociedad juarense mostró sus innumerables cualidades, la clase política evidenció cuán lejos se encuentra de ella. Pueden, los errores e insensibilidad de los gobernantes ser de buena fé, pero de lo que no cabe duda es su incapacidad para enfrentar los retos de los momentos por los que atravesamos.
Porque si debiera evaluarse positivamente la decisión de Calderón de presentarse de la manera que lo hizo a los reclamos de los juarenses, también deberemos preocuparnos grandemente de su incapacidad para comprender la dimensión y características del problema del narcotráfico y de las consecuencias del mismo.
Si nos atenemos a la explicación ofrecida el jueves, es para espantar su ignorancia respecto del papel, poder económico, relaciones y complejidad de los cárteles mexicanos y de su creciente importancia en el tráfico mundial de estupefacientes.
Dijo que el crecimiento se debe a la elevación del ingreso per cápita de “dos mil dólares por persona a más de nueve mil” y eso generó, dijo, “que este mercado fuera apetitoso, ya no sólo venderle a los americanos, sino también colocar la droga aquí, entre la gente” y que el negocio dejó de ser sólo de exportación, para convertirse en disputa por el mercado local de drogas.
Tal explicación no resiste el menor análisis de los especialistas. La DEA dio a conocer poco más de seis meses atrás el mapa del tráfico de drogas y de las zonas y ciudades norteamericanas controladas por los cárteles mexicanos, cuyo equilibrio se rompió, lo que explica la violenta disputa sostenida por ellos en casi todo el territorio nacional.
Si el encargado de enfrentar y dirigir la “guerra” tiene tales conocimientos del crimen organizado, pongámonos a temblar. Y más todavía si, como se advirtió en los discursos de Calderón y los secretarios de su gabinete, las respuestas son, en el aspecto de la seguridad pública, la de simplemente profundizar en el esquema hasta ahora seguido, mal nos seguirá yendo. Y si analizamos fríamente, ya sin la carga emocional del jueves, las respuestas a los requerimientos sociales de los juarenses, es para escandalizarnos.
Frente a una comunidad herida gravemente, se ofrece abrir las instalaciones médicas los fines de semana; otorgarles becas a integrantes de 25 mil familias más, construir 200 mil metros cuadrados de pavimento (Juan Blanco, en su campaña a la alcaldía capitalina en 2004, proponía construir 3 millones) lo que significaría pavimentar 28 kilómetros de calles en la ciudad que tiene poco menos de la mitad de su superficie sin pavimento; la construcción de 40 estancias infantiles (en una ciudad con más de 200 mil trabajadores de la industria maquiladora); ¡la construcción de 15 espacios públicos (parques deportivos)!; la construcción de 5 prepas, así como una cancha, o campo de beisbol en Villas de Salvárcar.
¡Increíble!
¿Sabrán el número de jóvenes, sin trabajo ni escuela, existentes en Juárez? ¿Sabrán cuántos fueron despedidos el año pasado? ¿Se imaginarán el salario promedio de los trabajadores juarenses? ¿Se imaginarán la enorme, profunda, fractura social de Juárez?
Ejemplo de tal insensibilidad es la golpiza a los manifestantes. Si ya sabían del tremendo dolor, coraje e indignación existentes en Juárez ¿Por qué no permitir la protesta de 100 personas? ¿Duelen mucho los oídos al escuchar la indignación social?
Pero si todo lo anterior es criticable, lo sucedido a partir de la propuesta del gobernador Reyes Baeza, de trasladar los poderes a Juárez, es una auténtica joya de los desatinos de la clase política y su disputa por el poder.
Para el escribiente, el origen de tal espectáculo se ubica en la irracional intención del gobierno de Felipe Calderón, de medrar, en plena campaña electoral, con la tragedia juarense. No de otra manera puede explicarse la decisión de celebrar una reunión del gabinete de Seguridad Nacional, para discutir los pormenores de la aplicación de un programa emergente en Juárez, sin la participación del alcalde de Juárez, ni del gobernador de Chihuahua. La intención era aplicar más de mil 400 millones de pesos en programas sociales en plena campaña electoral.
La respuesta de Reyes Baeza cimbró al panismo. Argumentó que su propuesta era para “estar más cerca de los juarenses” y vigilar que ninguna fuerza política medrara con la aplicación de miles de millones de pesos. Eso explica la hiperreactividad del panismo ante una propuesta que se convirtió, para panistas y priistas, en el tema central, casi el asunto central de sus partidos y mediante el cual, según sus apreciaciones, son o no, “solidarios con Juárez”, en una discusión ajena a las preocupaciones ciudadanas ¡Ah, pero eso sí, aprobaron por unanimidad, otorgarle solidaridad a Juárez!
Así, la sesión del viernes –extraordinaria- se convirtió en un auténtico escaparate de lo que no debiera ser la clase gobernante. Ni los autores –o impulsores-, ni los detractores de la propuesta del traslado fueron capaces de ofrecernos argumentos sólidos, creíbles, de la conveniencia, o inconveniencia de tal traslado.
Más aún, los argumentos usados por los panistas para oponerse se les podrían, con toda facilidad, atribuírseles a ellos mismos. Con insistencia sostuvieron que la propuesta de Reyes Baeza tenía un sentido estrictamente electoral.
Los legisladores del PAN acusaron a Reyes Baeza (mediante un comunicado oficial del grupo de diputados) de afirmar que con la propuesta del traslado de poderes se podría “resolver su problemática social”. Nadie sostuvo tal planteamiento. Luego, acusaron a Reyes Baeza de haber abandonado Juárez “durante más de 5 años”, argumento a todas luces insostenible, hasta para los panistas juarenses.
Y enseguida se “proyectaron” –como dicen los jóvenes- pues acusaron a Reyes Baeza de tratar de adjudicarse el crédito político de los programas sociales federales “y así comprar la voluntad electoral de los ciudadanos”. O sea, Reyes Baeza sí quería hacer eso, pero los panistas no.
Ahora los priistas se desgarran las vestiduras acusando a los panistas de no ser solidarios con los juarenses, como si la aprobación del traslado de poderes equivaliera a ser extremadamente solidarios con los fronterizos. No dudemos que la campaña electoral será rica en acusaciones de unos a otros de no haber apoyado el traslado de poderes; unos dirán que eran pretensiones electoreras y los otros sostendrán que no son solidarios con Juárez, que no lo quieren.
¡Válgame!
Frente a tales actitudes lo que prevalecerá será el infinito dolor de Luz María Dávila, emblemática mujer de la tragedia juarense y la enorme desesperanza, tan ajenas a las preocupaciones de los gobernantes.
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jueves, 11 de febrero de 2010

Calderón al “rescate”

El Diario, 11 de febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
El día de hoy (por lo menos hasta el momento de redactar estas líneas no había información en sentido contrario) llega a Juárez Felipe Calderón. Lo hace en el peor momento de su “guerra” contra el narco y visita la urbe más castigada por la, esa sí, guerra de los cárteles.
No hay motivo para la duda, su estrategia es un doloroso, sangriento y violento fracaso y sus afirmaciones alrededor de la tragedia vivida por cientos de miles en el país, y por la que transitan los juarenses (en el mismo tenor, pero algunos grados menos, el resto de los chihuahuenses) solo concitan mayor desesperación, impotencia y hartazgo.
Cierto, Juárez es el campo de batalla en el que han caído más víctimas, pero Chihuahua no es el único escenario, es, por desgracia, el más violento, pero los hombres del narcotráfico se enfrentan desquiciadamente a lo largo y ancho del territorio nacional.
Todavía ayer Calderón, al defender la participación de las fuerzas armadas en el combate al narcotráfico, se aventuró a decir que “las fuerzas federales han respondido leal y de manera oportuna al llamado de auxilio de los poderes y gobiernos locales que pidieron su apoyo porque se vieron rebasados por la criminalidad”.
Y por si los juarenses se sintieran inermes y abandonados –para nada-, lanzó un patético mensaje: “Los habitantes de Ciudad Juárez deben saber que no están solos, que cuentan y contarán con el apoyo decidido del gobierno federal, de las Fuerzas Armadas, y del presidente de la República”.
Puntualicemos. Hasta el día que inició el Operativo Conjunto Chihuahua, el 27 de marzo de 2008, según la estadística ofrecida por el diario Reforma, habían ocurrido 225 ejecuciones en Juárez, esto es, si ese promedio se hubiese mantenido, el año habría culminado con alrededor de un millar de ejecutados. Ante tal escenario, los gobernantes decidieron instrumentar el operativo, que por pura casualidad tenía el mismo esquema aplicado en Michoacán, Tijuana, Guerrero y Tamaulipas.
Así, todos esperábamos que las cifras de espanto disminuyeran y que el creciente clima de inseguridad se atenuara. Nada de eso ocurrió, al contrario, la cifra de ejecutados –tan sólo en Juárez- rebasó las 1 mil 600 y al año siguiente, las 2 mil 600 y Juárez se convirtió en un inmenso lugar de extorsiones, secuestros y elevación de numerosos índices criminales.
Ante esa realidad se antoja desmesurado que el gobierno federal nos venga a decir que su ayuda ha sido “leal y oportuna”.
De ninguna manera. Es tardía, ineficaz, parcial e insuficiente y por si fuera poco, sus fuerzas contribuyeron grandemente al clima de zozobra. Para prueba ahí está el injustificado, ilegal y arbitrario requerimiento del agente del Ministerio Público Militar Especial de La Procuraduría General de Justicia Militar, Tte. Coronel J. M. y Lic. Jorge Moreno Quiroz, al activista lopezobradorista, Santiago Delgado, en lo que es una trasgresión más de elementos militares al orden constitucional. (Y que la autoridad estatal no se queda atrás en ese sentido, ahí está la detención-desaparición de cuatro jóvenes de Salvárcar, después de la masacre, efectuada por agentes ministeriales de manera ilegal, en horas de la noche, sin órdenes de aprehensión, violentando domicilios y leyes, sólo porque los jóvenes fueron requeridos para “presentación” y regresados, también, en altas horas de la noche).
Más aún, salvo el reconocimiento en tal sentido del dirigente estatal del PAN, Cruz Pérez Cuéllar, en la carta enviada a Calderón, sus compañeros de partido insisten en otorgarle a la crisis de seguridad pública un origen estrictamente local.
Todo mundo concuerda en que es principal obligación, facultad y responsabilidad federal el combate al crimen organizado y que, ante tal situación el gobierno estatal no sólo se ha visto rebasado, sino hasta pasmado, lo que ahora constatamos con la propuesta de trasladar los poderes a Juárez, la que se antoja una medida ineficaz e insuficiente, rasgos que podrían entenderse si sólo se tratara de darles solidaridad a los juarenses, los que necesitan algo más que lo hasta ahora anunciado y, sobre todo, desprovistas, todas las acciones gubernamentales, del indudable tufo electorero advertido en las efectuadas por todas las fuerzas políticas pues ahora somos testigos de la irracional disputa por la aplicación de los recursos que se aplicarán en el programa emergente anunciado por Calderón –y el cual, es necesario decirlo, la instancia estatal sospechaba que se intentaría aplicar de manera tangencial y sesgada sin tomarla en cuenta, en lo que es, a no dudarlo, una acción sin nombre- y que sólo hasta que la tragedia se trocó en un inmenso reclamo de millones de mexicanos, las autoridades de todos los niveles se atreven a pensar en Juárez “de manera integral”.
Ojalá así sea.
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martes, 9 de febrero de 2010

Aquelarre

El Diario, 9 de febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
Pues vaya que nos quedamos cortos con los comentarios vertidos el domingo. Ayer fue el aquelarre. Con motivo de la crisis de seguridad pública en Juárez y la más reciente de las masacres ocurridas en esta ciudad, priistas y panistas se tiraron con todo –y eso que todos hablan de la cooperación de todas las fuerzas políticas y la coordinación entre las instancias de gobierno- en medio de los actos de la visita del Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, a Juárez. Bueno, hasta el PRD se aventó la puntada de aprobar en su Consejo Nacional que solicitarán al Senado la desaparición de poderes en Chihuahua.
Imposible desligar las promesas de los funcionarios gubernamentales de la campaña electoral en curso, subyace en sus acciones y discursos esa preocupación y enerva que tal pudiera ser el motivo verdadero de las repentinas preocupaciones de muchos de los declarantes. Concita desesperación el encono con el que –especialmente los panistas- se refieren a los de enfrente y a las propuestas elaboradas por la contraparte.
Ciertamente, el gobernador Reyes Baeza lanzó, una más, crítica al desapego federal en relación a los rezagos sociales de Juárez, luego de las punzantes frases del diputado blanquiazul Javier Corral. Pero seguramente mientras preparaba su visita a Chihuahua, Gómez Mont aprobaba la redacción de un boletín de su dependencia en el que le recriminaba que la situación se le había salido de control a las autoridades estatales.
Luego, la mayoría de las reacciones de los panistas, ante la propuesta de trasladar los poderes a Juárez, rayan en el enfrentamiento: Demagógica, electorera, simuladora, mediática. En el colmo, el líder de los diputados del PAN, Fernando Alvarez Monje, dijo aceptar el traslado siempre y cuando renunciara el alcalde juarense, Reyes Ferriz.
Como de rayo le contestó el secretario del ayuntamiento, Guillermo Dowell, Alvarez Monge es la voz del narcotráfico, dijo, sólo porque la propuesta del legislador coincide con “las voces de crimen organizado que la han pedido” y aseveró que el líder legislativo “representa los intereses del narcotráfico cuando toma sus banderas”.
¡Híjole!
Y en eso de hacer declaraciones tremendistas, seguramente mientras repartía leche a los chihuahuenses, la delegada de Liconsa, María Eugenia Campos, ex diputada federal, criticó fuertemente la propuesta de Reyes Baeza, la calificó de mediática y electorera, enjuició que se haga a escasos meses de celebrarse una elección constitucional y se preguntó “¿Porqué no se hizo eso cuando ocurrió la masacre en Creel, o cuando ha habido otras tragedias?”, sin detenerse a pensar que esa misma pregunta se le puede –se le debe-hacer a su jefe, Felipe Calderón ¿Por qué hasta ahora?
Y como si fuera una acción concertada -¡para nada!- el líder nacional del PAN, César Nava, salió en defensa del gobierno federal y reiteró que la decisión de trasladar la sede de los Poderes del estado a Ciudad Juárez es propagandística, inconstitucional e ilegal.
Fue más lejos, él sí pudo apreciar que “la estrategia contra la delincuencia y el crimen organizado desarrollada por el gobierno federal en Chihuahua no sólo ha sido la correcta, sino que oportuna, por lo que lejos de cambiarla lo que se debe hacer es revisarla y corregir lo que no funciona”.
Bueno, ha sido tan correcta la estrategia que los muertos de la guerra de los cárteles, en lugar de disminuir, se han más que duplicado en los dos años de la “guerra” de Calderón al narcotráfico y los demás índices, particularmente en Juárez, han alcanzado niveles inimaginables.
¿De dónde sacan, quienes así lo dicen, que la estrategia contra el crimen organizado en Chihuahua ha sido la correcta? ¿Qué, acaso, no es Juárez, hoy, noticia mundial, y no por los progresos sociales alcanzados, o por los elevados niveles de bienestar y de disminución de la desigualdad social, sino precisamente por lo contrario, responsabilidad que, por igual, debemos achacar a los dos partidos gobernantes en la entidad en las últimas dos décadas y que ahora nos muestran, diáfanamente sus alcances?
Y sostener lo anterior no implica, de ninguna manera, que el traslado de los poderes se considere sea una medida tendiente a resolver la gravísima situación por la que pasan los juarenses. Esta no se resolverá, ni con esa medida, de corte político, ni con la creación de la figura de comisionado –otro- que tendría en sus manos la conducción de las tareas de rehabilitación social, tan necesarias en el antiguo Paso del Norte, y la dirección de las operaciones policiacas y militares, como ya se filtró en los medios de la ciudad de México.
Por supuesto que son variadas y complejas las soluciones, pero todas ellas requieren de auténticos hombres (por supuesto que también mujeres) de Estado, y no de politiqueros.
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domingo, 7 de febrero de 2010

Desencuentros en medio de la guerra

El Diario, 7 de febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
En una nueva fase de los desencuentros entre el gobierno federal y el estatal, a propósito de la “guerra” lanzada por Felipe Calderón en contra del narco, y del enorme fracaso de la Operación Coordinada Chihuahua, el gobernador Reyes Baeza, en el curso del anuncio de la propuesta del traslado de poderes a Juárez, (originada por las reacciones por la masacre de Villas de Salvárcar) no pudo ocultar su evidente molestia por la manera en que el gobierno federal ha tratado la crisis de seguridad pública en Chihuahua y envió una invitación a Calderón a visitar Chihuahua, a fin de que –dijo- se ponga en contacto con los “damnificados de la violencia” pues, dijo, nuestra entidad debería recibir el mismo trato que otras entidades.
No es el único evento demostrativo del bajo nivel de las relaciones entre ambas instancias de gobierno. Reyes Baeza, al solicitar se inviertan 3 mil millones de pesos (de los tres niveles de gobierno), de manera inmediata en Juárez, a fin de afrontar la terrible situación de inseguridad y de rezagos sociales que se han convertido en el mejor caldo de cultivo para la realización de las tareas de los cárteles de la droga en el antiguo Paso del Norte, afirmó que el traslado de los poderes, además de otorgarles plena solidaridad a los juarenses, tendría, también, el objetivo de vigilar que la aplicación de estos recursos presupuestales extraordinarios no se conviertan en botín electoral, o medio para el medro político-electoral.
Pero si la inasistencia de Calderón a Chihuahua es una evidencia de las malas relaciones entre esas instancias de gobierno, de acuerdo con las expresiones del mandatario chihuahuense, las frases usadas por el diputado Javier Corral, en el curso de un debate en la Cámara de Diputados, y el discurso de diversos protagonistas blanquiazules, en el que culpan casi exclusivamente al gobierno estatal de la espiral de violencia presente en la entidad, fueron el grado extremo.
Importa detenerse en el discurso de Corral porque es demostrativo de, o la falta de conocimiento de las causas de la violencia en Chihuahua, o del dolo del legislador, o en el último de los casos, del desatino provocado por el calor de un debate. En cualquiera de los casos, es una lamentable equivocación.
Más aún, a los días, el diputado Corral se desdijo y le pidió al gobernador que leyera bien la versión estenográfica de su discurso y Reyes Baeza intentó “bajarle” el tono a la confrontación pero de todos modos, en el curso de la conferencia de prensa de ayer, sin mencionar por su nombre al panista sí dijo no poseer fantasmas “que me persigan”, ni andar en busca de “reflectores en el debate político”.
Al salir en defensa de Felipe Calderón, ante las críticas de los diputados priistas, Corral fue reiterativo en una acusación que, desde los tiempos de Germán Martínez en la presidencia nacional del PAN, forma parte del arsenal de acusaciones de los panistas a los priistas. Corral sostuvo que los 70 años de gobierno del PRI fueron de corrupción… de complicidad mafiosa con el narcotráfico”.
Y se abrió la compuerta de las acusaciones. Sin decirlo abiertamente, Corral ubicó el origen del agravamiento del problema narcotráfico en Chihuahua a la participación de Reyes Baeza, con distintos modos pero esencialmente coincidiendo en la misma acusación que meses atrás le lanzara la senadora Teresa Ortuño.
Dijo Corral (y los textos fueron tomados del boletín de prensa enviado por su oficina): “¿Por qué en Chihuahua se concentró la disputa de las mafias del narcotráfico? ¿Por qué en mi estado se concentra el 34 por ciento de las ejecuciones del país? ¿Por qué en Ciudad Juárez el año pasado se presentaron 2 mil 635 ejecuciones?... porque el gobierno de José Reyes Baeza ha sido omiso y complaciente con las mafias del narcotráfico. Porque evitó desde el inicio una limpia en el aparato policiaco que le habían heredado con las principales acusaciones de vinculación con el narcotráfico…”.
“¿Por qué se concentró en Chihuahua la disputa de las mafias del narcotráfico? Porque el gobierno de Reyes Baeza es espectador frente a la disputa de los capos del narcotráfico y no puede hacer nada porque en su origen, como gobernador, se encuentra la explicación”.
Ahora puede decir Javier Corral que no dijo lo que dijo, pero las aseveraciones son clarísimas: “En mayo del 2004 las campañas resultan (sic) beneficiadas con dinero ilegítimo, con dinero ilícito. Yo rechacé, como candidato a gobernador, cualquier ofrecimiento de las mafias del narcotráfico. Incluso a mí me señalaban que cometía un error porque del otro lado (ese otro lado era Reyes Baeza, recordemos que fueron los dos únicos candidatos al gobierno del estado) habían aceptado, y el doble, de los dos grupos principales que se disputaban la plaza. Por eso la policía de Chihuahua, por eso la Procuraduría de Chihuahua es espectadora en el tema de las ejecuciones. Por eso los comandos de sicarios llegan a paso lento y se retiran a paso lento”.
Más adelante, al responder preguntas de diputados del PRI, el legislador blanquiazul dedujo que por las razones expuestas “(necesitamos) blindar a las campañas políticas, blindarlas del financiamiento de la delincuencia organizada, porque llegan las propuestas, llegan los ofrecimientos; no todo mundo las rechaza, diputado Ramírez Marín. No todo mundo tiene la consecuencia para rechazar esos ofrecimientos. Por eso creo que en Chihuahua el problema real está en la forma en que se financiaron esas campañas. Si usted hace hoy un recuento -y por supuesto que lo podemos hacer, porque ya está documentado- del gasto de esa campaña (la de Reyes Baeza) con relación a los límites establecidos, a los topes establecidos por la legislación electoral, rebasaron considerablemente tres tantos los topes de esa campaña ¿De dónde salió ese dinero, diputado Ramírez Marín? Ahora yo le pregunto a usted ¿de dónde se financió esa campaña?”.
¿Se necesitan muchas luces para entender que la acusación de Corral fue más que evidente?
Y luego, la fórmula mágica: “… yo creo que llegó la hora de que el licenciado Baeza renuncie a la gubernatura de Chihuahua. Que lo haga por el bien de nuestro estado. Estoy seguro que si el licenciado Reyes Baeza da este paso en los próximos días, va a destensarse el ambiente en nuestro estado”.
Cuando muchos de los actores políticos, especialmente del PAN, critican a la actual administración estatal de ser, por lo menos, “omisa” en el enfrentamiento contra el crimen organizado, muy pocas veces ofrecen el panorama global, complejo, en el cual está inmersa nuestra entidad y a que uno de sus compañeros, Francisco Barrio, cuando aún no concluía su administración, se convirtió en el único gobernador, o ex, señalado en un proceso penal por presuntos vínculos con el narcotráfico.
Según información publicada por El Universal (29/VI/98), en marzo del ’97, Barrio fue mencionado en el “maxiproceso” judicial emprendido por la PGR en contra de los principales cabecillas del Cártel de los Carrillo, por el testigo protegido Tomás Colsá McGregor, el “joyero” de los Carrillo, a quien le confió el “señor de los cielos” que era amigo y les daba protección, entre otros, al gobernador de Chihuahua, Francisco Barrio. La declaración forma parte del expediente PGR/UEDO No. 157/98, de 2 mil 433 páginas y constituye un anexo del maxiproceso 12/98.
La inmensa frontera chihuahuense ofrece incomparables atracciones a las bandas del crimen organizado, por ella desfilan en uno y otro sentido -y no sólo por las carreteras pavimentadas- drogas, dinero, vehículos, migrantes, armas y sustancias precursoras, necesarias para el proceso de elaboración de las drogas. Quien mantenga el control sobre esas rutas y puntos de acceso tendrá evidentes ventajas sobre los otros consorcios de la droga para la distribución y comercialización en decenas de ciudades de los Estados Unidos y no solamente el control del mercado juarense.
Quien logre asentarse en el territorio chihuahuense tendrá la posibilidad de contar para el traslado de esas mercancías (porque, finalmente eso son) con decenas de miles de jóvenes listos para laborar en tales menesteres, y lo están porque no tienen más opciones que esa.
Más aún, con la renuncia de Reyes Baeza ¿Se acabaría la guerra sostenida en nuestra entidad por dos de los cárteles más poderosos del país, el de los Carrillo y el del “Chapo” Guzmán (por lo menos esa es la información que todos los días nos ofrecen las autoridades lo que explicaría las elevadas cifras de muertos y heridos y la barbarie desencadenada)?
La respuesta es obvia, no. En todo caso deberían renunciar todos los gobernadores y Felipe Calderón, porque si los mandatarios son responsables de las cifras de homicidios de cada una de sus entidades, Calderón es responsable de las bajas ocurridas en el actual sexenio –más de 16 mil- sin que disminuyan ni una sola de las cifras delictivas.
El momento es extremadamente delicado, más para Chihuahua, requerimos de políticos de una estatura distinta, de hombres de Estado, capaces de afrontar el enorme reto y riesgo actuales, y con la necesaria inteligencia para poner en marcha una estrategia radicalmente distinta para enfrentar al crimen organizado, los enfrentamientos que tienen como trasfondo la disputa electoral ni a ellos les servirán.
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