domingo, 2 de diciembre de 2012

De secretarios y consejeros

El Diario, 2 de diciembre de 2012. Luis Javier Valero Flores El fin de semana fue pletórico en hechos y declaraciones, a cual más de impactantes para la sociedad mexicana y la chihuahuense, que deberemos abordarlos en el curso de los próximos días con mayor detenimiento pues, tanto la composición del gabinete de Enrique Peña, como su toma de protesta y los pronunciamientos realizados, a la par de los enfrentamientos entre grupos de opositores al mexiquense y las policías, así como la designación de los dos consejeros del Instituto Chihuahuense de Transparencia y Acceso a la Información Pública (Ichitaip) dan lugar a una serie de conclusiones, no todas esperanzadoras para la salud pública. Vayamos por partes. En primer lugar el gabinete. No debía dar lugar a sorpresas. El reparto entre los principales grupos del PRI a nivel nacional ya se había hecho, con la sorpresiva marginación del encabezado por Beatriz Paredes y el de la CNC que en los últimos años habían alcanzado importantes cifras de diputados federales. Así, la designación de Emilio Gamboa Patrón y Manlio Fabio Beltrones en las coordinaciones de las representaciones legislativas del PRI en el Congreso de la Unión, dejaba a salvo los compromisos de Peña Nieto con este par de grupos. Nota al margen: ¿Se habrá equivocado el gobernador César Duarte al proponer a Chihuahua como sede de la reunión de los senadores electos del PRI y con ello enviar el mensaje de que esta entidad –en el ámbito de los priistas– era coto del grupo de Emilio Gamboa Patrón, a quien se debe, en mucho, no sólo la presidencia de la Cámara de Diputados, que en su tiempo desempeñó el parralense, sino también la gubernatura? El mensaje de los últimos días de agosto fue nítido: a cada uno de esos grupos les “tocó” una parte del gobierno, pero en los órganos legislativos y ya, el Ejecutivo era coto de los cercanos al grupo mandón en la política mexicana a partir de ayer, el de Atlacomulco y sus derivados del Estado de México, entre ellos el poderoso grupo de Hidalgo que prácticamente a lo largo de un siglo ha conducido la vida pública de esa entidad. De ahí la presencia de Miguel Osorio Chong, en la Secretaría de Gobernación, y la de Jesús Murillo Karam en la PGR, luego de la ratificación que en su momento realice el Senado. De ahí en más, apabulla el grupo mexiquense, en lo que puede ser tomado como un exceso de Peña Nieto pues deja fuera de los primeros niveles a otros priistas de primer nivel. Mexiquenses son Luis Videgaray Caso, en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (ligado desde hace muchos años a Peña); Juan José Guerra Abud, en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (a quien intentan hacer pasar como de otro partido pues dicen que es del “Verde” pero que entre sus antecedentes está que fue secretario de Desarrollo Económico del Gobierno del Estado de México, durante la administración del entonces gobernador Emilio Chuayffet, puesto en el que permaneció durante la gubernatura de César Camacho Quiroz, hasta su término en septiembre de 1999); Gerardo Ruiz Esparza en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, defeño, pero en 1981 fue designado subsecretario general de Gobierno del Estado de México; Emilio Chuayffet Chemor en la Secretaría de Educación Pública (cuya inclusión ahí no puede explicarse de otra manera que la de hacer un contrapeso a la maestra Elba Esther Gordillo que con esta designación debiera adelantar su jubilación); Jesús Alfonso Navarrete Prida en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y finalmente Francisco Rojas Gutiérrez en la Comisión Federal de Electricidad. Y los que faltan en los mandos de segundos y terceros niveles, además de los responsables de la Secretaría Particular, de la Oficina de la Presidencia y la Consejería Jurídica. ¡Híjole, ahora sí que estamos mexicanizados! Es que todos los cuadros capaces estaban ahí desperdiciados, amontonados en el Estado de México. Pero si desde antes ya sabíamos que los políticos mexicanos eran buenos para todo, el gabinete presidencial es una clara muestra de la improvisación. ¿Qué tiene que hacer Pedro Joaquín Coldwell en la Secretaría de Energía; o Enrique Martínez en la Sagarpa, o Emilio Chuayffet en la SEP (¿será improvisación o simple cuña para apretar a la súper maestra?); o Jorge Carlos Ramírez en la Secretaría de Reforma Agraria, aun suponiendo que la transformen y se encargue del desarrollo urbano y agrario? Y apareció la cuota de los Salinas de Gortari, la sobrina del ex presidente, Claudia Ruiz Massieu, fue designada Secretaria de Turismo. Es tal el poder de Carlos Salinas, que hasta en los gobiernos del PAN participó sin que ello le significara críticas o sanciones de sus compañeros. Y lo hizo en niveles nada despreciables: como coordinadora de asesores del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSP) en 2006, y coordinadora de Planeación, Desarrollo e Innovación Institucional de la Procuraduría General de la República (PGR) de 2006 a 2008, puestos que en nada le estorbaron para ser, al mismo tiempo, del 2006 a la fecha, vicepresidenta de la fundación Colosio en el D.F. ¿Cómo compaginar ese papel y su actividad como funcionaria del más alto nivel en el gobierno de Felipe Calderón? ¿Será que tiene razón López Obrador, que en los más altos niveles no hay desavenencias serias entre priistas y panistas? En esa misma cuota podría agregarse al nuevo director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, hijo de Emilio Lozoya Thalmann, –quien fuera director del ISSSTE y secretario de Energía en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari– y nieto de Jesús Lozoya Solís, ex gobernador interino de Chihuahua. ¡¿No que no nos tocaba algo a los chihuahuenses?! ¡Ahí está la cuota de los chihuahuenses, el nieto “cómodo”! Luego, los de la mentada “pluralidad”: Rosario Robles en Desarrollo Social, ubicada como la aportación de la izquierda al gabinete, pero que en realidad, si se revisan sus opiniones editoriales de los últimos 4-5 años, se concluiría que hacía rato había puesto distancia de esas posturas, las que ahora se confirman; el ya mencionado Juan José Guerra, que es, como muchos de los actuales legisladores del Verde, un cuadro prestado; José Antonio Meade, secretario de Hacienda en la administración del panista Felipe Calderón, ahora jefe de la diplomacia mexicana en un verdadero galimatías y que descalifica al viejo y consolidado equipo de diplomáticos priistas, construido a lo largo de décadas ¿Qué dirán, frente a esta designación, Rosario Green, Bernardo Sepúlveda, los Castañeda; que diría don Alfonso García Robles? Y finalmente, el cuadro técnico que necesitan, más allá de los objetivos político-electorales, Manuel Mondragón y Kalb como subsecretario de Planeación de la actual Secretaría de Seguridad Pública Federal, que pretenden desaparecer para ubicarla como una subsecretaría de Gobernación y al que le están comisionando la limpieza de la dependencia dirigida por el secretario favorito de Calderón, Genaro García Luna, luego del buen papel realizado en la policía del DF en el gobierno de Marcelo Ebrard... ¡Échate ese trompo a la uña! ¡Ah y si se necesitaba un amigo en la Secretaría de la Defensa Nacional, pues ahí está el general Salvador Cienfuegos Zepeda, con quien trabaría amistad Peña Nieto cuando fue gobernador del Edomex y el militar era jefe de la 1a. Zona! Bueno, nos faltaron las primeras determinaciones de Peña Nieto y los otros temas delineados al principio, no nos alcanzó el papel. En el curso de la semana los abordaremos.

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