domingo, 30 de septiembre de 2018

Semejanzas PAN-Morena


El Diario, 30 de septiembre de 2018
Luis Javier Valero Flores
Los periodistas gozarán de una libertad como no la han tenido nunca, anunció Javier Corral en su toma de protesta en el muy lejano octubre del 2016.
Parodiándolo, se le podría aplicar a los integrantes del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) una cosa parecida: Gozarán de una crítica como no habían recibido jamás.
Sus acciones serán severamente enjuiciadas y las críticas provendrán, por lo menos, de tres flancos: Primero, el de sus adversarios políticos e ideológicos; segundo, el de los ciudadanos poco identificados con Morena, pero sí con López Obrador, o de los ciudadanos en general no identificados con partido alguno, pero pendientes del comportamiento de los nuevos gobernantes;  y en tercer lugar, del amplio abanico de la izquierda social.
Pero en cualquiera de los casos, la vigilancia ciudadana se ejercerá, diríamos que hasta salvajemente, a consecuencia de las muy elevadas expectativas despertadas por su líder, Andrés Manuel López Obrador.
No mentir, no robar, no traicionar, son las consignas lopezobradoristas que sintetizaron el código de ética que los morenistas pondrían en vigor al llegar al poder.
A su vez, la ciudadanía, harta de los partidos políticos y sus “enjuagues”, de los arreglos en lo “oscurito”, de las componendas de la clase política para repartirse el poder, se ha convertido en una auditora en tiempo real que critica de inmediato todos los actos de gobierno, de todas las fuerzas.
De ahí, entonces, que los nuevos gobernantes emanados del “morenaje”, deberán poseer y desplegar una nueva forma de actuar políticamente; están obligados a poner años luz de distancia de las viejas, anquilosadas y repudiadas prácticas de la clase política a la que derrotaron (bueno, ya lo sabemos, fue el tsunami pejista el principal responsable de ello) el pasado 1o. de julio.
De esas dimensiones es la confianza y la esperanza depositadas en los morenistas.
Están obligados a cumplir tales expectativas.
No es una tarea fácil, la capacidad seductora del ejercicio del poder es inconmensurable. No pocos destacados opositores del viejo régimen y renombrados integrantes de la izquierda han caído presa en el pasado de tales cantos, cual si fueran de legendarias sirenas.
Ejemplo de ello es la inmensa mayoría de la dirigencia del PRD, al cual abandonaron todos sus liderazgos emblemáticos, y los ex presidentes nacionales, con la excepción de quienes conforman los grupos políticos internos jefaturados por Jesús Ortega (Los Chuchos) y Amalia García.
Llegaron al extremo de firmar el Pacto por México, enorme baldón para la izquierda mexicana, en el ámbito nacional, y de formar parte del séquito político que respaldó a César Duarte, en el local.
Con ello, sepultaron al mayor partido de la izquierda mexicana jamás construido, incluso por encima del ahora gobernante Morena, que aún está en construcción.
Las tentaciones para el morenismo no son menores, y quizá no tanto por los favores que reciban de las otras fuerzas gobernantes -porque son pocas las entidades en las que no son mayoría los morenistas-, sino las provenientes del ejercicio del poder.
Es entonces en donde deberán -deberían- mostrar sus fortalezas.
Algunos de sus hechos locales más recientes concitan tremenda preocupación. 
Recreémoslos.
Desde 1983 existe el bipartidismo electoral en Chihuahua, expresado en términos de verdadera competencia electoral. Durante más de 3 décadas priistas y panistas se disputaron todo en el estado. Claro que esa competencia produjo algunas importantes ventajas para el desarrollo político y económico de Chihuahua, pero en el momento de rendir cuentas a la sociedad, dieron origen al más ramplón trueque político: “Tú me apruebas la cuenta pública de Juarez y yo la de Chihuahua”, o al revés, según fuera la fuerza que gobernaba uno y otro municipio.
Igual ocurría en la designación de las comisiones y direcciones del Congreso del Estado; en los organismos autónomos “ciudadanizados”, en la de magistrados y jueces del Poder Judicial; en los organismos electorales, etc.
En Chihuahua, que la clase política local presumía que era el “laboratorio” político del país, también se pervirtió, por los partidos políticos, el intento de “ciudadanizar” los organismos autónomos y, por supuesto, el de profesionalizar al Poder Judicial. Se profundizó el reparto de las cuotas partidarias.
Lo sucedido en el Congreso del Estado, durante toda la semana, y particularmente en la sesión del jueves, nos lleva a la conclusión que, por desgracia, aquella situación se repite ahora, pero con la sustitución de uno de sus protagonistas: Morena ha suplido al PRI en los arreglos cupulares, algunos de ellos por encima de la ley, que en el pasado reciente fueron rechazados y criticados ásperamente por sus dirigentes, legisladores y militantes.
Pasaron los años y solo cambiaron de protagonista, en lugar del PRI, ahora va Morena. A tí te toca esto, a mí aquello.
¿Tiene que ver el rechazo a tales prácticas a un “ultraizquierdismo”, como algunos círculos de Morena califican a quienes les han señalado tales prácticas tan ajenas a una sana práctica democrática?
Claramente, no.
El presidente del Consejo Estatal de Morena en Chihuahua, Omar Holguín, uno de los más destacados jóvenes dirigentes de ese partido, fue designado Secretario de Asuntos Interinstitucionales del Congreso del Estado, en una más que accidentada sesión del Poder Legislativo, en la que las violaciones al debido proceso legislativo fueron la tónica.
Las bancadas de Morena y del PAN se pusieron de acuerdo (sin que eso sea criticable en una legislatura en la que nadie tiene la mayoría por sí solo) y resolvieron “distribuirse” los principales cargos administrativos del Congreso.
A cambio de que se mantuviera el Dr. Jorge Issa como Secretario de Administración, Morena logró que Holguín fuera aceptado por los panistas en el segundo cargo administrativo más importante del Congreso y que el PRI ubicara a Jorge Neaves en el tercero.
Hasta ahí todo bien, sólo que había un pequeño problema: Omar Holguín no cubría el requisito de la edad. Igual que Lucha Castro para ingresar al Consejo de la Judicatura pero al revés. Es menor de edad a la que se requería pues apenas cuenta con 28 años, en lugar de los 30 necesarios.
¿Cuál problema? 
¡Ah, po’s cambiamos la ley!
¡Y la cambiaron! 
Solo que les apareció -a todos los legisladores que estaban en las negociaciones- oootro problema. Se les fue, en la aprobación de la modificación a la Ley Orgánica del Poder Legislativo, -que eso es lo que cambiaron- que los cambios serían vigentes a partir de la publicación en el Periódico Oficial del Estado.
¡Eso no puede ser, el 30 de septiembre es el día último para designar a los funcionarios del Congreso!
¿Po’s cual es el problema? Cambiamos, otra vez, la ley y le ponemos que entra en vigor en cuanto la aprobemos, y como sí lo vamos a hacer, háblenle a quienes van a ser designados pa’ que estén listos para tomar la protesta.
Pues, dicho y hecho, en un santiamén, la actual legislatura de Chihuahua recibió, dictaminó, discutió y aprobó una reforma legal que tenía un destinatario ya previsto por quienes mandan en el Congreso.
¿Cuándo, cuándo, habremos visto cosa semejante?
Varios meses atrás, se supo que el Dr. Jorge Issa, un destacado panista de Delicias, estrechamente ligado al gobernador Corral, sería removido de Pensiones Civiles y se le nombraría para el cargo que acaba de ser ratificado.
Solo que entonces tenía un problema: La ley Orgánica del Poder Legislativo establecía que quien ocupara la Secretaría Administrativa -y el resto de los cargos legislativos- debería contar con una profesión relacionada con el cargo buscado.
El Dr. Issa no cumplía con ello. Y que nace el rumor que se pretendía aprobar la “Ley Issa”, y que se aprueba. Ahora basta con tener “experiencia” en tareas afines para cubrir los perfiles de los cargos a designar…
Y que designan al Dr. Issa. De ese modo, en el Congreso del Estado de Chihuahua se colocaba a un hombre de las confianzas del titular del Poder Ejecutivo.
Los entonces diputados de Morena, Pedro Torres y Leticia Ortega, votaron en contra, al igual que el PRI y el resto de los minipartidos. El PAN impuso mayoría mediante el mecanismo de “convencer” al PES y Movimiento Ciudadano.
La diputada Ortega calificó como “lamentable ese tipo de cambios legales, para imponer a alguien en el puesto administrativo”. (Nota de Jaime Armendáriz, El Diario de Chihuahua, Chihuahua, 17/XI/18).
Hoy fue al revés.
Durante años se criticó que los puestos y cargos de carácter técnico fueran ocupadas por las dirigencias partidarias, para que se avanzara en la profesionalización de la estructura legislativa, rechazando el reparto de “cuotas partidarias”.
Hoy, simplemente entramos a un nuevo episodio de lo que los mexicanos rechazaron tan contundentemente.
Así, Morena-Chihuahua compartirá la responsabilidad de enfrentar, con toda seguridad, un litigio por inconstitucionalidad de lo realizado el jueves pues echó por tierra una de las más caras consignas del tabasqueño convertido en presidente electo: 
Nosotros no venimos por puestos, no venimos por cargos.
Tema tan sensible impidió que abordáramos la indignante sentencia a Javier Duarte y la cuasi exoneración, también exasperable, de Alejandro Gutiérrez.
Habrá tiempo para ello.

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sábado, 29 de septiembre de 2018

Mátense





Aserto Multimedia, 29 de septiembre de 2018
Luis Javier Valero Flores
Días atrás fuimos sorprendidos por las declaraciones de los más altos mandos del ejército en Chihuahua. 
El general brigadier Fernando Gómez, comandante de la Guarnición Militar en Juárez, declaró que el gobernador Javier Corral no había seguido los protocolos para solicitar ayuda militar; que no le había solicitado al presidente Peña Nieto, “por medio del Secretario de Gobernación”, el auxilio de las fuerzas armadas.
Tal declaración la había realizado ante la queja del gobernador Corral de que “El Estado de Chihuahua, solo, con su capacidad y su estado de fuerza, no puede combatir la delincuencia organizada, esa es una tarea del Gobierno federal”.
Pero el viernes, el mismísimo jefe de las fuerzas armadas, el Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, ante pregunta expresa de los reporteros, afirmó que esa solicitud ya se había presentado, pero que la ayuda del ejército se haría con base en las fuerzas destacamentadas en la entidad, las que no se aumentarían, pues “La cobija no da para más”.
O sea, háganle como puedan, nosotros nos declaramos impotentes para enfrentar la oleada de violencia desenfrenada en Chihuahua.
Es de una irresponsabilidad descomunal la declaración del jefe militar, realizada justamente cuando el país se encamina a sufrir la más severa ola homicida de su vida independiente. Si en 2017 cayeron alrededor de 25 mil personas, en 2018, probablemente, lo cerraremos en más de 28 mil asesinatos.
Ante ello, y en medio de un grave deterioro de las fuerzas policíacas, de todos los niveles de gobierno, en momentos en los que debiera existir la más estrecha coordinación entre ellas y las fuerzas armadas, frases como la anterior develan cuán indefensa está la sociedad mexicana (la chihuahuense en particular) frente al crimen organizado.
Pero si la declaración militar es para preocupar, más lo es el hecho de que ningún representante del gobierno de Chihuahua acompañase al Gral. Cienfuegos.
¿Qué sería más importante para el gobernador Corral que intercambiar impresiones, sobre la seguridad pública, con el titular de la Defensa Nacional?
Imposible saberlo, pero el hecho es que el mandatario chihuahuense presidió el festejo, en la capital del estado, ¡De las secretarias del gobierno estatal, incluidos el desayuno y las consabidas rifas de regalos, además de los “muy importantes mensajes” del gobernador y su Secretario de Hacienda!
Indudablemente que las secretarias son muy importantes, pero bien valía la pena que la felicitación del gobernante esperase para mejor ocasión y que éste aprovechara la visita del militar para tratar de sensibilizarlo y le ayudara en los difíciles momentos que pasa Chihuahua.
No se plantea que los militares asuman las tareas de policía, pero que sus activos estén presentes para los momentos y circunstancias en que las fuerzas del orden están urgidas de más elementos y capacidad de fuego, frente a los pelotones del crimen organizado que han asolado durante años en una buena parte del territorio estatal, es la más elemental medida de seguridad pública.
Aterran las declaraciones y las acciones de uno y otro; nos dejan en la plena indefensión.
No alcanza la cobija, dice uno, y el otro prefiere ir a moverle a la tómbola de los regalos de las secretarias. En tanto la cifra de caídos bajos las balas crece diariamente. 
En el gobierno de Corral han sido asesinados 4 mil 500 chihuahuenses y quienes debieran ser los que detuvieran tal tragedia se desentienden del problema.
Bien lo decían Los Tigres del Norte: Son muchos meses entre julio y diciembre para que entre el nuevo presidente…
El nuevo ¿Podrá?

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jueves, 27 de septiembre de 2018

Un alto en el camino


El Diario, 27 de septiembre de 2018
Luis Javier Valero Flores
La oleada de violencia, recrudecida en la entidad desde fines del 2015, agravada en la segunda mitad del 2016 y con cifras constantes a lo largo del 2017, ha escalado en el presente año a un nuevo estadio.
Concomitante a las cifras que colocaban a Chihuahua en el primer lugar nacional en el narcomenudeo, el perfil socioeconómico de las víctimas fatales, y el de sus victimarios (a juzgar por las vestimentas, vehículos usados y actividades conocidas de las víctimas) que correspondían a personas de bajos niveles económicos, residentes de las colonias más marginadas, o más pobres, sobre todo, de las dos principales urbes chihuahuenses ha cambiado.
 El número de víctimas, con otro perfil socioeconómico crece con los días y abogados, agentes del ministerio público, políticos partidistas, candidatos, empresarios, profesionales de la medicina, etc., son, hoy, también, víctimas fatales de la ola de violencia, que incluye el mantenimiento -y algunos in crescendo- del robo de vehículos, a mano armada y sin este agravante; robos a negocios y domicilios y la aparición de presumibles secuestros de empresarios.
Ante ello, el asesinato del dirigente de Coparmex-Parral, Uriel Loya, y el del Director del Colegio Latinoamericano Bilingüe de la ciudad de Chihuahua, Carlos Cano Chávez, así como la desaparición del empresario menonita, Peter Stoesz en las cercanías de Cuauhtémoc se convirtieron en los hechos que han concitado un mayor reclamo a la administración estatal encabezada por Javier Corral.
No es para menos, que el empresariado nacional le reclame el grado de inseguridad existente en la entidad, es algo que les pesa más a los gobernantes, y no sólo a los de Chihuahua, por desgracia, pues los casos de reclamos de la desatención a los asesinatos de otras personas de otros perfiles y a la de la desaparición de hombres y mujeres, ha llegado a niveles inconmensurables, que incluye el reclamo, cada vez más generalizado, del muy diferenciado trato y respuesta de la autoridad frente a los asesinatos, desapariciones y secuestros:
Cayeron el mismo día. Sus muertes son igualmente lamentables. Para la autoridad estatal, no. En tanto que ante la ejecución de Uriel Ulberto Loya Deister, presidente de Coparmex en Parral, la Fiscalía General del Estado envió un comunicado en el que condenaba el homicidio, del mismo modo que el gobernador Javier Corral; ante el asesinato de un hombre frente a las puertas de su vivienda en el fraccionamiento Villa Colonial, en el sur de Juárez, nada.
Para el empresario, la puesta en marcha de un operativo especial para dar con los responsables, para el juarense, silencio absoluto.
De ahí que luego de la reunión extraordinaria de seguridad urgente realizada por las autoridades en Parral, tras el asesinato del líder de Coparmex, la señora Blanca Isela Ramos, esposa del fallecido abogado Víctor Guerrero Terrazas, acudió para solicitar al fiscal general del Estado resultados en la investigación del homicidio de su pareja.
Pero solo ante este homicidio la autoridad se dignó aparecer en el escenario de innumerables episodios criminales, ninguno de esos graves episodios habían concitado tanta preocupación del grupo gobernante, que llevó a la aparición de Javier Corral en el velorio de Uriel Loya. 
Sólo para que nos prodigara una más de sus perlas:
Ante la pregunta de un reportero: “¿No piensa que la seguridad se le ha salido de las manos al gobierno estatal? atentados a policías, secuestros…”). 
“¡Secuestros no tenemos!”, contestó tajante el Gobernador.
El reportero agregó, “bueno, privaciones de libertad sin resolver, y ahora el asesinato de un joven líder empresarial y luchador social…’. El Jefe del Ejecutivo cambió su tono de voz y contestó: ‘lo que no debemos hacer, es hacer de estos temas motivos de medro político, no hay que usar estos asuntos para el golpeteo político, este es un tema que nos corresponde a todos, es un tema que involucra a todos y, también a los medios de comunicación los involucra en la responsabilidad de contribuir a generar mejores condiciones”. (Nota de César Hernández, El Sol de Parral, 25/IX/18).
¿Quién busca aplicarle al gobierno de Chihuahua “golpeteo político”? Lo que hay son justos reclamos a la autoridad responsable de la seguridad pública en el estado.
No más, pero no menos.
Ojalá hiciera un alto en el camino el gobernante chihuahuense, se colocara en el lugar de los miles de chihuahuenses, víctimas directas o indirectas de la violencia reciente, y escudriñara qué pensarían de verlo publicitando, a “todo gas”, la “tercera carrera de la liberación”.

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lunes, 24 de septiembre de 2018

Corral y los medios


Mega Radio 860, Juárez, 24 de septiembre de 2018
Luis Javier Valero Flores
Temas recurrentes, a la par, de las preocupaciones del mandatario chihuahuense, Javier Corral, son el encarcelamiento del ex gobernador César Duarte y su permanente crítica a los medios de comunicación.
Pero era, para los medianamente entendidos de los procesos judiciales, que lo más probable que ocurriera, como así fue, que el ex gobernador huyera del país. Corral debió estar preparado para ese escenario.
Debió contar, además, con que Peña Nieto le daría a Duarte toda la protección posible, hasta más allá de las elecciones del 2018, vitales para el PRI.
Al mismo tiempo, lanzó la que puede ser la más agresiva campaña de un gobernante en contra de los medios. No hizo distingo alguno; no eran, no son, lo mismo, propietarios de los medios y sus trabajadores; ni a todos los propietarios  se les podía clasificar igual.
Ni todos los medios, ni todo el tiempo, fueron gratos ante los ojos de Duarte, el que empleó varios miles de millones de pesos en el ensalzamiento de su imagen. Corral se equivoca, la mayor parte del dinero empleado en medios por el ballezano fue a dar a las más poderosas empresas de la ciudad de México, en el desmesurado intento de alzarse con la candidatura presidencial!
Claro que a nivel local eso se hacía. Un día, y otro también, la mayoría de las columnas políticas nos daban cuenta que el mandatario chihuahuense se iba a Gobernación, a Sagarpa, al PRI, a donde fuera, pero en el gobierno peñista.
En tanto, se ejercía un soterrado control de los medios de comunicación locales y uno más severo con los emergentes y/o con aquellos medianos o pequeños intentos de ejercer un periodismo profesional, independiente.
Los controles se ejercieron por todos los medios posibles.
A pesar de ello, por ejemplo, Javier Corral escribió en la cadena de El Diario, por años, sin cortapisa alguna. 
Ahora, sin la menor tolerancia hacia las críticas, el gobernante chihuahuense lanzó una desmedida campaña en contra de “los medios” y en contra de “los Diarios”, porque, dice, lo quieren extorsionar a través de la firma condicionada de “convenios de publicidad”.
Y hace lo mismo: 
Favorece a los medios afines; aplica criterios disímbolos para “dar” contratos a los medios, (como si el presupuesto de publicidad fuera de su propiedad, que ese es el concepto que subyace en el pensamiento de Corral, del mismo modo que José López Portillo, quien acuñara la más famosa frase para describir el modo en que los gobernantes poco tolerantes a las críticas conciben su relación con los medios: “No te pago para que me pegues”), se niega a otorgar entrevistas a los medios locales, salvo contadísimas excepciones; excluye de la contratación de publicidad oficial a medios críticos, independientemente de sus ratings, o audiencias; cancela conferencias de prensa y en éstas se ejercen controles inadmisibles, como el de solicitar turno para preguntar e inscribir la pregunta; no le responde a los reporteros que efectuaron trabajos periodísticos críticos; a otros les dice que no les responderá, etc.
Y en la contratación, sin criterio mensurable alguno, privilegia a las cadenas nacionales, y especialmente al canal 28, que de la ruina saltó a los contratos millonarios y a la aparición de su repetidora en Juárez, a cambio de la desaparición del enfoque crítico que le caracterizó en la parte final del gobierno de Duarte, justamente cuando éste les dejó de entregar las decenas de millones de pesos, que su gobierno otorgaba a la emisora, a pesar de la impedimenta legal a que ésta comercializara sus espacios.
Ciertamente Corral disminuyó el presupuesto de publicidad, pero el que existe se aplica del mismo modo que con Duarte y los anteriores, es decir, bajo la discrecionalidad del gobernante.
Es tan grotesca la situación que hasta el Comisionado de Seguridad, Jaime Aparicio, le achacó “a los medios” el clima de inseguridad prevaleciente en la entidad. 
¿Y cómo justificará, entonces, el asesinato de Uriel Ulberto Loya Deister, presidente de Coparmex-Parral?

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domingo, 23 de septiembre de 2018

Corral: Rampante intolerancia


El Diario, 23 de septiembre de 2018
Luis Javier Valero Flores
El más reciente, y acaso el más ríspido, incidente entre el gobernador Javier Corral y algún medio de comunicación, ocurrido a principios de la semana, en el que el gobierno del Estado de Chihuahua decidió invertir sus recursos -de todo tipo, incluida la difusión en la cápsula informativa radiofónica “Puntualizando”- para acusar a los directivos de El Diario de intentar extorsionarlo a cambio del otorgamiento de “convenios de publicidad”, presentó un nuevo episodio en el curso de una entrevista realizada al mandatario en el programa radiofónico “Opinión Pública”, a propósito del 40o. aniversario del programa, conducido por uno de los locutores más emblemáticos de la radio chihuahuense, Marco Antonio Guevara.
Además de la relevancia implícita de la entrevista, tiene un ingrediente mayor pues reveló, en todas sus dimensiones, las concepciones del gobernante en su relación con los medios de comunicación.
A Guevara lo acompaña, desde hace 16 años, Víctor Medina, articulista de El Heraldo de Chihuahua y de Aserto-La Revista y Aserto Radio. Medina y Corral fueron quienes protagonizaron el ríspido intercambio de palabras.
Guevara hacía alusión a que había opiniones críticas acerca del quehacer del gobierno de Chihuahua y que, en todo caso, éste no se comunicaba adecuadamente.
Corral respondió que “… pero tú sabes (dirigiéndose a Marco Antonio Guevara) que estamos bajo una andanada mediática muy consistente, incluso, no necesariamente los ejercicios de crítica, esos los respetamos y esos no solamente los respetamos y los valoramos, valoramos mucho tu espacio, más allá de tu sentido crítico porque sabemos desde donde lo haces ¿no?”.
 “… pero hay otros medios que nos están ‘guerreando’, como se dice, pues bajo intentos de extorsión, porque quieren convenios de publicidad, todo es una negatividad, todos nos descalifican, todos nos cuestionan, y hay muchas mentiras…”.
Minutos después, Víctor Medina lo abordó:
“Otro tema, que ha sido recurrente en los últimos días, señor gobernador, es el del ataque a los medios de comunicación, usted dice que ha habido intentos de extorsión, de parte de algunos medios ¿Porqué no se ha presentado la demanda en contra de esos medios?
  • Porque no corresponde a eso, sino a la denuncia pública visibilizar cuáles son las campañas, no nos interesa perseguir penalmente…
- Pero, es un delito ¿no?…
  • No, bueno, la extorsión en términos de convenios de publicidad, a esa extorsión nos referimos, nosotros hicimos una medida muy importante; redujimos considerablemente el presupuesto en materia de publicidad en medios de comunicación; se les daba más de mil millones de pesos al año. Y por eso todo mundo hablaba muy bien del gobernador, incluso no se hablaba de sus excesos, de sus ‘rateriajes’ , había todo un silencio muy bien organizado…”.
En algunos medios ¿no?, le respondió Medina.
“En la mayoría, las excepciones eran pocas, la mayoría estaba en una sintonía, pues porque había cientos de convenios que nosotros, pues, por las circunstancias en las que está Chihuahua, no podíamos continuar con esa práctica…
  • ¿Ya no se están haciendo convenios de publicidad…?
  • No, lo que ahora hacemos es que transparentamos toda la asignación publicitaria, otorgar la publicidad con los criterios que están en el decreto (sic), es una asignación ya mucho menor (sic), ciertamente, pero redujimos, eliminamos mil millones de pesos, y de ahí que se diga que es un ataque a los medios, pues no, yo no lo veo así…”.
Continuó:
  • “No todos los medios se resisten a la medida, muchos ya han aceptado y la verdad tenemos muy buena relación con el conjunto de medios electrónicos del estado, simplemente hay dos o tres que no quieren aceptar estas nuevas condiciones y que nos han puesto topes o condiciones que son inaceptables, no solo desde el punto de vista de las finanzas, sino de la ética pública, ¿no? entonces, ahí está en mucho el tema. Nosotros no tenemos una campaña de persecución contra nadie. Del gobernador se han dicho cosas que, incluso, no solamente no son ciertas, son injustas, son, moralmente muy cuestionables ¿no?”.
Y sin hacer pausa alguna, Corral dijo que “aquí (en “Opinión pública”) se ejerce la crítica sin ningún problema; aquí ejerce usted (Víctor Medina) la crítica con calificativos que yo jamás le he reprochado (en ese momento, Guevara intenta hablar), personales… con calificativos personales (al decir esto, giró la cabeza, con un gesto adusto y dejó de mirar a Medina) con calificativos personales que yo nunca le he reprochado a nadie (repitió con el mismo gesto y ahora ya sin mirar de frente al reportero)…”.
En ese momento, Marco Antonio Guevara hizo algunas preguntas referentes al audio del programa. A continuación, dijo que “Corral dice que hay medios intolerantes” y el gobernador movió nerviosamente la cabeza de un lado a otro alrededor del micrófono, que le impedía observar bien al locutor que se había trasladado a la cabina de transmisión. 
Guevara continuó diciendo “de medios que tienen intereses muy marcados, lo malo, y no es el caso del gobernador Corral, sino de algunos trabajadores del gobierno, que cortan con el mismo rasero a todos los que no estamos de acuerdo, en algún momento, con algunas cosas…”.
En ese instante fueron interrumpidos por Medina: 
“… yo quiero hacer una aclaración en este sentido, señor gobernador, yo he ejercido la crítica en contra suya y en contra del gobierno, pero de ninguna manera personal, no es nada personal, mi voto fue personal para usted y tuve toda la confianza para hacerlo, pero la verdad es que no he sentido que su gobierno haya cumplido con mis expectativas, en ese sentido son mis críticas”.
Corral le respondió: “Yo solo, porque usted (Medina) fue quien trató el tema, yo digo que incluso dije que a mí se me califica con calificativos personales, ni siquiera a eso lo respondo…”.
Guevara intervino y remarcó que “Lo que sí estamos seguros es que aquí, no” mientras el gobernador esbozaba lo que quiso ser una sonrisa sarcástica, al tiempo que el conductor radiofónico le abría espacio a las llamadas telefónicas de sus radioescuchas, lo que puso fin a la rispidez del intercambio de palabras entre el mandatario y los periodistas.
Pero lo afirmado por el gobernador deberá valorarse adecuadamente. 
Sus críticas al Diario son, porque, dijo, han pedido condiciones “inaceptables, desde el punto de vista, no de las finanzas, sino de la ética pública” y se quejó de que se afirman del mandatario chihuahuenses cosas “moralmente muy cuestionables”.
Su problema es verdaderamente mayúsculo, pues si bien se puede conceder que pudiera haber un exceso en el número de notas y reportajes, en los que el acento son los puntos criticables de la actual administración, de ninguna manera se pueden catalogar como criticables desde el punto de vista ético, y menos, calificarlos como mentiras pues las informaciones publicadas por El Diario tienen soporte documental proporcionado por las dependencias del gobierno estatal.
¿Qué es lo que está en el fondo de las expresiones del gobernante?
Indudablemente, su intolerancia a la crítica.
En la entrevista de marras, Víctor Medina lo “balconeó” en ese sentido al responder a las tajantes afirmaciones del gobernante de que le endilgaba “calificativos personales”, lo que Víctor Medina negó, que no se hacen “aquí” (en “Opinión Pública”), le dijo Marco Antonio Guevara, en lo que fue un invaluable respaldo al periodista por parte del longevo periodista radiofónico,.
La perla del programa la ofreció Medina. 
Le dijo a Corral que no había cumplido sus expectativas.
¡Vóytelas!

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jueves, 20 de septiembre de 2018

“Periodicazos”

El Diario, 20 de septiembre de 2018
Luis Javier Valero Flores
Ni el presidente Vicente Fox se atrevió a lanzar una campaña tan agresiva en contra de los medios de comunicación, como la que ha emprendido el gobernante chihuahuense, Javier Corral, en contra de los medios, pero en particular en contra de “los Diarios”, como lo hizo a través de las cápsulas informativas -“Puntualizando”- que su gobierno difunde en la mayor parte de las estaciones radiofónicas.
En el colmo de la intolerancia hacia las numerosas críticas lanzadas por este medio, por medio de puntillosos y documentados reportajes publicados en los casi dos años de la actual administración, el mandatario reaccionó con virulencia:
“El gobierno del Estado de Chihuahua y su gobernador está en medio de una guerra mediática, de descalificación, de calumnias, de mentiras; ahí está el caso particular de los Diarios, (de) cómo nos han querido extorsionar con el tema de la publicidad, no los hemos dejado y no nos vamos a dejar, porque, además, nosotros no somos moscas de la política para que nos maten con un periodicazo, a nosotros no nos mata un periodicazo.
Es más, que cada vez este tipo de medios mentirosos que inventan, que distorsionan y que descalifican todo, todos los días, todo lo que hagamos, que si voy a correr o no corro, que si hago una expresión de cariño a mis mascotas, o no la hago, que si voy a jugar golf los domingos, en mi día de descanso. ¡Ah, porque, además, quieren que el gobernador sea gobernador y policía, como si yo tuviera que estar arriba de las patrullas deteniendo delincuentes, ¿Verdad?
Porque se imaginan que ahí debe estar el gobernador, es tan evidente que ya la gente no les cree…”.
No fue lejos por la respuesta, puntual, en el mismísimo “chat” de Whatsup, creado por la Coordinación de Comunicación Social del gobierno estatal, para los reporteros que “cubren” esa fuente, la reportera Mireya Cuéllar, de La Jornada, escribió a título personal lo siguiente: “El gober tiene razón. A los políticos no los mata un periodicazo. Mata a los periodistas, a Miros (Miroslava Breach, corresponsal de ese periódico en Chihuahua) la mató una nota que publicó...  sus asesinos siguen mandando en la sierra”.
¿Porqué la molestia del gobernante?
¿Acaso por los reportajes en los que, con documentos del gobierno del estado, El Diario ha publicado sendos reportajes sobre los gastos del gobernador Corral, achacados a los asistentes más cercanos; o los contratos signados por Antonio Pinedo, su vocero de prensa; o los anteriores sobre el uso de las aeronaves del gobierno estatal, usados para asistir eventos partidistas; o las notas informativas en las que se da cuenta de las numerosas ocasiones en las que el mandatario destina infinidad de horas para el esparcimiento?
En lugar de dar respuesta a varios de los cuestionamientos que se le han hecho a lo largo de su gestión, por numerosos protagonistas de todas las vertientes sociales, el mandatario ha salido a defender su derecho de divertirse (que está bien, pero que al difundirlo, sin duda, ofende a algunos chihuahuenses) o a subir fotografías con sus mascotas, en momentos en los que la entidad pasa por una oleada violenta y que es, indudablemente, una imperdonable falta de sensibilidad política; o a justificar la cortesana fiesta del 15 de septiembre en el interior de Palacio para invitados muy seleccionados, y calificarla de “modesta”.
¿Se habrá detenido, en algún momento, a cavilar que podrían pensar los familiares de las víctimas fatales, al observar alguna de sus fotografías en la que lo acompañan sus mascotas?
Más criticable, si tomamos en cuenta que sale a criticar a los “medios”, pero no es capaz de mencionar una sola palabra acerca de los señalamientos en contra de su Coordinador de Comunicación Social, por la presunta ilegalidad de la contratación de servicios de una empresa propiedad del cuñado de la directora administrativa de esa dependencia, para no abundar en el supuesto vínculo de Pinedo con la hermana de su administrativa.
Pero en el tema en el que se revela la absoluta falta de comprensión del gobernante chihuahuense, es en el de la inseguridad. La entidad que gobierna ya está instalada entre las más violentas del país, nuevamente, y Juárez, la urbe mayor, hasta el 31 de agosto, contaba, ya, con 899 homicidios.
Pero el gobernador se queja porque, dice, quieren que “sea gobernador y policía, como si yo tuviera que estar arriba de las patrullas deteniendo delincuentes”.
No es mala idea, sería mejor que andarse peleando con los medios.

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domingo, 16 de septiembre de 2018

Relevos, inseguridad, corruptelas… ufff

El Diario, 16 de septiembre de 2018
Luis Javier Valero Flores
Es imposible no abordar, semana a semana, los aspectos más criticables de la actual administración estatal. 
Hace agua por todos lados, pero uno de ellos, la inseguridad se convirtió en el principal tema de preocupación para la sociedad chihuahuense y no solo por su implícita importancia sino, sobre todo, por las cada vez más evidentes pruebas del enorme grado de ineficiencia de los responsables del gobierno de Javier Corral.
Asombra, además, que las explicaciones del Comisionado Estatal de Seguridad, Óscar Aparicio Avendaño, sean, esencialmente, del mismo tenor a las usadas por el Coordinador de Comunicación Social, Antonio Pinedo Cornejo, quien, para defenderse de la contundencia de los reportajes efectuados por El Diario, (en los que se informó de la presunta comisión de varias irregularidades en el otorgamiento de contratos a una empresa -Xtreme Sports- propiedad del esposo-pareja sentimental de la Directora de Administración de la dependencia que dirige y en la cual labora quien es, también supuestamente, la pareja sentimental de Pinedo) arguyó que se trataba de un ataque del periódico al gobierno encabezado por Javier Corral, esto es que quien lo critique lo hace al total de la actual administración estatal.
Ufff…
Pero no es el único, el Comisionado Aparicio fue más lejos, achacó a los medios de comunicación la creación de una “atmósfera de inseguridad” en la entidad al utilizar “los hechos delictivos como enfrentamientos y ejecuciones para extorsionar al gobierno del estado”, tal y como lo ha señalado, dijo a varios medios de comunicación, el “gobernador Javier Corral”.
“Nada ha importado a medios poco serios, esto ya es una extorsión como lo ha comentado el señor gobernador, la verdad es que distorsionan la información y están creando una atmósfera de inseguridad ellos mismos”.
Pero estas justificaciones fueron retomadas en las cápsulas informativas que  Comunicación Social difunde en radio y Tv, “Puntualizando”, en las que arguyó que “… muchos medios, no todos por supuesto, se han dedicado a un golpeteo político, a ver el tema de la inseguridad como la oportunidad de sacar una remuneración económica, eso nos ha provocado varios ataques que hemos tenido en el Gobierno del Estado”. (Nota de Orlando Chávez, El Diario de Chihuahua, 14/IX/18).
“Este tipo de medios, que no son serios, que se dedican a querer extorsionar al Estado lo que están provocando es una atmósfera, una sesión a los ciudadanos de algo que realmente no está pasando”. (Ibídem).
Si ambos funcionarios -Pinedo y Aparicio- tienen conocimiento de tales pretensiones extorsionadoras de “los medios”, o de El Diario (pues el vocero de Javier Corral adujo que el periódico había exigido “no menos de 30 millones de pesos” al gobierno estatal, ¿Por qué no los han denunciado? ¿Acaso no saben que están denunciando públicamente la presunta comisión de un delito y no actúan en consecuencia?
¿No será que en realidad le mienten a los chihuahuenses, y con ellos a su jefe inmediato superior, es decir, al gobernador Corral?
Y éste ¿Estará enterado de lo anterior, o estándolo, ha decidido optar por aceptar la renuncia de Luján y respaldar las evidentes falsedades de Aparicio?
Peor, que en lugar de la salida de Pinedo de la administración estatal sea el supuesto denunciante de las presumibles corruptelas de Pinedo y su Directora Administrativa, el ahora ex Director de Administración de la Secretaría de Hacienda, Guillermo Luján Peña, -uno de los referentes del panismo chihuahuense, quizá el más emblemático ahora, luego del fallecimiento de Luis H. Alvarez, meses atrás- fuera sustituido, en medio de una oleada de rumores y sin que se nombrara al relevo del exdirigente estatal y uno de los panistas de auténtico “pedigree” de mayor confianza del gobernador Corral.
No es un asunto menor, Luján ocupaba el lugar que ocupó Gerardo Villegas Madriles en el gobierno de César Duarte; esto, por ser de los mayores confianzas del gobernador en turno, o del Secretario de Hacienda, debido a que por su oficina pasan -pasaban- todos los contratos del gobierno de Chihuahua, tanto para la elaboración, como para la autorización y la firma definitiva de todas las operaciones financieras de la administración estatal.
Hoy, Villegas está en prisión, acusado de la comisión de varios delitos, todos derivados de actos como los que ahora fueron denunciados públicamente en la oficina de Comunicación Social.
Bueno, es tan preocupante la actitud del gobernador Corral en el tratamiento de temas tan delicados para su gobierno, que la Secretaria de la Función Pública, Stefany Olmos, anunció la realización de una investigación y de una auditoría a la Coordinación de Comunicación Social, sin que el titular de ésta, señalado en la investigación  periodística de El Diario (10, 11 y 12/IX/18), fuera separado de su cargo en tanto se efectúan aquellas, precisamente el día en que el gobierno corralista efectuó el mayor número de cambios al gabinete.
Y concita, por otro lado, los justificados ejercicios de equiparamiento con Virgilio Andrade, el secretario de la Función Pública de Peña Nieto, designado como tal para que investigara, si quien lo nombró -el presidente de la república- había cometido algún ilícito en la compra de la residencia de la pareja presidencial, conocida como la “casa blanca”.
¿Qué horas son? preguntó el mandatario a su colaborador.
-Las que usted diga, señor Presidente.
Sí, porque ante el alud de denuncias públicas y las presentadas a la oficina de Olmos en contra de funcionarios de la actual administración, en los casos más relevantes, no ha habido resultado alguno, sólo investigaciones que se realizarían, pero hasta ahí.
Siendo de la mayor importancia esto último, lo que sucede en materia de seguridad pública es estremecedor.
Las cifras de homicidios a lo largo del actual gobierno estatal se han incrementado a niveles ligeramente por debajo de las del año 2011, pero por encima de todas las ocurridas después de ese año.
Hasta el mes de julio de este año, el secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reportó que se habían cometido mil 703 homicidios en Chihuahua en el presente año, entre ellos, 32 feminicidios. A ellos deberán sumarse los ocurridos en el mes de Agosto. Tan solo en Juárez se presentaron 182.
En total, en el gobierno de Javier Corral suman alrededor de 4 mil homicidios ocurridos en Chihuahua, reconocidos en las estadísticas de los organismos federales de seguridad pública, pues en 2017 fueron mil 556 homicidios dolosos y en los últimos tres meses de 2016 se cometieron 453 ejecuciones en la entidad.
De acuerdo con estos datos, la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes en el 2017, fue de 40.9, y en 2018, realizando una proyección anual, se elevaría a ¡77.89!
En ambos casos, muy por encima de la media nacional y muy cercana, la segunda, al año 2011.
¿Y qué hacen las autoridades para combatir la inseguridad?
Son de pavor las informaciones más recientes, en cuanto a la supuesta coordinación de las fuerzas de seguridad pública.
Por un lado, “El general brigadier Fernando Gómez, comandante de la Guarnición Militar, señaló ayer que el gobierno de Javier Corral no ha seguido los protocolos para solicitar ayuda militar. Dijo que esa es la razón por la que no trabajan en conjunto con la Comisión Estatal de Seguridad en tareas de combate a la delincuencia”. (Nota de Miguel Vargas, El Diario de Juárez, 147IX/18).
Tal declaración la hizo ante la queja del gobernador Corral de que “El Estado de Chihuahua, solo, con su capacidad y su estado de fuerza, no puede combatir la delincuencia organizada, esa es una tarea del Gobierno federal”. (Ibídem).
Pero Fernando Gómez, “jefe de las fuerzas militares en la entidad”, le respondió tajantemente: “Los estados son independientes, cada Gobierno debe de solicitar al ciudadano presidente de los Estados Unidos Mexicanos, por conducto de la Secretaría de Gobernación, la participación de las fuerzas armadas para apoyar a las autoridades estatales y municipales”. (Ibídem).
¿Y entonces?
Quizá la respuesta la encontremos en las declaraciones de alguien que no puede despertar sospechas de ser un opositor al gobierno de Javier Corral, o de ser alguien que pretenda extorsionarlo, o menos aún que pretenda lucrar con la inseguridad prevaleciente: 
“Ignacio Manjarrez Ayub, presidente de la Comisión Nacional de Seguridad y Justicia de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), subrayó que desafortunadamente el gobierno del Estado ha tenido oídos sordos en materia de seguridad y economía en lo que tiene que ver con el aparato productivo”. (“Administración de oídos sordos: IP”. Nota de Manuel Quezada Barrón, El Diario/Chihuahua, 11/IX/18).
Manjarrez Ayub, ex presidente de la Coparmex-Chihuahua, informó “que en diferentes ocasiones, el presidente de COPARMEX en Chihuahua, Federico Baeza, ha tratado de sostener reuniones con el gobernador y no ha sido atendido”. (Ibídem). 
Fue tajante. “Un gobierno se debe a una sociedad; uno sin el otro no funciona, entonces para quién gobiernas si no se está cerca de la sociedad, y hay que escucharla e ir generando en conjunto, lo que se requiera”. (Ibídem).

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