lunes, 28 de septiembre de 2015

La salud de los gobernantes

Mega Radio 860, Cd. Juárez, Chih.
28 de septiembre de 2015
Luis Javier Valero Flores
¿Qué tanto es asunto privado la salud de los gobernantes? ¿Es un asunto al que sólo debamos observar y, según las filias y las fobias, condolerse o abstraerse?
El tema viene a cuento porque apenas acabó el desfile del 16 de septiembre, el Gobernador César Duarte fue hospitalizado para efectuarse “algunos estudios”, debido a las “molestias” que, dijo, sufría. A las horas se informó que había sido intervenido quirúrgicamente, de nuevo, en menos de 20 días, de la columna vertebral, por no guardar reposo.
Luego informaría que el 15 de septiembre sufrió “dolores insoportables”.
Por no guardar reposo y, fundamentalmente, por permanecer muchas horas sentado o de pie, provocó el desplazamiento de la prótesis, la placa y los tornillos colocados después del accidente.
Eran tan intensos los dolores que en una conferencia de prensa, realizada el 15, asomó por debajo de la muñeca derecha un catéter, para mantener una vía intravenosa a fin de suministrarle medicamentos, en este caso, por su potencia, imposible de suministrar por otra vía.
Los pacientes que se encuentran en tales circunstancias deberán estar, por lo menos, hospitalizados o en domicilio.
Ahora bien ¿Una persona que se encuentra en tal situación -de extremo dolor- y que debe estar medicada con analgésicos muy potentes, puede estar dirigiendo una empresa, una institución o un gobierno en óptimas condiciones?
Lo que necesitaba, y ahora también, es obedecer las indicaciones médicas, dejar que su administración funcione sin él -si es que tal funcionamiento puede darse- e impedir que por la medicación y el dolor se pierda la ecuanimidad al momento de tomar decisiones gubernamentales que pudieran tener serias consecuencias.
¿Que denota preocupación por la marcha del gobierno? Sí, pero también que su gobierno no es el de modernidad democrática, aquellos que funcionan independientemente de la presencia del gobernante.
La salud de los gobernantes, contrariamente al pensamiento generalizado, es un asunto público. Por una razón elemental, en sus manos están depositados todos los recursos de la sociedad, de todo tipo y el mandatario deberá estar en las mejores condiciones para poder tomar las determinaciones de una gran variedad de asuntos que requieren un criterio exento del stress del dolor o del medicamento necesario para mitigarlo.
Y esto sucede cuando las actividades de los aspirantes a la candidatura del PRI arrecian, y en ese frenesí empiezan a cometer, no solamente errores, también violaciones al marco legal y ahí estriba la posibilidad de que esas operaciones resulten erráticas, al contrario de las practicadas a Duarte. El problema será el postoperatorio.
Es indudable la pretensión del Gobernador Duarte por imponer su criterio en la designación del candidato.
Y esa es la verdadera controversia: ¿Quién decidirá el candidato del PRI, el Gobernador Duarte o el Presidente Peña?
En el colmo de la desvergüenza, las columnas políticas de varios medios de comunicación de inmediato pontificaron: ¡No hay más, uno de los invitados a comer en casa del gobernador será el candidato!
Se antoja difícil que así suceda, será Peña Nieto quien nombre a los candidatos a gobernadores. Podrá tomar en cuenta las opiniones de algunos, pero fundamentalmente será el presidente, en la vieja y anacrónica manera de designar a sus candidatos.
Pero contarán fundamentalmente las encuestas que haga la presidencia de la república. Por eso el activismo de todos los aspirantes.
El problema es la comisión de errores. El alcalde Enrique Serrano repartió despensas con el logotipo usado en la campaña a la presidencia municipal.
El alcalde admitió que un grupo de empresarios le donó la mercancía. 
Se le olvidó que es el presidente municipal y no puede recibir donaciones.
Imaginémonos que a alguno de sus amigos se le ocurre regalarle una casa -aunque no sea blanca- o un vehículo, o cualquier cosa. No, no se puede, hacerlo constituye una falta a la legalidad vigente.

¿Y para resolver tan difícil problema, el de encontrar candidato, porqué no hacen una elección interna? Digo, si dicen que son el nuevo PRI ¿Por qué no abandonar a ese viejo decrépito, el dedazo, auténtico y legítimo representante del autoritarismo y la antidemocracia a la mexicana?

domingo, 27 de septiembre de 2015

Serrano: “No todos tienen la misma altura”

El Diario, 27 de septiembre de 2015
Luis Javier Valero Flores
Todo nos lleva a pensar que nos encontramos en la recta final de la decisión del PRI acerca de quien será su candidato (a).
Es, en este segmento en donde se cometen más errores que, por desgracia para sus autores, son los más costosos.
El presidente municipal de Juárez, Enrique Serrano Escobar, hace más de dos semanas, entregó cientos de despensas -con una etiqueta con la leyenda: “ES con todo mi aprecio. Enrique Serrano”, con letras en color verde, blanco y rojo- al Comité Municipal del PRI para que las repartiera a los militantes a través de la estructura política en Ciudad Juárez.
Aseguró que fue un donativo que le hicieron “amigos”, a quienes se negó a identificar. La información fue confirmada por la dirigente local del partido, Mayra Chávez Jiménez. (Nota de Gabriela Minjáres/El Diario, 12/IX/15).
Molesto, Serrano aclaró desde el primer día que no se habían adquirido con recursos públicos, ni se había utilizado la estructura administrativa del Gobierno local para repartirlas. Achacó al “fuego amigo” el origen de la información.
“Veo una actitud mezquina y una visión aldeana de quienes están criticando, los invito a que regalen todo lo que quieren. Si alguien siente que le estoy haciendo una competencia desleal que regale todo lo que quiera, yo mismo les ayudo a repartir a su nombre si quieren, pero la cuestión es dar, regalar”. (Idem).
Mayra Chávez, al igual que el edil, con un absoluto desconocimiento jurídico del entorno en el que deben actuar, afirmó que “El presidente municipal, en su carácter de primer priista, donó las despensas al partido, lo hizo a título personal y no se involucraron para nada recursos públicos”.
Y como el chiste (aquel de la señorita “poquito” embarazada), adujo que las despensas repartidas “no fueron muchas”, apenas poco más de 300 que entregaron a través de la secretaría de Gestión Social del partido.
No fue esa la información otorgada por el alcalde, quien dijo haber recibido “un donativo de 3 mil despensas, de las que cedí al partido unas mil 200… las regalé yo, que es diferente, se las regalé al partido”.
Vehemente, Serrano intentó dejar en claro ante los medios de comunicación que los donantes son sus amigos, “que no son funcionarios, ni proveedores”, que los recursos tienen un origen ilícito y que todo lo podría demostrar si es requerido por alguna autoridad.
Bueno, pues tal cosa puede ocurrir pues le cayó un verdadero alud de demandas por estos hechos.
Ante ellas, el fiscal general, Jorge Enrique González Nicolás, informó que se  integró la investigación por el probable delito de peculado y que personalmente, estudiaría la carpeta de investigación. (Nota de Luz del Carmen Sosa, El Diario de Juárez, 24/IX/15).
¡Orale!
La denuncia fue interpuesta por la presidenta del Consejo Estatal del partido Movimiento Ciudadano, Martha Beatriz Córdova Bernal; Andrés Carbajal Casas, militante de Morena; y José Luis Rodríguez Chávez, fundador de la agrupación Ciudadanos en Movimiento y se turnó a la Unidad Especializada en Investigación de Delitos contra la Paz y el Servicio Público.
Incluyó al director de Desarrollo Social, Gerardo Hernández Ibarra; la directora del Centro de Integración Juvenil A.C., Rosario Olivia Caraveo Villalobos; y la dirigente local del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Mayra Chávez Jiménez.
Además, a las denuncias anteriores se sumó la presentada por el PAN.
No es el primer episodio de donaciones que le hacen sus amigos, meses atrás donó dos máquinas extintoras de bomberos a los municipios de Camargo y Parral, que coincidentemente también le habían regalado otros de sus amigos. Además, antes de las demandas, por supuesto, había sostenido que continuaría haciendo regalos a la comunidad, incluso, de su propio patrimonio.
De todo le regalan al alcalde ¿A él, el ciudadano Enrique Serrano, o al alcalde del mismo nombre o, peor aún, al aspirante gubernamental que responde a las siglas ES?
Presto a defender su derecho a recibir y otorgar regalos, donaciones o como se le llame, ha rechazado violar la ley electoral “pues no existe proceso electoral”, ni de hacer uso indebido de los recursos municipales “son donaciones de mis amigos, de origen lícito” y adujo que si alguno de sus compañeros se siente inconforme con su actuación y considera que hay inequidad lo debe manifestar al PRI para que se resuelva, porque “el suelo está parejo, pero no todos tienen la misma altura”. (Ibídem).
¿No habrá, a la vera del alcalde Serrano, alguien, con los suficientes conocimientos jurídicos que le señale lo que sí puede hacer y lo que le está prohibido realizar?
¿Y alguien que le diga lo que sí puede declarar y lo que no? Digo, ya puestos en el trillado camino de los funcionarios públicos, aquel, consistente en negar todos los ilícitos cometidos.
Porque nadie le dijo, al más adelantado de los aspirantes del equipo duartista, que había cometido varios ilícitos, de distinto tipo, y, peor aún, nadie le dijo que no podía declarar que había recibido las donaciones y que, a su vez, él las había regalado.
Pero si en las aclaraciones acerca de la licitud de los recursos usados en la compra de las despensas, Serrano aceptó públicamente haber realizado tales actos, en la descalificación de la más protagonista de sus denunciadores, la legisladora panista, Daniela Alvarez, cometió verdaderos excesos.
A los que respondió la diputada prácticamente con la misma enjundia y las mismas malas intenciones, las de descalificar a los oponentes por la vía de la crítica a su vida personal, la más íntima.
Al preguntársele al alcalde su opinión por la demanda administrativa presentada por la diputada Alvarez, ante el Congreso del Estado, dijo que “La diputada, no recuerdo su nombre, que es novia del presidente del Directivo Estatal (Mario Vazquez), a ella le preguntaría cuántas iniciativas ha presentado, mejor, en lugar de cuántas demandas…”.
La respuesta fue explosiva e igualmente vejatoria. Daniela Alvarez calificó de “cobardes, misóginas y discriminatorias”, las declaraciones del alcalde, y lo retó a definir que tipo de debate desea, si de temas personales o políticos, porque, “Por respeto a su esposa no voy a dar a conocer (información reveladora, íntima) esta mañana… Pero si él va estar expresándose de temas personales, yo también puedo centrar el debate en temas personales.”
Lo previno: “O aprende a respetarme o se atiene a las consecuencias, esos dichos yo no los voy a tolerar, es una falta de respeto no sólo a mí como diputada, sino a todas las mujeres…”.

Y lo amenazó: “Si el señor no se sabe mi nombre, más vale que se lo aprenda, porque de aquí a que termine su administración municipal voy a seguir señalando lo que afecta la vida de los juarenses”, además de conminarlo a dejar de favorecer, desde el gobierno municipal, sus negocios familiares y personales, así como a dejar “de obtener beneficios personales como presidente”.
Así, en cuestión de unos cuantos días, el alcalde Serrano se metió en una tremenda dificultad, la que le puede costar la salida de la carrera por la candidatura al Gobierno del Estado e, incluso, hasta la posibilidad de enfrentar un costoso (políticamente hablando) juicio, todo por la ansiedad de ganar, a como dé lugar, adeptos para su causa.
La pregunta que flota en el aire, porque prácticamente todos los aspirantes (unos más públicamente que otros) realizan operaciones políticas que no habían efectuado (en el caso de las senadoras Graciela Ortiz y Lilia Merodio) en el pasado reciente, es ¿Porqué realizar tareas proselitistas de tan baja calificación, como es el del reparto de despensas, efectuado por Serrano, o el de fiestas en las colonias más pobres de nuestras ciudades, como lo hace la senadora Ortiz?
¿O la incongruencia de Lilia Merodio que, primero declaró que se separaba de la Secretaría de la Mesa Directiva del Senado, para dedicarse a más tareas ligadas a Chihuahua, y luego aceptó la presidencia de una Comisión senatorial?
¿O las muy frecuentes ocasiones en las que los alcaldes de Chihuahua (Javier Garfio) y de Juárez (Enrique Serrano) asistían a infinidad de actos -invitados por  el Gobernador Duarte- fuera de sus municipios, en los que, evidentemente, no deberían asistir?
Del mismo modo, el ex alcalde Marco Quezada, difundiendo su presencia en un acto de la agrupación dirigida por la diputada Teporaca Romero -Sumemos voces-; o el ex alcalde juarense, Héctor Murguía, desplegando muy calladamente actividades en todo el estado, acompañado del equipo que trabajó con él en la presidencia municipal.
¿Cuál es la razón para tanta actividad?
Sólo se nos ocurre una: La de que no tarda en efectuarse la encuesta ordenada por la Presidencia de la República para ubicar las preferencias electorales de los chihuahuenses.
Si arroja una ventaja importante de alguno (a) de ellos sobre los demás, independientemente del grupo al que pertenezca, será el candidato; pero si el puntero obtiene una considerable ventaja y a la vez cuenta con un porcentaje muy alto de rechazo, no será ungido; y en cualquiera de estos escenarios, como en el del tercero, es decir, que ninguno obtenga ventajas considerables en los porcentajes, entonces la negociación y el favoritismo presidencial resolverá.
Sin contar con más elementos que los de la percepción, derivada de la observación y del intercambio con numerosos chihuahuenses, de todos los colores políticos, podríamos decir que Marco Adán Quezada y Héctor Murguía son los únicos que podrían encontrarse en el primer escenario, que sus posibilidades estarán acotadas por el porcentaje del voto de rechazo (porque éste eventualmente se convierte en votos por otro partido) y que si alguno de ellos no obtiene márgenes mayores en este aspecto, podrían ser los que mejor le garantizaran al PRI la posibilidad de triunfo.
Si por el contrario, todos quedan en porcentajes parecidos, entonces la moneda estará en el aire y la definición priista, como en las últimas otras dos ocasiones, la protagonizará la dirigencia nacional.
De ahí las urgencias y la comisión de errores, como los ahora señalados.
¿Quién más los cometerá?

asertodechihuahua@yahoo.com.mx; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF

jueves, 24 de septiembre de 2015

PRD, tumbos

El Diario, 24 de septiembre de 2015
Luis Javier Valero Flores
Si alguien dudara de la gravísima crisis por la que atraviesa el mayor partido de la izquierda de la historia electoral del país, el PRD, la resolución de su más reciente Congreso Nacional, el XIV, que culminó el domingo anterior, es la prueba más vívida de tal aserto.
Aprobó ir a alianzas “casuísticas” con el PAN en las entidades con elecciones en 2016. Es decir, para que no nos preocupemos, analizarán cada caso. De ninguna manera adoptarán una política generalizada.
Al aprobar el documento de “Línea Política del PRD” lo dijeron en estos términos:
“Reafirmamos que en la perspectiva actual de nuestro partido no existe propósito alguno de establecer alianzas electorales de carácter general con el PAN. Sólo en determinadas condiciones y para propósitos políticos específicos se considerarán, excepcionalmente, alianzas electorales más allá de la izquierda y las fuerzas progresistas pero en ningún caso con el PRI”.
¡Sopas! ¿Y qué harán los dirigentes y militantes perredistas de Chihuahua con semejante resolución, si aquí forman parte de la coalición gobernante?
El Congreso Nacional les ha ordenado que “en ningún caso con el PRI” ¿Deberán desechar a quien, en la actualidad, es su mejor aliado, el PRI y el gobierno de César Duarte?
¿Qué pasó en el Congreso del PRD? ¿Acaso dejaron de dirigirlo “Los Chuchos”?
Pues no, en las fotos congresales, a los más destacados de ellos se les ve aprobando sus resoluciones, felices ¡Es de no creerse!
Porque las incongruencias no sólo aparecen en el ámbito local. 
No hace mucho esa misma dirigencia, que es la misma, en la que Jesús Zambrano era el dirigente nacional, Jesús Ortega, el líder “Los Chuchos” y Carlos Navarrete era el líder de los senadores perredistas, acudía gozosa a las reuniones con Peña Nieto y sus representantes, además de los dirigentes del PAN, a elaborar el Pacto por México, el que era, fundamentalmente, la aprobación de las iniciativas y propuestas del PRI.
Ahora, Navarrete es el presidente en vías de renunciar; Zambrano dirige a los diputados y Ortega…. Bueno, el autor de la patente, sigue ahí, en la dirigencia del grupo de todos ellos, Nueva Izquierda, que es el nombre oficial.
Pero ahora acordaron dar un bandazo, en lugar de resolver la búsqueda de la unidad de los agrupamientos de izquierda, no sólo los partidarios, resuelve ir con el partido que se encuentra más a la derecha de los existentes en el espectro nacional.
¿Qué se pueden efectuar alianzas entre estos agrupamientos? Por supuesto, sí, a condición de que no prevalezcan, como hasta ahora ha sido la historia en tales alianzas, la subordinación de las fuerzas de izquierda, no tan sólo en las candidaturas, sino, fundamentalmente, en los programas gubernamentales propuestos.
Pero tienen un problema mayor: El escaso respeto mostrado a su electorado.
Ojalá pudieran recordar al priista Artemio Iglesias: “La gente no son manzanas para andar cambiándolas de cajón”.
¿Cómo podrían explicarle racionalmente a sus electores, que los programas propuestos por el PRI son semejantes a los del PAN y, por consiguiente, a los del PRD, pues con ambos buscan aliarse para acceder al poder?
Todo lo anterior sería la argumentación basada en los principios de los partidos, en la posibilidad de abrir mayores cauces a la democracia en México.
Pero ¿De veras eso busca la dirigencia del PRD? ¿O es, por el contrario, el intento postrero para evitar que la debacle se convierta en extinción, de ahí que les haya aparecido, de pronto, el ánimo opositor, a tal grado que pueden convertirse en aliados del PAN? ¿Y en dónde? ¿En todas las entidades, independientemente de cual partido sea el gobernante?
¿Se aliarán con el PAN en Puebla, la entidad en la que un gobernante panista ha mostrado más saña con sus opositores? ¿Ahí, en donde la izquierda socialista ha protagonizado ejemplares luchas de todo tipo?
¿Y qué decir de Chihuahua; aquí, en donde, ya con solidez, se presentó la primera guerrilla en México, cuyos objetivos eran la toma del poder “para la clase obrera y sus aliados, especialmente la clase campesina”?
¿Cómo compaginar tales resoluciones con el 50o. Aniversario -ayer- de la gesta de los “Héroes de Madera”?
Sin duda, el PRD, hace tiempo, dejó de pertenecer a la izquierda; se ha convertido en una simple franquicia electoral.
De ahí el despunte tan importante de Morena. Y aún falta.
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domingo, 20 de septiembre de 2015

De cirugías y operaciones

El Diario, 20 de septiembre de 2015
Luis Javier Valero Flores
Mal acabó el desfile del 16 de septiembre, al que encabezó, el Gobernador César Duarte fue hospitalizado para efectuar “algunos estudios”. A las horas se informó que había sido intervenido quirúrgicamente, de nuevo en menos de 20 días, de la columna vertebral, ahora, para corregir el desplazamiento de un disco intervertebral.
O, en palabras del mandatario: “Sufro de una fricción en los nervios de la columna que me afecta la pierna izquierda. Todavía me faltan algunos meses para concretar diversas obras y no serán los limitantes físicos los que me lo impidan”.
Por no guardar reposo y, fundamentalmente, por permanecer muchas horas sentado o de pie, provocó el desplazamiento de la prótesis, la placa y los tornillos colocados después del accidente.
Las “molestias” no eran menores, no sólo porque al terminar la conmemoración del Grito de Independencia y el desfile del día posterior, requirió ayuda para caminar, sino porque en la conferencia de prensa en la que informó de las molestias que sufría, asomó por debajo de la muñeca derecha un catéter, para mantener una vía intravenosa a fin de suministrarle medicamentos, por su naturaleza, imposible o difícil de suministrar por otra vía, o por su potencia, necesaria, por ejemplo, en los casos de intenso dolor.
Los pacientes que se encuentran en tales circunstancias deberán estar, por lo menos, hospitalizados o en domicilio.
Ahora bien ¿Una persona que se encuentra en tal situación -de extremo dolor- y que debe estar medicada con analgésicos muy potentes, puede estar dirigiendo una empresa, una institución o un gobierno en óptimas condiciones?
¿No estará, por lo menos, irritable, y más, si, por añadidura, viaja constantemente y debe soportar, de acuerdo con la agenda de Duarte, muchos momentos sentado y/o parado?
Lo que necesitaba, y ahora también, es obedecer las indicaciones médicas, dejar que su administración funcione sin él -si es que tal funcionamiento puede darse- e impedir que por la medicación y el dolor se pierda la ecuanimidad al momento de tomar decisiones gubernamentales que pudieran tener serias consecuencias.
Y tuvo una oportunidad de oro para dar ejemplos de austeridad en el gasto ¿Quién hubiese criticado, mal, la suspensión, por indicación médica, de la fiesta en Palacio? Al contrario, hasta se habría dicho que estaba siguiendo el ejemplo del Presidente Peña Nieto.
Así como esos actos, ocurrieron varios en los días posteriores a la primera cirugía, podía no haber asistido y muy pocas cosas habrían cambiado sin su presencia.
¿Que denota preocupación por la marcha del gobierno? Sí, pero también que su gobierno no es el de modernidad democrática, aquellos que funcionan independientemente de la presencia del gobernante.
Arrastramos la pesada herencia, no de los caciques y jefes aztecas (y de otras tribus) sino de la corona española, la de la subordinación a los monarcas y a la casa reinante. De ahí la enorme incongruencia que en la fiesta cívica por excelencia, la del Grito de Independencia, los gobernantes acudan a celebrarla, en el balcón principal de los palacios, acompañados de su familia, como lejana reminiscencia de los festejos de los reyes europeos.
Pero si las cirugías del gobernante salieron exitosas, las operaciones políticas de sus compañeros que aspiran a sucederlo, y la propia de su gobierno, pudieran no serlo tanto.
Todo cambiará a partir del 3 de octubre por la tarde. Ese día, César Duarte efectuará el acto con motivo de la presentación de su V Informe de Gobierno.
En la práctica será el último que realice en la plenitud de su poder. Cuando presente el sexto ya habrá gobernador (a) electo.
Al arribar a su quinto año de gobierno, no solamente sus compañeros aspirantes a la gubernatura dejarán sentir sus ilusiones, otros ansiarán las diputaciones y las alcaldías más importantes de la entidades. 
Es indudable la pretensión del Gobernador Duarte por imponer su criterio en la designación del candidato; son muchas las evidencias, la última de ellas, la comida realizada por la tarde del 15 de septiembre en la Casa de Gobierno, a la que asistieron los alcaldes de Juárez y Chihuahua, Enrique Serrano y Javier Garfio; así como las senadoras Lilia Merodio y Graciela Ortiz y el ex alcalde juarense, Héctor Murguía.
El mensaje enviado por Duarte es inequívoco: De uno de ellos emergerá el candidato (a).
Y esa es la verdadera controversia: ¿Quién decidirá el candidato del PRI, el Gobernador Duarte o el Presidente Peña?
Esa es la realidad del PRI del siglo XXI, ese que ahora dirige un hombre formado en la ortodoxia del priismo del siglo anterior, al que muchos priistas le endilgan un poder descomunal. Olvidan que cuando hay presidente de la república, él es quien quita y pone; olvidan que poseen algo que casi es como un gen del priismo, que hasta cuando son oposición se inclinan ante el Señor Presidente.
En el colmo de la desvergüenza, las columnas políticas de varios medios de comunicación de inmediato pontificaron: ¡No hay más, uno de ellos será el candidato!
En tanto, el ausente de esa reunión -no sabemos si fue invitado, probablemente no- el perseguido por el Congreso del Estado, a causa del accidente del Aero Show en 2013, Marco Adán Quezada, el ex alcalde de Chihuahua, acudía a la verbena popular del 15 de septiembre y se paseó en medio de la gente a unos pasos del estrado desde el cual Juan Gabriel deleitó (otra vez en el presente sexenio) a los chihuahuenses.
Dicen que hacía cola la gente para saludarlo.
A su vez, tanto las senadoras Lilia Merodio y Ortiz, así como el alcalde juarense, Enrique Serrano, desplegaron, en las últimas semanas, una intensa actividad. 
Merodio ha visitado una buena cantidad de municipios en los que ha informado de las gestiones realizadas, de las obras obtenidas y acude, igual que Graciela Ortiz, a cuanta radiodifusora se encuentran en el camino. 
Ortiz pasó de una actividad discreta, sin mayores aspavientos, a una febril realización de “convivencias familiares”, las que se desarrollan, casi, como fiestas  familiares de fin de semana.
En tanto, Enrique Serrano dio su anuencia para que se repartieran despensas con el logotipo usado en la campaña a la presidencia municipal, que son básicamente las iniciales de su nombre. 
La negativa de haber cometido un delito, o una falta electoral, no es suficiente, el alcalde admitió que un grupo de empresarios le donó la mercancía. 
Es un acto anticipado de campaña, no hay vuelta de hoja, y el costo de las despensas entregadas deberá cuantificarse y acreditarse como un gasto para actividades proselitistas, más, si se toma en cuenta el uso de un logotipo aceptado como propio.
No podrá acreditar, tampoco, la “buena fé” con la que actuaron. Si así fuera ¿Porqué no le pusieron el logotipo de la presidencia municipal? 
Porque en estos momentos, por otro lado, no existe el ciudadano Enrique Serrano, éste es el presidente municipal y no puede recibir donaciones a su nombre, precisamente por poseer ese carácter.
Imaginémonos que a alguno de sus amigos se le ocurre regalarle una casa -aunque no sea blanca- o un vehículo, o cualquier cosa; vamos, hasta un autobús, para que haga la campaña a gobernador. No, no se puede, hacerlo constituye una falta a la legalidad vigente.
¿Por la vía de la entrega de despensas, celebración de fiestas familiares o de actos semejantes se puede ganar la candidatura del PRI?
Evidentemente, no.
Lo que explica el inusitado activismo de todos ellos -incluido Marco Quezada- es la realización, por la Presidencia de la República (en abierta contradicción con el marco legal), como en todas las ocasiones, de una encuesta (jamás difundida públicamente) sobre las verdaderas preferencias electorales de los chihuahuenses. Por eso tienen la necesidad de aparecer lo más que se pueda, porque todos intuyen (o saben) que salir con buenos números en esa encuesta influirá determinantemente en la designación.
Si algunos de ellos salen muy cercanos en las preferencias, por supuesto que otros factores serán los determinantes, de ahí que vayan a todas y buscan que estas operaciones, las políticas, al igual que las quirúrgicas de Duarte, les funcionen. El problema es el postoperatorio.
¿Y porqué no hacen una elección interna? Digo, si dicen que son el nuevo PRI ¿Por qué no hacen lo que los partidos modernos -y también los viejos- del mundo moderno, en las democracias desarrolladas? 
¿Por qué no abandonar a ese viejo decrépito, el dedazo, auténtico y legítimo representante del autoritarismo y la antidemocracia a la mexicana?

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jueves, 17 de septiembre de 2015

Derroche irracional

El Diario, 17 de septiembre de 2015
Luis Javier Valero Flores
El 16 de septiembre de 1910, el presidente Porfirio Díaz encabezaba los festejos del centenario de la lucha de Independencia. El boato era el signo cardinal de las celebraciones adentro de los palacios. Afuera, la muchedumbre tenía acceso, por supuesto, a admirar los relucientes trajes de la tropa, los fulgurantes sables de los jefes militares, ataviados con los trajes militares de la Europa del siglo XVIII y mediados del XIX; además, pudo comer de las enormes cacerolas instaladas en la mayor parte de los cruceros de lo que cien años después sería conocido como el centro histórico de la Cd. de México.
Nada parecía enturbiar la supuesta opulenta "pax porfiriana". Se respiraba tal estabilidad en el México porfirista que el dictador se atrevió a declarar, casi dos años atrás, que el país "estaba preparado para la democracia".
Menos de un año después, en mayo de 1911, partiría en el "Ipiranga", para irse a morir a París, en medio de los arrumacos de la burguesía y la aristocracia europea que lo veían como el hombre que había "modernizado" al país de salvajes que alguna vez había presidido aquel indio blasfemo, su paisano, Benito Juárez.
Díaz y sus compañeros, la casi totalidad de la clase gobernante de entonces, no fueron capaces de percibir que algo había cambiado en el país, que sus excesos del pasado y los del presente ya no podían ser tolerados por una población mayoritariamente india, pobre, marginada y superexplotada.
Más aún, que los incipientes sectores medios, que lo mismo se asentaban en las pequeñas ciudades, que en el campo, marginados del poder público y del reparto de la riqueza, estaban preparados para echar fuera del gobierno a quienes tenían como aspiración última igualar la magnificencia de los acaudalados europeos, y de entre ellos, a los franceses.
Cosas semejantes ocurren en el México de hoy, y particularmente en el Chihuahua de nuestros días.
En tanto el pueblo acude a la celebración del Grito de Independencia en medio de sus carencias (recordemos que casi 5 de cada 10 asalariados en Chihuahua ganan hasta 3 mil 800 pesos al mes) el lujo y el derroche, adentro de Palacio de Gobierno y en los locales habilitados por la mayoría de las presidencias municipales es hasta insultante.
El derroche es descomunal. El Consulado mexicano en El Paso elaboró unas invitaciones en papel cartoncillo de la máxima calidad y del más alto costo ¿Para qué emplear tanto dinero en una invitación que cumplía el papel del volante que nos podemos encontrar en cualquier crucero? Tanto les sobra el dinero que esas invitaciones, por centenas, fueron repartidas ¡En la ciudad de Chihuahua!
De ese tamaño es el dispendio.
Algo de eso leyó Peña Nieto y decidió cancelar la cena al interior del Palacio Nacional, en la que se gastaban alrededor de ¡15 millones de pesos!
¿Porqué no aprovechó el Gobernador César Duarte su estado de salud para cancelar el sarao del interior de Palacio de Gobierno y, de paso, congratularse con los chihuahuenses, al anunciar la suspensión de las viandas, los licores y la presentación de los artistas a sus invitados especiales, los de adentro de Palacio?
Y lo mismo pudo hacer el alcalde juarense Enrique Serrano, en lugar de acondicionar una estacionamiento para, ahí, celebrar una fiesta privada financiada con recursos públicos.
Pues sí, ¿En qué parte del presupuesto del gobierno estatal se ubica el programa respectivo, que sustenta el otorgamiento de recursos públicos para la celebración de la pachanga de Palacio de Gobierno?
En ninguna. 
Podrá encontrarse, sí, la partida de la oficina del Gobernador del Estado, pero nada más.
Lo que no podrá hallarse es la justificación moral para realizar semejantes festejos, tan ajenos a la realidad de la mayoría de sus gobernados.
Deberán -deberemos- cambiar muchas cosas.


domingo, 13 de septiembre de 2015

Tobogán

El Diario, 13 de septiembre de 2015
Luis Javier Valero Flores
El momento en el que se encuentra el PRI chihuahuense es extremadamente crítico. Enfrenta, a querer y no, una profunda división, y no sólo por el caso Aeroshow-Marco Adán Quezada, aunque éste lo ha agravado seriamente. Están creando las condiciones necesarias como para que puedan perder las próximas elecciones.
Importa esclarecer el caso de Marco Adán Quezada, no sólo con motivo de la disputa político-electoral, pues en juego está el Gobierno de Chihuahua, al que intenta regresar el grupo de Delicias, con otros actores y probablemente con otros derroteros, sino primordialmente por el accidente que enlutó a toda una ciudad.
Existen suficientes evidencias que el accidente ha sido utilizado por el grupo gobernante para golpear políticamente al ex alcalde Quezada. 
El uso de los tiempos tiene, incuestionablemente, el objeto de sacarlo de la contienda electoral. Los plazos que tienen vencen a fines de enero próximo, fechas en las que debe cerrarse los registros de los precandidatos de los partidos al gobierno estatal. Si para entonces Quezada no ha logrado superar las argucias legales planteadas por el grupo gobernante, entonces habrá quedado fuera de la contienda del próximo año, por lo menos como abanderado del PRI.
¿Por qué tanto interés del grupo gobernante en desprenderse de Marco Quezada? Interés que no viene de ahora, los distanciamientos entre el entonces alcalde Marco Quezada y el gobernador Duarte fueron evidentes a lo largo de la gestión del primero, agravados por la persistente postura crítica, activa, del entonces regidor capitalino, Rodrigo de la Rosa, hoy flamante líder de los diputados locales priistas, hijo del entonces líder del PRI estatal, hoy Secretario de Desarrollo Agrario, Leonel de la Rosa.
Antes, como ahora, los de la Rosa eran, son, integrantes del círculo de mayor confianza del gobernante. De sus acciones y determinaciones no está lejano el Gobernador Duarte, y peor sería si lo estuviera y continuara la actual situación.
La decisión de demandar a Quezada ha dividido las opiniones de los priistas, tanto de la base, como de los círculos dirigentes y fundamentalmente de los activistas de este partido.
No tiene razón la presidenta estatal del PRI, Karina Velázquez, cuando afirma que el caso “Quezada es totalmente ajeno al PRI”. (Nota de Miguel Silva, El Diario de Chihuahua, 12/IX/15).
¿Cómo, si son puros militantes priistas los involucrados?
Y no se trata de cualquier militante. En el conflicto se encuentran involucrados  un (o dos) exgobernador, por lo menos 4 expresidentes estatales del PRI, una cantidad inmensa de ex secretarios de gabinetes estatales, de ex presidentes municipales y en este momento, dos muy elevados funcionarios del gobierno federal.
Puede darse un frentazo, el equipo gobernante, si le creen a Velázquez, cuando afirma que “no habrá un divisionismo al interior del partido por este caso”. (Idem).
Las señales son inequívocas, ahí están las expresiones de Quezada, las del diputado Eloy García Tarín que no por formar parte del equipo del primero deberán desestimarse, las de la diputada Teporaca Romero, todas críticas de la actuación de la mayoría parlamentaria a la que acusan de haber cambiado los documentos de la Auditoría Superior de Chihuahua para que, con el mismo informe de resultados de la auditoría realizada al Aeroshow, hayan aprobado dos resoluciones antagónicas, la de noviembre anterior, en la que no encontraron elementos para fincarles responsabilidades a los funcionarios municipales, no sólo a Marco Quezada; y la de agosto en la que encontraron exactamente lo contrario.
Este es un asunto de la mayor importancia, no sólo es de los priistas, debería atañerle a los chihuahuenses porque, eventualmente, de la candidatura del PRI puede emerger el próximo gobernador, por lo tanto, no es un asunto exclusivo de los priistas.
Y ahí radica la complejidad de la resolución del accidente del Aeroshow, porque se ha utilizado políticamente, porque hasta ahora las autoridades encargadas de aplicar justicia en el asunto han fallado.
Ni las víctimas han recibido las indemnizaciones a que tienen derecho, ni el Congreso, ni el ayuntamiento han efectuado los procesos necesarios a fin de deslindar las responsabilidades administrativas en que incurrieron algunos de los funcionarios municipales; ni el chofer, Francisco Velázquez, ha recibido la correcta justicia pues se le condena penalmente y, al mismo tiempo, a pagar cantidades  que le son imposibles de pagar y han dejado a salvo, por lo menos hasta ahora, a los empresarios, tanto los que contrataron a las empresas, como a los propietarios de las encargadas de efectuar los espectáculos.
Más aún, de acuerdo con la opinión de algunos especialistas, incluso la responsabilidad de Velázquez está en duda, pues, de acuerdo a sus declaraciones y las de los peritos, sufrió un golpe que le hizo perder el conocimiento, razón por la que oprimió el acelerador de manera sostenida, incluso después de haber arrollado a las personas.
Además, de acuerdo con estas mismas opiniones jurídicas, las víctimas podían, pueden, ser señaladas como responsables de “Negligencia inexcusable de la víctima”, al no haber respetado las mínimas medidas de seguridad -como, por ejemplo, mantener una mayor distancia de los vehículos del espectáculo-, cosa discutible, pero que para la cual existen los fundamentos legales para otorgarle a Velázquez la posibilidad de atenuar su posible responsabilidad, habida cuenta que él fue quien determinó el rumbo y velocidad del vehículo.
Por ello, es imprescindible delimitar justamente las responsabilidades, cosa que ahora ya se ha vuelto imposible para que lo efectúe de manera imparcial el Congreso del Estado -en el caso de Marco Quezada- debido a los señalamientos realizados por algunos legisladores, entre ellos el líder De la Rosa, en el que afirmaron que Marco Quezada debería ser “inhabilitado” para ocupar cargos públicos.
¿Y qué cargo público buscaría? Ni modo que en la administración estatal actual. La respuesta es obvia, la gubernatura.
Ahora bien, Rodrigo de la Rosa y sus compañeros tienen un reto difícil de cumplir, demostrar indubitablemente la responsabilidad de Quezada en el accidente, a grado tal que las sanciones que debiera recibir fueran hasta el extremo, como lo han sostenido los mismos legisladores, de una inhabilitación de 10 años y 45 millones de pesos de multa.
Deberán demostrar, fehacientemente, que en la cadena de mando de las medidas de protección civil, Quezada tenía un papel preponderante, que los permisos, los esquemas de seguridad, los modelos de protección civil y que los funcionarios responsables directos de esta materia debieran reportarle al alcalde, o que éste debiera dar el visto bueno a todo lo anterior. 
Difícil.
La Auditoría Superior del Estado estableció que se habían violado algunas normas administrativas en la entrega de recursos económicos a la empresa encargada de contratar a las empresas de los espectáculos. Dijo que les habían entregado dinero sin que existieran contratos para la prestación de servicios.
Sin embargo, la misma auditoría estableció que ese dinero había constituido el anticipo de algunas de las actividades, certificó la existencia de las facturas que ampararon el uso del recurso económico y que, en esa materia, la de un posible uso ilegal del dinero, no había irregularidad.
¿Podrían fincarle por esa razón, como sanción, la inhabilitación?
Por supuesto, no; podrían, sí, amonestarlo, a él y a otros funcionarios, los encargados de la elaboración y firma de contratos del municipio con sus prestadores de servicios, pero no tendrían elementos para ir más allá.
Estamos, así, frente a un terrible accidente, en el que algunos funcionarios municipales y estatales, los encargados de Protección Civil, actuaron con negligencia, incumpliendo muchos preceptos en esa materia, porque jamás pensaron que podría ocurrir un accidente, cuando eran los responsables de pensar lo contrario, que los accidentes pueden ocurrir.
No lo hicieron, y en ello van los funcionarios estatales, porque las regulaciones les imponen responsabilidades, en el caso de la celebración de eventos masivos en los municipios, y hasta la fecha no han sido señalados.
Y no es así porque el priismo está inmerso en una cerrada disputa, que ha motivado afirmaciones tan ácidas como las lanzadas por Víctor Valencia de los Santos (que ha develado, también, sus aspiraciones al gobierno estatal), elevadísimo funcionario federal, quien ha afirmado, en el curso de una entrevista radiofónica en Juárez (Net Noticias, Juárez, 7/VIII/15), semanas atrás, que “se usa la estructura del gobierno para inducir a quien deba ser el candidato a gobernador”, se rebela contrario a la “soberbia” para gobernar, o de quien dirige y que no está “en el ánimo de los priistas desprestigiar a quienes no están en la “conducción”.
Severo, afirmó que la “unidad se construye con la inclusión, no con la intimidación” y se pronunció abiertamente por la realización de un proceso abierto, no solo a los militantes del PRI, sino a la ciudadanía, como lo hicieran en 1998 y 2004, “y no nos pasó nada, al contrario, salimos ganando”.
REUNIONES DE GABINETE.- Por supuesto que se desea la pronta recuperación del Gobernador Duarte, pero en el afán de mostrar que se encuentra al mando llegan a extremos insostenibles. 
¿En función de qué, Karina Velázquez, presidenta del PRI estatal, y Julián Luzanilla, delegado del Comité Nacional del PRI, participaron en la primera reunión postoperatoria del gabinete estatal?
¿Más aún, qué hacían el Lic. José Miguel Salcido, Presidente del Tribunal Superior de Justicia, y Rodrigo de la Rosa, líder de los diputados priistas, y por esa razón, el principal integrante de la Junta de Coordinación Parlamentaria, -el órgano de gobierno del Poder Legislativo- en una reunión del gabinete que preside el gobernador? 
¿Y para un asunto, finalmente, tan trivial como la fiesta del 15 de septiembre, afuera y adentro de Palacio de Gobierno?
Decía el ideólogo priista, Jesús Reyes Heroles, que en política, la forma lo es todo.

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jueves, 10 de septiembre de 2015

¡Ni Alí Babá!

El Diario, 10 de septiembre de 2015
Luis Javier Valero Flores
Frente a un país que perderá -fruto de la reforma energética- cerca de la mitad de los ingresos petroleros que tuvimos en 2015, los únicos que no perderán sus privilegios son los funcionarios públicos de los primeros niveles, incluidos entre ellos, pero por supuesto, los legisladores.
Despiertan ira: Desde que inició la actual legislatura, cada senador del Partido Verde Ecologista en el Senado ha recibido más de 30 millones de pesos, además de sus salarios; los seis senadores del PT, 26.77 millones; los 38 legisladores del PAN han recibido un promedio de 25.79 millones; a su vez, cada uno de los 22 perredistas ha recibido 25.62 millones de pesos y los del PRI han recibido, cada uno de los 54, 25.25 millones de pesos.
Las asignaciones de las bancadas pueden ser utilizadas para el pago de  infinidad de cosas y no están obligadas a dar un informe detallado del como se gastó ese dinero.
En la de Diputados no están en peores condiciones. Aún no entraban en funciones y ya tenían un “cochinito de 150 millones de pesos, los cuales fueron etiquetados para ‘contingencias”. (Nota de Reforma, 26/VIII/15).
Las percepciones mensuales de cada legislador alcanzan los 148 mil 558 pesos, que incluyen los 75 mil de dieta, 45 mil de asistencia legislativa y 28 mil de atención ciudadana.
Al entrar los nuevos diputados, los del Movimiento Ciudadano, Morena y PRD ofrecieron renunciar a diversos beneficios que se les otorgan, pero no a todas. (Nota de Reforma, 31/VIII/15).
Así, la bancada de Movimiento Ciudadano (MC) solo anunció que renunciará a los seguros de gastos médicos mayores y a los de vida. Igual anuncio hizo el grupo del PRD.
“Los legisladores de Morena anunciaron que no realizarán viajes al extranjero con recursos públicos y afirmaron que no aceptarán bonos, regalos o privilegios económicos. También donarán la mitad de su dieta para destinarla a un fondo de educación”. (Ibídem).
Y no son pocas, ni bajas, las prebendas. Además de la dieta por 73 mil 910 pesos, reciben otros 74 mil 558 pesos al mes, sin obligación de comprobar.
Más. El odontólogo y los servicios que les prestan a los diputados son gratuitos para ellos pues van con cargo al erario federal.
El aguinaldo es de 40 días y la Cámara cubre el pago del ISR.
¡Ah, y además, al fin del año, tienen devoluciones por el concepto de “Aportaciones para el ahorro”!. Y es que los diputados pueden ahorrar de sus dietas el 8, 10 o 12% y la Cámara les aporta una cantidad igual al monto ahorrado.
Además, una vez al año, los legisladores reciben 58 mil pesos para el financiamiento de sus informes de labores y que no requieren comprobación del destino del dinero.
Para trasladarse reciben más dinero: A los diputados que viven a menos de 300 kilómetros, se les da ayuda de transportación terrestre, de hasta 12 mil pesos. A los que viven más allá de los 300 kilómetros se les otorgan montos superiores a los 40 mil pesos al mes para la compra de boletos de avión.
¡Ah, y no pagan casetas en las carreteras!
Como si fueran trabajadores de maquila, reciben 2 mil 780 pesos en vales de alimentos y cuando acuden a trabajar a la sesión, reciben 170 pesos de vales para los restaurantes de la Cámara.
Escandalizada, la prensa de la ciudad de México, dio cuenta que desde el inicio de sus labores, los senadores han gastado 9.5 millones de pesos en “snacks” y bebidas; además, en 2015 se presupuestaron 62 millones de pesos mensuales en el pago de mil 600 asesores; lo que le permitiría a cada senador contar, en promedio, para su servicio ¡con 12 empleados!. (Nota de Claudia Guerrero, Reforma,  7/IV/15).
A su vez, los diputados locales reciben más viáticos que lo reportado en  el portal de transparencia. (Nota de J. Armendáriz/P. Mayorga, El Diario de Chihuahua, 15/VI/15).
La diputada priísta Tania Teporaca Romero del Hierro a dio conocer que percibe 40 mil pesos al mes de viáticos; la de Acción Nacional, Daniela Álvarez dijo recibir “alrededor” de 24 mil pesos mensuales. (Ibídem).
Y como siempre ocurre, al preguntársele al entonces presidente del Congreso del Estado, César Pacheco Hernández, dijo no recordar el monto de los viáticos que recibe, pero todos reciben al menos 20 mil pesos, necesítenlos o no, al cabo no deben comprobarse.
Por esas razones, y por otras no menos mensurables es que disputan, con todo, acceder a los cargos públicos.
¿Y si los convirtiéramos, a los diputados y senadores, en cargos honorarios, sin salario y sólo una compensación por un trabajo que sólo desempeñaran dos meses al año?

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lunes, 7 de septiembre de 2015

Presidencialismo insultante

Mega Radio 860, Juárez, 7 de septiembre de 2015
Luis Javier Valero Flores
En una deslucida ceremonia, el Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, entregó, el 1o. de septiembre pasado, el III Informe del presidente Enrique Peña Nieto.
Luego, como ya se ha hecho costumbre, al día siguiente, Peña Nieto, con toda la libertad del mundo, celebró un acto al que llamó “3o. Informe”, ante los suyos -bueno, algunos, muy pocos, no tan “suyos”- y lanzó, como es costumbre, también en todos los presidentes, su propia versión del país en el que vivimos.
La presentación del III Informe de Enrique Peña Nieto -no el oficial, ante la Cámara de Diputados, sino el realizado en el acto organizado por la presidencia de la república- sirvió para confirmar algo que las encuestas, todas, muestran reiteradamente: El presidente Peña no tiene la aprobación de la mayoría de los mexicanos. Más, que ante una realidad crispante, su gobierno, y él mismo, han decidido enconcharse y no aceptarla. 
Pero en el primer acto, Jesús Zambrano, el más reciente de los expresidentes del PRD, ahora convertido -por obra y gracia del PRI- en presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, criticó esa forma de informar y propuso que el presidente fuera a informar a la Cámara de Diputados.
Tocó uno de los asuntos medulares del México de nuestros días: O cambiamos la parafernalia del ritual presidencialista sufrido hasta hoy, o profundizaremos la crisis de todo tipo por la que pasamos.
Esa parafernalia se repite hasta en el más pequeño de los municipios del país; el culto al señor presidente -o señor gobernador- es extremadamente lesivo a la salud de la vida pública, porque no se trata, solamente, de lo referente al día del informe, sino al halo que protege a la figura del titular del Poder Ejecutivo, una de cuyas evidencias recién soportamos cuando el Secretario de la Función Pública -dependencia que por un decreto presidencial ya había desaparecido- exoneró a Peña Nieto y a Luis Videgaray de cualquier conflicto de “interés”, en la compra de las casas por todos los mexicanos conocidas.
Más aún, la actual forma de entregar el informe impide que los poderes legislativos se conviertan en el verdadero contrapeso del Ejecutivo y posibilita que los gobernadores actúen a sus anchas en las entidades, pues las “fiestas”, los saraos y el eterno besamanos que se “dejan” instrumentar, se convierten en auténticos hoyos al presupuesto de los gobiernos municipales y estatales y, por supuesto, son la vívida imagen de la parafernalia presidencialista que creímos desaparecería con la llegada del PAN a la presidencia de la república.
¡N’ombre! Sucedió al revés. Se pusieron de acuerdo -en la docena blanquiazul-, priistas y panistas, en cambiar el formato del informe presidencial, en aras de que nadie molestara a “su” presidente. Sabedores, los priistas, que podrían regresar a la presidencia, aceptaron tal propuesta. Hoy, no solamente el presidente, la totalidad de los gobernadores así “informan”. Van y dejan el documento al Congreso del Estado, donde se encuentran los “incómodos”, y al día siguiente efectúan su gran fiesta… a costa del erario.
Cambiarlo por un formato que le permita al presidente leer su informe y que al día siguiente, o unos días después, acuda a responder los cuestionamientos y las preguntas de los diputados, es el paso (uno de ellos) necesario para empezar a desmontar todo el andamiaje presidencialista que hemos sufrido.
Así podrían concretarse aquellas acertadas frases que el entonces diputado federal, Porfirio Muñoz Ledo, le lanzó al presidente Ernesto Zedillo, que no eran más que la lapidaria frase lanzada por Francesc de Vinatea, primer jurado de la capital del reino, al rey Alfonso IV de Aragón: 

“Cada uno de nos, somos tanto como vos, pero todos juntos mucho más que vos”, en lo que fue una brillante manera de recordar el papel que debiera tener el congreso.

domingo, 6 de septiembre de 2015

III Informe, choque con la realidad

El Diario, 6 de septiembre de 2015
Luis Javier Valero Flores
La presentación del III Informe de Enrique Peña Nieto -no el oficial, ante la Cámara de Diputados, sino el realizado en el acto organizado por la presidencia de la república- sirvió para confirmar algo que las encuestas, todas, muestran reiteradamente: El presidente Peña no tiene la aprobación de la mayoría de los mexicanos. Más, que ante una realidad crispante, su gobierno, y él mismo, han decidido enconcharse y no aceptarla.
Desde las primeras líneas del discurso realizado el miércoles anterior se advirtió tal disociación, en la que, ni siquiera, es capaz de llamar a los sucesos por su nombre. El presidente Enrique Peña Nieto reconoció que en el último año se han registrado sucesos que generaron ‘‘molestia e indignación’’ en la sociedad, como los ocurridos en Iguala, ‘‘la fuga de un penal de alta seguridad’’ o como  señalamientos de conflicto de intereses, ‘‘que incluso involucraron al titular del Ejecutivo’’.
¿Y los 43? Nada, no existen, no existían.
Increíble, arremetió contra el populismo, pues frente a sociedades inconformes, dijo, hay un ‘‘riesgo de creer que la intolerancia, la demagogia y el populismo son verdaderas soluciones’’. ¡Ajá!
Magnánimo, anunció que no habrá IVA en medicinas y alimentos’. Y no obstante declarar que no se optará por el endeudamiento ante la disminución presupuestal, lineas más adelante anunciaría la creación de diversos instrumentos financieros para financiar la construcción de infraestructura educativa y energética.
Sen ufanó de haber incrementado los ingresos tributarios ‘‘a un máximo histórico’’ de 13.6 por ciento del PIB, esto es, 5.2 puntos más que en 2012, gracias al incremento en el número de contribuyentes en 11.2 millones, ninguno de ellos perteneciente a los más grandes contribuyentes del país.
La brutalidad de las medidas adoptadas en materia energética él mismo la develó: Se ufanó de que la reforma permitió despetrolizar la economía, ya que al comenzar el sexenio los ingresos petroleros representaban 40 por ciento del total, ahora son 18.6.
Increíble, para atenuar, en el discurso, la caída económica, fue capaz de jugar con las cifras del crecimiento. Adujo que el crecimiento, en el primer semestre, había sido del 2.4%, “pero si se excluye la actividad petrolera sería de 3.2 por ciento”.
Ahora resulta que, según Peña Nieto, los precios del petróleo son causa de nuestra crisis!
Y luego, la larga descripción de la disminución de la violencia en su sexenio, hasta terminar en la más grande mentira, por lo menos en este aspecto. Al mencionar al crimen organizado, afirmó, sin empacho alguno que ’‘hemos desarticulado sus estructuras operativas y capacidades financieras…”.
Eso se lo dijo a un país que vió las detenciones de dos de los hombres más peligrosos, según las agencias norteamericanas y mexicanas, -Joaquín Guzmán y Vicente Carrillo- y de ninguna manera el desmembramiento, ni de las bandas, ni de las empresas, ni de las estructuras financieras. 
Vamos, no ha sido capaz, siquiera, de efectuar una investigación seria sobre la fuga de Guzmán ni, evidentemente, enjuiciar a los responsables.
¡Ah, pero eso sí, dijo que “su gobierno tiene un compromiso con el respeto a los derechos humanos y el respaldo a las víctimas de la violencia”, justamente cuando esta administración es la que mayores preocupaciones ha despertado en la comunidad internacional por el tema de la violación de los derechos humanos.
Lo mismo sucedió con el combate a la pobreza. Coneval recientemente ha informado que poco más de 95 millones de mexicanos viven en la pobreza, merced a la carencia de alguno de los aspectos que se califican.
El presidente dijo lo contrario. 57.5% de los beneficiarios de la Cruzada contra el hambre -afirmó- superó la carencia alimentaria, mientas que las personas con carencia de servicios de salud se redujeron al pasar de 33 a 9.2%; pero no podía negar lo evidente: “A pesar de estos avances, reconozco que, según el Coneval, de 2012 a 2014 el número total de mexicanos en condiciones de pobreza se incrementó en 2 millones de personas.’’
Anunció la emisión de bonos de infraestructura educativa a través de la Bolsa Mexicana de Valores para canalizar en los próximos tres años 50 mil millones de pesos a los planteles de enseñanza pública del país, así como ’‘innovadores instrumentos financieros’’ para captar capital hacia proyectos de energía e infraestructura. Se trata de los instrumentos de inversión Fibra E y Certificados de Proyectos de Inversión que le ‘‘permitirán a los fondos de pensiones, aseguradoras y otros inversionistas institucionales, nacionales y extranjeros, invertir en una amplia gama de proyectos en todos los sectores de la economía’’.
Es decir, la deuda disfrazada, pero que al fin de cuentas sí será deuda pues de los fondos federales deberán salir los intereses que deban recibir los tenedores de todos esos instrumentos.
Y ofreció un decálogo de medidas que nos permitirán, miren si no es el paraíso, fortalecer el “estado de derecho”, combatir la corrupción, proteger los derechos humanos, mejorar la justicia para adolescentes, erradicar la tortura, y el de desaparición forzada de personas, fortalecer las instituciones de seguridad pública locales y la creación de zonas económicas especiales, entre las cuales no se encuentran, ni Juárez, ni Chihuahua, ni la Tarahumara.
Esos fueron los dichos, otra es la realidad. En tanto la mayor parte de la población se empobrece, las utilidades de la banca crecieron 12.8% de enero a julio, pues obtuvieron 64 mil 496 millones de pesos de ganancias, con una tasa de crecimiento cinco veces mayor que la del PIB. ¡Ese es el país de Jauja!
Y ahora que el panismo, convertido en oposición, afirma tercamente que fue eficaz en la conducción de las finanzas, la Secretaría de Hacienda informó, en el anexo estadístico del III Informe, que, entre 2000 y junio de 2015, fueron transferidos al exterior ¡516 mil 62.9 millones de dólares! para cubrir el servicio de la deuda externa del sector público federal, equivalentes a casi 7 veces el monto de la deuda en 2000.
Hoy debemos más del doble de aquel año. La deuda, a junio de 2015, asciende a la fantástica cifra de 158 mil 580 millones de dólares, equivalente al 43% del producto interno bruto (PIB) del último año.
Es de tal magnitud el desplome económico, que Peña Nieto ni siquiera mencionó la última de sus ocurrencias, la del Presupuesto Cero, desapareció de su discurso, al igual que el tren México-Querétaro.
Pero sin duda el aspecto más adverso de su gobierno, y por desgracia para el país, es el de la seguridad. A pesar de todas sus cifras, y precisamente con ellas, una cosa es cierta: La matazón sigue.
De acuerdo con el semanario “Zeta”, de Tijuana, publicación que se ha convertido en el referente en este siniestro tema, en el gobierno de Peña Nieto, en sus primeros 32 meses, han muerto más personas que en el mismo período de Felipe Calderón. Peor, si se comparan estos meses de Peña con los últimos 32 del gobierno anterior, las cifras no favorecen al gobierno del priista: Los homicidios en aquel período superan, apenas por 4 mil, los acaecidos en el actual.
No es lo único malo, de acuerdo con esa investigación, el gobierno oculta 9 mil homicidios pues informa que se han presentado poco más de 48 mil asesinatos de diciembre 2012 a julio 2015. Sin embargo, una investigación del semanario 'Zeta' revela que son poco más de 57 mil.
Aún con los datos del gobierno federal, proporcionados por el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública persiste la diferencia. En los primeros 32 meses de Felipe Calderón, reportó 33 mil 347 averiguaciones previas por homicidio doloso, contra las 47 mil 988 del mismo período del actual sexenio.
De mantenerse el actual promedio de mil 794 asesinatos mensuales, el sexenio de Peña Nieto superaría a las 83 mil 191 ejecuciones presentadas en el gobierno de Calderón pues podría llegar a las 130 mil!
Tales cifras ofrecen un dato estremecedor: Que la retirada de las Fuerzas Armadas en retenes, puntos de revisión y patrullaje en carreteras federales y ciudades de México, no incidió en una disminución en el número de asesinatos.
Y si bien en el peñismo Chihuahua ya no se ubicó en el primer lugar, se mantiene en el 3o. con una preocupante cifra de 4 mil 742 ejecuciones, con una tasa por cada 100 mil habitantes, de 49.65.
Por supuesto que las cifras anteriores reflejan lo que la sociedad percibe
El más influyente periódico financiero de Europa, el británico “Financial Times”, calificó a Peña Nieto como el presidente “menos querido en 20 años”. Para sustentar su afirmación tomó como referencia una encuesta efectuada por The Pew Research Center en el que Peña Nieto obtuvo una aceptación del 44%, siete puntos menos que los 51 del año anterior.
No es la única baja calificación endosada al gobierno de Peña. El periódico Reforma publicó el 31 de julio anterior que el 64% de los encuestados reprobaba su gestión, también 7 puntos por encima de la encuesta realizada en marzo pasado.
A su vez, el promedio de calificación otorgada por los ciudadanos a Peña Nieto fue de 4.7, de una escala de 1 a 10.
Algo de eso trae de origen, el de su elección. 
De acuerdo con la investigación de una comisión especial de la Cámara de Diputados (Artículo de Lorenzo Meyer, “13 Veces 13”, Reforma, 2/IX/15), el gasto de la campaña de Peña Nieto “fue, al menos, trece veces superior al permitido por ley (http://es.scribd.com/doc/276530829/INFORME-Final-Monex)”.
El mecanismo fue múltiple. Encontraron 26 tipos y tarjetas usadas por el PRI para recompensar a sus votantes: “Tarjetas de variantes de Monex, Soriana, Bancomer, Banamex, Walmart y Santander”. (Idem).
Rebasaron el tope de financiamiento por al menos 4 mil 263 millones de pesos “lo que, en principio, nulifica (la elección) como base de la legitimidad del gobierno”. (Ibídem).
Tales hallazgos podrían objetarse, pero a la luz del incidente más reciente, el de la Casa Blanca y la exoneración por conflicto de interés realizada por el subalterno de Peña Nieto, Virgilio Andrade, hacen más creíbles, ambos.
Apenas llegó a la mitad y los cambios anunciados no hacen prever mejoría, al contrario.

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jueves, 3 de septiembre de 2015

Parafernalia presidencialista agotada

El Diario, 3 de septiembre de 2015
Luis Javier Valero Flores
En una deslucida ceremonia, el Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, entregó el III Informe del presidente Enrique Peña Nieto. Tuvo oportunidad de lanzar muchas frases, a pesar de que el marco legal establece, solamente, la facultad de entregar el documento.
Luego, como ya se ha hecho costumbre, al día siguiente -ayer-, Peña Nieto, con toda la libertad del mundo, convocó a un acto al que llama “3o. Informe”, ante los suyos -bueno, algunos, muy pocos, no tan “suyos”- y lanzó, como es costumbre, también en todos los presidentes, su propia versión del país en el que vivimos.
Por supuesto que en ese acto nadie osaría -porque nadie se lo propone, porque en ese recinto nadie forma parte de los millones de mexicanos que sí tendrían “tema” para inconformarse con Peña Nieto- ni siquiera, lanzar un pequeño grito; vamos, no hay nadie que pudiera hacerle una pregunta al presidente.
Pero en el primer acto, Jesús Zambrano, el más reciente de los expresidentes del PRD, ahora convertido -por obra y gracia del PRI- en presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, se lanzó con todo (aunque cuidando el lenguaje) contra esa forma de informar.
Dijo que ‘‘No puedo dejar de expresar que será –estoy seguro– desde el día de hoy, motivo de debate, el planteamiento de la conveniencia y necesidad de que el titular del Ejecutivo, el Presidente de la República, venga personalmente a entregar el Informe y que pueda discutir, escuchar, los distintos puntos de vista de la pluralidad política que compone hoy nuestro Poder Legislativo”.
Y ardió Troya; los priistas enviaron, molestos, a la diputada Yulma Rocha a increpar a Zambrano. No se vale darle la espalda a quienes tanto le deben los dirigentes perredistas y, menos, que pretendan cambiar un ceremonial tan grato para los ojos y oídos del priismo nacional.
Pero Zambrano tocó uno de los asuntos medulares del México de hoy: O cambiamos la parafernalia del ritual presidencialista sufrido hasta hoy, o profundizaremos la crisis de todo tipo por la que pasamos.
Esa parafernalia se repite hasta en el más pequeño de los municipios del país; el culto al señor presidente -o señor gobernador- es extremadamente lesivo a la salud de la vida pública, porque no se trata, solamente, de lo referente al día del informe, sino al halo que protege a la figura del titular del Poder Ejecutivo, una de cuyas evidencias recién soportamos cuando el Secretario de la Función Pública -dependencia que por un decreto presidencial ya había desaparecido- exoneró a Peña Nieto y a Luis Videgaray de cualquier conflicto de “interés”, en la compra de las casas por todos los mexicanos conocidas.
Más aún, la actual forma de entregar el informe impide que los poderes legislativos se conviertan en el verdadero contrapeso del Ejecutivo y posibilita que los gobernadores actúen a sus anchas en las entidades, pues las “fiestas”, los saraos y el eterno besamanos que se “dejan” instrumentar, se convierten en auténticos hoyos al presupuesto de los gobiernos municipales y estatales y, por supuesto, son la vívida imagen de la parafernalia presidencialista que creímos desaparecería con la llegada del PAN a la presidencia de la república.
¡N’ombre! Sucedió al revés. Se pusieron de acuerdo -en la docena blanquiazul- priistas y panistas en cambiar el formato del informe presidencial, en aras de que nadie molestara a “su” presidente. Sabedores, los priistas, que podrían regresar a la presidencia, aceptaron tal propuesta. Hoy, no solamente el presidente, la totalidad de los gobernadores así “informan”. Van y dejan el documento al Congreso del Estado, donde se encuentran los “incómodos”, y al día siguiente efectúan su gran fiesta… a costa del erario.
Cambiarlo por un formato que le permita al presidente leer su informe y que al día siguiente, o unos días después, acuda a responder los cuestionamientos y las preguntas de los diputados, es el paso (uno de ellos) necesario para empezar a desmontar todo el andamiaje presidencialista que hemos sufrido.
Así podría concretarse aquellas acertadas frases que el entonces diputado federal, Porfirio Muñoz Ledo, le lanzó al presidente Ernesto Zedillo que no eran más que la lapidaria frase lanzada por Francesc de Vinatea, primer jurado de la capital del reino, al rey Alfonso IV de Aragón: 
“Cada uno de nos, somos tanto como vos, pero todos juntos mucho más que vos”, en lo que fue una brillante manera de recordar el papel que debiera tener el congreso.

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