jueves, 30 de agosto de 2018

“Los tiempos son los tiempos”

El Diario, 30 de agosto de 2018
Luis Javier Valero Flores
Los apresuramientos del grupo gobernante están justificados (obviamente, para ellos, sus integrantes) pues el martes, la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ratificó la determinación del Tribunal Estatal Electoral (TEE) en la asignación de los diputados plurinominales y, por lo tanto, la composición total de la nueva legislatura, que habrá de asumir funciones mañana.
El PRI alcanzó 3 diputaciones pluris (En total, serán 4 diputados); Morena 3 (En total 8), PAN 2 (11 en total), Panal 1, PT 1 (2 en total) y Partido Verde 1. Movimiento Ciudadano alcanzó 2 diputaciones de mayoría relativa y el PES, 4.
Con ello, se confirma el hecho de que ningún partido tendrá mayoría en el Congreso, ya que el partido gobernante sólo contará con 11 y la segunda fuerza parlamentaria será Morena con 8. Para obtener la gobernabilidad y la conducción del Congreso del Estado deberán obtener el número de diputados, de otras fuerzas políticas, necesario para llegar al mágico 17.
Otro tanto sucederá si por bloques votaran los nuevos diputados, pero entonces el bloque de izquierda sería la primera minoría: Morena-PT-PES, 14;  PAN-MC sumaría 13 y PRI-Verde-Panal, 6.
Con esa composición, prácticamente cualquier votación que se realice en la próxima legislatura estará sujeta a los vaivenes del momento, no se diga la que requiera mayoría calificada, para ello, dados los niveles previos de confrontación entre panistas y morenistas, para que el gobernador Corral obtenga una reforma constitucional, o nombramientos que requieran mayoría calificada (la alcanzada por el voto de 22 de los diputados, si todos estuvieran presentes), necesitaría convencer de ello a todas las bancadas, incluidos 3 de los cuatro diputados del PES.
Se antoja difícil en cada caso, pero nada imposible. Contará en todo ello el peso del gobierno federal y la indudable capacidad acomodaticia de la mayoría absoluta de los políticos mexicanos (y chihuahuenses, obviamente).
Vistas así las cosas, son entendibles las prisas del gobernador Corral en hacer que la actual legislatura le apruebe el nombramiento de la fiscal anticorrupción y el empréstito para la rehabilitación y mantenimiento de las plantas tratadoras de aguas de la capital del estado.
Es imposible no hacerlo: Comparar a la actual administración con la anterior, la encabezada por César Duarte. 
Cuando Duarte empezó a solicitar créditos a partir del fideicomiso carretero, se aferró a sostener que no era deuda. Jaime Herrera, su Secretario de Hacienda, en el curso de una entrevista en Aserto Radio, declaró que se derivaban “compromisos”, ú obligaciones, para el estado de Chihuahua, de los bonos que el fideicomiso ofrecía en la Bolsa de Valores.
Aceptó que al denominarlos de esa manera se derivaba del hecho de que constituía una deuda. 
Así ahora, los funcionarios del “Nuevo amanecer” se empeñan en sostener que la inversión que buscan para las tratadoras no es deuda, pero en el texto de los documentos presentados al Congreso del Estado, los solicitantes de la aprobación del Congreso, asientan en el Artículo Tercero de la iniciativa de decreto propuesta por Corral, lo siguiente: “Se autoriza a la JMAS para ceder, afectar y comprometer irrevocablemente un porcentaje suficiente y necesario de los ingresos provenientes del pago de derechos por concepto de servicios que presta, presentes y/o futuros, como garantía, así como fuente de pago de las OBLIGACIONES CONTRAÍDAS…”.
Señores, es deuda. 
De acuerdo a las características del contrato se derivarán pingües ganancias para los empresarios beneficiados ¿Serán los mismos que los de la planta tratadora del norte de la ciudad de Chihuahua? ¿Es decir, la familia Madero Elías?
De ahí la prisa porque la aprueben los actuales diputados que, para defenderse dicen que “los tiempos, son los tiempos…”.
Y para eso, apresuran sesiones extraordinarias, a unas horas de que los nuevos diputados (y a lo mejor una nueva mayoría) asuma la conducción del Poder Legislativo.
Francamente, es necesario, y muy saludable.

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domingo, 26 de agosto de 2018

Inescrupulosos


El Diario, 26 de agosto de 2018
Luis Javier Valero Flores
No hay cabida para otra calificación a lo realizado por el grupo gobernante en la parte final de la actual legislatura -en la que cuentan con 16 diputados, uno menos de los necesarios para tener mayoría-: Son faltos de escrúpulos.
Tal calificativo se deriva de la operación blindaje que están realizando en este período, después de las elecciones, en la que adelantaron la designación de magistrados, jueces, de la encargada de los asuntos legales del Congreso, del Auditor Superior del Estado (ASE) y pretenden la del fiscal anticorrupción; además de que intentarán que los actuales diputados aprueben un empréstito más, el 30 de agosto, un día antes de entregar, de 950 millones de pesos para la rehabilitación de las plantas tratadoras.
Mayor falta de respeto a la sociedad chihuahuense no puede haber, igualito que la gobernadora priista de Sonora, Claudia Pavlovich, que el de Veracruz, el panista Miguel Angel Yunes y que el también priista, Alfredo del Mazo, del Estado de México, todos ellos, y Corral, “blindándose” frente a cualquier eventualidad derivada del hecho de no tener una mayoría parlamentaria que los proteja de posibles investigaciones de mal uso de los recursos públicos.
Y no tendrá mayoría en el Congreso, no solamente porque el tsunami pejista le pasó por encima, sino porque una parte importante del electorado chihuahuense ya calificó al gobierno de Corral. No le fue bien.
Si buscáramos evidencias del inobjetable alejamiento de la sociedad hacia el panismo fue el muy publicitado informe de los legisladores del blanquiazul. Alrededor del 90% de los escasos asistentes eran funcionarios, sobre todo del gobierno estatal.
Si César Duarte “oxigenó” el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), al nombrar a 13 magistrados -la mayor parte de ellos subordinados suyos-, además de nombrar a un grupo grande de jueces, de manera provisional, adicionales a los previamente existentes, maniobras realizadas a fin de prever procesos penales en su contra, Javier Corral lo ha hecho igual. 
Primero, destituyendo arbitrariamente al presidente del TSJ proclive a Duarte, luego otorgándoles atribuciones extra legales al Consejo de la Judicatura -luego de efectuar nombramientos inescrupulosos como los ahora señalados, además de la cuestionada designación de la ex activista derechohumanista, Lucha Castro- y enseguida apresurando al Congreso para que adelantaran la designación de 7 magistrados, así como el del auditor.
No hay cabida a otra interpretación: Corral ha decidido protegerse de cualquier eventualidad y para ello ¡Oh, que novedoso mecanismo! nombra -a través de sus subordinados en el Congreso, que no son solamente de su partido- jueces y magistrados, que eventualmente serían los encargados de los procesos judiciales iniciados en su contra, una vez finalizada su gestión.
Pero, además, se previene -igual que Duarte- nombrando a un Auditor Superior del Estado absolutamente proclive a él y a su equipo más cercano.
Y el engaño es monumental. El actual gobernante chihuahuense pergeña elocuentes discursos acerca de la transparencia, del desarrollo democrático, de la pulcritud y compromiso de su gobierno en tales asuntos.
La realidad lo desmiente.
Miren si no es así.
Para “transparentar” el proceso de selección de los aspirantes a la ASE, inventaron que quien debería hacerlo en primera instancia fuera un panel de especialistas, responsable de entregarle al Congreso del Estado una terna de la cual emergiera el nuevo ASF.
Luego, sorpresivamente, quitaron de los requisitos para ocupar esa posición la de la residencia en el estado de Chihuahua.
Ya estaba realizado el retrato de quien ocuparía ese cargo. 
Un antiguo colaborador de Eduardo Romero, desde antes de que éste ocupara la Secretaría General de Gobierno con Francisco Barrio, Héctor Acosta Félix, y que lo acompañara como su más cercano en todos los cargos ocupados en la administración federal de los presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, entre los cuales se encuentra la Secretaría de la Función Pública federal, y que por esas razones se había ausentado de la entidad, fue llamado a inscribirse como aspirante a la ASE.
Pero el grupo gobernante no deja hilos sueltos. En el panel de “especialistas” designador de la terna, el gobernador Corral incluyó a ¡Eduardo Romero, quien ¡Poquita cosa! actuó como si nada en la definición de la terna.
De esa manera, su antiguo colaborador accede al principal cargo revisor de las cuentas públicas de las actuales administraciones.
Por supuesto que es un hombre de las confianzas del mandatario chihuahuense.
Puede ser un hombre capaz y honesto, su problema, y el del grupo gobernante es que tantas maniobras, todas en el mismo sentido, hacen dudar de la potencial probidad, no sólo de este funcionario, sino del grupo al que pertenece y el modo en que accede a la ASE.
No es lo único preocupante. El jueves, en la tribuna, el diputado de Morena, Pedro Torres, propuso una suspensión a la designación del ASE, para que fuera la nueva legislatura -que accede al Congreso en 6 días más- hiciera tal nombramiento, en virtud de las nuevas condiciones políticas de la entidad, pero que en el fondo planteaba la sospecha de que todo obedece a la intención del gobernador por protegerse para el futuro. 
Su propuesta fue rechazada ¡¡¡Por todas las bancadas!!!!
¿Y los aliados de Morena, del PT y del PES? ¿En dónde están?
¿Y la bancada “rosa”, la del PRI? ¿Dónde, dónde andaban?
¡Ah, po’s votando a favor de lo que propuso el gobernador, no importa que Omar Bazán, su dirigente partidario, las hubiese conminado, horas antes, a ser congruentes “con la dirigencia nacional y con los 25 presidentes municipales que impugnaron ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación el procedimiento de designaciones de auditor y fiscal anticorrupción… sin caer en dimes y diretes, esperemos (las diputadas) que sean solidarias e institucionales. El CEN y el Comité Directivo Estatal respaldamos a los alcaldes”. (Nota de ITZEL RAMÍREZ, El Diario/Juárez, 24/VIII/18).
Pero las prisas, negadas por los gobernantes, quedaron evidenciadas por dos hechos, a cual más de contundentes:
Al inicio de la semana, el Consejo de la Judicatura, en una sesión secreta, designó a 54 jueces; luego, el Congreso designó a Acosta Félix, pero los primeros tomarán posesión de sus cargos hasta el 1o. de enero del 2019 y Acosta el 1o. de diciembre.
Si tomarían posesión de sus cargos hasta entonces ¿Cómo justifican las prisas para designarlos, en el caso del auditor, hasta en una sesión extraordinaria del Congreso del Estado?
No es el único.
Desde mayo, la Secretaría de Asuntos Interinstitucionales del Congreso del Estado permanecía vacante. 
Bueno, en otro santiamén, Olivia Franco fue designada en la misma sesión que Acosta Félix y en este caso la descobijada es peor pues el Auditor con muchas dificultades podrá ser destituido, como amenazaron dos diputados electos de Morena -Miguel Angel Colunga y Benjamín Carrera-, pero el cargo de Olivia Franco es facultad de la nueva legislatura, así que lo más probable es que lo ocupe solo unas cuantas semanas, las necesarias para que los nuevos diputados nombren a los nuevos funcionarios del Poder Legislativo.
¿Pero, para qué hacerlo, para “blindarse” ante esa nueva realidad, la de que los acuerdos que tome la siguiente legislatura van a ser producto de infinitas negociaciones, en virtud de que ninguna fuerza política tendrá mayoría por sí misma y de que el titular de ese cargo es el encargado de atender los temas legales del Congreso?
Y si todo lo anterior despierta no pocas suspicacias y hasta verdadera irritación ciudadana, la pretensión de que se apruebe un nuevo crédito por el actual Congreso, para la rehabilitación de las tratadoras de agua, no hace más que confirmarlo.
Han pasado casi dos años del gobierno de Javier Corral y la deuda del estado ha crecido, no obstante sus reiteradas promesas en sentido contrario, y ahora propone incrementarla aún más, para sumarla a la deuda directa (la contratada a pagar en el mismo año) que día a día hace revivir la preocupación de que pueda convertirse en inmanejable.
Tema central de su campaña fue el del enorme dispendio del gobierno de César Duarte y que al ajustar los gastos de la pasada administración se podría abatir el déficit presupuestario, cercano a los 5 mil millones de pesos anuales.
Tal pretensión ha quedado sepultada. 
Las evidencias están a todo lo largo de la administración estatal, los conflictos por la falta de medicamentos, de la falta de personal médico, del cumplimiento de diversos programas, las continuas demoras en el pago de salarios de maestros, a trabajadores del gobierno estatal, incluidos los del personal de seguridad pública, a médicos, enfermeras, etc. nos hablan de que los ahorros presupuestarios, o no se han efectuado, o no han sido los necesarios.
Algo debe hacer el grupo gobernante, está en curso una “rebelión aldeana” (¿se acuerdan de aquella reunión, convocada por Javier Corral, en la que se gestó la alianza PAN-PRD, en la que nos convocó a dejar de hacer una política “aldeana”?) paradójicamente ha sido puesta en marcha por 25 alcaldes priistas que han presentado sendas impugnaciones, ante la SCJN, por las designaciones de jueces y auditor.
Es que podíamos pensar de ellos muchas cosas, nunca que carecieran tanto de la ética política largamente presumida.

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jueves, 23 de agosto de 2018

Auditor a modo ¿Congreso sumiso?

El Diario, 23 de agosto de 2018
Luis Javier Valero Flores
El día de hoy, si no ocurriera una cosa inusitada, el Congreso del Estado actuará como las dos anteriores legislaturas: A plena voluntad del titular del Poder Ejecutivo.
Para ello, si no nos dan una agradable sorpresa, los legisladores locales de la oposición -con la excepción de Morena-, esto es, PES, PRI, PANAL, Verde, PRD, PT y MC se comportarán como en el sexenio anterior: Aprobándole prácticamente todo al gobernador, sólo que ahora éste es Javier Corral.
Nada nos daría más gusto que actuaran con apego a la nueva realidad política, la de que el PAN no es, ya, el partido mandón en Chihuahua, de acuerdo con la decisión mayoritaria de la sociedad.
Pero, además, si así lo hicieran, su actuación podría inscribirse como una de las encaminadas a rescatar, no solamente el respeto a la división de poderes y la insumisión del Poder Legislativo frente al Ejecutivo, sino la de otorgarle a la Auditoría Superior del Estado, también, la plena independencia y autonomía necesarias para que efectúe un adecuado trabajo, esencial para la correcta vigilancia del ejercicio gubernamental de la administración corralista.
Por desgracia, estamos frente a una de las involuciones más severas que jamás hayamos visto en gobernante alguno en la prolongada tarea de analizar, semana a semana, durante décadas, el desempeño de la clase política y de los funcionarios públicos.
Adalid de la exigencia ciudadana de la transparencia del ejercicio gubernamental y de la auténtica división de poderes, Javier Corral pretende ungir -a través de los diputados locales, tanto los de su partido, como los de la “oposición”- a uno de los suyos para que sea el que le revise las cuentas públicas.
Y lo pretende hacer a través del encargado -ilegalmente- del despacho de la Auditoría, Armando Valenzuela, o de un “importado”, Héctor Acosta Félix, hombre cercano a Eduardo Romero, panista destacado que ocupara los cargos más importantes bajo la sombra de Francisco Barrio, tanto a nivel local, como en el ámbito federal y quien es uno de los hombres de mayor confianza del ocupante de la silla principal de Palacio de Gobierno.
Lo hemos dicho reiteradamente, eso es lo que hacían los gobernantes de Chihuahua, todos, colocar en esa posición a un subordinado suyo, a un compadre, o a un socio o amigo cercano. 
Todos hicieron eso, esperábamos que Corral no.
Nos hemos llevado un palmo de narices, está efectuando, paso a paso, todas las maniobras y chapucerías que tanto le criticó a los gobernantes chihuahuenses y del país, distintos a los de su partido.
Hoy tiene la oportunidad de enmendar tal conducta, si fuera capaz de abandonar la actitud de pretender controlar todos los resortes del poder y en especial éste, el de los funcionarios que debieran revisar con plena imparcialidad y neutralidad las cuentas públicas.
Y no se trata solamente de las capacidades -que las deben tener- y trayectorias académicas -que las deben poseer- sino de la lejanía que debieran tener frente al gobernante.
¿Cómo podemos inferir que existirán aquellas cualidades en el próximo Auditor si el mecanismo para acceder a esa posición se la otorgó, en una buena proporción, sus relaciones previas con quienes ejercen el poder en Chihuahua?
No es lo único lamentable. El comportamiento de los legisladores también merece ese calificativo.
¿Cómo compaginarán los diputados del PES su apoyo a las propuestas de Corral, después de apoyar a Morena en las recientes elecciones?
¿Cómo podrían explicarnos los diputados del PANAL, Verde y el PRI su voto favorable a la propuesta del gobernador que tanto han criticado?
De los legisladores del PRD ya nada nos sorprende. En el sexenio de Duarte lo apoyaron hasta la ignominia ¿Harán lo mismo en esta ocasión?
En la misma tesitura se encuentran los del PT. Pejistas en el ámbito nacional y gobernadoristas en el local, cualquiera que sea el gobernador, del partido que provenga.
Dicho lo anterior ¿Nos podrían sorprender y dejarle a la siguiente legislatura el nombramiento del Auditor?
¿No sería lo más saludable en virtud de que en esa legislatura ya nadie podría imponer como en la actual y quien resultara electo, presumiblemente, sería ajeno al gobernador Corral?
¿Por qué no hacerlo, en un acto de recuperación de la soberanía parlamentaria?
Digo…

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lunes, 20 de agosto de 2018

El encono y el voto cruzado juarense


Mega Radio 860, Juárez
Luis Javier Valero Flores
La sentencia del Tribunal Estatal Electoral (TEE), que le otorgó constancia de mayoría al candidato independiente a la alcaldía, Armando Cabada, luego de que la Asamblea Municipal Electoral se la había otorgado previamente al candidato de “Juntos Haremos Historia”, Javier González Mocken, postulado por Morena, PT y PES, ha desatado un encono en el antiguo Paso del Norte.
Las descalificaciones e insultos, en uno y otro sentido, es lo común de los “ejemplares” intercambios realizados por numerosos usuarios de las redes sociales, dependiendo de la filia respectiva.
Si nos apuran, este fenómeno podría servir de verdadera medición de la capacidad de debate de la sociedad mexicana, es decir, nulo, merced a la escasa cultura democrática que poseemos.
Sin embargo, la emisión del voto de los juarenses debiera ser motivo de análisis de los partidos políticos, sus dirigentes y funcionarios públicos; de los académicos y de los estudiosos de los procesos sociales.
En especial, de los partidos políticos pues no les fue nada bien en la frontera más importante del país: Fueron arrasados por el voto antisistémico ya que entre los candidatos de Morena y los independientes acaparan más del doble de los votos logrados por el resto de los partidos, especialmente, PAN y PRI.
Tales resultados nos llevan a pensar que difícilmente algún candidato de estos dos partidos pueda salir adelante en las elecciones más próximas, las del 2021 y, quizá, las del 2024.
Es tan apabullante el triunfo de López Obrador en Juárez que su votación es muy cercana a la alcanzada por González Mocken y Cabada, ¡juntos! pues los candidatos de la disputa sumaron 356 mil votos, en tanto que El Peje sumó 310 mil.
Quiere decir que un buen número de los votantes de Cabada también lo hicieron por el candidato de izquierda y sin embargo, en la disputa por la alcaldía la confrontación de sus simpatizantes casi llega al linchamiento, a tal grado que al interior de Morena y sus aliados unos acusan a otros (dentro de los alineamientos grupales que se empiezan a conformar al interior del partido de López Obrador) ¡de haber apoyado a Cabada!, como argumento para explicar la notoria baja votación de González Mocken, en relación a la obtenida por el resto de los candidatos morenistas.
La explicación es simple, existió un porcentaje muy alto de voto cruzado debido a que una parte importante de los simpatizantes de López Obrador votaron por Cabada, en ello, sin duda, tuvo un peso importante el pasado inmediato del candidato de Morena, a pesar de la extendida percepción de su buen desempeño al frente de la comuna cuando suplió a Enrique Serrano, pero eso es lo que evaluaron negativamente quienes votaron por El Peje, los candidatos a senadores, diputados federales y locales y por la síndica, pero no por González Mocken.
Y es que en Juárez se dio un profundo y complejo proceso electoral.
En Chihuahua capital ocurrió cosa semejante, alrededor del 30% de quienes votaron por Maru Campos, votaron por El Peje, lo que explica que la elección a alcalde, en términos prácticos, esté empatada, en una emisión del voto juarense con la presencia de un elevado porcentaje de “voto cruzado”.
Y sí, por López Obrador votaron 310 mil 400 juarenses, pero por los candidatos a senadores de Morena y aliados, 280 mil; a diputados federales, 245 mil; a síndico, 228 mil; a diputados locales, 216 mil y por González Mocken, alrededor de 178 mil, cifra semejante a la alcanzada por Cabada, con la diferencia, en uno ú otro caso, de menos de 900 votos.
Más aún, con la excepción de un distrito local, en todos los demás, incluidos los federales, los candidatos independientes -ligados a Cabada- quedaron en el segundo lugar de la votación, muy por encima de los demás partidos, esto es, que la inmensa mayoría de los votantes juarenses rechazaron a los candidatos del gobernador Corral y el PAN.
Son “antistémicos”.
Solo al evaluar fríamente los resultados aparecen las evidencias de la certeza en la elección de candidatos o no y algo sucedió con este aspecto al interior de Morena pues, sorpresivamente, a pesar de su abultada votación por López Obrador, los candidatos de Morena sólo ganan en cuatro alcaldías, con la de Juárez pendiente de resolución, de manera contraria a lo sucedido en prácticamente todas las entidades en las que ganó el tabasqueño. 
¿Por qué?

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domingo, 19 de agosto de 2018

Las prisas del gobernador Corral

El Diario, 19 de Agosto de 2018
Luis Javier Valero Flores
Vaya manera de reaccionar ante la pérdida electoral. Varios gobernadores, tanto del PRI, como del PAN, ante la derrota en los congresos estatales están intentando cambiar las leyes para protegerse, nombrando a funcionarios, cambiando las regulaciones en el nombramiento de otros y estableciendo candados a fin de impedir que las nuevas legislaturas pudieran ejercer una mejor vigilancia y fiscalización de los actuales titulares del Poder Ejecutivo.
Entre ellos se encuentra el gobernador Corral
No puede haber taxativas, si Javier Corral desea comportarse como el gobernante demócrata que pregona un día, y otro también, deberá sugerirle al Congreso del Estado, proponerle, ordenar, o como sea, a fin de detener lo que es la versión corralista del “blindaje” que los gobernadores Claudia Pavlovich (Sonora-PRI), Miguel Angel Yunes (Veracruz-PAN) y algunos otros en menor dimensión, pretendieron hacer para acotar las facultades de las siguientes legislaturas locales.
Dicho en pocas palabras, pretendieron proteger su salida e imponer medidas legales a fin de impedir que un congreso con mayoría adversa pudiera fincarles cargos por el indebido uso de sus facultades.
Como todos los gobernantes chihuahuenses de las últimas décadas, Corral argumentará que es respetuoso de la división de poderes. 
Sin duda alguna, no lo es.
La prisa por efectuar el nombramiento de más de 40 jueces y de 7 magistrados -antes del proceso electoral y la ratificación por el Congreso de los segundos, después de ellas- nos lleva a equiparar las pretensiones de Pavlovich y Yunes, con las de Corral.
Porque la prisa la tiene, no solamente en el caso de los jueces y magistrados -nombrados al vapor-, sino con el inminente nombramiento del Fiscal Anticorrupción y con el del Auditor Superior del Estado, designaciones en las que se advierte un interés mayor.
Pretende dejar en esos cargos a personas ligadas a él, esa es la única calidad, independientemente de las calificaciones que pudieran tener los agraciados.
Porque ese es un aspecto no asimilado por la clase política, siempre arguyen que los propuestos, o impulsados por los gobernantes, poseen las más elevadas calificaciones académicas o profesionales, pero se olvidan del principal aspecto: Queremos revisores de las conductas y desempeños de los gobernantes que sean ajenos a éstos.
Javier Corral es autor de la iniciativa de la ley mediante la cual se faculta al gobernador de Chihuahua para designar a los magistrados, de las ternas que le proponga el Congreso, el que deberá ratificar -por mayoría calificada- el nombramiento efectuado por el gobernador Corral.
Hay evidencia plena de la prisa presente en Palacio de Gobierno. El mismísimo gobernador Corral urgió al Congreso a realizar una sesión extraordinaria a fin de efectuar el nombramiento de 7 magistrados, proceso que ha sido impugnado por los actuales diputados de Morena, Leticia Ortega y Pedro Torres, pues, dijeron, “Javier Corral Jurado violenta la división de poderes al imponer el nombramiento de magistrados afines para cubrir vacantes en el Tribunal Superior de Justicia, pues propuso nuevos jueces sin conceder la posibilidad de que los diputados locales elijan entre una terna de candidatos, un procedimiento que la fracción parlamentaria de Morena rechazó e impugnará ante la Suprema Corte”.
Previamente, el proceso para la designación de 40 jueces fue sumamente criticado por el hecho de que algunos de los aspirantes ya eran jueces en funciones y fueron reprobados en ¡La prueba de conocimientos!
De esa manera, el Poder Judicial adquirió otra composición, la de la integración de jueces y magistrados más afines al actual gobernador. 
Eso mismo pretende hacer en la fiscalía anticorrupción y la auditoría, aunque en estos casos aún más evidente pues está tratando de que sean nombrados funcionarios afines, igual que lo hicieron sus predecesores. 
Igual que antes.
Y tiene razón, el tsunami electoral del 1 de julio produjo un extraordinario vuelco en la correlación de fuerzas en Chihuahua, si se quiere infinitamente menor al presentado en otras entidades, pero lo suficiente como para que el gobernante cambiara muchas de sus posturas.
El mandatario chihuahuense ya no es más el exultante ganador de las elecciones del 2016; su partido y su gobierno perdieron fuerza en el Congreso, dejaron de ser la primera minoría, casi mayoría legislativa, para mantener esa posición de minoría, pero aún menor; con un agravante, de mantenerse la coalición de Morena, PES y PT en el Congreso de Chihuahua, se convertirían en la fuerza mayor -con 14 de los 33 diputados- cosa que el PAN (con 11 diputados), aún conservando la alianza con Movimiento Ciudadano (2 legisladores), no alcanzaría y quedaría relegado a ser la segunda minoría.
Y es que la composición de la nueva legislatura arrojó verdaderas sorpresas: 
El PAN tendrá 11 diputados (9 de Mayoría Relativa -MR- y 2 de representación Proporcional -RP-); Morena 8, 5 de MR y 3 de RP; PES 4 de MR; PRI, 4, uno de MR y 3 de RP; PT, 2, uno por cada principio; Movimiento Ciudadano, 2 de MR; y Panal y Verde, uno cada uno, de RP.
De ahí la prisa de Corral; hoy no tiene mayoría y, obviamente, tampoco la mayoría calificada; con los aliados circunstanciales que ha hecho en la actual legislatura puede tenerla, pero en la siguiente, difícilmente.
Corral deberá entender que hasta para obtener la aprobación del presupuesto 2019 -para lo cual necesita 17 votos, cuatro más de los que posee, si conservara a MC- necesitará, obligatoriamente, negociar con cualquiera de los otros partidos pues si decide confrontarse con Morena y los aliados de éste (que probablemente sí conserve, en virtud de que contarán, para mantenerlos, con todo el respaldo del gobierno federal) entonces deberá acudir ¡A los diputados del PRI, PANAL y Verde!
Corral deberá adentrarse a un terreno que conoce poco, y menos ha practicado: El de las negociaciones, el de las mutuas concesiones, el de la atenuación, o desaparición, de las estridencias verbales, obligado, como está, en virtud de no ser, ya, la primera fuerza política de Chihuahua.
Esta es, ya, Morena y sus aliados. Lo escribimos muy poco después de las elecciones, se los predijimos antes de las elecciones; porque las evidencias del desfondamiento del régimen estaban ante los ojos de quienes quisieran advertirlo.
Ante ello, la clase política está obligada a efectuar profundos cambios en su comportamiento, en los modos de hacer política, en la manera de relacionarse con la sociedad; en su conjunto, pero en concreto, en lo particular, también, y mejor.
Corral pertenece a ese establichment, pero aún peor pues su experiencia parlamentaria se convirtió en una forma de vida, de ahí su incapacidad para afrontar la nada fácil tarea de gobernar pues, al igual que miles de integrantes de la clase política, su vida ha estado pletórica de privilegios, entre los que destacan, sobre todo, los abultados ingresos económicos, que les han permitido pertenecer al sector de la población de los de más altos ingresos.
Y dicho todo lo anterior sin añadir un factor, importante por demás: La definición de la elección juarense.
Más allá de que una comida pública, de Corral, César Jáuregui Robles (el Secretario de Gobierno de Chihuahua) y Armando Cabada, en uno de los restaurantes preferidos de los políticos juarenses, pudiera ser el arranque de una nueva relación entre Corral y Cabada -cosa por demás improbable, dados los antecedentes de ella, más la rispidez que se agrandará conforme se acerquen los tiempos electorales- lo cierto es que cualquiera que asumiera la alcaldía del antiguo Paso del Norte -Cabada, o Javier González Mocken- son igual de incómodos para Palacio de Gobierno.
Lo central estriba en que no pertenecen al partido de Corral, que no obedecen las consignas lanzadas a sus subalternos y eso refleja la pérdida de la confianza ciudadana en el actual gobernante.
Y es que en Juárez se dio un profundo y complejo proceso electoral, con un rasgo predominante, el de que la absoluta mayoría de la votación fue “antisistémica”. 
Podríamos decir que la mayoría de quienes votaron por Cabada, lo hicieron, también, por López Obrador (en Chihuahua capital ocurrió cosa semejante, alrededor del 30% de quienes votaron por Maru Campos, votaron por El Peje), lo que explica que la elección a alcalde, en términos prácticos, esté empatada, en una emisión del voto juarense con la presencia de un elevado porcentaje de “voto cruzado”.
Y sí, por López Obrador votaron 310 mil 400 juarenses, pero por los candidatos a senadores de Morena y aliados, 280 mil; a diputados federales, 245 mil; a síndico, 228 mil; a diputados locales, 216 mil y por González Mocken, alrededor de 178 mil, cifra semejante a la alcanzada por Cabada, con la diferencia, en uno ú otro caso, de menos de 900 votos.
Más aún, con la excepción de un distrito local, en todos los demás, incluidos los federales, los candidatos independientes -ligados a Cabada- quedaron en el segundo lugar de la votación, muy por encima de los demás partidos, esto es, que la inmensa mayoría de los votantes juarenses rechazaron a los candidatos del gobernador Corral y el PAN.
Son “antistémicos”.
Esa es la realidad que debe asimilar el gobernante chihuahuense.
¿Podrá?

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sábado, 18 de agosto de 2018

Corral, se acabó la luna de miel


Aserto, 18 de agosto de 2018
Luis Javier Valero Flores
Dos protestas -de las muchas que se le presentan al gobierno de Chihuahua-, realizadas en los últimos días, serán, además de ser emblemáticas del gobierno del panista Javier Corral,  de las que más pesarán en el ánimo del gobernante debido a que se efectuaron en los lugares y entornos que más le interesan.
La primera, efectuada por los padres de jóvenes desaparecidas y/o asesinadas, en las instalaciones del CENCOS, la organización derechohumanista señera del país, fundada por el padre de uno de los amigos más cercanos de Corral, Emilio Alvarez, hoy diputado federal electo del PRD (José Alvarez Icaza creó el CENCOS y paradójicamente fue el creador de la leyenda usada durante muchos años para colocarse en las casas de los mexicanos: “Este hogar es católico, no aceptamos propaganda comunista”); en esa sede, efectuaron una conferencia de prensa en la que denunciaron la desatención del mandatario chihuahuense, de una dimensión tal que ni siquiera los ha recibido.
El colmo fue que, en presencia del presidente electo, López Obrador, quien, ante los reclamos de los padres, le dijo a Corral -“Recíbelos”- y el gobernador les firmó la promesa de ser recibidos ese día.
Incumplió su palabra, los padres lo denunciaron en uno de los foros más importantes de las organizaciones derechohumanistas de América Latina.
Luego, en la madrugada del 11 de agosto, la policía estatal efectuó lo que el gobernador César Duarte no se atrevió a hacer: Reprimir las protestas de los rarámuris, a pesar de los numerosos casos en los que comunidades de la Tarahumara protestaron por infinidad de cosas.
Los rarámuris de Lagunita, del municipio de Bocoyna, protestaban en contra de la empresa canadiense Transcanada, a la que le exigen una justa indemnización por el uso de sus tierras para la construcción y funcionamiento del gasoducto Encino-Topolobampo. La protesta consistía en la toma de una de las válvulas, fueron salvajemente desalojados en la oscuridad de la noche y avalados por una visitadora de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
El gobierno de Corral se propuso como intermediario en el conflicto y luego se retiró de esa posición.
Cómo nos recordó a Vicente Fox y famosa frase: ¿Y yo, porqué?
Los indígenas de Lagunita llegaron a Chihuahua y se plantaron frente a Palacio, acto que mereció una foto en primera plana del periódico La Jornada del 18 de agosto, en un giro que le importará sobremanera a Corral pues esas son de las noticias que tienen un profundo calado en los medios académicos, periodísticos, políticos y del mundo de la cultura de la ciudad de México.
Así, en dos casos el “prestigio" del gobernador de Chihuahua se puso en entredicho en esos círculos, los que más le pesan y develan la enorme incapacidad del actual gobierno, su ineficiencia se plasmó en dos de los sectores más sensibles del estado: Las víctimas de la violencia y los rarámuris.
¡Qué bárbaros!

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jueves, 16 de agosto de 2018

¿Anulación? Posible

El Diario, 16 de agosto de 2018
Luis Javier Valero Flores
El día de ayer Javier González Mocken presentó la impugnación, ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal (TEPJF), a la sentencia emitida por el Tribunal Estatal Electoral (TEE), por medio de la cual este órgano jurisdiccional le otorgó el triunfo en las elecciones municipales de Juárez al candidato independiente, Armando Cabada.
Con ello, la resolución sobre tan polémica elección se prolongará, quizá, hasta el tope de las fechas constitucionales, es decir, al 8 de septiembre, en virtud de que la nueva administración municipal deberá tomar posesión al día siguiente.
Son muchas y variadas las argumentaciones de una y otra parte, además de las evidentes irregularidades presentes a lo largo de la jornada electoral y los dos posteriores, en los que la Asamblea Municipal efectuó el recuento del total de las casillas, y luego en la revisión de los votos reservados.
De acuerdo con las experiencias previas, la Sala Regional del TEPJF de Guadalajara -a la que le tocará resolver tan espinoso caso- puede fallar atendiendo estrictamente lo señalado por el TEE, sin detenerse a analizar otras vertientes de las irregularidades presentadas.
Si esto ocurriere, entonces revisaría lo que el magistrado César Wong (del TEE y ponente del dictamen aprobado el sábado anterior) hizo, es decir, que analizaría las 43 actas señaladas por Wong (De las 75 impugnadas por Cabada) como afectadas por graves irregularidades, tantas, que fueron suficientes como para revertir el resultado emitido previamente por la Asamblea Municipal Electoral a favor de González Mocken.
Sin embargo, es posible que el tribunal federal decidiera hacer lo que el magistrado Jacques Adrián Jáquez expuso en su voto particular: Revisar el total de las casillas.
La argumentación es simple: Si en solamente 43 de las más de 1990 casillas se encontraron esas irregularidades, lo más probable es que haya muchas más.
El argumento para oponerse a eso es sólido: La Asamblea Municipal ya hizo la revisión total de las casillas y las impugnaciones a ella son las resueltas por el TEE en su sentencia del sábado.
Pero esa sentencia abre la posibilidad debido a que los magistrados estatales señalaron la comisión de “graves” las irregularidades cometidas por la Asamblea Municipal, lo que puede hacer válida la argumentación de Jáquez y, acaso, una más sólida.
Nos explicamos. 
 El artículo 78 bis, de la Ley de Medios de Impugnación Electorales establece que “1. Las elecciones federales o locales serán nulas por violaciones graves, dolosas y determinantes… 2. Dichas violaciones deberán acreditarse de manera objetiva y material. Se presumirá que las violaciones son determinantes cuando la diferencia entre la votación obtenida entre el primero y el segundo lugar sea menor al cinco por ciento…
4. Se entenderá por violaciones graves, aquellas conductas irregulares que produzcan una afectación sustancial a los principios constitucionales en la materia y pongan en peligro el proceso electoral y sus resultados”.
Si los magistrados federales toman como base la sentencia de los estatales, en la que, no solamente señalan las irregularidades cometidas por la Asamblea Municipal, sino que, incluso, le “dan vista” a las fiscalías, la General del Estado y la Fepade (la encargada de la persecución de los delitos electorales), además del INE, entonces estaríamos frente al supuesto señalado por el mencionado artículo y la posibilidad de que se repitiera la situación del 2001 con el nombramiento de un Concejo Municipal, en tanto se realizaran nuevas elecciones.
Y se abriría, de este modo, una nueva etapa de incertidumbre pues todo dependería de la fecha en la que el tribunal federal fallara.
Si lo hace antes del 31 de agosto, entonces la designación del Concejo recaería en la actual legislatura, en la que el gobernador Corral podría tener una mayor injerencia, en el caso contrario, si fuera después de esa fecha, sería la nueva legislatura en la que habrá un grupo parlamentario del PAN menor al actual y una mayor presencia de Morena y posibilitaría que el Concejo no fuera a modo, quizá, de ninguna de esas dos fuerzas.
No es el único asunto controversial del pasado proceso electoral. 
Ayer por la noche, horas después de la entrega de esta colaboración, el Instituto Estatal Electoral sesionó para resolver la asignación de los diputados de representación proporcional (los “pluris”), cosa que, seguramente, motivará la inconformidad de alguno de los partidos, lo que llevará a que, en definitiva, la integración de la nueva legislatura sea conocida hasta la víspera misma de su instalación el 1 de septiembre.
Y parecía una elección “tersa”.

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lunes, 13 de agosto de 2018

Fraudulenta actuación de la AME


Mega Radio 860, Juárez
13 de agosto de 2018
Luis Javier Valero Flores
No puede haber medias tintas en asuntos tan trascendentales como el respeto a la emisión de los votos. 
De ser ciertas las aseveraciones de los magistrados electorales, de las gravísimas irregularidades encontradas en la revisión de las 75 casillas impugnadas por Armando Cabada, estamos ante uno de los fraudes más evidentes en la historia contemporánea de Chihuahua.
Quizá desde 1986 los chihuahuenses no estábamos frente a tan burda intentona de violentar el voto ciudadano.
Lo paradójico del caso es que, probablemente, el equipo de Javier González Mocken no es el responsable de tan desmesurada trapacería. De acuerdo con la investigación de las pruebas, realizada por los magistrados del Tribunal Estatal Electoral la elaboración de las actas del recuento de las casillas mencionadas es un verdadero batidero.
Las supuestas trapacerías realizadas nos remontan a la era cuaternaria en materia electoral y son suficientes como para fincar cargos de carácter penal y administrativo en contra de varios de los funcionarios del Instituto Estatal Electoral, entre ellos, de manera principal, a los integrantes de la Asamblea Municipal, éstos le habían otorgado el triunfo al candidato de la coalición “Juntos haremos historia”, integrada por Morena, PES y PT, Javier González Mocken, en una inaceptable emulación de cuando éramos el país del fraude electoral, el que se practicaba de las maneras más burdas:
De acuerdo con las actas de la revisión de los votos emitidos, cuestionados por haber dudas en cuanto a la verdadera voluntad del elector, incluidos muchos de ellos catalogados como nulos, los magistrados electorales exhibieron las discrepancias entre el número de votos para uno ú otro candidato y lo asentado en esa acta -individualizada, le denominaron- que llegaron, en varios, a casos a ser del orden ¡De los 100 votos!
El procedimiento fue simple, como antes, si existían 109 votos para Cabada, en el acta asentaron solamente 9! ¡O como la casilla 1514 Básica, en cuya acta se contabilizaban 52 votos más uno reservado a favor del independiente, pero en el cómputo solamente aparecían tres sufragios para su candidatura!
Y como ese caso, varios, -En un total de 43 casillas hubo errores e inconsistencias que vulneraron la votación.
El recuento de ilegalidades es largo:
La omisión de cientos de votos que evidenciaban un actuar parcial hacia el abanderado de la coalición Juntos Haremos Historia; Las actas que nunca fueron entregadas a la representación legal de Armando Cabada; la presencia en la asamblea de Ricardo Gándara, esposo de Stefany Olmos, secretaria de la Función Publica del Estado, quien se encargó de organizar el recuento de votos en las mesas de trabajo y que se ufanara del “excelente” trabajo que había hecho; las quejas de Cabada en contra del presidente de la AME, por violar los principios rectores del proceso electoral, al negar supuestamente información durante el recuento de los votos y la negativa a permitir la presencia de los  medios de comunicación en el recuento. Y los recuentos que se hicieron sin informar a los representantes de partidos y candidatos independientes de los resultados que se generaban en las mesas de recuento.
El recuento revirtió el resultado y le otorgó la mayoría a Cabada sobre González Mocken: 175 mil 982 votos para Cabada, 175 mil 134 para González Mocken.
El dictamen fue aprobado por mayoría de 4 votos a 1, el del magistrado Jacques Adrián Jáquez Flores, quien presentará un “voto razonado” pues, dijo, la gravedad de las faltas cometidas en este recuento lo llevan a sospechar, sustentadamente, que tales fallas debieron abarcar al total o a la casi totalidad de los resultados de las casillas, por lo que, sostuvo, debió hacerse un recuento total de la elección.
Las conclusiones de los magistrados son apabullantes en contra de la actuación del “Instituto Estatal Electoral”, al establecer ·un ganador que no era”, como lo dijo Julio César Merino, ratificado por César Wong, quien aseveró que “el IEE no cumplió con los principios rectores de la elección” y al sostener que “No fue correcto el trabajo de la Asamblea Municipal Electoral de Juárez” pues encontraron “diferentes consistencias en el recuento”, por lo que compartieron la opinión de “darle vista” al INE, la Fepade y la FGE del dictamen, para que estas instancias, finquen las supuestas responsabilidades de los funcionarios del IEE,  que pueden llegar hasta las penales.
González Mocken deberá presentar todas las evidencias y argumentaciones necesarias, para combatir lo argumentado por los magistrados del TE, es decir, está obligado a demostrar que las actas “individualizadas” del recuento, impugnadas por Cabada, sí corresponden al número de votos emitidos y analizados por la Asamblea Municipal.
Y tal determinación no tiene nada de “legaloide”, como ya se califica en las redes sociales el dictamen del TEE, son simples cuentas y anotaciones en actas, eso es lo que está en discusión.
¡Híjole, y algunos creíamos superada esta forma de hacer fraudes electorales!

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