domingo, 31 de diciembre de 2023

2024 ¿Todo está resuelto?



El Diario, 31 de diciembre de 2023 

Luis Javier Valero Flores 

Ineluctable. RAE: 1. adj. Dicho de una cosa: Contra la cual no puede lucharse.

Las elecciones presidenciales de junio próximo constituyen el hecho central del inminente 2024.

Su importancia apabulla a grado tal, que opaca al resto de los temas con los cuales despediremos el año en unas horas.

Los relevos presidenciales han sido, todos, muy importantes, pero el de ahora inunda prácticamente todas las conversaciones.

Razones sobran.

El desenlace no está resuelto. 

De ninguna manera, a pesar del enorme despliegue efectuado por el régimen para convencer a la mayoría de los votantes de que la elección ya está ganada por la precandidata gubernamental, Claudia Sheinbaum.

Y si en el ámbito nacional no está resuelta, en el local, tampoco, aunque la coalición gubernamental local (pues gobierna el PAN con la participación de numerosos priistas), como la nacional, tiene una ligera ventaja, reflejada en los resultados de las elecciones del 2018 y 2021, que servirán de parámetro (uno de los importantes a tomar en cuenta).

En 2018, en Chihuahua, Andrés Manuel López Obrador (Morena) obtuvo 643 mil votos, por 425 mil de Ricardo Anaya   del PAN que, si se sumaran los 240 mil votos de José Antonio Meade, que contendió por el PRI, nos llevaría a inferir que la ventaja de AMLO en Chihuahua, en ese año, fue mínima, de solo alrededor de 20 mil votos.

Sin embargo, los votos opuestos a López Obrador serían los mencionados, más los 132 mil obtenidos por Jaime Rodríguez (El Bronco).

Tres años después, esa diferencia crecería pues los votos por los candidatos de la oposición, en la elección a gobernador, Maru Campos con 576 mil, en tanto que Juan Carlos Loera, de Morena, alcanzaría 444 mil 600, por 156 mil de Alfredo Lozoya de MC y 95 mil 800 de Graciela Ortiz del PRI.

Es decir, que los votos alcanzados por la oposición en Chihuahua casi doblaron a los obtenidos por el candidato del partido del presidente.

No pareciera ser ese el panorama actual, a juzgar por los resultados efectuadas hasta ahora y por las distintas evidencias que pueden recogerse de la observación de la situación política en la entidad.

Y porque la única elección estatal será la de senadores, contienda que no despierta el mismo entusiasmo de una elección de gobernador, por lo que probablemente las diferencias mostradas arriba puedan disminuir, además, determinadas en mayor grado por las candidaturas propuestas por ambos bloques políticos.

Por añadidura, el bloque gubernamental de la localidad pondrá su principal empeño en la elección de diputados locales y las alcaldías, debido a que muy frecuentemente las candidaturas a presidentes municipales -de los municipios mayores- son las que ‘arrastran’ el voto de las localidades.

Pero ese tema fue abordado con alguna amplitud la semana anterior. 

Solo se agregará que los números arriba citados servirán fundamentalmente para el análisis y prospección de una contienda estatal y que las elecciones de diputados locales, federales y alcaldías estarán más influidas por factores regionales y/o locales.

Ahora bien, importa detenerse en la elección presidencial.

El oficialismo destapó -desde hace meses- su estrategia: Desplegar una intensa propaganda que lleve a que un buen número de votantes llegue a la conclusión de que el triunfo de Claudia Sheinbaum es ineluctable*, que haga lo que haga la oposición el triunfo de Morena es imposible de detener.

Para consolidar ese mensaje, el gobierno de López Obrador, al igual que los de sus antecesores priistas, ha echado mano de todos los recursos imaginables, por supuesto con el uso indebido, grosero e ilegal de los recursos públicos.

A la maquinaria morenista solo le falta, para asemejarse por completo al viejo régimen del PRI, los comités seccionales.

La novedad es el uso masivo de encuestas efectuadas por un sinfín de empresas desconocidas en el ámbito de las dedicadas a la realización de encuestas de manera profesional y ética.

Pero hay hechos, ocurridos posteriormente a las elecciones del 2018, que evidencian la existencia de elementos que nos conducen a pensar que será una competencia muy cerrada.

En la elección a diputados federales del 2021, el bloque gubernamental obtuvo 21 millones de votos, por 19.4 del bloque opositor, una diferencia de 2.4 millones de votos, los que deberían sopesarse bien pues en esa elección Movimiento Ciudadano (MC) obtuvo 3.4 millones.

Factor a tomar en cuenta es el hecho de que hubo 3.5 millones de votos finalmente anulados, debido a que los tres partidos que los obtuvieron no alcanzaron el 3% de la votación, y esos finalmente no valieron.

Así, de esa elección, suponiendo que cada bloque obtuviera una votación similar a la de ese año, estarían en el aire, disputables, alrededor de 7 millones.

Todo puede suceder.

Aún más, en ese mismo año la oposición sacó 1.81 millones de votos por 1.57 millones de Morena en la CdMx. 

Por vez primera desde 1997 los partidos de izquierda perdieron una elección en la capital del país. 

El partido de AMLO perdió 9 de las 16 alcaldías de la CdMx.

Asimismo, en las elecciones del EdoMex de este año, el oficialismo obtuvo 3.63 millones de votos, por 2.83 de la oposición, 8% más, que lejos, muy lejos quedó de los márgenes superiores a los 20 puntos que diversas encuestas le daban a la morenista Delfina Gómez.

¿Podrá ganar Morena la elección presidencial?

Si las elecciones fueran hoy, muy probablemente sí, el problema para el partido en el gobierno es que, como lo sostienen muchos especialistas, muy probablemente ya llegó a su techo en las preferencias electorales.

En cambio la precandidata Xóchitl Gálvez, muy seguramente, podrá crecer más en virtud de un hecho que cualquier encuesta seria lo muestra: La diferencia en el porcentaje de ‘conocimiento’ entre ambas candidatas es de alrededor de 20 puntos.

Sheinbaum es conocida por 85 de cada 100 encuestados y Gálvez apenas por 61 de cada 100.

Ahora bien, al igual que muchos lo sostienen, la mayor parte de los electores que van a votar lo harán por la candidata que propongan sus respectivos partidos-bloques.

Así, cualquiera que hubiese sido la candidata de la oposición, tiene un considerable número de votos, porque son los opositores al presidente López Obrador. 

Y enfrente, igual, porque lo apoyan incondicionalmente.



Pero, como lo sostiene el analista Gabriel González-Molina en su más reciente libro, en esta elección, al contrario de la inmensa mayoría de las otras, alrededor del 80% de quienes sí irán a votar ya tienen resuelto por quien hacerlo y no está garantizado el triunfo para ninguna candidata.

«… a poco tiempo de la elección de 2024, aún no hay nada para nadie… El mercado está polarizado, pero ninguno de los dos polos es lo suficientemente grande para ganar las elecciones». (Gabriel González Molina, Switchers S2 El segmento de la orfandad: Entre el resentimiento y salir adelante, noviembre 2023).

Este dato es radicalmente diferente a las otras elecciones en las que solo la mitad del electorado ya sabía por quien votar, por lo que resolvía su preferencia en la campaña y, casi seguramente, en la casilla al momento de sufragar.

Luego, entonces, existe un reducido número de electores que, igual puede votar por cualquiera de las candidatas, y lo resolverá en el curso de las pocas semanas de la campaña. 

Son los llamados «indecisos» (los denominados switchers)  de todas las encuestas, que en realidad no lo son, sino que definirán su voto en función de lo que ‘vean’ en la campaña, o ‘sientan’, o les ‘lata’ el día de las elecciones.

Como lo sostiene el escritor Héctor Aguilar Camín, «En elecciones competidas, la zona indecisos” es un hoyo negro que relativiza al máximo la precisión de las encuestas, porque es el hoyo clave, el hoyo donde están los que al final definirán quién gana la elección, pero mientras tanto no saben o no han decidido, o no quieren decir cómo votarán, y entonces no dicen nada». (¿Quién ganará el 2024, Nexos, 26/11/23).

No deberán desecharse los juicios de González Molina. En 2012, el margen de error de su encuesta fue de sólo ¡el 0.26%! Y en la de 2018, menos del 3%.

Dos errores -entre otros- podrían cometer los bloques partidarios en la presente elección: 

  1. Creer que Morena tiene ganada la elección porque la aprobación de AMLO se mantiene alta. Esto es «no saber distinguir que una cosa es aprobar su narrativa y otra, muy distinta, votar de nuevo por él o por Morena. Al presidente lo aprueban muchos, pero la mayoría no votaría otra vez ni por él, ni por Morena». (Ibídem, González Molina).
  2. Creer que la oposición puede ganar en 2024 apoyada sólo en los votos contra el gobierno, «esto reduce la elección a un simple referendo: asumir que los electores decidirán exclusivamente con base a su actitud a favor o en contra del presidente». (Ibídem)
  3. Creer que el factor decisivo del voto son los candidatos, su buena o mala imagen, y sus propuestas. Creer que la elección depende de lo que se le ofrece al elector y no con base en lo que los electores valoran, necesitan y exigen, con base en la demanda, no en la oferta». (Ibídem).

La moneda está en el aire.

-o-

¡Feliz 2024!

Aprovecho para desearles a todos que disfruten el término del año que se va y recibamos con alegría y esperanza el próximo; que lo hagan al lado de sus seres queridos y comunicándose con aquellos que las distancias y el tiempo los han separado.

Que aportemos lo mejor de nosotros a nuestros amigos, parientes, compañeros y conocidos que son, todos ellos y los que no conocemos y no vemos, los que integramos la moderna sociedad chihuahuense.

2024 será un año crucial en nuestra vida.

Más allá de nuestras simpatías, siempre será bueno aspirar y exigirle a la clase política, cualquiera que resulte ganadora, ponga por delante las extremas necesidades que tenemos en Chihuahua.

Tenemos derecho a una vida en paz, con un combate, sostenido, legítimo, inteligente, y apegado al estado de derecho, a la delincuencia, en especial, al crimen organizado, que hace tiempo se enseñorea entre nosotros.

Pero no es todo. 

Tenemos que combatir desde los ámbitos personales, familiares, laborales, sociales; en todos lados, esta predisposición a la resolución de los conflictos o las diferencias por la vía más agresiva, no está demás asentar que la mitad de los homicidios que ocurren en Chihuahua pocas cosas tienen que ver con la delincuencia organizada.

Y esa es la principal aspiración que ahora enarbolamos, que podamos contribuir a hacer de la sociedad chihuahuense una más tolerante, más cálida, más alegre y más justa.

Que las diferencias no nos separen, porque ellos, los otros,  también somos nosotros.

Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023

asertodechihuahua@yahoo.com.mx; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com 

Twitter: /LJValeroF; Facebook: https://www.facebook.com/ljvalero

Citas hemerográficas: https://www.inpro.com.mx

jueves, 28 de diciembre de 2023

Estrategia equivocada



El Diario, 28 de diciembre de 2023 

Luis Javier Valero Flores

La violencia relacionada con el crimen organizado se convirtió en un factor determinante en el aumento de homicidios en varias regiones del país. Los enfrentamientos entre grupos delictivos y las fuerzas de seguridad, así como las disputas territoriales entre cárteles, contribuyeron significativamente a este panorama violento. 

Entre 2000 y 2015, México experimentó cambios significativos en su situación de seguridad, con variaciones notables en las tasas de homicidio.

Inicialmente, a principios de los años 2000, el país mantenía un nivel de homicidios relativamente estable. Sin embargo, a partir de mediados de la década, se observó un aumento progresivo en estos índices. 

Este incremento se atribuyó a diversos factores, entre ellos, el surgimiento, la intensificación de la guerra contra el narcotráfico y la diversificación de las actividades criminales de los grupos del crimen organizado. Lo que los ha llevado a mantener el control, así sea de manera esporádica, sobre la producción, distribución y comercialización de diversos productos.

Además, la corrupción y la infiltración de organizaciones criminales en las instituciones gubernamentales se consideraron elementos que exacerbaban la situación. Estos factores, combinados con la debilidad en el sistema de justicia y la impunidad generalizada, generaron un ciclo de violencia difícil de contener.

El periodo entre 2000 y 2015, tanto en el ámbito nacional, como en el estado de Chihuahua, mostró fluctuaciones en los índices de homicidios, con años de aumentos alarmantes seguidos por intentos de políticas de seguridad que, en ocasiones, lograron estabilizar momentáneamente la situación. 

Sin embargo, el problema persistió y se convirtió en uno de los desafíos más apremiantes para las autoridades y la sociedad en general, a grado tal que a partir de la segunda parte del 2015, justamente cuando la fuerza del entonces gobernador César Duarte decrecía, los índices de homicidios en el estado de Chihuahua.

Así, a mitad del 2016 la ola homicida, atenuada en el período 2012-2015, mostró, poco a poco, un incremento cuya tendencia no ha decrecido y que ha mostrado una mayor aceleración a partir de la toma de posesión del actual grupo gobernante.

Tal reflujo ha coincidido con el incremento del tráfico de fentanilo, que ha cobrado, hasta la fecha, en 2023, seis víctimas fatales y un total de 40 personas que han requerido hospitalización en Juárez.

Es fundamental comprender que múltiples factores influyeron en esta situación compleja y multifacética, y que un análisis más detallado podría requerir considerar aspectos socioeconómicos, políticos y culturales para obtener una visión integral.

En los últimos años del período mencionado, se vieron intentos de implementar estrategias más integrales, por desgracia focalizados y en distintos momentos, como enfoques de prevención del delito, reformas institucionales y programas sociales, buscando abordar las causas profundas de la violencia. 

Estas iniciativas mostraron resultados mixtos, subrayando la complejidad del problema y la necesidad de enfoques multidisciplinarios y sostenidos en el tiempo, como lo intentado temporalmente con los programas puestos en vigor en Juárez, luego de la masacre de Villas de Salvárcar.

En conclusión, el comportamiento de los índices de homicidios en México entre 2000 y 2023 evidencia el desafío multifacético y complejo que involucra no solo cuestiones de seguridad, sino también aspectos políticos, sociales y económicos que deberán abordar los nuevos gobernantes federales, pero que debiera ser, también, el momento oportuno para que las autoridades estatales, así sean de diferente signo político al de la presidenta que arribe a Palacio Nacional, reencaucen las políticas de seguridad pública.

*Artículo elaborado con el auxilio de la IA

Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023

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domingo, 24 de diciembre de 2023

15 años (o más) nadando en sangre



El Diario, 24 de diciembre de 2023 

Luis Javier Valero Flores

A Lorenzo «Cheque» Pérez: 

El atento escudriñador de la escena chihuahuense, que conjuntó en una hemeroteca, -convertida luego en empresa y base de datos, (la más completa de su tipo)- sus grandes pasiones: La política, la amistad, la investigación, el periodismo, el debate y el análisis.

Así nació Información Procesada (INPRO), la que, afortunadamente para periodistas, estudiantes, académicos, activistas, empresarios, investigadores, gobernadores, organizaciones de la sociedad civil fue almacenando y procesando lo publicado por la prensa de Chihuahua, y luego la de la CdMx que mencionara a nuestra entidad.

Bajo su puntual conducción, INPRO pasó del recorte de periódicos a la moderna plataforma digital que le ofrece a sus usuarios una colosal información. Mientras El Cheque recortaba, pegaba, ‘subía’ y distribuía la información, la procesaba y, a quien le solicitara el análisis, se lo otorgaba con una precisa y apasionada exposición, al tiempo que fortalecía y hacía crecer a sus amistades.

Vaya un sentido y adolorido homenaje a quien hizo, de su empresa, su aportación al Chihuahua inmenso. 

¡Adiós, compadre!

Por supuesto que las fechas son arbitrarias, el título de este trabajo es para enfatizar lo que hemos sufrido los chihuahuenses a lo largo de tres lustros, con antecedentes extremadamente  dolorosos, los feminicidios.

Puede ser que hayan sido el punto de arranque de lo que ahora sufrimos.

En este lapso Chihuahua ha ocupado uno de los 10 lugares con el mayor número de homicidios por año, y muy frecuentemente dentro de los cinco más altos.

Ahora que la clase política se apresta a luchar por los puestos de elección popular, quizá sería bueno enfatizar en que a Chihuahua le hace falta -a todo el país, pero como diría la muy querida y desde ahora añorada Cristina Pacheco, aquí nos tocó vivir- lo que deseamos los chihuahuenses.

Necesitamos que la clase política chihuahuense, que tiene muchos vasos comunicantes entre sí, haga un pacto para combatir la inseguridad e instalar un nuevo modelo de seguridad pública.

Es urgente, antes de qué lo que ocurre todos los días frente a nosotros, en muchos lugares del país de manera generalizada, se haga presente en las ciudades  y regiones chihuahuenses.

Y entrar al rescate del entramado social; el de acudir a otras experiencias en donde los índices de inseguridad fueron disminuidos seriamente, a partir de la puesta en vigor de proyectos de mayor calado social que el instrumentado en Juárez durante algunos años, después de la matanza de los jóvenes de Villas de Salvárcar.

Para ello es necesario lanzar un ambicioso programa de remodelación de las escuelas, para convertirlas en escuelas de tiempo completo, con la contratación de infinidad de maestros y asesores en diversas áreas, que complementen la educación escolar; la remodelación y rehabilitación de todos los espacios deportivos y sociales, con la presencia de promotores sociales y deportivos; se hace necesario contratar a cientos de nuevos elementos de las policías municipales, especialmente de las demarcaciones con mayor población en el estado y otras medidas semejantes.

Deberíamos contar con los llamados policías de barrio, o por lo menos con el número necesario de elementos policíacos que cotidianamente estén haciendo recorridos en áreas infinitamente menores a las que hoy tienen asignados.

Y efectuar una redefinición de la Guardia Nacional (GN), hasta lograr la creación de una policía federal de carácter civil; de reasignar recursos para impulsar la seguridad pública a nivel  municipal y usar todos los instrumentos de la inteligencia militar y de seguridad pública para desatar una gran ofensiva en contra del crimen organizado.

En la que es la fecha más emblemática de los buenos deseos que debemos prodigarnos unos a los otros, sería pertinente detenernos -nuevamente, reiteradamente, como desde hace mucho tiempo- en la inmensa tragedia vivida por los chihuahuenses.

Según diversos estudios, el número de personas afectadas por el asesinato de una, en su entorno, es de alrededor de cincuenta.

Pueden tratarse de cifras inimaginables.

Entre el inicio del sexenio de Reyes Baeza, a mayo del 2023,  un total de 40 mil 180 personas han sido asesinadas en el estado de Chihuahua. (Con datos  de la nota de Miguel Ángel Silva, El Diario, 5/6/23).

Esto significa que, tan solo por homicidios, del 1 de octubre de 2010 a mayo de este año, 2 millones de chihuahuenses han resultado afectados por esas tragedias.

¡Dos de cada 3 chihuahuenses han sufrido la pérdida, de manera violenta,  de una persona de su entorno más cercano!

De acuerdo con el investigador y escritor británico, Desmond Morris, el círculo de las personas con las que un individuo se relaciona es cercano a las 100, porque, argumenta en «El mono desnudo», era la máxima cifra del grupo tribal de la época del comunismo primitivo.

Hoy tenemos más razones para preocuparnos más.

Al listado de los males de Chihuahua, en el cual es una de las entidades lideresas -feminicidios, violaciones, delitos sexuales, violencia doméstica y homicidios- ahora hay que agregarle una más: Las masacres.

De acuerdo con Causa Común, tal definición la recibe el evento en el que son asesinadas por lo menos tres personas.

Según el seguimiento hemerográfico hecho por la  organización, en esta entidad se registraron 442 crímenes, en 2023, que encuadran en su definición de atrocidad, o de «”uso intencional de la fuerza física para causar muerte, laceración o maltrato extremo”… entre estos casos, agrega el informe, en Chihuahua se contaron al menos 192 de tortura, 65 asesinatos de mujeres con crueldad extrema y 25 masacres». (Nota de Sandra Rodríguez Nieto/Alejandra Sánchez, El Diario, 25/10/23).

Chihuahua aportó el 13% de los casos presentados (191) a lo largo del 2023 en el país y se colocó, para nuestra desgracia, en el número 1, como antes, cuando Juárez y Chihuahua fueron las ciudades más violentas del mundo.

Son espeluznantes: 24 crímenes con mutilación o descuartizamiento, 19 personas calcinadas, 16 asesinatos de niños y adolescentes y 28 violaciones agravadas, para un total de 560 víctimas, la cuarta cifra más alta del país.

«Lejos de la mitología sobre crimen organizado que prevalece en nuestra conversación pública, buena parte de estas atrocidades son perpetradas por personas que no forman parte de organizaciones criminales. Se trata de violencia criminal, sí, pero es, también, violencia de género, violencia familiar, violencia comunitaria y violencia social, dice el texto titulado Galería del horror: atrocidades y eventos de alto impacto registrados en medios periodísticos”». (Ibídem).

Qué lejos quedamos de la época entre 2008 y 2017, la peor época homicida de Chihuahua, en la que se presentaron más de una veintena de masacres.

Hijastros que asesinan a las parejas de su mamá; ex maridos que lo hacen con su ex y/o la nueva pareja sentimental (También ocurre al contrario, pero son considerablemente menos). Crece el número de mujeres involucradas en el crimen organizado, por su cuenta y riesgo, o presionadas de alguna manera por sus parejas.

Es todo el país. De Baja California en eventos deportivos, a Guanajuato en posadas navideñas; a Jalisco en Call Centers, en bares de todo el país; en enfrentamientos entre vecinos y sicarios; en las luchas entre las bandas. Lo mismo ocurren en la noche que en la madrugada, en el día, en plena vía pública, en estadios, en canchas de colonias…

Según la encuesta que abarca de octubre de 2022 a septiembre de este año, «un 14.4% de hogares en la ciudad capital reportaron denuncias de violencia en el hogar. Ciudad Juárez y Chihuahua ocupan el sexto y séptimo lugar a nivel nacional en la presentación de denuncias de violencia intrafamiliar». (Nota de Velvet González, El Heraldo de Chihuahua, 7/8/23).

Todo lo anterior revela que tenemos un verdadero problema social, que nos atañe a todos, que va más allá del arraigo o no de las bandas criminales, que revela con toda crudeza la ausencia de la procuración y aplicación de la justicia; que debiera ser uno de los temas centrales de las propuestas de quienes ahora se desgañitan por mostrarnos su inveterada ‘voluntad de servicio a la sociedad’.

Para hacerle frente a tan tremendo reto, se hace necesario hacer una evaluación de la actuación de la Guardia Nacional (GN).

Sus calificaciones son desastrosas. 

Convenimos en que los homicidios son del fuero común, que son los gobiernos estatales quienes deben hacerse cargo de ellos, pero la legislación establece que cuando el asesinato se comete con una arma de uso exclusivo de las fuerzas armas y/o se comete por más de 3 personas, es de competencia federal.

Pues bien, la GN detuvo a ocho personas por día en 2022 en todo el país, la cifra más baja desde su creación (bajó 63%), justamente cuando la cifra de homicidios, en el sexenio, ronda los 180 mil, de acuerdo con el monitoreo de RTResearch, número al que el INEGI le agregará un 20% más.

La Guardia Nacional es 40 veces menos eficiente que la extinta Policía Federal, asegura ‘Causa en Común’:

«El año pasado la Guardia Nacional detuvo a 3 mil 7 personas con 128 mil 233 elementos, es decir, un detenido por cada 40 elementos (según su informe). Mientras que la Policía Federal en 2011 (Informe de Gobierno) con 39 mil 263 elementos detuvo a 36 mil 940 personas». (Nota de Lidia Arista, Infobae, 1/6/23).

 La de antes tenía severas fallas, al igual que ahora la Guardia Nacional, pero López Obrador desperdició la oportunidad de crear la policía civil necesaria para el país. 

Incrementó la militarización de la seguridad pública.

El gobierno de Maru Campos debe efectuar un radical giro de timón en esta materia, debiera acometer tareas que hoy son responsabilidades de la federación.

No hay asunto más importante que éste.

Deberá hacerlo, pues, muy probablemente, todo el año 2024 no tendrá el apoyo de la federación para ello.

¡Disfruten la reunión navideña!

-o-

También nos dejó el Profr. Miguel Ángel González. Hombre de servicio, cortesía y buen trato, deja a un cúmulo de chihuahuenses sin su compañía y su militancia permanente en las causas que enarboló. En estas horas recuerdo su firme defensa de los indios de Monterde, cuando éstos fueron agredidos. 

A puntapiés tumbó la puerta que le impedía, a él y a otros diputados del PRI, y al del PRD, Dagoberto González, acceder a Averiguaciones Previas pues el gobierno de Barrio tenía aislados a los indios detenidos.

Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023

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