jueves, 26 de septiembre de 2019

Corral ¿Inmune e impune a la crítica?


El Diario, 26 de septiembre de 2019
Luis Javier Valero Flores
El título deviene no solamente de la anunciada demanda que interpondrá en contra de nuestro hogar editorial -El Diario-, sólo porque este medio lo que ha hecho es publicar información llegada hasta la redacción, o la que las investigaciones periodísticas ha arrojado, sino de la actitud tomada por el gobernante chihuahuense ante las críticas derivadas de sus actos públicos, y ahora también por sus actividades privadas.
La molestia del mandatario se entiende, pero de ninguna manera se justifica. En la semana anterior, el discurso de Javier Corral, en la inauguración de un torneo de golf, desató acres y muy generalizadas criticas. Quien publicó la información fue El Diario; la nota se volvió viral, por lo menos en el ámbito estatal.
Pero como si eso no importara, al día siguiente, el gobernador, en día hábil, a la vista de todos los asistentes y participantes del torneo, jugó como uno más de estos últimos por más de medio día, no le importaron las críticas, él debía satisfacer sus ímpetus competitivos. Quien publicó la información fue, nuevamente, El Diario de Chihuahua. Creció la molestia gubernamental.
Bueno, pues cuando más de un chihuahuense hacía el coraje de su vida al percatarse de las informaciones anteriores, y algunos más lo expresaban en los medios de comunicación y en las redes sociales, el gobernante chihuahuense ya cometía otro de sus excesos. 
Con el afán de “revisar” el trayecto de la carrera de la liberación -que ha patrocinado desde su etapa de gobernador electo y cuya celebración se aproxima- Javier Corral decidió hacer una carrera de “entrenamiento” por esa ruta, recorrió el trayecto y como es el gobernador de Chihuahua, ordenó el cierre de las vialidades del centro de la capital del estado a su paso, que al cabo para eso manda acá.
Y como para eso es el presupuesto público, a sus invitados a la carrera de entrenamiento les convidó un desayuno en Palacio, como para enviarle un mensaje a sus críticos de que poco importan, y le importan menos.
Pero héte aquí que a El Diario -cadena estatal- se le ocurre publicar un reportaje, en dos partes, en el que da cuenta de la truculenta compra de una casa y el lote adyacente en Juárez, adquisiciones realizadas -o concretadas- ya en la etapa de gobernante del estado.
No es un asunto que aparezca de la nada, ni que obedezca a la supuesta intención del periódico -y de su dueño, Osvaldo Rodríguez Borunda- de extorsionarlo -sin que hasta la fecha haya presentado una sola prueba ni, como es su obligación, la denuncia judicial pertinente- , en virtud de que él, Corral, dice, “no le ha entregado el dinero que les daba César Duarte”.
Ahí está la denuncia pública de la señora Yolanda Miranda, hija de la propietaria de la casa, en la que ha acusado al gobernador, desde el año 2016, de haber efectuado una compra ventajosa, aprovechándose de la condición de extrema vulnerabilidad de su madre, Esperanza Miranda Molinar, tanto por su afición al juego, como por las deudas y su avanzada edad, para comprarle a plazos la propiedad y, antes de liquidar por completo la compra, expulsarla de la propiedad.
No hay motivo para la duda. 
Desde fines de 2016, el muro de Facebook de Yolanda Miranda está repleto de la repetición -con diversas variantes- de mensajes como el siguiente: “ÉSTO ES PODER NO JODER!!! TRES DIAS Y NOCHES A DISPOSICIÓN DE NUESTRO GOBERNADOR DE CHIHUAHUA, CHIHUAHUA JAVIER CORRAL JURADO TIENE NOMBRE Y APELLIDO CORRUPCIÓN ?? IRRESPETUOSO CON LA TERCERA EDAD X (por) UNA CASITA DE ADOBE, 89, HOY 91 AÑOS SIN PAGARSELA, LA (He) ECHO DE SU HOGAR EN ABONOS A UN PRECIO DE CENTAVOS”.
Desde esa fecha le ha solicitado reiteradamente al gobernador Corral una audiencia para encontrar una solución al problema. Nunca la ha recibido.
Hoy, su caso es parte esencial de uno de los reportajes de El Diario, ante el cual, el mandatario que se ha erigido en “defensor a ultranza de la libertad de expresión”, ha lanzado una virulenta amenaza en contra del medio que es, sin duda, el más importante del estado de Chihuahua: ¡Los demandaré!
Las respuestas le han llegado de todos los lados; destacamos una, por el peso societario que posee, la de Jaime García Chávez, quien le espetó un seco, “… si Corral quiere defender con pasión su enorme y gigante personalidad, que deje el gobierno, contrate sus abogados y medios de comunicación de su bolsillo. Probablemente eso le reste capacidad para amasar patrimonio inmobiliario, pero que no jineteé el patrimonio de los chihuahuenses, porque eso es corrupción y lo sabe”.

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domingo, 22 de septiembre de 2019

Chihuahua, entre la frivolidad “golfiana” y el baño de sangre


El Diario, 22 de septiembre de 2019
Luis Javier Valero Flores
Sumido el estado en una nueva -y creciente- oleada de sangre, a la que no se le ha opuesto ninguna efectiva estrategia de contención, incluida la participación del gobierno federal, desde el principio de la gestión de López Obrador, y que en el caso de Chihuahua no ha arrojado mejoría alguna; las actitudes, acciones y declaraciones del gobernador Corral nos muestran a un gobernante frívolo, poco afecto al trabajo y totalmente desubicado respecto al papel que le tocó jugar en la actual etapa de la entidad.
Aparece, además, como ajeno a las preocupaciones de la mayoría de los chihuahuenses. No solamente las encuestas lo muestran así; en los más variados círculos sociales se extiende el repudio, o el rechazo y los comentarios burlones o sarcásticos son lo más frecuente.
En estos aspectos ha llegado a los niveles de rechazo que su antecesor, César Duarte, alcanzó en el tercer año de su mandato. Algo de eso se apreció en la noche del 15 de septiembre, unos cuantos gritos y abucheos le fueron lanzados. 
No cundieron. Aún.
Pero tal pareciera que se empeña en transmitirle a los chihuahuenses cuán lejos se encuentra de la mayoría de ellos.
La magnífica nota escrita por Arnoldo Gaytán, (El Diario, 20/IX/19) en la que Javier Corral inaugura un torneo de golf en el Club Campestre de Chihuahua, retrata al gobernante chihuahuense de cuerpo entero.
Son de colección sus declaraciones, expresadas ante la flor y nata de las más poderosas familias de la capital, quería congraciarse con ellas y mostrar que ya había adquirido un cierto barniz de pedigree: 
“Tiempo atrás amigos me invitaban, uno de ellos Pancho Barrio, quien me insistía que le entrara al golf y yo no sabía lo equivocado que estaba y tantas cosas dije y recuerdo que le comenté: eso será lo último que usted verá de mí, en andar perdiendo el tiempo cuatro horas detrás de una pelotita”.
“Cuando encontré al golf me di una arrepentida de todo lo había dicho en mi vida. 
Antes quería que llegara el sábado y domingo para descansar de mi actividad como gobernador, para tener un remanso, un sosiego, pero empezó a cambiar y a convertir el sábado y domingo en una aspiración golfista, ya quería que llegara el domingo para jugar golf”. (Ibídem).
¡Increíble!
¡Y tiene semana inglesa el gobernador de Chihuahua! Descansa sábados y domingos, para ir a jugar alrededor de 4 horas en cada sesión!
Pero si llegamos a creer que emplea demasiado tiempo en esta actividad, no nos preocupemos, ya que “Como gobernador lo que me da el golf lo vuelco después con pasión y con entusiasmo por Chihuahua el resto de la semana, y siempre me quedo con el buen golpe”.
¡Ah, entonces hay implorar, rogar, rezar y pedir a todos los dioses del Olimpo guíen los brazos de nuestro gobernante para que le vaya bien en el juego de golf, y así, en el curso de la semana, con base en las evocaciones de su juego, pueda tomar las mejores determinaciones para Chihuahua!
¡Orale!
¿Qué culpa tenemos los chihuahuenses de que el gobernador le pegue tan mal a la “pelotita”, a juzgar por los resultados?
Bueno, pues tenemos más malas noticias. Resulta que no sólo acude a jugar golf los fines de semana; de repente, a veces también va entre semana, tanto al Club Campestre, como al San Francisco, y siempre a sesiones con una duración mínima de tres horas ¡Entre semana!
Y si todo lo anterior fuera criticable, más lo es el hecho que nadie, ni nada,  puede interrumpir las sesiones lúdicas de nuestro gobernador. Ha girado órdenes precisas al personal a su alrededor en ese sentido.
A tales sesiones, ininterrumpibles, agréguense las dedicadas al tenis -una o dos por semana-, los entrenamientos de la carrera, y las carreras formales a las que acude con frecuencia.
Por supuesto que la indicación es que tampoco puede ser interrumpido en tales actividades.
¿Es malo que los gobernantes dediquen tiempo a sus actividades físicas? ¡Claramente, no!
El problema estriba en el momento en el que tales actividades interfieren con las del mandatario, a lo que siempre responderán que de ninguna manera ocurre así, a pesar de que así suceda. 
Días atrás, Corral llegó una hora tarde al informe del alcalde de Guerrero, el acto estaba programado a las 12 horas, pero, antes, el gobernador participó en la carrera de la Cruz Roja en Chihuahua. Luego, participó en la premiación, y a continuación -supone el escribiente- el aseo personal, el desayuno y el traslado (obviamente, aéreo) y algún pendiente.
Cosas semejantes le ocurren en las sesiones de tenis, a las que le dedica un promedio de dos horas y media, una o dos veces por semana en la ciudad de Chihuahua.
¿Está bien eso? 
Sí, pero ¿No podría el gobernador de Chihuahua realizar otras rutinas de acondicionamiento físico, que le llevaran menos tiempo, y dedicarle, por consiguiente, más tiempo, por ejemplo, a recibir a los chihuahuenses -en grupo, o individualmente- que desean conversar con el mandatario?
Y hay evidencias de las pocas actividades -por lo menos, públicas- que realiza el gobernador.
De acuerdo con la agenda -enviada a los medios- en un altísimo porcentaje, las actividades públicas del mandatario se reducen a una, o máximo dos actividades al día, y casi siempre se trata de la apertura de una reunión, de un ciclo de conferencias, de la firma de un acuerdo con una infinita gama de organismos y agrupaciones, además de entes públicos.
En tanto, la entidad se sume en la pendiente de la violencia, semejante a la del 2008, año del inicio de la anterior oleada sangrienta, a la que los dos principales funcionarios encargados de la seguridad pública, no sólo no atinan a enfrentar, sino que hasta se estorban, incluso en asuntos de alto impacto.
La semana pasada, cuando Oscar Aparicio, Comisionado de Seguridad, informó de la detención de la lideresa del grupo que robó 7 camionetas en un lote de la capital. (Nota de la redacción, El Diario de Chihuahua, 17/IX/19).
Al día siguiente, el Fiscal César Peniche lo desmentía. “Desmiente fiscal detención de lideresa de robacarros”. (El Diario de Chihuahua, 18/IX/19).
En tanto, justamente al llegar al término del mes 34 (junio 2019) de la actual gestión el número de homicidios llegó a los 6 mil 255, cifra que proyectada y si los índices de homicidios se mantuvieran en los promedios actuales, en caso que el gobierno de Javier Corral fuese de 6 años, llegaría a 13 mil 245, cifra superior a los acaecidos en el gobierno de Reyes Baeza (12 mil 932) y quedaría por debajo de los presentados en el gobierno de César Duarte (15 mil 642), pero por muy poco.
Si la cifra de homicidios se proyectara al fin del año, es probable que termine con una cifra de alrededor de los 2 mil 660, cifra superior a la del primer año de la ola homicida anterior, la del 2008 (2,601).
La tasa de homicidios de este año será de 78.33 por cada 100 mil habitantes.
Y esos números son inferiores a lo que ocurre en Juárez. “Con una tasa de 104 homicidios por cada cien mil habitantes, en Ciudad Juárez la delincuencia organizada no da tregua y en julio dejó otras 137 víctimas…”.
Otro de los delitos que se fueron a la alza son los “levantones”.
Estremecen las cifras. En los primeros seis meses del 2019, han ocurrido casi  300, según cifras emitidas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). (Nota de la redacción, El Diario de Chihuahua, 29/VII/19).
Igual ocurre con los secuestros, los que se han incrementado “al registrar 36 casos durante la administración de Javier Corral Jurado, luego de que entre los años de 2015 y 2016 se totalizaran quince…”. (Ibídem).
Más. De acuerdo con datos publicados en la página de Semáforo Delictivo, Chihuahua ocupa el séptimo lugar en feminicidios a nivel nacional, con 0.6 casos por cada 100 mil habitantes.
Además, nos ubicamos en el lugar número 3 en violencia familiar, con 140 casos por cada 100 mil habitantes en el primer semestre del año, cifras que se corresponden con lo ocurrido en el mes de julio en el que asesinaron  a 21 mujeres, solo en Juárez, y que suman, a lo largo de este año, la muerte de 93 mujeres, víctimas de homicidios dolosos en Juárez. (Nota de Miguel Vargas, El Diario de Juárez, 24/VII/19).
En tanto, el gobernador juega golf, plácidamente, rodeado de los hombres del poder económico, ahí no pasa nada.

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jueves, 19 de septiembre de 2019

¿La incapacidad de Morena o el autoritarismo de Corral?

Editorial. Aserto 177-agosto 2019
El zipizape de los diputados locales, a causa de la disputa por la presidencia de la mesa Directiva del Congreso del Estado, protagonizada esencialmente por los legisladores del PAN (primera minoría) y los de Morena (segunda minoría) nos reveló la profundidad de la degradación de la clase política, incapaz, ya no solamente de respetar la ley, sino los acuerdos, además de mostrar a plenitud el talante antidemocrático del grupo gobernante en Chihuahua, a cuya cabeza se encuentra el mandatario Javier Corral.
El problema para el morenaje estriba en que, precisamente de lo que se quejan en Chihuahua, de manera similar se duelen los diputados federales del PAN. Allá, en la Cámara de Diputados, los de Morena les hicieron cosa semejante a la que los de aquí, del PAN, infligieron a los compañeros del presidente: 
No respetaron la ley que establecía que en el ámbito local un diputado de Morena asumiera la presidencia de la mesa directiva. Igualmente, allá, los de Morena no aceptaron -inicialmente- acatar la ley, mediante la cual, el PAN, primera minoría, asumiera a su vez la presidencia del órgano legislativo federal.
Semejantes aparentemente en todo, hay, sin embargo, una pequeña diferencia. Allá, los del Morenaje no tenían necesidad de “comprar” voto alguno, merced a su mayoría relativa (50% más uno); pero acá, en Chihuahua, el PAN debió recurrir a mil y una maniobras -algunas de ellas, suponemos, extremadamente vergonzosas, bueno para el común de la gente- a fin de “convencer” a algunos diputados de otros partidos para que votaran junto a ellos y, finalmente, entregarle la presidencia de la mesa directiva al diputado del PANAL, René Frías, cuyos servicios son de un valor inestimable al gobierno del nuevo amanecer, y no solamente en el aspecto legislativo pues la actuación de este legislador, en la faceta de dirigente de la Sección 42 del SNTE, develada por un grupo de jubilados a los que se les cobra, ilegalmente, las cuotas sindicales, desde hace décadas, ha destapado lo que son una cantidad inmensa de recursos económicos literalmente robados a los más de 10 mil jubilados del estado.
De ahí que no había muchos motivos para sorprenderse del ascenso de Frías a la presidencia del Congreso, puesto al que el gobernador Corral no estaba dispuesto a dejar en manos del morenaje, y no solamente, como acusan los diputados de este partido, por afanes revanchistas, porque, se dice, no aprobaron la reestructuración de la deuda y porque, se especula, interpusieron un recurso de inconstitucionalidad, en conjunto con el PRI, cosa que deberá desestimarse pues el líder priista, Omar Bazán, asumió como Vicepresidente de la mesa encabezada por Frías.
A él no le cobraron el rechazo a la reestructuración de la deuda de Corral.
Pero la capacidad “seductora” del corralismo abarcó hasta la diputada de Morena, Ana Estrada, quien no acompañó a los diputados de su partido en la postura, a cambio la integraron como Pro-secretaria de la mesa directiva, en lo que fue la más reveladora del claro alejamiento del partido que la llevó hasta ese lugar.
Así, independientemente de la capacidad de los legisladores de Morena, sin duda, que en estos episodios legislativos lo que prevaleció el afán del gobernador por controlar todos los resortes del poder político en Chihuahua.

Igualito…

Abyectos


El Diario, 19 de septiembre de 2019
Luis Javier Valero Flores
El zipizape de los diputados locales, a causa de la disputa por la presidencia de la mesa Directiva y de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado (Jucopo), los  principales órganos de gobierno del Poder Legislativo, protagonizada esencialmente por los legisladores del PAN (primera minoría) y los de Morena (segunda minoría) nos reveló la profundidad de la degradación de la clase política, incapaz, ya no solamente de respetar la ley, sino sus acuerdos, además de mostrar a plenitud el talante antidemocrático del grupo gobernante en Chihuahua.
El problema para el morenaje estriba en que, precisamente de lo que se quejan en Chihuahua, de manera similar se duelen los diputados federales del PAN. Allá, en la Cámara de Diputados, los de Morena intentaron hacerles cosa semejante a la que los de aquí, del PAN, infligieron a los compañeros del presidente. 
Para que ello no ocurriera debió mediar el regaño presidencial y al contrario de allá; aquí, en los lares del gobernador Corral, éste no reculó, sin importar si se violaba la ley o no. 
Ahí mostró, a plenitud, cuán diferente es al Peje que tanto critica, y dejó ir la oportunidad de, sin perder la dignidad, mostrarle al tabasqueño que puede haber entendimientos que beneficien a los chihuahuenses en el presupuesto federal.
En esa terquedad se encuentra la raíz del problema, mediante el cual el Congreso de Chihuahua está convertido en una gigantesca caricatura o un enorme “meme”, que simboliza ejemplarmente el porqué la ciudadanía repudia en tan elevado grado a los diputados
Semejantes aparentemente en todo, hay, sin embargo, una pequeña diferencia. 
Allá, los del Morenaje no tenían necesidad de “comprar” voto alguno, merced a su mayoría relativa (50% más uno); pero acá, en Chihuahua, el PAN debió recurrir a mil y una maniobras -algunas de ellas, suponemos, extremadamente vergonzosas, bueno para el común de la gente- a fin de “convencer” a algunos diputados de otros partidos para que votaran junto a ellos y, finalmente, entregarle la presidencia de la mesa directiva al diputado del PANAL, René Frías, cuyos servicios son de un valor inestimable al gobierno del nuevo amanecer, casi de la misma dimensión que le prodigó al ex gobernador César Duarte.
De ahí que no había muchos motivos para sorprenderse del ascenso de Frías a la presidencia del Congreso, puesto al que el gobernador Corral no estaba dispuesto a dejar en manos del morenaje, y no solamente, como acusan los diputados de este partido, por afanes revanchistas, porque, se dice, no aprobaron la reestructuración de la deuda y porque, se especula, interpusieron un recurso de inconstitucionalidad, en conjunto con el PRI, cosa que deberá desestimarse pues el líder priista, Omar Bazán, asumió como Vicepresidente de la mesa encabezada por Frías.
Pero al diputado Frías no es al único al que le “pagan” sus servicios. El diputado del PT, Rubén Aguilar, encarna vivamente la degradación política de la clase política, y del grupo gobernante en Chihuahua. A él también le dieron una vicepresidencia, pero en la Jucopo.
Para todos hay.
La capacidad “seductora” del corralismo abarcó hasta la diputada de Morena, Ana Estrada, quien no acompañó a los diputados de su partido en la postura de rechazar tan burdas maniobras. A cambio la integraron como Pro-secretaria de la mesa directiva.
Así, independientemente de la capacidad política de los legisladores de Morena,  que no pudieron construirse en la primera minoría, desde el principio, sumando a los del PT y PES, sin duda que en estos episodios legislativos lo que prevaleció fue el afán del gobernador por controlar todos los resortes del poder político en Chihuahua.
Igualito a alguien que tanto repudia políticamente.

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“Las pistas no investigadas del asesinato de Miroslava Breach”


El Diario, 15 de septiembre de 2019
Luis Javier Valero Flores
La investigación periodística que da título a esta columna, efectuada por un grupo de periodistas, devela con toda crudeza la deficiente investigación realizada por el gobierno de Javier Corral en torno al asesinato de la periodista Miroslava Breach.
A ello se suman, también, los enormes desaciertos de la FGR, que atrajo el caso, a lo que se opuso enérgicamente el gobierno del amanecer.
A unos días del inicio del juicio del único detenido a causa del asesinato, acusado de ser el autor intelectual, enervan la larga lista de omisiones, de indagatorias no efectuadas, de probables cómplices convertidos en testigos protegidos, de hechos falsos a los que la fiscalía otorgó el calificativo de ciertos.
También la terca oposición del gobierno de Chihuahua a que los familiares accedieran a los expedientes, la falta de interrogatorios a testigos; la ausencia de investigaciones en Chínipas; el no seguimiento a las declaraciones de tres funcionarios (uno del partido gobernante, su vocero, Alfredo Piñeira; al ex presidente municipal de Chínipas, Hugo Shultz, y al que despachaba como presidente en funciones del Comité Estatal del PAN, José Luévano, luego, durante largos meses Secretario Particular del gobernador Corral); la cartulina dejada a metros de la casa de la reportera, en la que se achacaba a otro jefe criminal el asesinato; la siembra, junto al cadáver de Gabriel Ochoa, un antiguo maestro de karate, al que asesinaron y al que le adjudicó la fiscalía la autoría del asesinato de Miroslava de la pistola con la que, supuestamente, se había victimado a la periodista.
Hay más, el expediente “no puede ocultar sus deficiencias: pistas y evidencias que nunca fueron investigadas; políticos a quienes no les hicieron preguntas obvias; personas que podrían haber tenido algún grado de participación y, sin embargo, se les otorgó la calidad de testigos con identidad reservada; irregularidades en la escena del crimen; inconsistencias en las pruebas y filtraciones de información a la prensa que sirvieron como distractores de la opinión pública”.
Todo lleva a que estamos frente a un verdadero complot asesino, tanto el elaborado para llevar al cabo el crimen, como el realizado para que quede impune.
No hay atenuantes, el gobierno de Chihuahua es el responsable de la impunidad presente en el asesinato de Miroslava Breach.
El pasado 4 de septiembre inició la publicación del reportaje, en tres entregas, en varios medios de México, que luego ha sido replicado en distintos países. 
En su presentación asienta: “El Colectivo 23 de marzo, un grupo de periodistas que trabajan en México, en colaboración con las organizaciones internacionales Forbidden Stories, Bellingcat y el Centro Latinoamericano de Periodismo de Investigación (CLIP), se unieron para develar qué se ha investigado y qué no sobre este crimen, que no debe quedar impune.
Miroslava Breach vivió bajo acoso constante desde marzo de 2016, cuando comenzó a ser presionada por sus publicaciones sobre los vínculos entre grupos del narcotráfico y sus fichas en la política. Ella advirtió de sus amenazas a su viejo amigo Javier Corral, recién electo gobernador de Chihuahua, y a los encargados a nivel federal del mecanismo para proteger periodistas”.
La investigación explica la larga y persistente negativa del gobierno de Javier Corral a aceptar que la familia de Miroslava accediera al expediente. Esta debió recurrir a la búsqueda de un amparo.
Javier Corral prometió que sería una investigación “ejemplar” y adujo que la principal línea de investigación sería la narcopolítica. 
No hay ningún acusado de poseer esos vínculos, ni los relatos y la relación de Shultz con un grupo criminal de Chínipas fue investigada, ni la premura de los dos funcionarios partidistas en grabar las declaraciones de Miros y entregárselas a los supuestos criminales de Chínipas; jamás se investigaron las relaciones con las bandas criminales de los candidatos mencionados en los reportajes de la periodista.
En los expedientes de las investigaciones se acreditó la existencia de amenazas en contra de Miros y el hecho de que fueron del conocimiento del gobernante, “…Colegas y familiares coinciden en que ella informó a Corral sobre la situación semanas antes de que asumiera como gobernador”.
Se develan, también, las inquietantes coincidencias. 
“En la cárcel espera su sentencia Juan Carlos Moreno Ochoa, El Larry, quien fue presentado como lugarteniente de Los Salazares en Chínipas y como autor intelectual y orquestador del crimen contra la periodista… La persona señalada por la Fiscalía estatal como el sicario que disparó los ocho tiros contra la periodista, el sonorense Ramón Andrés Zabala Corral, fue asesinado seis días antes de que El Larry fuera capturado”.
Por ningún lugar del expediente aparecen las respuestas a preguntas tan simples: “… si la narcopolítica es la hipótesis del caso, ¿cuál es la relación de los criminales que asesinaron a Miroslava con personajes y grupos políticos? ¿Cuál fue la participación de esos grupos políticos en la planeación y ejecución del atentado contra la periodista? Y, sobre todo, ¿por qué la mataron?”.
“Los expedientes del caso también dejan ver que la relación entre las publicaciones de la periodista y las amenazas que recibió como respuesta no abrieron nuevas líneas de investigación…”.
Es una larguísima lista de muy “extrañas” omisiones: “Se desconoce qué información arrojaron los archivos de la laptop en la que Miroslava trabajaba, así como sus tres teléfonos celulares, tres memorias usb y un disco duro que la familia entregó a la Fiscalía, y que permitían conocer los temas que investigaba…”.
Y la cartulina dejada a un lado de la escena del crimen, ¡Ay la cartulina!. 
Aparecieron las imágenes en todos lados, pero “un dron del portal informativo 'El Tiempo’ captó imágenes de la escena del crimen en la que la cartulina no se ve sobre el pavimento”.
Sorprenden Peniche y Corral. Los dos quieren aparecer como peritos investigadores. En ese afán cometen barrabasada y media: Peniche apareció en la escena de aquel enfrentamiento entre decenas de sicarios, entre Rubio y Cuauhtémoc, pero ¡24 horas después de los hechos y se fotografió con guantes!
Del mismo modo, el gobernador Corral declaró que había estado en “el cateo realizado en la casa de Villas del Rey (donde la autoridad supuestamente encontró algunas de las principales evidencias sobre el asesinato de Miroslava)”, entre ellas las “dos grabaciones en las que un mismo hombre (Alfredo Piñera) pide a Miroslava Breach, primero, luego a otra periodista de Chihuahua, Patricia Mayorga, la corresponsal de la revista Proceso, que revelen sus fuentes…”.
¿Qué hacía ahí el gobernador?
Inquietan las omisiones:
“A pesar de la existencia de estas grabaciones y testimonios que prueban el nexo entre políticos de Chihuahua con grupos del crimen organizado, la investigación de las autoridades se centró sólo en la responsabilidad de El Larry, su familiar Wilberth Jaciel Vega Villa, y el sicario Andrés Zabala, en el crimen de Miroslava, sin indagar en la posible participación de actores políticos en el caso”.
“En su declaración, a Schultz sólo le preguntan por el audio. Nada sobre El Larry o el control que ejercen Los Salazares en el municipio que él gobernaba, su participación electoral o sobre la persona a quien tuvo a cargo de la policía municipal”.
La investigación periodística revela, además, que no se investigaron a las personas que hospedaron, que trasladaron, -en la ciudad de Chihuahua, ni a Chínipas- a los supuestos asesinos. A esas personas se les convirtió en testigos protegidos, “no como posibles cómplices”.
Luego, encontraron al supuesto autor material. Lo mataron en Álamos, Son. “Ninguna autoridad, que sepa este Colectivo, ha esclarecido en qué circunstancias ocurrió el homicidio de (Andrés) Zabala…”.
Y fuera de los señalados como copartícipes del asesinato, “No ha sido mencionado que hubiera más gente involucrada en el homicidio. Hasta la fecha, la autoridad tampoco ha explicado cuál es la causa que llevó a estos tres acusados a matarla”.
Los funcionarios públicos o partidistas Alfredo Piñera y Hugo Amed Schultz Alcaraz, fueron “considerados testigos con identidad reservada, e, incluso, sus carreras políticas continuaron sin contratiempo…”.
Incluso Schultz anunció este año “su intención de postularse para dirigir el comité estatal del PAN en Chínipas”, luego, retiró la candidatura.
Más. “La FGR, a través de la Fiscalía encargada de delitos contra la libertad de expresión interrogó al presidente del PAN estatal y su segundo, Mario Vázquez y José Luis Luévano, quienes estaban al frente del partido cuando Schultz habría ido a pedir ayuda porque estaba siendo intimidado por las notas de La Jornada, El Norte de Ciudad Juárez, y Proceso. En ningún momento los cuestionarios parecieran abordar el tema de la narcopolítica”.
En realidad, Vázquez había solicitado licencia debido a su postulación como candidato a diputado, y Luévano era el responsable del partido en ese momento. Hoy se desempeña como director del ICHIFE.
“El 4 de marzo de 2016, Miroslava Breach y su colega Patricia Mayorga de la revista Proceso publicaron al mismo tiempo un reportaje en el que señalaban que en ocho municipios de Chihuahua los precandidatos a alcaldes del PRI (el partido que entonces gobernaba el estado y el país), y uno del PAN, tenían relación con narcotraficantes”. Bueno, esa veta nadie la ha investigado hasta la fecha.
El reportaje del Colectivo 23 de marzo estremece, lo aquí reseñado es sólo una pálida imagen del reportaje, pero, sobre todo, de la realidad que demuestra que lo denunciado por Miroslava a lo largo de los últimos 15 años, causa de su muerte, ha servido para ocultar la verdad sobre su asesinato.
El manto llega hasta muy arriba y abarca muchas áreas…

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jueves, 12 de septiembre de 2019

A puñaladas traperas… Ni su ley respetan



El Diario, 12 de septiembre de 2019
Luis Javier Valero Flores
Son para presumirlos.
Los diputados de Chihuahua violan flagrantemente, una y otra vez, la Ley Orgánica del Poder Legislativo. 
Por supuesto que el campeón en esto es la primera minoría -el PAN- cuyos integrantes y, sobre todo su verdadero líder, el gobernador Corral, se niegan a asumir que perdieron la amplia mayoría con que contaban en la anterior legislatura.
En algún momento iba a estallar el conflicto que pudiera generar la ingobernabilidad en el Congreso. Las fuerzas están muy equilibradas.
El zipizape ocurrido el martes y miércoles obedece a la maniobra del PAN para evitar el ascenso de Morena a la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso -de manera ilegal- y, además, a la intención de mantener como grupo parlamentario a los diputados del extinto PES, también ilegalmente.
Todo lo anterior derivado -y no puede haber duda- de la decisión del gobernador Corral, de mantener a como dé lugar, el control del Congreso del Estado. De todo se vale, hasta de los aliados del ex gobernador Duarte, como es el caso del diputado René Frías, a quien los panistas nombraron como presidente de la mesa directiva.
Ahora fueron las del “al revés”. 
En la reunión de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del martes se develó nítidamente el porqué el PAN se ha negado a acatar la determinación del Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal que decretó la desaparición del PES como partido político.
Al desaparecer el partido, ya no puede tener grupo parlamentario, no existe. A pesar de ello, Fernando Alvarez, coordinador de los diputados panistas, para sacar adelante su propio nombramiento como presidente de la Jucopo, pretendió hacerlo valer como vigente.
Pero han hecho un verdadero rosario de ilegalidades.
Debemos explicarlas. 
La ley Orgánica del Poder Legislativo establece que las decisiones de la Jucopo deben tomarse por consenso; en caso de no existirlo, entonces “… habrá una votación ponderada, en la cual los coordinadores de grupos parlamentarios o representantes de partidos tendrán tantos votos como integrantes”.
Y si esto es así, entonces el supuesto nombramiento de Fernando Alvarez, quien aduce que lo respalda el voto ponderado de 17 diputados: Los del PAN (11 diputados), MC (2), Panal (1) y PES (3) no encuentra justificación legal pues el PES ya no existe y, por tanto, ya no se les puede tomar en cuenta para este tipo de determinaciones y al diputado (René Frías-Panal) tampoco, pues al no tener este partido dos diputados, está impedido a formar grupo parlamentario.
De ahí que, de los 17 que contaba Alvarez Monje, sólo le quedaron, legalmente, 13. 
Que son menos de los que le dieron su apoyo a Rubén Aguilar, del PT.
Ahí van los números: Morena (8 diputados); PRI (4) y PT (2), total, 14 diputados a favor de que Aguilar presidiera la Jucopo.
Y los números totales no dan 33, que es el número del total de los integrantes de la legislatura, porque en las votaciones “ponderadas” de la Jucopo no se toma en cuenta a los diputados sin partido o sin grupo parlamentario. (3 del ex PES; 2 que se fueron del PRI y 1 del Verde y 1 del Panal).
Más. 
Los diputados que emergieron de una coalición electoral, sólo pueden formar de un grupo parlamentario de los partidos que la conformaron (Art. 51). Pueden, eso sí, dejar al grupo del cual provengan, pero necesariamente deberían clasificarse como “independientes”.
Así que los 4 diputados del extinto PES, sólo podrían integrarse al PT o a Morena; o convertirse en independientes. 
Por tanto, la diputada Marisela Sáenz, del ex PES, no debería ser considerada como integrante de la bancada del PRI, ni asumirse como vice coordinadora.
A su vez, René Frías no podría ser presidente de la mesa directiva, debido a que no forma parte de ningún grupo o coalición parlamentaria: “La Presidencia de la Mesa Directiva se ejercerá de manera alternada entre los integrantes de los grupos y coaliciones parlamentarios…”. (Art. 68).
Y ahí siguen, los encargados de hacer y modificar las leyes en Chihuahua…

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domingo, 8 de septiembre de 2019

¡Ay, Morena, cómo me dueles!


El Diario, 8 de septiembre de 2019
Luis Javier Valero Flores
¡Son una vergüenza! De esa manera calificó el presidente Andrés Manuel López Obrador la conducta del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, que quiso cambiar la ley para que permaneciera como presidente de ella, Porfirio Muñoz Ledo.
A pesar del regaño presidencial -como no se había visto de esa manera, públicamente, de un presidente a los diputados o senadores de su partido; por lo menos el escribiente no recuerda episodio semejante a lo largo de todo el prolongado régimen priista- sus compañeros legisladores se comportaron de manera semejante a sus antecesores, cuando el PRI tenía mayoría absoluta.
Semanas atrás, la vicepresidenta de la Cámara, Dolores Padierna, lo había dicho con todas sus palabras: “No nos vamos a arriesgar a que se obstaculice a la 4T con un presidente en la Cámara que provenga del PAN”.
¿Qué debían hacer los diputados de Morena, honrando su palabra de respetar la ley y el acuerdo alcanzado hace poco más de un año? Votar por la propuesta que hiciera el PAN, y ya.
No, po’s el regaño de AMLO alcanzó poquito, nomás para que renunciara Muñoz Ledo, pero los morenistas rechazaron en tres ocasiones las propuestas del PAN, hasta que, finalmente, lograron que la primera vicepresidenta sea, precisamente, Padierna.
Le fue bien al grupo de la diputada y René Bejarano, verdadero líder de tal  agrupamiento, están en la vicepresidencia de la Cámara por segundo año.
Este episodio es altamente ilustrativo de lo que ahora padece el gobierno de la 4T. Le ha dejado una buena parte de la operación a los dirigentes del viejo régimen que eufóricos, orgullosos, presumen en las redes sociales su llegada al poder, después de haberlo perdido a manos de…. López Obrador y ahora se acomodan en las distintas posiciones de poder que el morenaje, cándidamente, les entrega.
Por desgracia, no son las únicas ambiciones desatadas en el grupo gobernante.
Abarcan hasta a algunos de los emblemáticos del morenaje, como al propio Martí Batres, ex presidente de la mesa directiva del Senado. También pretendió reelegirse, pero Ricardo Monreal, líder de los senadores de Morena, se lo impidió… mediante una trampa, permitiéndole votar a quienes no tenían derecho a hacerlo, los senadores del PES, en una flagrante violación a la convocatoria emitida… por él.
Bueno.
¿Es todo?
Nooo’mbre!
A nivel local, aún resuenan las críticas a los funcionarios de la 4T que colocaron, por sí, o por sus correligionarios, a diversos parientes en la estructura gubernamental federal que motivaron la presentaron de algunas, por nepotismo, denuncias y demandas aún no resueltas, pero que, independientemente de si se encuadra o no el nepotismo, porque tendría que demostrarse que se efectuaron las gestiones necesarias para colocar a sus familiares en una dependencia en la que el acusado no tiene mando, pero que en la otra dependencia se encuentra su amigo o compañero, al cual se le pidió el favor de colocar ahí a su pariente, cosa difícil de demostrar.
Ahora bien, el episodio de la intentona de reelección de Muñoz Ledo en la Cámara de Diputados tuvo su espejo en el Congreso del Estado, y si allá bastaba conque los diputados de Morena votaran por la propuesta del PAN, cumpliendo así la ley y los acuerdos parlamentarios, aquí se necesitaba que los diputados del PAN votaran por la propuesta de Morena.
No lo hicieron así, el panismo local resolvió colocar ahí a un diputado aliado del grupo gobernante, sin grupo parlamentario y a pesar de lo establecido por la ley.
Así, en tanto en la Cámara de Diputados el panismo se desgañitaba gritándole espurio a Porfirio Muñoz Ledo, en Chihuahua ungía a René Frías, con el indebido acompañamiento de la diputada morenista, Ana Estrada, en una ¡Prosecretaría!, que asumió a pesar de la petición de sus compañeros de no convalidar con su participación la ilegal conducta del PAN y sus aliados.
Todo por una posición, la que sea…
Pero a tan conflictiva situación del morenaje se sumó la postura del dirigente estatal, Martín Chaparro, quien ha pedido la salida del coordinador de su bancada, Miguel Colunga, a quien acusa de incapaz, pues “lo que ha estado sucediendo en ese cuerpo legislativo y específicamente en nuestra fracción es producto de una nula coordinación al interior de nuestro grupo parlamentario y (deben) dejar de señalar culpables fuera de ese ámbito”. (El Diario, 5/IX/19).
A lo que Colunga le respondió que “Martín desconoce o no está cerca del procedimiento que se lleva en el congreso… No está informado o no le informan bien. El hecho de no haber perdido la presidencia no fue falta de coordinación”. 
Por doquier asoma la disputa por las posiciones de poder, en este caso, las del partido (que habrán de elegir el 12 de octubre a los consejeros estatales, que son, a su vez, congresistas nacionales), pues el coordinador parlamentario, comprensivo, se explica que Chaparro no esté al tanto, dice, de las cosas en el Congreso, pues “Yo lo entiendo porque como está en medio del proceso de asambleas distritales se ve en el proceso de cambio”.
Pero días atrás, otro militante de Morena, Ernesto Visconti, quien aspira a la presidencia del Comité Estatal, denunció haber recibido informaciones en el sentido que hay un manejo tendencioso “del padrón, al cual no tenemos acceso”, además de que “en distintas dependencias y municipios, desde el estatal, se ha enviado el padrón actualizado en mención y que estos, están utilizando su recurso humano y financiero y están convocando a sus respectivos ciudadanos a reuniones bajo pretexto de hablar de algún servicio público” a los que les piden “su credencial de elector y les ‘sugieren’ participar y votar a favor de cierto candidato”.
El mensaje es lapidario. Existen prácticas antidemocráticas en Morena ante las cuales, sostuvo, no se prestaría “a la simulación ni al chantaje”.
Semanas atrás, el ex candidato a la presidencia municipal de Chihuahua, Oscar Castrejón (en 2016), exigió a la dirigencia estatal que llamara a los aspirantes a no realizar actividad proselitista alguna, en respeto, dijo, de los estatutos. Luego señaló a Fernando Tiscareño como uno de quienes estaban actuando de esa manera.
El también candidato de Morena a la alcaldía (en 2018) respondió aduciendo que las críticas a su actuación, en favor de la sociedad, provenían de quienes no hacían actividad alguna en ese sentido y que en “Morena la ropa sucia se lava en casa”.
Sostuvo que “de manera constante realiza reuniones con militantes porque participa en procesos internos relacionados con un censo a la militancia, por encargo del mismo presidente López Obrador, reuniones en las cuales se toman refrigerios sencillos de cortesía y no por eso significa que tenga reuniones proselitistas con militantes”. (La Opción, 19/VIII/19).
Pero a la documentada disputa entre el senador de Morena, Cruz Pérez Cuéllar, y el delegado de los programas del gobierno federal en Chihuahua, Juan Carlos Loera de la Rosa, vino a sumarse la aportada por el mismísimo dirigente estatal, Martín Chaparro, quien afirmó, en una abierta crítica a Loera de la Rosa, que “Ya tienen el gobierno y quieren ahora tener el partido… Hay compañeros que no les cae el 20 de que no deberían andar metidos en otras dinámicas, la responsabilidad de los compañeros que están en el Gobierno federal, única y exclusivamente es hacer que la 4T realmente llegue hasta la ciudadanía”. (Nota de Mayra Selene González, El Diario de Juárez, 21/VIII/19).
Lo dijo claramente, “Yo tengo el informe de muchísima gente que anda metida, de los que trabajan en el gobierno, que andan metidos en impulsar consejeros al interior del partido”. (Ibídem).
Fue más allá, afirmó que al gobernador Corral le interesa tener candidatos en “los dos partidos a las que él pueda controlar, de tal forma que es muy obvio lo que están haciendo”, dijo, sin nombrar a alguien de manera concreta, pero que al acudir a la descripción deja más que clara la referencia al delegado Juan Carlos Loera de la Rosa, pues dijo que “Corral se lleva muy bien con los funcionarios de Gobierno federal nuestros. Está implícito que le urge tener candidaturas en los dos partidos”.
Órale!
De veras ¡Cómo me duele Morena!

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