lunes, 23 de julio de 2018

Casta Dorada: En los bueyes de mi compadre


Mega Radio 860, Juárez
Luis Javier Valero Flores
Nada como afectar los salarios de los funcionarios públicos de los primeros niveles para despertar sus más airadas e indignadas respuestas.
Luego del anuncio de las 50 medidas, que al llegar al gobierno llevará a la práctica López Obrador, entre las que destacaron dos de las promesas más reiteradas a lo largo de los años y de mayor simpatía entre la población -la desaparición de las pensiones a los expresidentes y la disminución de los salarios de la alta burocracia- la respuesta ha sido de antología.
Ahora defienden a capa y espada la elevada calidad de los servicios prestados por los funcionarios públicos, dicen que sin éstos perderá eficiencia y calidad el funcionamiento del gobierno, que la iniciativa privada se los llevará, que se elevará la corrupción pues, como no se les paga suficientemente, entonces les darán ganas de meterle mano al cajón, que… y así, mil y un pretextos.
¿Po’s que no se dan cuenta de la falsedad de semejantes argumentos?
¿Qué acaso el país no está clasificado como uno de los más corruptos del mundo, producto, sobre todo, del elevado nivel de corrupción en el gobierno?
La realidad que hoy vive el país es producto, no solamente de las equivocadas políticas gubernamentales aprobadas por los políticos, sino también de los diseños de las políticas publicadas realizadas y ejecutadas por  los integrantes de la casta dorada de la burocracia, esos que ahora tantos analistas tanto defienden.
Además de ser fuente de las políticas aplicadas, también son el reducto del reparto inmisericorde que hicieron de las finanzas públicas. Como buitres se repartían el erario de la nación.
Sólo como una de las referencias: Cuando llegó a la presidencia de la república,             el gobierno federal tenía menos de 200 plazas con salario de subsecretario. Terminó con más de 500. En el sexenio de Felipe Calderón rebasaron las 2 mil.
Cuando llegó Peña Nieto, en lugar de desaparecerlas, las dejaron y en cambio se incrementaron las plazas con salarios, poquito menores a esos. 
Hoy son más de 35 mil los funcionarios federales que ganan más de 110 mil pesos mensuales, más una infinidad de prerrogativas, incluidos seguros de gastos médicos, secretarios particulares, gasto de celulares, asesores, etc.
¿Cómo sale a defender alguien su salario de más de 150 mil? ¿Y mucho menos de 300, 400 o 500 mil pesos?
¿Con qué autoridad moral defiende la clase política los elevados salarios de diputados y senadores si, como saben, sus cargas de trabajo son increíblemente irrisorias?
¿De veras creen que las largas horas de cabildeos políticos -en medio de opíparas comidas- y de las escasas horas empleadas en las sesiones del Congreso acreditan los estratosféricos salarios devengados?
¿Con qué argumentos se puede defender, válidamente, que en la función pública se deba competir, en materia de salarios, con la iniciativa privada?
Si por resultados nos orientáramos, usemos de ejemplo a los funcionarios de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México, a quienes, dicen, debemos pagarles millonarios salarios en el gobierno. ¿Cómo premiarlos si México es de los últimos lugares en recaudación fiscal? ¿Cómo no recordar que, durante décadas, han insistido en que aumentemos el número de causantes, a partir de los vendedores ambulantes y que, se los han demostrado, una y otra vez, eso no elevará la recaudación fiscal?
¿Cómo defenderlos si su trabajo principal ha consistido en mejorar el modo de efectuar recortes presupuestarios a salud, educación y desarrollo social? ¿Cómo no recordar que año con año hay que estar pendientes de la propuesta de Hacienda en el presupuesto de las universidades, del Conacyt y de la educación en general, porque siempre, pero siempre, viene a la baja y la oposición y los rectores deben efectuar mil y una maromas para convencer al gobierno de que no se bajen esas partidas?
No, no tienen defensa posible.
A partir de enero del 2019 deberán disminuir sus salarios y ganar menos que el presidente de la república, eso dice la constitución, esa que violan a diario los que prometieron y protestaron cumplirla y hacerla cumplir, sí, pero en los bueyes de mi compadre.

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domingo, 22 de julio de 2018

Histórica victoria



El Diario, 22 de julio de 2018
Luis Javier Valero Flores
La noche del 1o. de julio pasará a la historia como la del festejo apoteósico del triunfo de la izquierda mexicana, en su larga lucha por acceder a la presidencia de la república.
Permítaseme una disquisición personal. 
A lo largo de toda una vida de expresar opiniones en la prensa sobre el acontecer del país, hasta el grado de abrazar el oficio del periodismo en los últimos 16 años, pocas veces se ha utilizado este prestigiado espacio para abordar asuntos personales, o para expresar las más íntimas fobias o filias de ese carácter.
Por supuesto que los análisis aquí publicados desde el 15 de agosto del 2001, -a partir de la invitación del Director General y fundador de El Diario (de la cadena estatal), Don Osvaldo Rodríguez Borunda, cosa que estaré permanentemente agradecido- van impregnados del bagaje ideológico y político de quien los escribe.
Así sucede con la totalidad de quienes efectúan análisis sobre la sociedad; no nos podremos desprender de ello, pero se intenta, en todos los casos, aportar la mayor frialdad y neutralidad posible al momento de emitir juicios y, obviamente, manteniendo como eje fundamental el fortalecimiento de la vida democrática de Chihuahua y del país.
Pero lo sucedido a lo largo de los últimos meses, y sobre todo en la parte final de las campañas electorales, es de un elevado impacto emocional; ver a las muchedumbres entregadas a un hombre canoso, cuyo discurso es lo más alejado al del político tradicional, que repetía hasta el cansancio las frases lanzadas desde varios años atrás, pero que tenía en el centro de sus alocuciones el desprecio y rechazo contundente a la clase política (el PRI-AN) y a los más poderosos hombres del país (la mafia del poder), cuyos privilegios son un insulto permanente a un pueblo cuya enorme mayoría sufre para obtener su comida, o lo necesario para vivir.
Andrés Manuel López Obrador entendió como nadie los alcances de la reforma política del 2007-2008, que prohibió la contratación de propaganda política en los medios electrónicos de comunicación (radio y televisión). Tal reforma obligaba a los partidos políticos a construir o a reforzar su estructura territorial, que esa sería la base de su influencia en la sociedad.
El otro factor determinante en los siguientes procesos electorales sería el de que la inserción y simpatía de los partidos en la sociedad radicaría mayormente en los resultados que los gobernantes emanados de sus filas entregaran a los gobernados.
Pero en el centro de todo ello estaba un hecho cardinal, el de la política neoliberal aplicada salvajemente en el país. El resultado de la elección no solo obedece a lo anteriormente señalado y a las gigantescas corruptelas descubiertas cometidas por un buen número de gobernadores emanados del PRI y del exgobernador Padrés de Sonora, amén de los escándalos de los “moches” de los diputados federales del PAN, o del no menos escandaloso episodio de los dueños de los casinos, en el que aparecieron involucrados no pocos personajes de los primeros niveles de Acción Nacional.
Y, obviamente, los generados por el presidente Peña Nieto y sus funcionarios, hasta lo más reciente, el de la pensión que desde principios de la década de los 90’s recibe el ex presidente Ernesto Zedillo ¡Por haber trabajado 5 años en Ficorca, una dependencia del Banco de México!
Sí, la gente está harta de la clase política, de sus salarios y privilegios, de las corruptelas, pero también de su elevada ineficiencia y de su extrema voracidad.
El agravante es que todo eso lo hacían aplicando una política económica contraria al desarrollo nacional y que tenía como premisa fundamental la entrega de los recursos, de todo tipo, al gran capital, fuera nacional o extranjero, si tal diferencia se pudiera asentar válidamente en la actualidad.
Si esa política tiene como principal objetivo extraer toda la riqueza del país, a costa del empobrecimiento de amplias capas de la población, y/o la disminución de los niveles de vida de las capas medias de la población, y encima de ello los gobernantes se convierten en rapaces atesoradores de las riquezas públicas, o eficaces empresarios a partir de sus privilegiadas posiciones, entonces el resultado del 1o. de julio se daría, tarde o temprano, pero se necesitaba del catalizador que pudiera acelerar el proceso social.
Pocas tardes-noches tan emotivas como la del 1o. de julio. A medida que llegaban los reportes de los medios, de los amigos, de los compañeros de toda una vida, procedentes de una gran cantidad de lugares de todo México, se iba configurando la certeza, ¡Morena va ganando en todo el país!
A los ojos del escribiente pocas cosas representaron tan bien el inmenso dolor producido por los gobernantes mexicanos que el llanto de alegría del hermano emigrado a Estados Unidos y que era, al mismo tiempo, de una enorme melancolía, tristeza y rabia por haber tenido que salir de su país porque aquí no encontró forma de sobrevivir.
Y es una tragedia compartida por decenas de millones de mexicanos. Si algo representara la incapacidad y el fracaso de la clase política al mando del país, sería la inaceptable cantidad de compatriotas emigrados a los Estados Unidos.
De la calidad de los migrados habla el hecho de que son quienes más dinero envían a su país de origen, de entre todos los grupos de migrantes del mundo entero.
Basta ver las filas de sus camionetas al fin del año, cargadas de cuanta cosa le llevan a regalar a sus parientes. Parecen santacloses; lo son, bolsas y espacio les falta para los regalos.
Y forman parte de este pueblo que ha luchado décadas enteras, en todas las formas posibles, usando todas las herramientas y recursos a su alcance para destruir un régimen, -a cual más de corrupto y atrabiliario- y que a fuerza de movilizaciones, de caravanas, manifestaciones, huelgas, paros laborales, de enfrentamientos con las fuerzas policiacas, para policiacas y hasta militares fue construyendo la fuerza necesaria para oponérsele y ganarle al régimen en el frente de batalla que éste había reservado para sí, a fin de no cederlo a las fuerzas de la izquierda, y sí prestárselo un ratito al partido de la derecha, el que mostró, en tan sólo dos sexenios, cuán lejos se encuentra de la eficacia gubernamental y del compromiso real con los requerimientos democráticos de los mexicanos.
¿Cuándo se imaginarían los maestros y los ferrocarrileros de las heroicas luchas de fines de los 50’s que un candidato de las izquierdas cerrara su campaña en el estadio emblemático del país, el Azteca? ¿O que los integrantes de la caravana de Nueva Rosita, Coah. en 1950, los copreros de Acapulco, los mineros de Cananea de todas las épocas, los médicos del ’65, los campesinos de todas las épocas, especialmente los invasores del latifundio Green en Sonora, soñaran que un luchador al lado de los chontales de Tabasco se convirtiera en presidente?
¿O los campesinos de la vieja UGOCM, protagonistas de tantas heroicas y dolorosas batallas, sobre todo en el norte y noroeste de México?
¿O los jóvenes del ’68 y del ’71? ¿Y los cientos de integrantes de todos los grupos guerrilleros que le apostaron a otra forma de lucha, pero bajo la misma idea central, la de transformar democráticamente a México?
¿Y los participantes de las mil y una luchas sociales y políticas, a lo largo y ancho del país, y también de las, en muchas ocasiones, cruentas batallas electorales?
Hasta las más recientes, las de los integrantes de los partidos de la izquierda socialista, partiendo del hecho, histórico, de que, en buena medida, Morena es la secuela del Partido Socialista Unificado de México (que naciera por la iniciativa de tres dirigentes históricos de esa izquierda, Heberto Castillo (PMT), Alejandro Gascón Mercado (Partido del Pueblo Mexicano, ex miembro del PPS) y Arnoldo Martínez Verdugo, último dirigente del Partido Comunista Mexicano.
En esta faceta, la de cuando la izquierda socialista y comunista decide incorporarse de lleno a la lucha electoral, el PSUM se transformaría en Partido Mexicano Socialista y luego, con la incorporación de la Corriente Democrática (el agrupamiento que procedía del PRI, con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo a la cabeza) dar origen al PRD, partido del cual proceden una buena parte de las dirigencias morenistas y que hoy está a punto de la desaparición, merced a su política de abandono de las causas de la izquierda.
Semejante patrimonio político estaba presente en las multitudinarias concentraciones que rodearon a López Obrador en la parte final de la campaña, rásquele un poco y se encontraran los antecedentes en cada uno de los actos, en muchos de los activistas y de no pocos dirigentes del movimiento que está a punto de convertirse en gobierno.
No son menores los retos a los que se enfrentarán los nuevos gobernantes. están obligados a ser congruentes con lo dicho a lo largo de muchos años; medio país estará atento a la comisión del menor de los errores, pero, sobre todo, tienen ante sí a un pueblo esperanzado, y se trata de uno lastimado profundamente, en todos los aspectos.
Además, construir una opción hegemónica en la sociedad es su principal tarea, y no se habla de una hegemonía política, para, solamente, mantenerse en el poder, no, se trata de construir una sociedad democrática y esa sí que es una tarea transformadora, que honraría a todos los mexicanos que lucharon incansablemente por transformar a la sociedad mexicana.

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jueves, 19 de julio de 2018

Declaraciones patrimoniales ¡Públicas!


El Diario, 19 de julio de 2018
Luis Javier Valero Flores
De entre el mar de propuestas, contenidas en los anuncios realizados por el triunfador de la contienda presidencial, Andrés Manuel López Obrador, resalta una, que ha sido merecedora de muy escaso seguimiento, tanto en las redes sociales, como en la prensa: La decisión de que todas las declaraciones patrimoniales de los funcionarios públicos deberán ser públicas.
Por si fuera poco, la propuesta abarca a los familiares más cercanos, cónyuges, hijos y hermanos.
Desde la aprobación de las primeras legislaciones sobre el tema de la transparencia, la discusión sobre si las declaraciones patrimoniales de los funcionarios debían ser públicas o no, ocupó, durante años, la atención principal.
Finalmente, el peso de la clase política sobre el tema y porque otros  asuntos ocuparon los reflectores, especialmente el de la seguridad pública, relegaron tema tan trascendental en el combate a la corrupción.
Prevaleció la idea de que darle carácter de obligatoria a la publicidad sobre el patrimonio era una especie de invasión a la privacidad de los funcionarios públicos y de que, en todo caso, como en una gran cantidad de asuntos, había que otorgarles, también, ese poder discrecional: Si la deseaban hacer pública, era su decisión.
Con los años, una nueva modalidad, nacida desde los organismos de la sociedad civil más ligados a las cúpulas empresariales, adquirió una no menor simpatía: La publicación de la “3de3”.
Esto es que los protagonistas públicos, si lo deseaban, podían publicar sus declaraciones patrimoniales, fiscales y de conflictos de interés.
Pero persistía el carácter voluntario, discrecional, de los servidores públicos acerca de la publicidad o no de su patrimonio, sin alcanzar a entenderse, desde nuestra óptica, que la decisión de incursionar en el servicio público implica que no sólo sus actos están bajo el escrutinio, legal, de la sociedad, pero, también, y eso es lo primordial, lo debería estar su patrimonio, el monto y sus transformaciones, bajo la óptica que su crecimiento no debe obedecer a ningún beneficio ilegal a partir de su desempeño en la administración pública.
No está demás insistir en las bondades de hacer obligatoria tal declaración. De entrada, el patrimonio de los servidores estará bajo la mirada de la sociedad, la cual puede vigilar si el tren de vida de los servidores guarda correlación con los ingresos derivados de la función pública.
Por desgracia, no es la excepción el hecho de que al llegar al servicio público, la vida de quien así lo hace se transforma radicalmente: Cambian de vehículo ostensiblemente; de domicilio, en la mayor parte de los casos de manera radical; sus amistades cambian, así como sus diversiones, períodos y lugares de descanso, etc.
De ahí la extendida convicción de que al llegar al poder una nueva fuerza política, los recién llegados deberán convertirse en parte de los nuevos receptores  de los beneficios de convertirse en gobernantes.
Y lo anterior ocurre no solamente en los primeros niveles de la administración pública, sucede en todos. Preocupa de sobremanera en los agrupamientos de la seguridad pública y la seguridad nacional, en los que los cambios en los ingresos económicos se presentan intempestiva y drásticamente.
imponer la obligatoriedad de la publicación de las declaraciones patrimoniales tendrá un impacto inmediato en el combate a la corrupción gubernamental, en áreas tan sensibles como el de los funcionarios relacionados con las compras, adquisiciones, permisos, licitaciones y, especialmente, los de la seguridad pública.
Apartado especial lo constituyen los funcionarios de las instituciones encargadas de la procuración y administración de justicia; se oreará, de ese modo, el estado patrimonial de ellos, en un lugar en el que las corruptelas han sido el eje central de su funcionamiento, de ahí la inmensa cantidad de denuncias de corruptelas existentes en ellas.
Además, tener herramientas para el ejercicio de la vigilancia y fiscalización ciudadana sobre el curso de las declaraciones patrimoniales de los servidores públicas será un extraordinario mecanismo para desalentar la comisión de actos de corrupción.
Así esperamos.

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lunes, 16 de julio de 2018

En Juárez: Independientes, único valladar a Morena


Mega Radio 860, Juárez
Luis Javier Valero Flores
La oleada de Andrés Manuel López Obrador en Juárez solo tuvo un rival: El equipo de candidatos independientes que contendió con Armando Cabada a la cabeza.
Casi ganan en la alcaldía, en la que alrededor de 50 mil electores optaron por otras candidaturas pues la candidata de Morena-PES-PT a la sindicatura, Leticia Ortega, obtuvo esa cantidad por encima de la obtenida por Javier González Mocken, candidato a la alcaldía.
Los morenistas deberán tomar en cuenta lo anterior al momento de llegar al gobierno. Quienes forman parte de esa nueva fuerza política -los independientes- están obligados a evaluar la pertinencia de continuar en la lucha político-electoral, no es menor la fuerza mostrada el 1o. de julio y para la contienda estatal en 2021 puede convertirse en una auténtica opción al gobierno del estado, a pesar de la derrota.
Asentar lo anterior toma en cuenta que la oleada pejista arrasó en el antiguo Paso del Norte: Los nueve distritos electorales locales, los cuatro federales; la mayoría en la candidatura presidencial, la mayoría en la de senadores y en las candidaturas a la alcaldía y a la sindicatura.
Los candidatos independientes a las diputaciones locales solo fueron superados por los de Morena en cinco distritos de los nueve juarenses: El dos, siete, ocho, nueve y diez.
Dicho de otro modo, los independientes fueron segundo lugar en esos distritos, superando a priistas y panistas.
Así, en un escenario hipotético, sin la presencia de Morena en Juárez, o sin la candidatura presidencial de El Peje, es probable que los candidatos independientes hubiesen realizado algo similar a lo ahora protagonizado por los candidatos morenistas.
De esas dimensiones es la caída de los partidos “tradicionales” en Juárez, mayormente del PRI y del PAN; no sólo sus candidatos a la alcaldía, sino el total de ellos fueron superados ampliamente por Morena y los independientes, con lo que se ratifica la percepción de la pasada campaña, la de que la mayoría de los electores juarenses eran de los denominados “antisistema” y que optarían por cualquier fuerza política con esas características.
Hoy, eso es una realidad.
Lo anterior tiene, además, otras lecturas: La de que el voto a favor de Armando Cabada en 2016 tenía, sí, un sentido antiduartista, pero también de rechazo a los partidos, a todos; ahora sabemos que no a todos, la mayoría exceptuó de tal clasificación a Morena y sus aliados, aunque aún deberemos esperar para saber si la copiosa votación en su favor lo fue porque el candidato a la presidencia fue López Obrador.
Hay otra lectura de la votación en Juárez y esa es que, de pasada, se ratificó el rechazo al gobierno de Javier Corral. Ni con toda la fuerza que posee una administración estatal, y hablamos de la natural tendencia de los electores a apoyar a los candidatos del partido gobernante debido a las obras, a los programas desarrollados por la administración estatal, etc.
De nada les sirvió, sus candidatos fueron dolorosamente derrotados en la frontera más poblada de México.
Aún tenemos que esperar, todavía no concluye el plazo para que el equipo de Armando Cabada presente la impugnación a la elección y hasta la fecha no ha emitido opinión alguna si lo va a hacer, o no.
Tienen escasas probabilidades de cambiar el sentido de la votación debido  a que el recuento se hizo de manera total, todos los paquetes electorales se abrieron y se recontaron; pueden insistir en la aplicación de criterios equivocados en algún número de boletas, pero se antoja difícil que todas las equivocaciones vayan a favorecer a alguno de los candidatos, Cabada o González Mocken.
Paradojas de la vida política del país. En 2006, el reclamo de los lopezobradoristas fue que se hiciera el recuento, casilla por casilla, voto por voto. Hoy eso es una ley, en el caso de cuando la diferencia entre los candidatos punteros sea inferior al 1%.
Así se determinó el ganador de la contienda municipal juarense, la que tanto influirá en la vida política de Chihuahua de los años venideros.

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domingo, 15 de julio de 2018

Desubicados


El Diario, 15 de julio de 2018
Luis Javier Valero Flores
Temprano para percatarnos de la profundidad de los cambios generados a partir de los resultados electorales, y porque aún no toman posesión los nuevos gobernantes, aparentemente algunos integrantes de los círculos del poder  público en Chihuahua son los más refractarios a asumir que tienen, ya, una nueva y sorprendente realidad frente a sus ojos y que deberán gobernar en función de ello.
No les será fácil, aún si contaran con algo de lo que han carecido a lo largo de sus casi ya dos meses de mandar en Palacio de Gobierno: Sensibilidad y apertura política.
Más difícil les será el entorno político si no se ubican. 
El bono democrático, otorgado por el pueblo de Chihuahua al grupo gobernante encabezado por Javier Corral, se ha agotado.
Se terminó de la peor manera, con un revés electoral de inmensas proporciones.
Sí, se puede convenir en que, como en casi todo el país, con excepción de Guanajuato, fueron las víctimas, si se quiere circunstanciales de la oleada lopezobradorista; aunque no tanto, pues Javier Corral, aunque con algunas posturas de talante democrático, formó parte de la dirigencia del PAN durante largos tramos de su vida, ya fuera en los órganos de dirección ú ocupando cargos legislativos, por lo que, también, ante los ojos y la estrategia trazada por López Obrador, es integrante del PRIAN al que se propuso echar del gobierno mexicano.
El tsunami tabasqueño se llevó a Corral en la marejada, pero tres liderazgos regionales en Chihuahua lo resistieron, dos de ellos de manera exitosa, el de Maru Campos en la capital del estado, el de Alfredo Lozoya en Parral, y el de Armando Cabada empatando la elección en Juárez. 
Al cierre de estas notas estábamos a horas de que se conociera el resultado de los comicios municipales. Cualquiera que fuera el ganador, con toda seguridad se irá a tribunales y, para efectos cuantitativos, estamos frente a una contienda casi empatada pues el ganador lo será con una ventaja de alrededor del 0.20% de la votación.
Pero lo anterior no cambia el sentido de lo aquí asentado: 
Morena ganó dos elecciones en el territorio chihuahuense, la presidencial y la de senadores; arrasó en las diputaciones federales y locales en Juárez; ganó, además, la sindicatura. Igualmente, ganó la diputación local, la federal y la alcaldía de Cuauhtémoc.
Por si fuera poco, obtiene una elevada votación en las diputaciones federal y local de Delicias y una no despreciable en la elección de presidente municipal. Se alza como una fuerza de oposición muy respetable en esa zona, además de ganar la alcaldía de Rosales.
Y para efectos prácticos, el grupo gobernante de la capital del estado, encabezado por Maru Campos, la alcaldesa reelegida, César Jáuregui, secretario del ayuntamiento y Mario Vázquez, ex presidente estatal, ratificó su hegemonía político-electoral en la ciudad de Chihuahua duplicando la votación obtenida por Fernando Tiscareño, candidato de Morena.
El PAN capitalino ganó, además, la sindicatura, las dos diputaciones federales y las 5 locales. Morena sólo disputó cercanamente un distrito local, el 12, con Miguel Colunga.
Ese parecería ser un extraordinario resultado para el PAN en lo general, la mala noticia, para los ocupantes de Palacio, es que se trata de un grupo político, no sólo distinto al del gobernador Corral, sino contrario en las pretensiones políticas y, además, criticado por el mandatario, no abiertamente,  pero sí lo suficiente como para que haya trascendido fuera de las filas del blanquiazul. 
En concreto, es otra zona en la que el gobierno estatal no es el mandón.
Por añadidura, los resultados en la capital muestran que el efecto “Duarte”,  extraordinariamente aprovechado por Corral en la elección del 2016 ya no fue decisivo y que en buena medida en las confrontaciones electorales posteriores el grupo gobernante de la capital la jugará con sus propias cartas y fuerzas y si Corral se allana, bien, si no, entrará a la disputa en desventaja por la candidatura al gobierno de Chihuahua en 2021.
Por si fuera poco, el liderazgo de Alfredo “Caballo” Lozoya, el alcalde reelegido de Parral, en el sur del estado, nos lleva a la conclusión que ahí tampoco pesa, ya, la figura del gobernante chihuahuense.
De ese modo, con solamente un senador, de los 3 de Chihuahua, con minoría en la diputación federal y con la disminución en las diputaciones locales, en las que la nueva realidad lo obligará a negociar casi todos los asuntos con el grupo parlamentario de Morena pues éste será el segundo grupo en número en el Congreso.
Pero si todos los partidos deciden actuar como bloques de aliados, entonces las definiciones serán puntuales en cada asunto y con actores distintos, dependiendo del interés que tengan cada uno de ellos.
Lo explicamos: Si los resultados no cambian con las decisiones de los tribunales, es probable que el PAN alcance 12 diputados, 9 de mayoría y tres plurinominales, pero si Movimiento Ciudadano se mantiene como aliado, entonces llegarán a 15 pues MC ganó de dos mayoría y un plurinominal.
A su vez, Morena puede llegar a 8; 6 de mayoría y dos “pluris”. Si logra mantener la alianza sumará, del PT,  dos de mayoría y un plurinominal, más dos de mayoría del PES, con lo que ese bloque alcanzaría 13.
En cambio, el PRI quedaría reducido a tres diputados, 1 de mayoría y dos plurinominales, fuerza que podría llegar a 5 si logran la alianza con el PANAL y el Verde, que cuentan con un diputado “pluri” cada uno.
Extremadamente complicado será para el gobierno de Chihuahua obtener votaciones mayoritarias en la nueva legislatura y será casi imposible efectuar modificaciones constitucionales, que requieren de mayoría calificada.
Esa es la nueva realidad política del Estado Grande. 
El gobernador deberá efectuar una compleja y fina actividad a fin de obtener votaciones favorables en el Poder Legislativo. Eso mismo deberá hacer con el nuevo gobierno federal, es decir, desplegar la mayor eficiencia política para obtener la aplicación de más recursos federales en la entidad (sin que ello implique asumir una conducta de sumisión frente al presidente López Obrador).
Pero si eso debe hacer en aquellos dos ámbitos, lo mismo estará obligado a hacer con 9 de los municipios más grandes del estado, cuyos alcaldes o son de la oposición partidaria, o de la oposición interna: Juárez (?), Chihuahua (PAN), Cuauhtémoc (Mor), Jiménez (PANAL), Nuevo Casas Grandes (PRD),  Parral (IND), Guachochi (PRI), Guadalupe y Calvo (PRI) y Guerrero (Morena).
Casi nada, alrededor de 75 de cada 100 chihuahuenses estarán gobernados, en el ámbito municipal, por fuerzas políticas ajenas al gobernador  Corral.
¿A qué lo obliga tal realidad? ¿A confrontarlas, o a desplegar una actitud política absolutamente contraria a la usada hasta hoy, cuyo rasgo predominante ha sido el de la confrontación y el de imposición, a rajatabla, de su voluntad?
Pero si lo anterior es importante, más lo es su relación con la sociedad chihuahuense y sus organizaciones y representaciones, amén de la forma en que afronte los conflictos sociales, que no son pocos, ni menores, además del clima de violencia existente.
A la mano tenemos dos hechos reveladores de que la realidad descrita líneas arriba no ha sido asimilada aún por el ocupante de la silla principal de Palacio: La represión lanzada a los habitantes del Valle de Encinillas (vecinos de la caseta Sacramento de la carretera Chihuahua-Juárez) y las designaciones de jueces, magistrados y eventualmente de los fiscales.
En el primer caso, porque pretenden recaudar más peaje de un sector de la población (alrededor de 15 mil vecinos de la caseta) que no recaudaban. ¿Cómo no colocarse en la tesitura de esos chihuahuenses obligados a pagar el peaje de esa caseta por lo menos dos veces al día, a pesar de la existencia de un convenio que los eximía de ello?
¿Y en el nombramiento de los magistrados -no de todos, se concede- entre los cuales, claramente, se incluyeron a quienes gozan de la amistad del gobernante?
¿Pues qué no nos dijeron que eso sería cosa del pasado?
No es una exageración asentar que existe en el estado una nueva correlación de fuerzas políticas, que llevaría a los demócratas a replantearse la forma de gobernar e iniciar toda una operación política a fin de lograr el mayor número de consensos en la definición de infinidad de asuntos que deberán resolverse en los próximos meses y años.
Para ello se requiere que asuman, los miembros del grupo gobernante, que deberán recurrir a tales recursos políticos, porque los necesitarán.
Por ejemplo, en la aprobación del presupuesto estatal del 2019, en la asignación de las partidas federales para ese mismo fin; en la aprobación de las cuentas públicas de las actuales administraciones, las municipales y la estatal, y en una gran cantidad de cosas.
Y, principalmente, en el modo de relacionarse con sus gobernados, con los simpatizantes del gobernante y con quienes no lo son, que, para su mala fortuna, son la mayoría.
En esa nueva realidad deberían ubicarse. 
Están obligados.
De lo contrario, la descalificación de los chihuahuenses será el siguiente paso.

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jueves, 12 de julio de 2018

Urge una reconversión al gobierno de Corral


El Diario, 12 de julio de 2018
Luis Javier Valero Flores
Las consecuencias del pasado proceso electoral serán de larga data y de una enorme profundidad. Algunas de ellas impactarán de inmediato y otras no podrán apreciarse a cabalidad en los primeros meses posteriores.
Repercutirán, a querer y no, en casi toda la vida política de los mexicanos. 
Es de tal magnitud el marrazo electoral propinado al sistema de partidos que los grupos gobernantes deberán efectuar, rápidamente, muy sesudas reflexiones. Por lo menos 17 gobernadores estarán obligados a pactar los presupuestos del 2019 con las bancadas de Morena pues en ese número de entidades triunfó el partido de López Obrador.
Por supuesto, no será lo único que tendrán que solicitarle les aprueben a los legisladores de izquierda. 
Nunca había sucedido tal fenómeno, había ocurrido, sí, en el ámbito federal desde 1997, pero en los congresos estatales había sido un hecho aislado.
A ese número de legislaturas de oposición morenista se le agregarán alrededor de 3 a 4 más en las que, como la de Chihuahua, el partido del cual emergió el gobernante no obtiene mayoría legislativa, sino que serán primera minoría y, como aquí, una minoría muy pareja con Morena.
Ese hecho, más allá de lo ocurrido en el ámbito federal, debería llevar a los grupos gobernantes a reaccionar de manera absolutamente distinta a la previa pues perdieron las elecciones, que fueron, indudablemente, referendistas sobre el gobierno de Peña Nieto y el PRIAN, pero que también llevaron su carga de evaluación sobre los gobiernos locales.
Tal reflexión, se cree, debería haber sido la que presidiera la postura del gobierno de Chihuahua en el conflicto de la caseta Sacramento. Se puede agregar que debiera ser siempre la que se tuviera en los conflictos sociales, y no la que llevó a la actual administración estatal a confrontarse con los ejidatarios de Sacramento y los usuarios de la caseta ahí ubicada, a las afueras de la capital del estado; a reprimirlos, detener a una docena de vecinos de la caseta, entre los que iban hombres de la tercera edad y un adolescente de 15 años.
El conflicto tiene orígenes hasta ridículos.
Desde la instalación de la caseta de peaje de la carretera Chihuahua-Juárez, el gobierno estatal pactó no cobrarle a los vecinos (en aquellos años, 1988, prácticamente puros ejidatarios) el peaje. La razón es obvia, muchos de ellos debe efectuar viajes a la capital (ubicada a 30 kilómetros), otros trabajan en la ciudad. 
Con el paso de los años la población alrededor de la caseta creció y más personas solicitaron ser incluidas en tal prestación que, otra vez obviamente, es de justicia incluir.
Pero a alguien se le ocurrió cambiar las reglas de tal acuerdo ¿Para qué?
Luego vino una larga temporada de discusiones entre representantes de los vecinos y el gobierno. El rompimiento de negociaciones, su restablecimiento y, finalmente, el acuerdo de elaborar un padrón.
Luego, en versión de los vecinos, el gobierno incumplió con el padrón y las credenciales, aquellos abren una brecha para eludir la caseta, el gobierno le pone gruesos barrotes de acero enterrados y bloques en ella. Los vecinos los quitan y llegan los policías reprimiendo, golpeando y deteniendo a la docena de personas.
Conocidos los hechos por la opinión pública, se abre la brecha y los vecinos transitan por ella.
Para justificar la acción, el Secretario de Gobierno, César Jáuregui Robles, alegó que se habían presentado “abusos” por parte de los vecinos, de ahí el operativo policial.
Explicación por demás chambona que esconde, en realidad, el verdadero motivo del conflicto, la pretensión gubernamental de echar abajo la exención del pago de peaje a los vecinos de Sacramento.
¿Alguien les puede decir a los ocupantes del Palacio de Gobierno que perdieron las elecciones, que la realidad política es otra, muy distinta a la del 30 de junio?
¿Alguien les podrá aconsejar que deberán actuar con mucha más sensibilidad política que la previa? ¿Que deberán reconvertirse?
¿Que antes de lanzar policías contra la gente deberán ser extremadamente tercos en buscar la negociación, el acuerdo, el convencimiento?
Sacramento es, solamente, una probadita; ojalá fuera el ejemplo del cambio de actitud del grupo gobernante en Chihuahua… hasta ahora.

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domingo, 8 de julio de 2018

Se desfondó el PRI-AN

El Diario,8 de julio de 2018
Luis Javier Valero Flores 
Como en muy contadas ocasiones da gusto, y mucho, decir que “se los dijimos”, que en los comicios presidenciales del pasado domingo la oleada electoral de López Obrador podría avasallar al régimen y que llevaría al partido de “Peña Nieto y de José Antonio Meade a una colosal derrota”. (“Se desfondó el régimen”, LJVF, El Diario, 23/VI/18).
Pero nos equivocamos, creímos que se presentaría una oleada electoral, pero no un tsunami. 
Son impresionantes los resultados electorales, incluso antes de la revisión y la apertura de cerca del 80% de los paquetes electorales en el país, y de que en Chihuahua aún no tengamos -hasta el viernes, momento en que redactamos las presentes notas- certeza sobre los resultados en varios distritos y algunos municipios, especialmente en el caso de Juárez.
Además de convertirse en la principal fuerza política en el país, Morena lo es también en Chihuahua, uno de los reductos que más sobrellevaron la oleada lopezobradorista. Los otros fueron Guanajuato, Yucatán y algunos otros lunares en el país.
Contra todas las expectativas de los partidos del régimen, en Chihuahua, Morena se convirtió en la primera fuerza política de la entidad: En el estado López Obrador obtuvo más votos que Anaya y Meade; los candidatos de las dos fórmulas al senado de la república vencieron a sus adversarios en la elección estatal. 
Además, los candidatos de la izquierda a las diputaciones federales triunfaron en la mayoría de los distritos. De las 9 diputaciones federales, Morena y sus aliados se alzaron con el triunfo en 5 y los candidatos del PAN ganaron en 4.
Y en la integración de la próxima legislatura estatal, Morena-PT-PES obtuvo 10 de las diputaciones de mayoría. La alianza PAN-MC ganó 10 y el PAN ganó en un distrito sin coalición. En total 11. Quedará pendiente la distribución de las diputaciones plurinominales, pero las diferencias entre un bloque y otro serán mínimas.
Ninguna coalición o partido por su cuenta serán mayoría en el Congreso del estado.
Si el candidato de Morena-PT-PES a la alcaldía juarense, Javier González Mocken, es ratificado como triunfador de la elección, a pesar de solamente ganar en 5 municipios de la entidad, Morena gobernaría al 45.62% de la población del estado.
A cambio, el PAN lo hará con un poco más del 35% de la población estatal y el resto se repartirá en el PRI -que obtuvo la segunda mayor cifra de municipios a gobernar- PRD, Panal, MC y Verde Ecologista, además del candidato independiente de Parral, Alfredo Lozoya.
Los grandes derrotados de la elección serán Enrique Peña Nieto, y Javier Corral en el ámbito local.
Enrique Peña Nieto fue el artífice de la descomunal derrota de su partido, el PRI. Es improbable que el partido fundado por Plutarco Elías Calles se reponga del golpanazo dominical. Nacido desde el poder, para mantenerse en el poder, vivió ejerciéndolo a plenitud; lejos del poder, es casi imposible que sobreviva.
En el sexenio de Peña Nieto perdió la mayoría en la Cámara de Diputados, en la Cámara de Senadores; la mayoría de los gobiernos estatales, la mayor cantidad de capitales de los estados, prácticamente todas las legislaturas en las entidades y sus grupos parlamentarios serán, casi, testimoniales.
Su candidato presidencial, otra vez, no triunfó en ninguna entidad y sus candidatos a senadores alcanzaron la mayoría solo en una. Además, los candidatos priistas a las 9 gubernaturas quedaron lejos del triunfo.
Por si fuera poco, fue barrido en las elecciones a diputados locales de 24 entidades. Morena será mayoría en 19-20 congresos estatales.
Al PAN no le va mejor, además de solo alcanzar el 22% de la votación presidencial, sus candidatos a senadores triunfaron solamente en 5 entidades y alcanzará alrededor de 33 legisladores de la Cámara Alta.
En la Cámara de Diputados le va poco mejor al blanquiazul y sus aliados: Obtendrá 67 diputados de mayoría relativa y alrededor de 36 plurinominales, para rebasar, por poco, la centena de diputados federales, 103.
A nivel de las gubernaturas, maltrecho, pero logra rescatar Puebla y Yucatán y mantiene uno de sus bastiones, Guanajuato; a cambio pierde la perla de la corona, Veracruz, ante Morena.
A su vez, los candidatos de Morena y sus aliados ganaron en 218 distritos. Puede alcanzar mayoría calificada, esto es, alrededor de los 300 diputados, ya incluidos los de representación proporcional.
A su vez, en la Cámara de Senadores, Morena triunfó en 25 entidades y quedó en segundo lugar en 5 más, lo que le llevará, ya con los senadores plurinominales incluidos, a los 67 senadores, de un total de 128, con lo que alcanza la mayoría relativa y ganó las gubernaturas de Ciudad de México, Veracruz, Morelos, Tabasco y Chiapas.
Solo para tener una idea del verdadero tsunami electoral, recreamos los resultados de la elección de algunos congresos estatales: En Durango, Morena ganó 11 de 15 diputaciones; Sonora, 20 de 21; Veracruz, 21 de 30; en Baja California, 14 de 16;  Chiapas, 13 de 24; Hidalgo, 18 de 18; Michoacán, 14 de 24; Morelos, los 12 en disputa; Estado de México, 41 de 45 (además de ganar casi todas las ciudades más pobladas del estado; Nuevo León, 10 de 26; Oaxaca, 24 de 25; Puebla, 16 de 25; Sinaloa, 18, de 24; Tabasco, las 21 del estado; Tlaxcala, 14 de 15.
A su vez, en Chihuahua, el partido gobernante ha sufrido una severa calificación; la que vale, la de las urnas. 
Se debe, sin duda, a la evaluación realizada por los chihuahuenses a su gobierno.
¿La decisión electoral de la mayoría de los votantes se originó solamente por la Casablanca, los gasolinazos, los miles de ejecutados, los desaparecidos de Ayotzinapa, las corruptelas de los gobernadores, o implica todo eso y muchas cosas más, de muy larga duración y de una mayor afectación a la vida de los mexicanos?
Probablemente, algunos de los hechos más escandalosos de la corrupción si hayan precipitado el hartazgo y la consiguiente devoción por el tabasqueño, pero hay fenómenos más profundos, derivados de una política económica, aplicada a rajatabla, que ha causado tremendas y luengas heridas sociales en las últimas 5 o 6 generaciones de mexicanos, de tales dimensiones que produjo cientos de miles de familias fracturadas, de millones de emigrados; de más millones de marginados de los beneficios de un supuesto desarrollo social; de una miríada de jóvenes sin esperanza, aún egresando de alguna institución de educación social (la movilización social que producía en el pasado el acceder a una profesión, hace décadas que desapareció, en los niveles existentes todavía hasta la década de los 70’s) pues contar con un título universitario no es garantía de acceder a salarios por encima de los 10 salarios mínimos mensualizados (alrededor de 25 mil pesos al mes).
¿Qué cultivos generan más ingresos que los tradicionales en el campo?
El TLC incrementó la exportación de varios productos agropecuarios, pero básicamente de los sectores privados más poderosos en el campo, el resto de los productores dividen su tiempo en la producción y la protesta, o el abandono de las parcelas y la emigración a las ciudades, en las que ingresan a la escala inferior de las actividades productivas, con el consiguiente descenso de los niveles de bienestar económico y arrostrar la realidad, para sus jóvenes, del fácil e inquietante acceso al consumo de drogas.
¿O lo relacionado con la extrema criminalidad existente en el país? ¿De veras, creerán, quienes sostienen -y sostenían- que quienes decidirían sus preferencias electorales por el “hartazgo” hacia el régimen estaban equivocados, porque las razones para ese hartazgo eran superficiales?
No, son harto profundas y explican el llanto de no pocos mexicanos en el extranjero al preguntarles, el mismo domingo, a sus familiares, por teléfono, acerca de los resultados de las elecciones presidenciales, o las inmensas muestras de cariño que López Obrador recogió a carretadas a lo largo de todo su recorrido, de un pueblo esperanzado en un hombre, en una causa, en una terquedad centrada en echar del gobierno a tan malos gobernantes.
Como nunca, ese pueblo se desbordó y produjo cifras electorales inéditas en la historia del país. Probablemente la candidatura de Francisco I. Madero habrá recibido semejante apoyo popular, pero lo ocurrido una semana atrás supera a lo presentado en la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988.
La decisión de quienes fueron a votar es contundente. Es una enorme descalificación hacia el régimen, es un portazo a la mayoría de los partidos, especialmente al PRIAN y es, sobre todo, la vívida imagen del hartazgo social.
Contra las tímidas explicaciones de no pocos y destacados priistas, los resultados adversos a su partido y régimen no se circunscriben a la crítica o al rechazo de una parte de la ciudadanía a las corruptelas cometidas por algunos de los gobernantes y funcionarios de los gobiernos emanados del PRI.
Implica eso también, pero no solo, sino el más extendido rechazo a un régimen y a su política económica. 
Fue, además, una descalificación a sus privilegios y derroches.
Como nunca, los ciudadanos le mostraron a la clase política su profundo desprecio.

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