jueves, 29 de marzo de 2018

La exoneración de Meade a Duarte

El Diario, 29 de marzo de 2018
Luis Javier Valero Flores
Menudo problema tendrá el hoy candidato priista a la presidencia de la república, José Antonio Meade, consistente en el modo de deslindarse de los numerosos casos de ex funcionarios del partido gobernante, acusados de corruptelas, en los que se puede presumir la participación la Meade, y si no se dió, peor.
Uno de ellos, el de la “exoneración” del ex gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, es uno de ellos, quizá no el de menor importancia, porque, a diferencia de prácticamente el resto de los casos, en éste, la acusación planteada por el abogado Jaime García Chávez, consiste en el acumulamiento de dinero para invertirlo en la creación -futura- de un banco, Unión Progreso, cuando se transforme de sociedad de crédito a institución bancaria.
A partir del próximo sábado iniciará la transmisión de los primeros spots de la campaña presidencial. 
El candidato “ciudadano” del PRI decidió iniciar por su postura frente al problema de la corrupción, pero es indudable que sus estrategas publicitarios viven en otro mundo, hacen decir a Meade que ha combatido a la corrupción pues ha llevado ante los jueces a muchos ex funcionarios, pero al momento en que fue interrogado, Meade dijo que eran muchos: 
“… –¿A quiénes? –fue la pregunta concreta. 
–Hay varios: desde la Secretaría de Hacienda se implicó a gobernadores, algunos alcaldes involucrados en el huachicoleo, funcionarios de empresas productivas del Estado y directivos del sector financiero involucrados en maquinaciones de evasión fiscal.
–¿Podría dar nombres? –se le insistió.
–Ustedes saben quiénes son. Y si no, averigüen”. (Nota de Enrique Méndez, La Jornada, 27/III/18).
Pero apenas cuatro días antes, quiso deslindarse del desistimiento del ejercicio de la acción penal de la PGR en contra de César Duarte, la excusa es todo un monumento a la picaresca nacional (en muy pocos días de plena exposición mediática, el aspirante presidencial del PRI se ha convertido en fuente frecuente) pues Meade precisó que “Hacienda dio opinión, mas no exoneró a César Duarte”. (Nota de La Opción, 23/III/18).
Más preciso, dijo que “fue sólo una opinión técnica emitida a la Procuraduría General de la República”.
Bueno, pues fue con base en ese peritaje “técnico” que la PGR emitió la “exoneración” del ex mandatario chihuahuense: “Es completamente incorrecto, la Unidad de Inteligencia Financiera (de la Secretaría de Hacienda) da una opinión técnica, que valora en su caso la Procuraduría General de la República en una investigación que está abierta y que nosotros pedimos y exigimos que continúe, que se deslinden responsabilidades… El documento técnico que ahí se cita habla de que faltan elementos, que la Procuraduría pida que se profundice y que tengamos todos la certeza de que se está aplicado adecuadamente la norma, pero no confundamos un documento técnico, de quien no tiene capacidad de exonerar, en una investigación que sigue abierta”. (Ibídem).
No tiene desperdicio la resolución de la PGR. Sus peritos afirmaron que los 65 millones de pesos provenían, 40 millones, de los diversos negocios de Duarte, “antes de que fuera gobernador”, y 25 millones “corresponden a un préstamo”, que en su momento informaron que se lo había otorgado el fallecido diputado federal, Carlos Hermosillo, el antiguo chofer y protegido del exgobernador.
Bueno, pues ese peritaje no fue comunicado recientemente a la PGR. 
Fue enviado el 16 de febrero de 2017 por Ángel Salvador Vargas Mitre, director de Procesos Legales "A" de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), y cuando el titular de esa unidad era -puras coincidencias- Alberto Bazbaz Sacal, quien fuera Procurador del Estado de México en el Gobierno de Enrique Peña, y que saltara a la picaresca nacional (también fue estrella rutilante de esta) con el famoso caso del asesinato de la niña Paulette Gebara Farah, debido a que el cadáver de la niña apareció diez después de su desaparición ¡en su recámara! la misma que había sido analizada “exhaustivamente” por los peritos de la PGEEM.
Bazbaz ocupa hoy la titularidad del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).
¡Ay nomás pa’l gasto!
Así, el círculo de funcionarios cercanos al presidente Peña aparece como el grupo que mantiene bajo su control y marca los ritmos de la supuesta, supuestísima, lucha contra la corrupción planteada por José Antonio Meade.

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domingo, 25 de marzo de 2018

Miroslava: Un año de impunidad


Luis Javier Valero Flores
El Diario, 25 de marzo de 2018
La realidad, la terca realidad. 
Un día antes de cumplirse el primer aniversario del asesinato de Miroslava Breach Velducea, el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, lanzó, retador, soberbio, a través de las redes sociales, una demoledora frase:  “Aquí la otra impunidad que aqueja al país: la de mentir, difamar, falsificar abiertamente como lo hace @LaJornada al poner en mi boca: ‘Miroslava tuvo la culpa por pisarle los callos al diablo’. Dejen de mentir, respeten la memoria de Miroslava, si les queda poquita vergüenza.” (Nota de Gustavo Castillo y Jesús Estrada, La Jornada, 22/III/18).
No había sido La Jornada, periódico del que Miros era la corresponsal en Chihuahua y medio al cual, por la más elemental cortesía gubernamental, era al que debería informarle discreta, confidencialmente, de los avances de las investigaciones pues era éste, después de la familia, el más agraviado, debido a que, por su desempeño en la labor periodística, para ese medio, presumiblemente, fue inmolada.
No fue el periódico el que develó la terrible frase lanzada por el gobernante de Chihuahua en una reunión con los familiares Breach, fueron éstos los que le informaron al periódico. Corral se lanzó contra el medio de comunicación.
Pero un día después, en el acto principal del aniversario, (Como lo tituló La Jornada: “Corral dijo que ‘Miroslava se la buscó', confirman familiares en homenaje”) frente a la Cruz de Clavos, plantada frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua, Brisa Breach Velducea, la hermana de Miros, ha hecho añicos la credibilidad del mandatario. 
Brisa lo dijo así: 
“… La hermana de Miroslava Breach agregó ‘ella se lo buscó o qué significa ‘es que su hermana se dedicó a pisarle los callos al diablo’. Esa es una lamentable opinión… y una desafortunada declaración de incapacidad y subordinación ante el narcotráfico y la delincuencia. Esa frase dicha por el gobernador es una bofetada para la familia, para el gremio periodístico y para cualquier mexicano porque viene de una autoridad responsable de hacer cumplir los elementales derechos de protección a la vida, de libertad y seguridad a la que tenemos derecho como ciudadanos”.
“Y ‘pisarle los callos al diablo’ no solo es parte de la labor periodística, sino de la sociedad en general, quitarnos la mordaza, levantar la voz, exigir un cambio y enderezar a este pobre país tan lastimado por la violencia, la impunidad y corrupción”. (Ibídem).
Tal diferendo se presenta en el momento en el que la PGR, en particular la Fiscalía Especializada en Atención a Delitos contra la Libertad de Expresión (FEDLP), resolvió atraer ¡Un año después! el caso, ante lo cual, el gobernador Corral ha expresado una férrea oposición pues detrás de tal medida se esconde, dice, el hecho de que la PGR trae, “como la propia Jornada, un interés político”. (Ibídem).
Entrampada la investigación -por lo menos en sus expresiones públicas- las que llegaron a develar el supuesto asesino material, ejecutado en Sonora en una acción extremadamente confusa, y la detención del supuesto, en un principio así descrito, tanto por el Fiscal César Augusto Peniche, como por el gobernador Corral, asesino intelectual y luego preclasificado como encargado de la  “operación”, y sin que el gobierno de Chihuahua insistiera en que el móvil del asesinato estaba vinculado con la “narcopolítica”, luego de revelarse que tres de los funcionarios más relevantes del actual grupo gobernante tuvieran alguna relación, o con los supuestos asesinos intelectuales, o en la satisfacción de una demanda de éstos.
La identidad de los funcionarios mencionados es del conocimiento público, si bien no son del primer nivel del gobierno, han ocupado y ocupan posiciones fundamentales, en distintos niveles de gobierno, o de responsabilidad partidista.
Ellos son José Luévano, actual secretario particular del gobernador de Chihuahua, y en el momento en que pretendieron deslindarse de la información por Miroslava acerca del grupo de Los Salazar y las candidaturas que pretendían en la sierra, fuera por el PAN o por el PRI, Presidente estatal en funciones del PAN de Chihuahua; Alfredo Piñera, vocero del Comité Estatal, entonces y en la actualidad, y al que Luévano le pidió que atendiera la petición de Hugo Ahmed Shultz Alcaraz, en ese momento presidente municipal de Chínipas, luego, al despuntar el gobierno del amanecer, designado Coordinador de la Zona Indígena del Subsistema Estatal de Educación Básica, cargo al que anunciaron oficialmente, en diciembre del 2017, que había renunciado a él.
Sin embargo, en la comparecencia del Secretario de Educación, Pablo Cuarón, el pasado miércoles, en el Congreso del Estado, estaba presente el ex alcalde chinipense ¿Qué estaba haciendo ahí, aprovechó el paro magisterial para presenciar los cuestionamientos de los legisladores a su ex jefe? ¿O será cierto, como lo afirman diversas fuentes, sigue ocupando un cargo en la estructura burocrática?
Y es que el papel de éste no es tan irrelevante, se supone que fue el conducto para entregarle a los supuestos asesinos intelectuales la memoria USB que contenía la grabación de la conversación de la periodista con Piñera y en la que éste, sin darle a conocer que estaban grabando, la orilló a que declarara que los panistas no habían sido la fuente informativa, que era ella, Miros, porque “conocía cada piedra de Chínipas”, le dijo.
Luego, conocidos todos estos hechos, la Fiscalía General de Chihuahua decidió que tales funcionarios panistas no podía vinculárseles con el asesinato de Breach Velducea.
Pero ahí están los hechos.
Otra vez la terca realidad.
¿Por qué oponerse a que las investigaciones las atraiga la FEADLP?
¿Acaso no hay suficientes elementos como para presumir, por lo menos, que existen motivos para desconfiar de la imparcialidad en la investigación si tres funcionarios participaron en un hecho, por lo menos, criticable desde prácticamente todos los puntos de vista, incluido, quizá, el judicial?
Si faltaran elementos para sostener lo anterior, recordemos, nada más, el truculento episodio del asesinato de un hombre al que le achacaron ser el asesino material de Miroslava, a un lado del cual habían encontrado el arma homicida de la periodista.
Tal información sería terriblemente desmentida por los hermanos del hombre, que estaba incapacitado y era sostenido económicamente por sus hermanos, entre los cuales se encontraban un egresado de la Universidad de Harvard y otro del Tecnológico de Massachusetts ¡Nomás! 
Y hay más ¿Cómo explicar que los familiares de Miroslava debieran recurrir al amparo de la justicia federal para que obligaran al gobierno de Chihuahua a ser considerados como víctimas del asesinato? ¿Qué le escondían a la familia? ¿Porqué se negaron a proporcionarles información o a que actuaran como coadyuvantes?
Bueno, pues en aras de tal situación, cualquier gobernante que se comprometiera con el esclarecimiento de los hechos, a través de una investigación neutral, profesional y bajo el acompañamiento de las organizaciones de periodistas y de los familiares, -no para que éstos hagan las indagatorias, sino para que fiscalicen la actuación de las autoridades- aceptaría de buen grado la participación de la instancia federal.
Ahora bien, la actuación de la PGR tampoco es garantía de lo anterior. De ahí se prende el mandatario chihuahuense, sin percatarse de que puede ser señalado por tener un conflicto de interés.
En la semana, con los conflictos del SNTE-Sección 42 y del Ichitaip, parecía, por momentos, que se presentaba la mesura en Palacio de Gobierno, llegamos a pensar que se solucionarían, que habría la cordura suficiente como para desactivarlos.
Fue una ilusión, por la tarde del jueves, el gobernador de Chihuahua acusaba por igual a la PGR y a La Jornada de actuar políticamente en su contra.
A la mañana siguiente los familiares de Miroslava ofrecieron un bello y valiente retrato de su hermana, prima, mamá, tía… : 
“…. Brisa Breach Velducea afirmó: “¡Por qué, como muchos otros comunicadores en este país resulta que ella tuvo la culpa de que la asesinaran...!
“Según las autoridades ella fue culpable por no voltear a otro lado cuando tuvo ante sí los malos manejos de funcionarios de gobierno y autoridades; que fue irresponsable con su familia por no disfrutar de un hermoso paisaje Tarahumara sin fijarse en la deforestación y en el despojo a las etnias, y que tampoco tenían que ser su problema la voracidad y devastación minera y de otros mega proyectos… y menos aún destapar la corrupción y los acuerdos entre políticos y narcos.
“¿Qué le hubiera costado ser una periodista miope y chayotera y solo escribir lo que se le dictaba?
“Visto de ese modo… sí… ella se lo buscó. ¡Ella se buscó ser asesinada… al menos desde el punto de vista de la máxima autoridad del estado de Chihuahua!”.
Cosa más grave aún, que quizá responda muchas de las interrogantes anteriores, la hermana de Miroslava, Brisa, “señaló que un día antes del ataque la periodista le informó que el gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, ya estaba enterado de que había sido amenazada y que inclusive el mandatario local ‘por Whatsapp la tranquilizó, luego pasó lo de ‘Miros’, los teléfonos se recogieron y eso ya no apareció”. (Ibídem).
Y consideró como lo más probable que lo haya subestimado. Creo que de momento todo lo que podemos, ya que el caso lo atrae la PGR …”.
Sí, nuevamente la terca realidad.

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jueves, 22 de marzo de 2018

Cerrazón. Se oponen al regreso de Leyva

El Diario, 22 de marzo de 2018
Luis Javier Valero Flores
Durante unos breves instantes parecía que la mesura, que la cordura, que las mejores cualidades de la política se instalaban en Palacio de Gobierno y que dos de los conflictos más ríspidos se solucionaban por la vía de atender los requerimientos de las partes agraviadas.
Por un momento, derivado de la negociación en Juárez, los maestros de la Sección 42 del SNTE estuvieron a punto de obtener un acuerdo con el gobierno pues éste les señalaba las fechas precisas en que les pagaría los adeudos con alrededor de 3 mil maestros, de diversos conceptos, pero en la negociación sostenida con la dirigencia seccional, no se comprometieron a tal pago y se rompieron las pláticas. Sigue el conflicto.
Cosa semejante ocurrió en el Instituto Chihuahuense de Transparencia y Acceso a la Información Pública (Ichitaip), pero con una gravedad mayor. Es de verdadero escándalo.
Luego que desde el 15 de marzo el comisionado Alejandro de la Rocha, - impugnado por Rodolfo Leyva por ocupar la presidencia de manera ilegal, merced a la destitución efectuada un año atrás- presentara ante el juzgado segundo de distrito el desistimiento del recurso de revisión, en contra de la sentencia del amparo otorgado a Leyva, ayer, en un insólito acto, los cuatro comisionados decidieron presentarlo, a pesar de que están impedidos de hacerlo.
Es increíble el desconocimiento de las leyes y del marco legal, tanto de los comisionados, como del gobierno de Chihuahua, pues si ya hubo un desistimiento por el que en esos momentos tenía la titularidad del Ichitaip, es decir, que ya había aceptado aceptar la sentencia, no pueden ir, de nueva cuenta, con el juez y decirle que siempre no, que no aceptan la determinación judicial. Pueden incurrir en desacato a una resolución judicial.
Peor. En la sentencia, el juez, previniendo una situación como la ahora comentada, ordenó a los comisionados que, de aceptarla, no podrían repetir el acto reclamado por Leyva, por una razón, porque no tienen facultades para destituir al presidente del Ichitaip, cualquiera que éste sea.
De ese modo, los cuatro comisionados incurren en gravísimas violaciones legales y, lo que es peor, en una extrema subordinación ante el titular del Poder Ejecutivo, lejos de la distancia y autonomía a la que están obligados y que juraron cumplir.
El lunes anterior, día inhábil, los cuatro comisionados, encabezados por De la Rocha fueron sorprendidos a las afueras de Palacio de Gobierno, luego de sostener una reunión con el Secretario General de Gobierno, César Jáuregui, según la versión de De la Rocha, para abordar asuntos de “la próxima sesión de la Coordinación Nacional de la Comisión de Tecnologías de la Información y Plataforma Nacional de Transparencia, de la cual De La Rocha es presidente a nivel nacional”. (Nota de Tiempo.com.mx, 19/III/18).
Lo sorprendente es que a esa reunión no fue invitado el comisionado Leyva, lo que dio pie a éste para que afirmara que fue para discutir la estrategia a seguir.
Ahora sabemos que ocultaron la decisión tomada ¡El jueves de la semana anterior, día en que notificaron al juez federal del acatamiento a la sentencia!
¿Y entonces, qué ocurrió? ¿Acaso alguien se arrepintió de tal determinación, o la tomaron sin consultar a quien tiene la última palabra en un régimen presidencialista como el que tenemos los chihuahuenses, y no sólo ahora, sino que viene del pasado, como herencia maldita que no podemos quitárnos de encima?
¿Es que no habrá alguien en la cúpula gubernamental que aporte la mesura necesaria a fin de encauzar los conflictos por la vía de las mejores cualidades de la política?
Alguien que le plantee, no sólo al gobernador Corral, sino al total del equipo gobernante, que están llevando a la sociedad chihuahuense a una ruta de permanente conflicto.
Alguien que les sugiera que deben dejar a un lado la paranoia. Ni todos los actores políticos, ni todos los medios de comunicación, ni todos los periodistas buscan la confrontación; pero que también les haga ver que no todos sus actos son positivos, ni todos son errores, pero que sí son un gobierno que estará sujeto a una mayor vigilancia ciudadana, que será más cuestionado que sus antecesores.
Y todo eso porque prometió ser un gobierno de compromisos democráticos.
Está obligado a cumplirlos.
Hasta ahora no lo ha hecho.

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martes, 20 de marzo de 2018

Pluris, “blindaje” a los peñanietistas

Aserto Multimedia, 20 de marzo de 2018
Luis Javier Valero Flores
Las listas de candidatos plurinominales del PRI, los de representación proporcional, devela varias cosas, la principal de ellas la de la certidumbre presidencial sobre la derrota que sufrirán en julio próximo.
No sólo es el hecho de colocar al dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa, en el primer lugar de la lista de diputados plurinominales, sino, sobre todo, en el verdadero avasallamiento realizado por el grupo Atlacomulco, encabezado por Peña Nieto, sobre el total de los grupos internos y fuerzas del PRI. 
Por encima de todos ellos, los amigos y parientes del presidente de la república.
Frente a tales excesos, los realizados en el ámbito local por partidos como el PRD y el PT sólo se diferencian en el grado.
Además, para el priismo chihuahuense la próxima elección será la peor de su historia. 
Lejos del poder, de las posibilidades de triunfo, con porcentajes de preferencias electorales que apenas rebasan el 20% (es decir, que podrían aspirar a obtener un poco más de 200 mil votos!), ninguno de ellos se encuentra dentro de los primeros 10 de la lista de diputados y Alma Rosa Núñez (14o.) y Héctor “Teto” Murguía (15o.) estarán esperando que la avalancha de votos a favor de Morena y PAN no sea tan grande en la circunscripción pues entonces difícilmente podrán acceder a más allá de 8 diputados.
A pesar de todo, la fuerza del ex gobernador César Duarte le alcanzó para colocar como suplente del ex gobernador duranguese, Ismael Hernández Deras, a Christopher Barousse en el 7o. lugar de la lista.
Pero el verdadero escándalo se encuentra en las listas priistas del centro del país, con escasas excepciones, entre ellas la de Luis Vega Aguilar, de Sinaloa, el tesorero de Peña Nieto a lo largo de sus períodos como gobernador del Edomex y como presidente, que tiene la posibilidades de eludir el procesamiento judicial, pues va en el 9o. lugar de la lista plurinominal del PRI de esta circunscripción.
Peña Nieto se aseguró:
Miren la lista. 
Enrique Ochoa, presidente nacional del PRI encabeza la lista de la quinta circunscripción en la que se encuentran Michoacán, Edomex e Hidalgo, entre otros.
Pero en esa lista, en la que se encuentra el Estado de México, de los primeros 14 lugares, 8 están ocupados por priistas mexiquenses. 
Se sirvieron con la cucharada grande, vendrán las protestas y las deserciones, sin duda…
Ana Lilia Herrera, hechura de Arturo Montiel, el tío de Peña Nieto, va en el 2o. lugar, ex presidenta de Metepec (municipio en el que viven prácticamente todos los ex gobernadores) ha ocupado una diputación federal y otra local, además de incontables puestos en el gobierno mexiquense. 
Luego, en el 3o. va Luis Enrique Miranda, ex dirigente estatal del PRI en Edomex, ex subsecretario de Gobernación y ex Secretario de Desarrollo Social, cercanísimo al primer mandatario.
Hay lugar para el nepotismo, en el 4o. lugar de la lista colocaron a Marcela Velasco González, la tía de Peña Nieto, cuya progenitora lleva el “ilustre” apellido del Mazo.
Más. Ernesto Nemer, ex esposo de Carolina Monroy (fueron esposos durante 30 años), prima del presidente, va en el 7o. lugar. Fue, además, al igual que su ex esposa, dirigente estatal del PRI y, además, primo del gobernador, primero, y presidente después.
Carolina Monroy, ocupó, interinamente, la presidencia nacional del PRI.
La candidata del 8o. lugar de la lista es Laura Barrera Fortoul, quien fue Secretaria de Turismo en el gobierno de Peña Nieto y ha sido diputada federal, local, además de Directora del DIF mexiquense. 
Lo novedoso es que contrajo matrimonio en 2014 con Luis Maccise, socio del Grupo Prisa (empresa editora de El País de España, de Le Monde -con el 15% de las acciones- de París, de la editorial Santillana y de Prisa Tv), y por puritita casualidad, amigo de la infancia de Luis Enrique Miranda y uno de los mejores amigos del presidente.
Ahora serán compañeros de bancada, serán los diputados que le cuidarán las espaldas a quien será uno más de los ex presidentes de México. 

Intentarán evitar que se le finquen cargos a uno de los mandatarios que más señalamientos de corruptelas han recibido.

domingo, 18 de marzo de 2018

Anticorruptelas escenográficas

El Diario, 18 de marzo de 2018
Luis Javier Valero Flores
A más de uno de los lectores le podrá parecer exagerada la comparación, pero de esas dimensiones es lo que hoy sucede en el Estado Grande.
Primero establezcamos que, de acuerdo con la nueva legislación, el Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) debe contar con un Comité Coordinador, encabezado por el Presidente del Comité Ciudadano, e integrado por el Auditor Superior del Estado; el titular de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción; el titular de la Secretaría de la Función Pública; el Presidente del Tribunal Estatal de Justicia Administrativa; el Presidente del Consejo de la Judicatura y del Tribunal Superior de Justicia (TSJ); y el Comisionado Presidente del Ichitaip.
Sus funciones y facultades son muchas y variadas, pero fundamentalmente la del “diseño y promoción de políticas integrales en materia de fiscalización y control de recursos públicos, de prevención, control y disuasión de faltas administrativas y hechos de corrupción, en especial sobre las causas que los generan… La determinación de los mecanismos de suministro, intercambio, sistematización y actualización de la información que sobre estas materias generen las instituciones competentes de los órdenes de gobierno…”. Art. 187 Constitución  de Chihuahua.
Sorpresivamente, el miércoles fue convocada la instalación del Comité Coordinador del Sistema Estatal Anticorrupción (CC-SEA), a realizarse el jueves por la mañana en las instalaciones del Tribunal Superior de Justicia.
Para esa instalación no fue convocada la vocera -e integrante- de la Comisión Seleccionadora del Comité Ciudadano, Olga Ponce, a la cual pertenece el presidente del CC-SEA.
La convocatoria se hizo en momentos por demás difíciles para la buena marcha de varias instituciones del gobierno de Chihuahua. 
Por una parte, el amparo otorgado a Rodolfo Leyva que lo restituye en la presidencia del Ichitaip, que aún está pendiente de resolverse en definitiva pues Alejandro de la Rocha -quien fuera nombrado presidente, luego de la ilegal destitución de Leyva- tiene derecho a presentar una revisión del amparo otorgado a Leyva; y, por otra, las resoluciones pendientes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la legalidad, o no, de la destitución de Gabriel Sepúlveda en la presidencia del TSJ y las de las facultades e integración del Consejo de la Judicatura.
Sin adelantar en qué sentido se dieran tales resoluciones, lo cierto es que existe, sobre esas instancias, un velo de incertidumbre.
Bueno, pues ese es el escenario. Ahora, imaginemos por un instante que el ganador de las elecciones del 2016 no hubiese sido Javier Corral y que el candidato del PRI, Enrique Serrano, hubiese triunfado y que, por tanto, el presidente del Tribunal Superior de Justicia fuera el magistrado Gabriel Sepúlveda (militante del PRI y amigo de Serrano y de César Duarte); que el Auditor Superior del Estado fuese, todavía, Jesús Manuel Esparza, también militante del PRI y amigo del ex gobernador Duarte, y de Serrano; que la Secretaria de la Función Pública fuese, otra vez, Liz Aguilera, también priista y amiga de Serrano, o Karina Velázquez, la ex presidenta del PRI estatal; que el presidente del Comité Coordinador del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) fuese un destacado priista y que en el Ichitaip hubiesen nombrado a otro priista en la presidencia.
Más aún, que a nombre del Congreso, a la instalación del Comité Coordinador del SEA hubiese acudido una diputada del PRI y que, a su vez, el Presidente de la Comisión de Vigilancia y Fiscalización del Congreso fuese otro priista y que todos ellos hubiesen realizado la instalación de ese Comité Coordinador del SEA (CC-SEA), integrado por ¡Puros militantes priistas o personas muy cercanas al PRI o a los funcionarios estatales, en ese hipotético escenario en el que el triunfador hubiese sido el priista Enrique Serrano!
¿Se imaginan el escándalo, hasta internacional, que hubiesen armado los dirigentes y militantes del PAN?
¿Se imaginan que hubiesen hecho las organizaciones sociales derechohumanistas y las dedicadas a vigilar la transparencia del gobierno de Chihuahua?
El principal argumento para descalificar tal instalación hubiese sido que el total de sus integrantes eran del partido en el gobierno, o que mantenían estrechos lazos con el grupo gobernante.
Bueno, pues eso hizo del gobierno del amanecer el jueves anterior, aunque con una cantidad mayor de agravantes.
No son cualquier cosa.
El Presidente del TSJ está pendiendo de la resolución de la SCJN, si bien no se le conoce filia pública con el PAN al magistrado Julio César Jiménez Castro, es a quien el gobernador Corral impulsó para que ocupara esa posición; el Auditor Superior del Estado, Armando Valenzuela, es encargado del despacho y es cercano al mandatario estatal, además de que su posición está cuestionada; el presidente del CC-SEA es José Enríquez Tamez, miembro del PAN y que, de acuerdo con la normatividad nacional, no debiera ocupar esa posición, precisamente por su militancia; la Secretaria Estefany Olmos, que no es militante del PAN, pero es claramente de las confianzas del gobernador Corral.
La instalación del CC-SEA, la principal instancia que, de acuerdo con los ejes del gobierno del amanecer, sería la columna vertebral en el combate a la corrupción gubernamental lo hacen parcialmente, con casi la mitad de sus integrantes o ausentes, o sometidos a cuestionamientos judiciales y, peor, que sus nombramientos obedecen a su cercanía con el gobernante.
A esa escenográfica instalación, acudieron la diputada Blanca Gámez (PAN), en representación del Congreso del Estado y Jorge Soto (También del PAN) como presidente de la Comisión de Fiscalización.
Más aún, el CC-SEA no tiene asignado ni presupuesto, ni instalaciones; no posee empleados, ni funcionarios; no tiene una ley reglamentaria y aún no se aprueba por el Congreso del Estado la regulación del nombramiento del Fiscal Especial Anticorrupción y, tampoco, del Tribunal Estatal de Justicia Administrativa; por tanto, tampoco están nombrados sus titulares, que son parte fundamental del CC-SEA.
Si el Comité Coordinador del SEA tiene estos problemas ¿Cuál es la razón de la convocatoria para su instalación? ¿Acaso en la reinstalación de Rodolfo Leyva y sus tronantes posturas en contra del gobernador Corral?
Lo hemos dicho reiteradamente, el gobierno encabezado por Javier Corral tendría retos mayores, superiores a los que podrían haber encarado sus antecesores, pues emergía de un vasto rechazo a un gobierno y a su partido por los innumerables y evidentes actos de corrupción. 
Los antecedentes, en materia de desarrollo democrático, hacían esperar mejores resultados de una administración dirigida por Corral.
Más aún, estaba obligado a mantener, a costa de cualquier precio, la congruencia; que sus dichos fuesen respaldados por las acciones de gobierno.
La frustrada instalación del CC-SEA es otro ejemplo emblemático de lo contrario ¿Cómo pretender, mediante un acto escenográfico, acompañados solo de los suyos, en medio de una crisis institucional, instalar el órgano operativo de la ofensiva anticorrupción en Chihuahua, si nace cojo, ciego, pobre y cuestionado?
No son exageraciones, nace cojo pues aún le faltan dos titulares, fundamentales para su funcionamiento, el fiscal anticorrupción -¡Nomás!- y el titular del tribunal encargado de vigilar todo lo referente a lo administrativo; ciego, pues aún no tiene regulaciones; pobre pues no tiene presupuesto asignado y cuestionado por la SCJN.
¿Pues qué les pasa?
Lo que menos necesita la sociedad chihuahuense es una política gubernamental de simulación, en momentos en que la contienda presidencial -de la que no se escapan los protagonistas locales- evidencia lo peor de la clase política y en la que el factor común es ese, la simulación.
¿Cómo integrar un organismo para combatir la corrupción gubernamental con puros allegados al grupo gobernante?
¿En qué momento perdieron la brújula ciudadanizadora? ¿O nunca la tuvieron realmente?
¡Híjole!
¿Porqué tanta premura en la instalación de un organismo, supuestamente  emblemático del quehacer del gobierno del amanecer?
¿Porqué hacerlo cuando están en una crisis de legitimidad y, peor aún, de legalidad, puesta en entredicho, no por el Comisionado Leyva, sino por un juez federal que, además, ha ordenado que no recurran al mismo procedimiento, en caso de reinstalar a Leyva? 
Es decir, que no podrán hacer como que respetan su resolución y luego, como lo hicieron los diputados duartistas con dos de las comisionadas del actual Ichitaip, volverlas a nombrar, pues, recalca, no tienen facultades para hacerlo, es decir, no pueden destituir a su presidente, fondo del asunto que ahora tiene en vilo al órgano garante de la transparencia en Chihuahua y de cuya actuación está tan pendiente el gobierno que le prometió a sus gobernados ser el más transparente del país, pero que ahora efectúa una y mil maniobras para mantener bajo su control a todas las instancias y dependencias encargadas ¡De vigilarlo!
Urge una política de distensión y de reflexión en el grupo gobernante; contra su percepción crece la desilusión popular hacia su quehacer, y el rechazo a su concepción autoritaria del ejercicio del poder es, por momentos, avasallante.
Aún están a tiempo de recuperar el rumbo perdido. No tienen mucho.

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jueves, 15 de marzo de 2018

Los 65 millones son lícitos, dice la PGR

El Diario, 15 de marzo de 2018
Luis Javier Valero Flores
Luego de tres años y medio, la PGR está a punto de resolver no ejercer acción penal por los delitos federales de “operación con recursos de procedencia ilícita”, “delito bancario” y “defraudación fiscal”, presuntamente cometidos por el exgobernador, César Duarte Jáquez, y del ex Secretario de Hacienda, Jaime Herrera Corral, denunciados por el abogado Jaime García Chávez, líder de Unión Ciudadana.
La denuncia de los hechos señalados por Jaime García fue sorprendentemente aceptada por Duarte en una entrevista televisada en la que lanzó la más famosa de sus frases durante su mandato: “A lo macho, no me fijé”. 
Así, queriendo hacerse el gracioso frente a la reportera del equipo de Denisse Merker, de Televisa, Duarte aceptó que firmó una operación por 65 millones de pesos, ¡Sin saber de qué se trataba!
En ella, ordenaba que esa cantidad se transformara en acciones del Banco Unión Progreso en cuanto la unión de crédito, del mismo nombre, se transformara en banco.
Esa frase se ha convertido en el ícono de la corrupción cometida por infinidad de funcionarios. Hasta los más iletrados en materia financiera saben que los documentos que amparan una operación por 65 millones de pesos deben ser objeto de una minuciosa revisión, no sólo por el titular de los bienes y/o dinero que se movilizaría, sino, también, por un conjunto grande de abogados y asesores.
En la misma entrevista, sin empacho, señaló que él no había autorizado que Unión Progreso fuera una de las instituciones financieras en las que se manejaran recursos del gobierno de Chihuahua, lo que abría un flanco inesperado. Herrera sería, ante esa información, el único responsable de los depósitos efectuados por la administración estatal en esa unión de crédito.
Así, a casi cuatro años y cuando la petición de extradición de Duarte, soportada por la presunta comisión de otros delitos, asentada en las causas penales elaboradas por la Fiscalía General de Chihuahua, está en proceso, la PGR de Peña Nieto le extiende un cheque en blanco al más protegido de los ex gobernadores, señalados por haber cometido, presuntamente, corruptelas, y explica, de paso, -aunque aderezado por la invaluable ayuda del gobierno de Corral- el porqué de la tardanza en la presentación de la extradición del ballezano a los gobiernos extranjeros, presumiblemente al de Estados Unidos.
No está resuelto el caso. 
Seguramente, como lo ha informado García Chávez, el procurador de la república dará por buena la postura de la agente del Ministerio Público, María Elena Velasco Ramírez, adscrita a la Unidad Especializada en Análisis Financiero, quien determinó que no debe ejercitarse la “acción penal” contra Cesar Duarte y Jaime Herrera Corral, en lo que se refiere a delitos federales relativos a operaciones con recursos de procedencia ilícita y delitos bancarios.
El activista ha señalado que esperarán la resolución de la PGR y que, seguramente, recurrirán al amparo, además de hacer un llamado a los chihuahuenses a fin de detener la ola de corrupción existente en el país, no sin señalar uno de los aspectos más dolorosos y más cuestionados en este proceso al bloque de fuerzas políticas, encabezadas por Javier Corral, que llegaron al gobierno.
Sin la denuncia presentada por García Chávez, muy probablemente Javier Corral no hubiese sido candidato al gobierno de Chihuahua. Luego de la denuncia, nació Unión Ciudadana. Para ello, varios de los que ahora forman parte del gobierno -Víctor Quintana, Lucha Castro, Martín Solís y otros no tan mencionados- impulsaron decididamente tal organización. Sin ella, tampoco formarían parte del gobierno del amanecer.
Todos ellos dejaron solo a Jaime García y a Unión Ciudadana en el seguimiento de la denuncia. Como la PGR, se quedaron callados durante el tiempo que llevan en el gobierno.
Ayer, sin aspavientos, Jaime le reclamó a Corral que “se olvidó del expediente” y lo acusó de “falta de generosidad política al no sumar esta denuncia a las levantadas por su gobierno”.
Sin levantar la voz, a pregunta expresa de un reportero, Jaime García acusó al gobierno de Corral de proteger a Jaime Herrera y emplazó al gobernante a mostrar, “como lo hacemos nosotros”, los documentos en los que se basan para ofrecerle a Herrera la figura jurídica coloquialmente conocida como “testigo protegido”.

lunes, 12 de marzo de 2018

Mesura y autocontención

Sin Retorno, Aserto.mx
12 de marzo de 2018
Luis Javier Valero Flores
Muchos años atrás, en una entrevista, el entonces gobernador Francisco Barrio, declaró que él tenía un método para auto controlarse, que era una especie de vigilante propio, que era quien le ponía límites a su actuación. No le funcionó, los escándalos sobre su modo de gobernar lo llevaron a la derrota interna en las elecciones del PAN para designar candidato. Luego, en las constitucionales, el PRI retomó el gobierno.
Poco desarrollados entonces, y ahora, cuando suponíamos  que habíamos avanzado en el desarrollo y mejoramiento de los controles constitucionales, para ponerles límites a los gobernantes, en virtud de que otorgarles esa cualidad es punto menos que la locura ciudadana, nos hemos encontrado, a cada paso, y con distintos protagonistas, de distintos partidos, con la amarga novedad que los hacen a un lado con extrema facilidad.
Claro que ahora ya hay -así sea de a poquito y de vez en cuando- una mejor actuación del Poder Judicial de la Federación que ha servido, en no pocas ocasiones, para ponerles controles a los gobernantes, por lo menos en el ámbito estatal y municipal.
El caso de la destitución de Rodolfo Leyva como comisionado Presidente del Instituto Chihuahuense de Transparencia (el Ichitaip) y luego el amparo otorgado por un juez federal que ordena su restitución en el cargo, debido a muchísimas violaciones legales cometidas por el resto de los comisionados del Ichitaip para destituirlo, pues no tienen esa facultad y a que violaron diversos derechos del funcionario, es un ejemplo emblemático de los controles superados por el extremo poder de quienes lo ejercen desde el Poder Ejecutivo.
Una de las razones de fondo para explicar la pretensión del grupo gobernante es evitar que Leyva siguiese en la presidencia del organismo encargado de hacer cumplir la ley en materia de transparencia, es que formaría parte del Comité Coordinador del Sistema Estatal Anticorrupción, organismo integrado, hasta ahora, por puras personas cercanas a la élite gobernante; el miembro discordante sería el restituido Rodolfo Leyva.
En estricto sentido, la determinación del juez federal, en un país con mediano desarrollo democrático, hubiese implicado la renuncia, o la destitución de los funcionarios que hubiesen violado tan flagrantemente la ley, y más si estos son de los que tienen una de las encomiendas más delicadas, vigilar que el ejercicio de los recursos públicos se haga de manera transparente, para lo cual necesitan una completa independencia del gobernante en turno.
Más aún, ante la contundencia de los argumentos usados por el juez, a pesar de que legalmente tienen derecho, a la revisión del amparo otorgado a Leyva, no debieran hacerlo, alguien debiera aconsejar al gobernador Javier Corral que lo mejor para su gobierno es dejar de lado la controversia jurídica, que por momentos pareciera hasta personal y permitir que, por lo menos uno de los controles establecidos para el sano ejercicio del gobierno, permaneciera ajeno a él, por la salud del gobierno del amanecer, por la de la sociedad chihuahuense que acude, desalentada, a un conflicto más, que es de la misma naturaleza que los sostenidos por Rodolfo Leyva contra el gobierno de César Duarte, el de la lucha contra el autoritarismo de quien gobierna.
Y hay que enfatizar en este aspecto, el de que en el sexenio anterior, Leyva impugnó las decisiones de los diputados locales, que actuaron como subordinados de Duarte, para que los porristas de Corral no lo etiqueten como “priista”, dado que una buena cantidad de personas es muy dada a ubicar de esa manera las críticas en contra del gobernante de la actualidad, tampoco es simpatizante de Morena y no se le conoce filia política personal, aunque sus raíces familiares más bien lo ubicarían en el panismo.
No, el problema es que, como antes, como siempre, el gobernante en turno no desea que nadie ajeno le vigile el modo en el que ejerce el poder, en cómo gasta y emplea los recursos públicos, y si antes no existían los controles jurídicos que ahora existen, entonces el modo que ya encontraron es el de pervertirlos, controlar el acceso de quienes integran tales organismos controladores del poder y, como antes, rodearse de los suyos para impedir que la sociedad -¡Ni lo permita diosito santo!- se entere de las corruptelas, y menos, que las pudieran sancionar.
¡Hábrase visto!
¡Pos cómo creen!

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domingo, 11 de marzo de 2018

“Con ustedes, sin ustedes y a pesar de ustedes”

El Diario, 11 de marzo de 2018
Luis Javier Valero Flores
“Nosotros nunca estamos mal’, escribió el diputado panista Jorge Soto en un mensaje por celular a su compañera Rocío González. Ella le sugirió que mal hacían en incluir un dictamen no consensuado previamente con todas las fuerzas políticas en el Congreso del Estado”. (De los periodistas, El Diario de Juárez, 9/III/18).
Muchos años atrás, en la otra ocasión en la que el PAN ha tenido mayoría parlamentaria (en aquel entonces, 1992-1995, era calificada y el gobernador era Francisco Barrio) impulsaron y aprobaron una reforma constitucional que, como ahora en la reforma al juicio de procedencia, fue rechazada por la bancada priista que abandonó en esa ocasión el recinto parlamentario. Cuando salían, desde la tribuna, el coordinador de los legisladores panistas, Javier Corral, les espetaba la frase que da título a la presente reflexión.
Esa concepción del ejercicio del poder prevalece. No es nueva, es la forma en la que el PRI lo ha ejercido a lo largo de 72 años, desde 1946.
En esa concepción no existe respeto a la división de poderes ni al Estado de Derecho, mucho menos a la diversidad política.
Parecieran asuntos distintos, muy diferenciados, el de las frases atribuidas al diputado Soto -presidente de la mesa directiva del Congreso del Estado-, la frase del diputado Corral y la restitución del Comisionado Rodolfo Leyva a la presidencia del Instituto Chihuahuense de Transparencia y Acceso a la Información Pública (Ichitaip), ordenada por un juez federal. 
No lo son, forman parte troncal de lo que ahora vive la sociedad chihuahuense.
No son poca cosa. El jueves, cuando se trataba de entregar el premio a las chihuahuenses más destacadas en diversas disciplinas, la mayoría parlamentaria del PAN ¡Cambió el nombre de una de las ganadoras, atropellando, no solamente el trámite legislativo, sino la resolución de un jurado y los términos de la convocatoria respectiva!
¿Qué puede esperar la sociedad chihuahuense si, quienes fueron, durante décadas, la oposición “respetable” en Chihuahua, que pregonaban -no siempre fueron congruentes- los más elevados valores societarios, ahora atropellan descarada, salvajemente, cosas que podrían considerarse menores en la disputa por el poder, como lo puede ser la entrega de un reconocimiento a mujeres chihuahuenses?
¿Cuáles son las razones de la inquina gubernamental en contra del Comisionado Rodolfo Leyva? ¿Es, solamente, la pretensión de colocar en un lugar fundamental a Ricardo Gándara, el esposo de la Secretaria de la Función Pública, Rocío Olmos? ¿O es, por el contrario, un asunto aún más grave, el de pretender controlar todas las instancias y dependencias encargadas de la vigilancia y fiscalización del quehacer gubernamental y del ejercicio del presupuesto público, bajo el manto de un discurso “democrático”, de “plena transparencia” y de la más “absoluta congruencia”?
¿Cómo explicarnos que la mayoría legislativa -diputados panistas y del PES- se hayan aferrado a aprobar la reforma al juicio de procedencia, el que se podrá llevar al cabo con la determinación de una mayoría simple?
La explicación para tantos asuntos y de tan variadas aristas es una sola, por desgracia la más desalentadora a los afanes democráticos de los chihuahuenses, la pretensión de ejercer el poder sin cortapisas, sin contrapesos y sin críticas.
¿Por qué empeñarse en echar fuera del Ichitaip a Rodolfo Leyva?
Las razones se encuentran -una parte de ellas- en la nueva ley anticorrupción, que da origen al Sistema Estatal Anticorrupción (SEA), que será dirigido por un Comité Coordinador (CC-SEA) y del cual, de acuerdo con el Art. 187, Fracción A, de la Constitución de Chihuahua, estará integrado por un representante del Comité de Participación Ciudadana del SEA, “quien presidirá el  Comité”, el Auditor Superior del Estado, el titular de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, el titular de la Secretaría de la Función Pública, el del Tribunal Estatal de Justicia Administrativa; el representante del Consejo de la Judicatura y el Comisionado Presidente del Ichitaip.
El actual grupo gobernante impulsó decididamente la creación del SEA pero, al igual que sus predecesores, se cuidaron que no cayeran, las designaciones de los titulares de las dependencias encargadas de vigilar y fiscalizar el quehacer gubernamental y el ejercicio del gasto público, en personas ajenas al grupo gobernante, al mandatario o al partido en el gobierno.
Para asegurarse de tal propósito, designaron en el Comité Ciudadano del SEA a puros miembros distinguidos del PAN o círculos afines.
El presidente del Comité Ciudadano será el presidente del Comité Coordinador del SEA, de ahí la pertinencia -para el PAN y para el amanecido gobierno- que su titular sea panista. Esa es la explicación del porqué José Enríquez Tamez, militante del PAN, ocupa esa posición y, también, y es lo más lamentable -además de elevadamente criticable- fruto de que en la legislación local, no incluyeran lo establecido en la legislación federal, de no permitir militantes de los partidos, con menos de 4 años de separación de ellos.
Igual ocurrió en la Auditoría Superior del Estado. Como los gobernadores anteriores, Corral impuso en ese lugar a uno muy cercano suyo, Armando Valenzuela, luego de un más que desaseado proceso para desbancar a Ignacio Rodríguez.
Cero y van dos. Falta nombrar al Fiscal Anticorrupción. Ni duden que designarán a otro distinguido integrante de la élite blanquiazul.
Al Comité Coordinador del SEA se suma la Secretaria de la Función Pública, subordinada del titular del Poder Ejecutivo. 
Además, el representante del Consejo de la Judicatura. Tampoco hay dudas, será alguien aquiescente al grupo gobernante.
El titular del nuevo -a formar- Tribunal Estatal de Justicia Administrativa, que seguramente seguirá la tónica de la administración.
Y, finalmente, el consejero presidente del Ichitaip. 
Por todo lo anterior, no desean a Rodolfo Leyva ahí.
Es que las funciones -a pesar de lo acotado de esta nueva parafernalia administrativa, con una gran dosis de escenográfica- atribuidas al Comité Coordinador son excesivas (a los ojos de los hombres del poder) para que las pudiera desempeñar, así fuera en un órgano colegiado, alguien independiente al mandatario o, como es el caso, un funcionario tan abiertamente enfrentado al actual titular del Poder Ejecutivo.
¡Eso no se vale en los tiempos presidencialistas que vivimos los chihuahuenses, es decir, en la época en la que no debe haber -a juicio de los gobernantes- contrapesos ni opositores, ni críticos a los hombres del poder!
Menos, que vayan a participar en los organismos en los que se puedan detectar más fácilmente y hasta denunciar, no solo públicamente, sino judicialmente, las corruptelas de los integrantes de la élite del poder.
Bien se dice que el que puede lo más, puede lo menos.
Leyva ha sostenido reiteradamente que su ilegal destitución fue producto de una orden -sugerencia le pueden llamar los otros integrantes del Consejo del Ichitaip- del gobernador Corral, debido a que no acató la orden de designar a Ricardo Gándara.
Con esos antecedentes, el desenlace sobrevino de manera natural y la remoción de Leyva fue cuestión de unos cuantos días ¡No importa atropellar de manera vil el marco legal y el pretendido discurso de la transparencia del gobierno del amanecer!
Ahora, el grupo gobernante recibe un nuevo sopapo del Poder Judicial de la Federación -al igual que antes su antecesor, el gobernador César Duarte-, fruto del mismo origen, la pretensión de avasallar todo y a todos, incluso por encima de la legalidad vigente, pues los comisionados del Ichitaip no podían, no pueden, remover a su presidente, facultad reservada al Congreso del Estado.
No les importó, sobró la soberbia y ahora enfrentan la posibilidad de tener a Leyva en la presidencia del Ichitaip y en el Comité Coordinador del sistema anticorrupción o, impugnar la resolución del juez federal, lo que implicaría posponer un año el regreso de Leyva.
Pero no hay margen para el optimismo, esa misma concepción autoritaria ha presidido la actuación de los diputados blanquiazules en la aprobación de  la  reforma al mecanismo del juicio de procedencia -el llamado juicio político en contra de los funcionarios- en la cual lo esencial es que bastará con que una simple mayoría puede ordenar la destitución de jueces, diputados, magistrados, funcionarios de órganos autónomos, etc.
Distintas voces ubican esa modificación como el mecanismo que se usará para, ahora sí, remover a los magistrados Gabriel Sepúlveda y Jorge Ramírez.
Puede ser que así sea.
Es más  grave que eso; se trataría de arrogarse de todos los instrumentos jurídicos para controlar de manera cuasi absoluta todos los espacios del poder, además de la plena extinción de la división de poderes y erigirse en un mandatario con más poder, y menos controles, que César Duarte.
Y pensar que para lograr tales propósitos ha recibido el apoyo total de uno de los nuevos aliados de Morena, el PES, en asuntos que, se supondría, mantendrían plenas coincidencias, de ser cierto el discurso de que este partido asumió el denominado “Proyecto de Nación” de AMLO.
¡Valiente aliado en lo nacional se consiguió el morenaje!

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