jueves, 28 de abril de 2016

“En tiempo y forma”

El Diario, 28 de abril de 2016
Luis Javier Valero Flores
Probablemente nos encontremos en la época en la que más inconformidades sociales se hayan presentado por los elevados salarios de los funcionarios públicos. 
En esa misma medida la clase política ha realizado todos los esfuerzos -en materia legislativa y en los hechos- necesarios para presentar todos los obstáculos a los progresos que se alcanzan en materia de transparencia.
Es el cuento de nunca acabar. Por un lado, en campaña electoral, se desgarran las vestiduras y se asumen como los “más transparentes” y que, al llegar al gobierno, combatirán, sin tregua ni concesiones, la corrupción, y en las legislaturas -locales y federal- aprueban nuevos mecanismos para hacer más transparente el ejercicio del presupuesto público para, a continuación, efectuar todas las maniobras imaginables para eludirlos.
Durante los últimos 15 años, por lo menos, se han intentado, desde la sociedad, crear diversos mecanismos que posibiliten la mejor fiscalización de las fortunas de los funcionarios públicos, como un método para detectar el muy explicable enriquecimiento de quienes han accedido a los puestos públicos.
Entre ellos se encuentra el de hacer obligatorio que sus declaraciones patrimoniales sean públicas y terminar con la opacidad acerca de las fortunas personales de quienes ocupan cargos en la administración pública.
Dicha pretensión se ha topado permanentemente con la oposición de la clase política.
La más reciente de esas pretensiones, que ha alcanzado cifras sin parangón en la obtención de firmas de ciudadanos que la respaldan, es la iniciativa de hacer obligatoria la presentación de la declaración denominada “3 de 3”, consistente en que los funcionarios hagan públicas sus declaraciones patrimoniales, las fiscales y las que supongan conflictos de interés entre la función pública y los beneficios privados.
Todos los candidatos al gobierno de Chihuahua han prometido que se sumarán a dicha iniciativa. 
No hay mejor manera de hacerlo que… haciéndolo.
Hasta el momento de redactar estas líneas sólo dos de los aspirantes lo han efectuado: Enrique Serrano, candidato de la alianza del PRI y Cruz Pérez Cuéllar, abanderado de Movimiento Ciudadano.
Otro, el independiente, José Luis Barraza, anunció que sí lo hará “en tiempo y forma”… pero cuando llegue al gobierno de Chihuahua, es decir, antes, no.
Ese anuncio lo hizo en el curso de una entrevista sostenida en el programa radiofónico “Palabra propia”, dirigido por el periodista José Luis Jáquez, en la estación radiofónica Antena FM, del grupo GRD Multimedia el martes anterior (25/IV/16).
Ahí reconoció que esa iniciativa era de un muy importante conglomerado de organismos del sector empresarial, entre ellos la Coparmex, y que, personalmente, era uno de sus más entusiastas impulsores, pero al momento de ser cuestionado cuándo la presentaría, respondió como lo hacen la mayoría de los políticos mexicanos, “en tiempo y forma”, es decir, y de acuerdo como se ve el curso de la campaña, con muy pocas probabilidades de que lo haga, si atendemos su dicho.
Señalado por una súbita aparición como uno de los principales compradores de la línea aérea Aeroméxico, puesta en venta a precios de regalo por el presidente Felipe Calderón, “Chacho” Barraza afirmó que de llegar al gobierno estatal presentaría su declaración, "tal y como lo señalan”  las leyes vigentes.
Sorprende que caiga en esa contradicción, no es nuevo para él que los candidatos independientes son depositarios de las nuevas expectativas de una parte importante de la sociedad hacia la participación política y que, realizar las mismas prácticas que critican de los políticos y sus partidos, los llevará a sufrir el rechazo de sectores importantes de esa sociedad a la que están recurriendo a fin, dicen, de cambiar lo que el actual sistema político ha creado.
Pero si hacen lo que sus criticados, muy pronto estarán en el mismo saco…
INVITADOS.- ¿De veras creen, quienes invitaron a Felipe Calderón al inicio de campaña de María Eugenia Campos, candidata del PAN a la alcaldía de Chihuahua, que es para presumirse en Chihuahua? 
¡Válgame!

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domingo, 24 de abril de 2016

De apuestas y debates

El Diario, 24 de abril de 2016
Luis Javier Valero Flores
Conforme avanza el proceso electoral, la competencia entre los dos candidatos que aparecen como punteros, Enrique Serrano y Javier Corral, no solo en las encuestas publicadas, sino en la percepción ciudadana, está causando que haya un mayor número y diversidad de modos en los que los chihuahuenses afrontan una de las elecciones más competidas de la historia reciente en Chihuahua.
Entre ellas está la inveterada costumbre, en algunas capas de la población, de someter a las apuestas sus preferencias electorales, del mismo modo que se hace, por ejemplo, en los deportes de alta competencia, primordialmente los de carácter profesional.
Sin embargo, los grandes centros de apuestas lo hacen bajo criterios que le permiten a los ganadores obtener pingües ganancias, siempre y cuando la competencia se ajuste a parámetros que atraigan a los apostadores y los convenzan de arriesgar su dinero. Así, si uno de los competidores aparece como más fuerte frente al otro, por distintos motivos, las apuestas les dan una ventaja a quienes le apuestan al contrario.
Así, tanto en esos ejemplos, como en el de las carreras de caballos, si alguien le apuesta a uno de los competidores con menores posibilidades de ganar, le pueden otorgar premios, en proporción de lo apostado, de 2 a 1, 3 a 1, 5 a 1, etc.
En otros casos, como el del futbol americano profesional, las casas de apuesta le otorgan puntos de ventaja. Así, al apostar a uno de los equipos, las ventajas que otorgan puede establecer, por ejemplo, que para apostar la misma cantidad de dinero, el equipo ganador debe hacerlo por una diferencia mayor a los 5 puntos, 7, 10, etc. con base en la supuesta superioridad de uno de los competidores sobre el otro.
Si a las apuestas a favor de uno y otro de los candidatos a la gubernatura de Chihuahua les aplicáramos el mismo esquema, tendríamos que elaborar un catálogo de ventajas que el candidato oficialista tiene a su favor, para que pudiéramos calificar los "momios" de parejos.
No es un asunto menor, tiene que ver con el truncado proceso de democratización del país, la llamada transición democrática, trunca para algunos, suspendida para otros, pero que indudablemente no asoma por ningún lado; al contrario, lo que hoy ocurre en el país, y no solamente en el ámbito político-electoral, es de una extrema gravedad, la crisis se profundiza.
Hoy está claro, para importantes sectores de la sociedad, que la simple alternancia partidaria no conlleva -no conllevó- a la democratización de México; que la derrota del PRI en las elecciones presidenciales tampoco significó tal desenlace y que los procesos electorales siguen perdiendo, a pasos agigantados, la posibilidad para ser conducto de ese objetivo.
Y es que, casi de la misma manera que a lo largo de toda la primera mitad del siglo XX, las elecciones se han convertido en elecciones de “Estado" pues en cada una de ellas, desde las municipales, celebradas en las más pequeña de los poblaciones, se convierten en un episodio del máximo uso de los recursos del Estado mexicano para ponerlos al servicio del partido gobernante y sus candidatos.
Para dejarlo en términos de las poderosísimas empresas de las casas de apuestas ¿Cuántos puntos vale la vasta operación gubernamental, puesta en marcha para hacer ganar a los candidatos del oficialismo, en Chihuahua y en todo el país, en las 12 entidades que habrán de elegir a los gobernadores y el resto de los puestos de elección popular, como preámbulo de la elección presidencial del 2018? 
Es una enorme fortuna el costo de tal operación, en actividades electorales de los secretarios de gobierno con sus equipos; de los subsecretarios y sus subordinados; de los directores generales de las dependencias con sus equipos humanos; de los delegados federales; lo que implica inmensos recursos gubernamentales puestos al servicio de los candidatos del PRI (no necesariamente monetarios); además, la inmensa coacción ejercida en contra de los empleados de gobierno (maestros, burócratas, funcionarios, etc.) para que realicen tareas del partido en el gobierno y sus candidatos, entre ellas la obligatoriedad a presentarse a los actos del PRI (a los arranques de campaña, a los registros de los candidatos, a la realización de visitas domiciliarias, a efectuar actividades proselitistas en los cruceros en los fines de semana con pase de lista; en la aceptación para que impulsen la emisión del voto a favor de los candidatos oficialistas); las corruptelas en la compra de camisetas, camisas, botes de agua, banderolas, etc.
Además, las inmensas cantidades destinadas a los medios de comunicación para que se hagan eco de las actividades de los candidatos oficialistas, de las numerosas encuestas "serias" favorables a ellos; de las "invitaciones" a los empresarios locales a apoyarlos financieramente.
Bueno, pues todo eso debe rendirle al PRI una ventaja de unos 14-15 puntos, diferencia que se refleja en las “encuestas” publicadas recientemente, en las que  la ventaja de Enrique Serrano en ellas se usa como medio de convencimiento a la sociedad de que efectivamente será el ganador de la contienda.
Por supuesto que los equipos de campaña, para hacer su trabajo, no las toman en cuenta ¿Cómo creerle a las encuestas, aún si tomaran como base muestras representativas de la población estatal, si para medir las preferencias electorales realizan solamente unas cuantas preguntas, casi todas ellas de manera directa, tales como “¿si las elecciones fueran el día de hoy, usted iría a votar?”.
Claro que todos, o la gran mayoría dirán que si lo harán, respuesta que choca con nuestra realidad, de cifras mayores al 40% de abstencionismo, las menos, y cercanas, más bien, al 60% promedio.
Dicho lo anterior, todo apunta -de acuerdo con las estimaciones del escribiente- que estamos en medio de una elección que se resolverá por una diferencia menor a los 2 puntos, en cualquier sentido de las preferencias de Corral o Serrano. Habrá tiempo para sustentar tal aserto.
Las encuestas creíbles son aquellas que realizan, con cada encuestador, una batería de preguntas cercana a las 50, cuyas respuestas se cruzan y que especialistas de la materia estudian y cruzan la información obtenida para obtener las preferencias más cercanas a la realidad, de ahí que discutir, especular y apostar con base en las encuestas que no se realizan de ese modo es de una gran inutilidad.
 Y, entonces, hacer apuestas sobre las elecciones adquiriría racionalidad si se hicieran con los métodos de las casas de apuestas, es decir, que quienes apostaran a favor de Enrique Serrano ganarían las apuestas si éste superara el segundo de sus adversarios, en caso de ganar, por una diferencia mayor a los 15 puntos.
De ese tamaño es la operación gubernamental para hacer ganar a sus candidatos.
Más de uno podrá decir que nada de lo anterior es ilegal. Es probable, mientras no se demuestre lo contrario, pero de que existe, nadie, en el gobierno o en el partido gobernante lo puede negar.
No, el asunto es de más fondo. 
¿Cómo desmantelar tal maquinaria, que igual sirvió -en menor proporción- durante el panismo vuelto gobierno y que tantos dividendos le rindió a Josefina Vázquez Mota, para pasar de la Secretaría de Desarrollo Social a la candidatura presidencial en el 2012?
Fueron usados esos recursos, en ese sexenio, de tal manera, que fuimos testigos de lo que hasta entonces era inédito: Que el PAN tuviese elevadas votaciones en los municipios más pobres del país. La correlación entre los programas de la Sedeso y las votaciones del PAN fueron directamente proporcionales.
De ese modo, la competencia electoral no se trata de una de cualquier tipo, como si fueran Las Chivas contra el América, no; eso pudiera representar para una ínfima parte de la población, la que disfruta de los beneficios de este régimen de inmensa injusticia e iniquidad; pero para grandes sectores de la población representa acceder a los mínimos beneficios de la civilización.
No es, ni con mucho, una competencia pareja y cambiar sus reglas debería ser, también, asunto de los priistas, la sociedad que están gobernando no es mejor, ni más democrática que en el pasado remoto y los problemas de falta de institucionalidad, de desarticulación social, de empeoramiento de los controles institucionales sobre los poderes fácticos, de la agudización de la degradación social; de los grados de corrupción existentes en prácticamente cualquier asunto de la vida pública, también son sus problemas, los que olvidan a cada momento, y más si se encuentran en medio de una elección.
Y luego, al momento de hacer las reglas de los debates, a las autoridades electorales les tiembla la mano y acceden a las exigencias de los partidos -y del poder- y en lugar de dar pie a un verdadero debate, organizan una pasarela de candidatos en la que cada uno habla de lo que quiere.
Con ese formato nadie gana.
Ojalá nos dieran la sorpresa, nos consideraran mayores de edad y realizaran verdaderos debates entre los aspirantes al gobierno de Chihuahua.

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jueves, 21 de abril de 2016

Timorato

El Diario, 21 de abril de 2016
Luis Javier Valero Flores
No se puede negar que cualquier cambio de las concepciones de las autoridades gubernamentales, en el combate al tráfico de drogas, deberá ser bien recibido, pero en el caso de México, una de las naciones que más costos ha debido pagar en tal tarea, no se pueden aceptar tan blandengues e hipócritas posturas, como las asumidas por el Presidente Enrique Peña Nieto en la apertura de la sesión especial de la ONU sobre el problema mundial de las drogas (Ungass 2016), realizada el martes anterior.
Peña Nieto se pronunció por la autorización del uso de la mariguana con fines médicos y científicos y defendió su “nueva” estrategia, frente a la de los gobernantes anteriores. Pero la realidad es totalmente contraria a los dichos presidenciales y más en el momento actual en el que las cifras de homicidios rebasan las del sexenio anterior, que México recibe las peores críticas en materia de derechos humanos y que sus fuerzas armadas son señaladas por la comunidad internacional por sus más recientes y numerosos atropellos.
¿Cómo pararse en el mejor escaparate de la política mundial y tratar de recibir el trato de adalid por lo “adelantado” de la legislación sobre este tema, o del “indudable” respeto a los derechos humanos, que arguye cuando uno de los grupos que mayor prestigio tiene en América, el del grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, encargado de la investigación de la desaparición de los 43 alumnos de la normal de Ayotzinapa, prácticamente ha sido expulsado del país… por el gobierno de Peña Nieto?
¿Cómo ‘pararse’ el cuello y hablar acerca del “fracaso del paradigma de la prohibición y de la llamada ‘guerra contra las drogas’, porque no ha logrado inhibir la producción, el tráfico y el consumo de esas sustancias”, para modificarlo “por un enfoque desde la perspectiva de los derechos humanos” si prácticamente es el único país en el mundo en el que ha lanzado al ejército a las calles, con todas las consecuencias negativas que eso acarrea?
¿Cómo quejarse de una cosa si eso es lo que hace en la realidad?
Tiene tal descrédito el gobierno mexicano que hasta la aspirante presidencial, Hillary Clinton, se atrevió a cuestionar su actitud en el caso de los jóvenes de Ayotzinapa -“Es algo indignante. Si yo estuviese en el gobierno mexicano, no descansaría hasta descubrir lo que pasó con esos 42 (sic) jóvenes. Su secuestro fue una terrible violación de la ley”-, y abrir una inmensa rendija a los ánimos injerencistas de la clase política norteamericana, cuando expresó que, de llegar a  la presidencia de Estados Unidos, “Trabajaré muy duro para ser una buena socia para México, y seguir presionando para reformar el gobierno y el respeto de los derechos humanos”. (Sic y recontra sic).
Esas palabras, hasta el momento, no han sido cuestionadas por nadie, ni siquiera por el gobierno mexicano. Ya nos dan trato, en la realidad, de nación “bananera” y hablan de “reformar” al gobierno mexicano, ¡Órale!
Si ante problemas tan graves como los que padecemos, la respuesta gubernamental es absolutamente timorata ¿Cómo creer su dicho de que es el momento de transitar “de la mera prohibición a una efectiva prevención y a una eficaz regulación’’? y sólo en lo que se refiere al uso de la mariguana, dejando de lado el asunto central de la conferencia organizada por la ONU, el tráfico de drogas, las maneras de combatirlo y el evidente fracaso de ese combate, en el orden mundial.
¿De veras está en el debate mundial el uso medicinal de la mariguana?
De la misma manera que lo hizo en los foros realizados semanas atrás en el país, el gobierno de Peña Nieto se queda atrás del debate y de las medidas necesarias para afrontar el asunto de fondo, el tráfico de drogas.
Duele aceptarlo, pero las consecuencias más graves, sufridas por los mexicanos, y especialmente los chihuahuenses, no son las derivadas del consumo de drogas sino las del tráfico; es éste aspecto el que más ha resquebrajado el débil entramado social de las poblaciones mayores de Chihuahua, el que más dolor ha traído, el que más ha deteriorado la estabilidad institucional; el poder corruptor del dinero se ha enseñoreado entre nosotros y el presidente Peña Nieto va a la ONU a ¡Proponer el uso terapéutico de la mariguana!
¡Híjole!

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lunes, 18 de abril de 2016

De encuestas e independientes

Mega Radio, 18 de abril de 2016
Varios hechos acaecidos en el curso de los primeros días de la actual campaña electoral deberán llevar al partido gobernante en Chihuahua a reflexionar seriamente sobre los resultados de las elecciones del próximo primer domingo de junio, fecha en que se realizarán, por primera vez, en el sexto mes del año.
En primer lugar, el elevado número de firmas obtenidas por los aspirantes a las alcaldías, el total de ellas, no sólo las de quienes alcanzaron la cifra exigida por la ley para obtener la candidatura independiente, sino el total, que suma decenas de miles de ciudadanos que expresaron nítidamente su voluntad de que esta figura política sea una de las vías para acceder al poder público.
Y, además, que es el reflejo fiel del rechazo hacia los partidos de un sector muy importante de la sociedad. 
Probablemente esta reflexión no ponga, por ahora, en crisis a la clase política, si no hacen las reflexiones necesarias porque es altamente probable que muchos de esos ciudadanos continúen, a lo largo de la actual campaña electoral, en esa concepción y, entonces, es más seguro que su voto se vaya a algún candidato de la oposición gubernamental; de ahí la importancia del número de firmas presentadas por Armando Cabada para respaldar su pretensión de ganar la presidencia municipal de Juárez por la vía independiente.
Cabada presentó 87 mil 802 firmas de las cuales el órgano electoral validó 57 mil 400, de las 29 mil 300 que debía presentar. 
Otro tanto ocurrió en la ciudad de Chihuahua en la que Luis Enrique Terrazas presentó cerca de las 60 mil y Javier Mesta poco más de 22 mil. Los tres ya son candidatos independientes a las alcaldías de las dos ciudades más importantes de Chihuahua.
Seguramente que el número de firmas no deba interpretarse, en automático, como la intención del voto, pero algo de eso ocurrirá.
De todos modos, que cerca de 150 mil ciudadanos, juntando las cantidades anteriores, hayan realizado lo anterior, significa que un elevado número de ellos probablemente votarán por esta alternativa y, en el peor de los casos, ya cercana la fecha de la votación, cambien su preferencia para votar por el candidato opositor que crean con mayores posibilidades de ganar.
De ahí que tenga importancia el dato de la encuesta de la empresa Confirme, publicada por El Diario, en el sentido que la mitad de los encuestados aún no decide el sentido de su voto y que sólo una cuarta parte se identifique con el PRI, y 17 por el PAN, en el entendido que la mitad de la población no se siente identificada con partido alguno.
Pues bien, ahora tenemos la encuesta de la empresa Gabinete de Comunicación Estratégica en la que, también, le otorgan la delantera al candidato del PRI, Enrique Serrano (28.3), sobre el del PAN, Javier Corral (21.9), de solamente, 6.4 puntos y de 7.4 al candidato independiente, José Luis Barraza (20.9),  resultado que preocupó seriamente a la dirigencia del partido gobernante en Chihuahua, tanto, que Serrano debió efectuar una conferencia de prensa para sostener que va adelante en todas las encuestas realizadas y que reflejan, según su versión, las preferencias de los chihuahuenses por su candidatura.
Además, en esta encuesta, en la que la mitad de los resultados fueron obtenidos vía telefónica, aparece en tercer lugar el candidato de Morena, Javier Félix, con 7 por ciento, en una verdadera sorpresa.
Analizados al detalle los resultados de las encuestas hasta ahora publicadas puede llegarse a las conclusiones que aquí relatamos en la ocasión anterior. 
Ahora las refrendamos, tendremos un resultado electoral extremadamente cerrado, quizá por diferencias menores a los 2 puntos (que serán algo así como 24 mil votos), en una campaña que, en consecuencia, será muy ríspida en la medida que los equipos de los candidatos aprecien que las preferencias electorales serán muy parejas y que pueden crecer a favor de la oposición, en la medida que pasen los días, con la aparición de los candidatos a las alcaldías, en varias de las ciudades más importantes de la entidad.

No será, por tanto, un día de campo para el priismo. Vistas las cosas en este momento, pareciera que está en riesgo la continuidad de los gobiernos estatales emanados de este partido desde 1998.

domingo, 17 de abril de 2016

La encrucijada de la izquierda chihuahuense

El Diario, 17 de abril de 2016
Luis Javier Valero Flores
Descontado que en Chihuahua el electorado de izquierda ya sólo tiene un referente, -el Partido de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena)- pues Movimiento Ciudadano y PRD han postulado a sendos expanistas y el PT ha consolidado su alianza estratégica con el PRI, se verán, ambos, electores y partido, inmersos en una verdadera encrucijada.
Convertido en sorpresa electoral en un buen número de entidades, Morena, de acuerdo con las encuestas realizadas por el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), que lo señalan como segunda fuerza en la intención de voto en Oaxaca, la tercera en Veracruz y la primera en Zacatecas (cuyas encuestas las realizó, para tomarse debidamente en cuenta, con elevados porcentajes de entrevistas telefónicas), en Chihuahua se enfrenta a una inédita situación que le provocará -le provoca, ya- verdaderos dolores de cabeza.
Son tan grandes que una parte de la dirigencia y candidatos de Morena en Camargo han anunciado que solicitarán formalmente la expulsión del ex dirigente estatal, Víctor Quintana, por aparecer como apoyador de la candidatura de Javier Corral, candidato del PAN, y haber aceptado la coordinación de Alianza Ciudadana, la agrupación que naciera el domingo anterior, con la participación y apoyo de una gran cantidad de destacados dirigentes de la izquierda local y nacional.
El Javier Corral de hoy no es el panista del 2004; su acercamiento a las posturas de centro y de centro izquierda le acarrearon las muy significativas muestras de apoyo de gente como Elena Poniatowska -sin duda, junto con Paco Ignacio Taibo II, una de las intelectuales más cercanas a Lopez Obrador-, Porfirio Muñoz Ledo (quien encabeza la Comisión redactora de la Constitución de la Ciudad de México y uno de los que más influyen en las elaboraciones del ex candidato presidencial), María Rojo (indudablemente uno de los referentes de los integrantes del gremio cinematográfico y teatrales de México), Gerardo Fernández Noroña (uno de los que más rechazo provocan en las capas medias derechizadas del país -y, claro, entre los priistas-, por sus ácidas posturas).


Además de El Barzón y el Frente Democrático Campesino, que  se  integraron a la Alianza Ciudadana; de la periodista Denise Dresser, Guadalupe Acosta Naranjo (ex dirigente nacional del PRD, Vicecoordinador de los diputados federales del PRD y ex integrante del grupo de Los Chuchos), Fernando Belaunzarán, diputado federal perredista y también ex “Chucho”; Sergio Leyva, dirigente nacional de las juventudes perredistas; Manuel Espino Barrientos, Marco Rascón (ex diputado federal perredista, creador del “Super Barrio” y hoy candidato independiente al Congreso Constituyente de la Ciudad de México), Claudia Jusidman (ex Secretaria de Desarrollo Social del DF, con Cuauhtémoc Cárdenas), Ricardo Raphael, destacado escritor y analista político; y de los dirigentes locales, Víctor Quintana Silveyra, Alma Gómez, Dagoberto González, Gabino Gómez y Hugo Almada Mireles.
No cuesta mucho trabajo entender las razones que llevaron a los dirigentes izquierdistas del centro del país a apoyar a Corral, sus posturas de los últimos años en la reforma fiscal y fundamentalmente en la energética, la laboral y la de telecomunicaciones lo ubicaron claramente en las posiciones de la izquierda, además de su ríspido permanente enfrentamiento al monopolio de Televisa.
De ahí que ubicarlo, por sus posturas recientes, por sus pronunciamientos, por sus votaciones en los últimos años, en la derecha tradicional panista, parece ser una equivocación mayor.
En ella cayó la dirigencia estatal de Morena al calificar a los intelectuales que lo apoyan, en un comunicado oficial del dirigente estatal, Martín Chaparro, como “intelectuales de escritorio” que no “representan a Chihuahua”.
No sólo. Los acusó de poseer una trayectoria que “ha demostrado que antes que buscar la verdadera transformación de Chihuahua y el país, actúan de forma conveniente para obtener migajas” que, además, ni siquiera “tienen credencial de elector de Chihuahua, por tanto no conocen las necesidades del estado”.
Para todos tuvo el dirigente morenista. Catalogó a los dirigentes de la izquierda social chihuahuense como “liderazgos tradicionales que se dicen de izquierda pero que han demostrado que lo único que les ha interesado es medrar con los espacios electorales y las migajas que muchos de ellos han disfrutado” y a los que reconoce, lamentó que, al apoyar a Corral, contradicen “las causas sociales y de justicia que supuestamente buscan”.
Seguramente sin parar mientes en la importancia de dirigentes como Poniatowska y Muñoz Ledo, Chaparro catalogó aquel evento como una “pasarela de intelectuales, políticos y luchadores sociales”, de los cuales dijo, “si en realidad encabezaran las causas de amplios sectores sociales se congregarían en un espacio abierto, con mucho mayor asistencia”. (Sic).
El nacimiento de Alianza Ciudadana le dio al candidato del PAN, Javier Corral, un vuelco a su campaña en la búsqueda del voto de quienes aún no lo han decidido, o de una parte importante del electorado de izquierda que se fragmentará aún más, si partimos de la idea que la mayor parte de él migrará del PRD a Morena y que se encontrará en la indecisión de apoyar o no a Corral y le dará, a no dudar, un sesgo de carácter democrático a la misma, -al contrario de la campaña de José Luis Barraza- con el que pretende convencer al electorado que su propuesta rebasa los marcos de la propia de su partido en la búsqueda de construir un gran frente opositor al duartismo.
Y esa será el cogollo de la encrucijada de la izquierda chihuahuense: O votan por Javier Félix (un hombre de izquierda que pasó por las filas del panismo, pero que contrariamente a la mayoría de quienes así lo hicieron bajo el influjo del “verano caliente” del ’86, no se convirtió en panista) o lo emiten a favor de quien puede ser la opción más fuerte de la oposición al duartismo.
Lo pueden hacer, la legislación le exige a los partidos mantener el 2% de la votación en las elecciones de diputados, de tal manera que el voto cruzado sería una opción para estos electores, si así lo acordaran quienes conforman la dirigencia de Morena, y pactaran con Corral un programa gubernamental de claras reivindicaciones populares.
Pareciera ser el momento. Los resultados de la encuesta de GCE, cuya mitad de encuestados fueron vía telefónica, refuerzan la idea de que la contienda está muy reñida pues Enrique Serrano sólo lleva una ventaja, frente a Javier Corral,  de 6 puntos, lo que es para preocupar a cualquier mando priista, de cualquier lugar del país, si la comparamos con las obtenidas en los más recientes procesos electorales.
La apuesta de Corral -y pareciera que esa es su propuesta verdadera- lo lleva a buscar el voto más allá del emitido por la parte más conservadora de la entidad (de ahí la trascendencia de que lo hicieran aparecer como simpatizante de las adopciones por las parejas homosexuales), además de que, por las características de quienes lo apoyan desde la izquierda, y por sus posturas, seguramente se esperaría un gobierno más de corte de centro izquierda, que el típico de derecha que encabezara Francisco Barrio.
Para Chihuahua este tema no es un asunto menor.
Ahora ya no se comenta debido a la baja del precio del petróleo, pero esos precios no se conservarán, la carrera tecnológica va muy atrás como para que la humanidad deje de lado este energético. Eso nos llevará a que la poderosa industria petrolera insistirá en la explotación del gas shale a través del fracking y Corral es el único de los candidatos cuya postura es abiertamente contraria a tal explotación, además, de obviamente, Javier Félix, el candidato de Morena.
De ahí que se equivocan quienes, para criticar su apoyo a Corral, dicen que se “apoya al PAN”. 
No parece ser así, estamos frente a un candidato que se opuso a las dirigencias de su partido y a los presidentes de la república emanados del PAN. 
A Fox, por su entrega a Televisa y por sus relaciones con la defenestrada dirigente magisterial, Elba Esther Gordillo, y en el caso de Calderón fueron numerosos diferendos.
Además, fue el opositor más fuerte -luego de apoyarlo en su pretensión de convertirse en el dirigente nacional del panismo- de Gustavo Madero, a quien apoyó precisamente por sus posturas anticalderonistas, y de Ricardo Anaya, quien venía de ser el delfín de Madero.
Ahora bien, apoyar a Corral no significa que, automáticamente, quienes así lo hagan, apoyen al resto de los candidatos panistas.
Serán semanas de verdaderos dolores de cabeza para los electores de la izquierda chihuahuense.

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jueves, 14 de abril de 2016

Encuestas, instrumento propagandístico

El Diario, 14 de abril de 2016
Luis Javier Valero Flores
Al paso de los días han aparecido los resultados de diversas encuestas sobre las preferencias electorales de los chihuahuenses en los comicios para Gobernador de Chihuahua.
Todas las publicadas serán usadas como instrumento propagandístico, y no solo por las dirigencias de partidos y campañas, sino, también, por simpatizantes y militantes a través de las redes sociales de la internet.
Las lecturas que hagamos de ellas deberán tomar en cuenta un sinfín de factores, la mayor parte de ellos convenientemente ocultados por quienes se empeñan en difundirlos.
Además, factor central será la metodología de las encuestas, aspecto que, tirios y troyanos, sabiéndolo, lo dejan de lado.
Demos por sentado que las encuestas son los ejercicios mediante los cuales una empresa intenta recoger, de la manera más fiel posible, las preferencias de una población determinada acerca de un asunto específico. Para lograrlo, la muestra de personas encuestadas deberá ser lo más cercana posible al universo de esa población (por sexo, edad, concentración poblacional, etc.).
Un ejercicio distinto es el sondeo, realizado preferentemente por los portales digitales dedicados a la difusión de información y noticias (ahora), pero no sólo. La diferencia, que no es menor, es que quienes emiten su opinión en esos sondeos son aquellos que cuentan con acceso a la internet, que accedieron al portal y que resolvieron votar en ese sitio; es decir, se trata de actos absolutamente voluntarios, que una vez desatadas las campañas electorales, los simpatizantes se exhortan, unos a otros, y al resto de la población “a votar”.
Los resultados de los sondeos sólo reflejan, por tanto, la opinión de quienes decidieron emitirla en ese lugar, y nada más, no representan, ni de lejos, las preferencias del conjunto de la población a analizar.
Sirva, para apoyar tal afirmación, el hecho de que solamente el 44% de los domicilios del Estado de Chihuahua cuenta con línea telefónica “residencial”, razón por la cual las denominadas “encuestas telefónicas” reflejarán, solamente, la opinión de este sector de la población. Sólo servirán para la propaganda electoral.
De ahí que, para hacer análisis más serios y más apegados a la realidad de las preferencias (y aún en estos casos deberán tomarse con cierta reticencia) las encuestas realizadas a través de entrevistas personales y con un universo que refleje el de la población -en este caso el del padrón electoral- siempre serán las más confiables y, claro, dependiendo del grado de confiabilidad de las empresas.
Otro factor que servirá para determinar si los resultados de las encuestas de este tipo sirven para conocer con cierto grado de certidumbre las preferencias electorales es si reportan, con apego a la realidad, el porcentaje de personas que acudirán a votar el día de los comicios.
De ahí que poco nos ayuden las “encuestas” en las que, por ejemplo, reportan que la mitad de los encuestados fue a través de llamadas telefónicas, o que la totalidad de ellos haya sido a través de la entrevista telefónica o, peor aún, que el resultado sea a través de la votación en un portal digital.
Quizá, y para estas reflexiones, la más cercana a la realidad sea la publicada por El Diario, pues la última de la empresa Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), una de las más difundidas por el priismo (su Director General es Liébano Sáenz, ex secretario particular de Miguel de la Madrid), para ejemplificar, al efectuarla con la mitad de sus encuestados por llamada telefónica, mostró un elevado porcentaje -20%- por José Luis Barraza, lo que tiene relación con la indudable preferencia que sobre él guardan sectores de las capas medias y medias altas de Juárez y Chihuahua (y sobre todo en la capital), pero que, con toda seguridad, al hacer levantamientos de preferencias en los sectores más pobres de la entidad no alcanzaría esos porcentajes, lo que sí se refleja en la de El Diario y la publicada por El Universal ayer.
Sin embargo, ésta adolece de un mal no menor, sostiene que solamente el 1.4% de los encuestados afirmó que no irá a votar!!!
Así, po’sss, elijan las encuestas de su preferencia.

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domingo, 10 de abril de 2016

El dilema de Corral

El Diario, 10 de abril de 2016
Luis Javier Valero Flores
El día de hoy, Javier Corral, candidato del PAN al Gobierno de Chihuahua efectuará uno de los actos más trascendentales de su campaña. 
A mediodía dará a conocer el nacimiento de la “Alianza Ciudadana por Chihuahua”, con la presencia de un buen número de actores destacados de la izquierda mexicana, a nivel nacional, y la participación de un grupo importante de dirigentes de la izquierda social de Chihuahua, cuyo objetivo es impulsar su candidatura, en el afán de crearle a su pretensión, la imagen de que la búsqueda de la gubernatura es más allá del PAN, en la búsqueda del voto de los “indecisos”, o voto “switch”.
Para lograrlo necesita realizar algo que no hizo en 2004, entender que no todos sus simpatizantes comparten su evaluación sobre el gobierno de Francisco Barrio, de ahí que en la contienda de aquel año llamó a los chihuahuenses “a recuperar Chihuahua”. Se entendía que la recuperación era para los panistas.
Y, además, convencer a una parte del electorado que su propuesta rebasa los marcos de la propia de su partido para que pueda concitar la creación de un gran frente opositor, capaz de aglutinar, incluso, y a pesar de sus reiteradas declaraciones, a José Luis Barraza, el candidato independiente.
Es decir, deberá, el abanderado del blanquiazul, optar por ser el candidato del partido de la derecha mexicana (bueno, dicho de mejor manera, de una parte de la derecha mexicana, el otro, por supuesto, es el PRI, a pesar de muchos de sus militantes que no aceptarán tal clasificación), el PAN, o convertirse en el candidato de las fuerzas democráticas de Chihuahua, entre las cuales, por supuesto, deberán estar los panistas.
Quienes estarán en ese dilema son, también, los integrantes, dirigentes y candidatos de Morena, si es que Corral actuara en función de la hipótesis anterior. 
En términos reales sólo tres candidatos estarían en condiciones de competir por la gubernatura y, eso, concediendo que Barraza pudiese despuntar en la campaña, de ahí que al final de la campaña un buen número de electores harán lo que han hecho muchísimos en los comicios anteriores, ejercer el voto “útil”, de ahí que se antoje viable la propuesta de impulsar una sola candidatura opositora, pero con un programa claramente democrático.
Los resultados de la encuesta de la empresa Confirme, contratada por El Diario, ratifican lo aquí sostenido. 
Contra la idea prevaleciente en un buen número de quienes han visto la encuesta, ésta -por supuesto, en la óptica personal- sí contiene elementos para considerar válidos sus resultados (quizá ligeramente bajos los achacados a los candidatos opositores, Corral, Barraza y Javier Félix, de Morena), pero, sobre todo, muestran tendencias que, bien estudiadas, arrojan la certidumbre que el candidato del PRI-Panal-Verde-PT, Enrique Serrano, de ninguna manera puede considerarse ganador, o que la tendencia a su favor, hoy existente, no pueda cambiar, para mal del PRI.
En la encuesta, realizada entre el 17 y el 23 de marzo a nivel estatal y en entrevistas personales, el candidato del PRI, Enrique Serrano va adelante en las preferencias electorales al obtener, entre los encuestados, 36.7% de las preferencias, por 20.5 del candidato del PAN, Javier Corral, en tanto que José Luis Barraza, candidato independiente, se colocó en el tercer lugar al obtener 9% de la intención de voto.
Un año atrás, al publicarse la encuesta, -sobre las preferencias electorales para las elecciones federales en Juárez- de la misma empresa, Confirme, el 11 de mayo, arrojó que el PRI obtenía el 30.4% de las preferencias, por el 12.6% del PAN. Como la de ahora, el margen de error de la encuesta fue del +/- 5 puntos.
Confrontados esos resultados con los electorales arrojaron cifras muy semejantes:
En el conjunto de los cuatro distritos, el PRI recibió el 37.84%, por 18.84% del PAN, una diferencia de más de 7 puntos en los votos alcanzados finalmente por el PRI y de 6 para el PAN.
Los resultados de la actual encuesta arrojan varias lecturas: 
Primero, que por primera vez en los últimos procesos electorales en este tipo de encuestas al gobierno de Chihuahua, el PAN arranca con una diferencia, frente al PRI, menor a los 20 puntos; 
Segundo, que en una encuesta al gobierno del estado, por primera ocasión el PRI no obtiene, por lo menos, el 40% de la intención del voto: En 2010, el priísta César Duarte arrancó con un 46.5%, contra un 26.2% del panista Carlos Borruel; 
En septiembre del 2003, una encuesta ordenada por El Diario a la empresa Berumen y Asociados, arrojó que 51.6% de los electores daría su voto a la Alianza con la Gente que postula a José Reyes Baeza, y el 26.9% por la Alianza Todos Somos Chihuahua, con Javier Corral Jurado como candidato; 
Tercero, que la mitad del electorado no se siente identificado con ningún partido;
Cuarto, quienes se identifican con el PRI son poco menos de la cuarta parte de los electores (24.9%), por el 16% que se identifica con el PAN y 6.7 con el PRD;
Quinto, sólo 26 de cada 100 electores están interesados en la política;
Sexto, sin embargo, casi la mitad sabe la fecha de las elecciones;
Séptimo, que un alto porcentaje de los encuestados mintió en la respuesta a si vota o no, pues 62% dice que siempre o casi siempre lo hace, dato que choca con la realidad de las últimas elecciones en las que ha votado, o alrededor del 40% -en las últimas locales, las del 2013- o menos de esa cifra, en las del 2015.
Uno de los resultados cardinales de la encuesta es que la mitad (49%) de los encuestados aún no decidía por quien votar.
Los resultados electorales podrían cambiar drásticamente si una parte importante de estos electores indecisos deciden acudir a votar, es decir, si los candidatos los convencen.
Ahí está otro de los riesgos para el PRI -o de las oportunidades para el PAN, según la preferencia política- pues se puede colegir que una parte importante del electorado de esas características optaría por cualquiera de las opciones de la oposición.
Otro de los datos importantes de esta encuesta es que a la pregunta de ¿Por qué partido votaría -o candidato independiente-? sin mencionar nombres, todos elevan la intención de voto.
Así, Serrano pasa, del 40% de las preferencias por los partidos postulantes, al 36.7% cuando el encuestador menciona su nombre, una pérdida de más de 3 puntos, lo que representaría (si calculamos en alrededor del 60% la participación electoral) una pérdida de cerca de 40 mil votos frente a los obtenidos por los partidos.
A su vez, Corral pasa del 21.7% de electores que votan por el PAN, pero sólo el 20.5% por él, una pérdida menor, de 1.2%, algo así como 14 mil votos menos.
En cambio, José Luis Barraza, el candidato independiente, pasa del 11.4%, sin mencionar su nombre, al 9 a la mención, una pérdida de 26 mil votos. 
No son tan pocos, dados los niveles de preferencias en que se encuentra, lo que significa que, a pesar de la enorme simpatía despertada por las candidaturas independientes, obtiene menor rechazo el candidato del blanquiazul, algo que los estrategas del PRI deberán estudiar seriamente porque significaría que el senador con licencia está en mejores condiciones de captar el voto de los indecisos.
Los resultados de la encuesta no debieran sorprender, en particular que el priista fuera adelante, baste recordar que el PRI logró colocar en el centro de la atención mediática a sus aspirantes y a su proceso; más de medio año recibieron el beneficio de la mayoría de las menciones en prácticamente todos los medios de comunicación; entre los aspirantes, además, Enrique Serrano fue el más mencionado, además de que en los dos últimos años el Gobernador Duarte se encargó de promoverlo en toda la entidad.
Algo de eso se refleja en los resultados de las preferencias electorales de la encuesta en Juárez, pues ahí Serrano recibió la mitad de las intenciones del voto (47.6%), por un muy bajo 15.6 de Corral (pero semejante al resultado de las elecciones del 2015) y 9.5 de Barraza.
Cosa distinta ocurre en Chihuahua, ciudad en la que Corral va adelante (27.7%) por 22.5 de Serrano y el más alto porcentaje de Barraza -14.1%- lo que arrojaría, proyectados estos resultados a las elecciones municipales, que el PRI se quedaría con la alcaldía de Juárez (Teto Murguía) y el PAN con la alcaldía (Maru Campos).
El ejercicio de sumar las preferencias obtenidas en la encuesta es totalmente hipotético, pero arroja muchas luces sobre el estado de ánimo de una parte del electorado ya que si se sumaran entonces el candidato de la oposición -como lo están planteando numerosos militantes de ambos partidos y muchos simpatizantes de Barraza- obtendría 31.9% de la intención del voto, por 36.7 de la expresada por Serrano, una diferencia menor al margen de error de la encuesta (5%).
Claro que una decisión política en ese sentido podría constituirse en un gran impulso a las fuerzas opositoras y seguramente concitaría, aún más, la emisión del voto “útil” y la posibilidad de derrotar al partido que ha obtenido el triunfo gubernamental en los últimos 3 procesos electorales al Gobierno de Chihuahua.

asertodechihuahua@yahoo.com.mx; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF

jueves, 7 de abril de 2016

Arrecia la “guerra electoral”

El Diario, 7 de abril de 2016
Luis Javier Valero Flores
Una de las primeras consecuencias de la publicación de los resultados de la encuesta ordenada a la empresa Confirme por la cadena estatal de periódicos “El Diario” -en la que el priista Enrique Serrano aventaja por 16 puntos al panista Javier Corral (36-20%) y de la cual daremos cuenta el próximo domingo- es el cambio de estrategia del ocupante del tercer lugar en la encuesta, el candidato independiente José Luis Barraza, quien, por vez primera en la campaña y en los meses anteriores, en que recolectaba los apoyos necesarios para ocupar la candidatura, se ha lanzado a criticar duramente a sus oponentes, al cuestionar -en abierta referencia al corrido con el que Serrano se ha referido a Corral y Barraza “¿En dónde estaban Corral y Barraza cuando la inseguridad”, frase inventada (pero po’s si cómo no) por el Gobernador Duarte- al soltar la incisiva pregunta “que dónde estaban los ahora candidatos que tenían cargos públicos o de elección popular, que permitieron el incremento de la deuda y que la corrupción llegara a altos niveles”. (Nota de Patricia Mayorga, El Diario, 6/IV/16).
“Quiero preguntar: ¿Dónde estaban en el tema de corrupción antes, cuando hubo administración de un partido y de otro? ¿Dónde estaban cuando detectaban los moches y estaban en el Poder Legislativo?”, expuso sin mencionar nombres. (Ibídem).
Más aún, afirmó contar con “información sobre varias situaciones en el mal manejo de los recursos públicos, desde la Secretaría de Hacienda estatal, que dará a conocer en su oportunidad porque por ahora la analizan expertos en el tema”. (Ibídem).
Cuestionó el monto de la deuda y los gastos ejercidos con los recursos obtenidos: “¿A dónde se fue ese dinero? ¿A gasto corriente o a dónde ha ido todo ese incremento fenomenal de la deuda pública?”, y afirmó que “Es el estado que más se ha endeudado con respecto al tamaño de su economía” y prometió, emulando a Javier Corral, que, “de ganar, procederá en contra de funcionarios que hayan cometido o que cometan durante su gestión, actos de corrupción, y en el caso de Duarte, dijo que hará lo posible para que se aplique justicia”. (Ibídem).
¡Vóytelas!
Activo participante de la campaña del candidato independiente es el ex alcalde panista de la capital, Alvaro Madero, hermano de Gustavo, líder nacional del PAN de cuándo estalló el escándalo de los “moches legislativos” a los que ahora se refiere duramente Barraza, en lo que es, a no dudarlo, uno de los primeros deslindes de éste con el panismo, pero que lo llevará al enfrentamiento con la cúpula blanquiazul, pues el ex líder panista fue severamente cuestionado ya que los señalados de ser los beneficiarios de las corruptelas eran parte esencial del equipo del ahora apoyador del candidato Corral.
No son las únicas novedades en el frente de guerra electoral que de a poco se convierte la presente campaña electoral. 
Al aviso de Corral, en el sentido que uno de los personajes señalados por ser parte del crimen organizado -El “80”, en la región de Bachíniva y Namiquipa- no había sido detenido, el presidente del PRI estatal, Guillermo Dowell, anunció que acusaría ante la PGR al abanderado panista de colusión con el narcotráfico, en lo que es una clarísima referencia a aquella acusación del Gobernador Duarte, cuando señaló a los hermanos de Corral como “narcotraficantes” y, en consecuencia, a Javier como defensor de los intereses del Cártel de Juárez.
A Dowell no le recordaron que el Congreso del Estado designó a un número muy importante de los jefes policíacos de los municipios serranos -con base en una reforma propuesta por el Gobernador Duarte-, entre ellos al de Bachíniva, que Corral había acusado de ser cómplice con los delincuentes de aquella región.
Así, poco a poco los niveles de la confrontación se elevan en una sentido deplorable pues en lugar de discutir las propuestas o las posturas de cada uno de los aspirantes, las acusaciones se dan con un muy escaso sustento, en el afán de convencer al inmenso número de ciudadanos que aún no han decidido -según la encuesta de El Diario, la mitad- su voto.
A su caza se han lanzado los candidatos, incluso aquellos que dijeron que no entrarían a las confrontaciones, que sólo harían propuestas… pues no.

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lunes, 4 de abril de 2016

¿Y al Papa quién le informó?

Aserto 152, marzo de 2016
Luis Javier Valero Flores
Perdidas en el tráfago de las informaciones acerca de los acontecimientos, del interesado enfoque dirigido a atenuar la gravedad de las declaraciones papales, de la euforia de una parte de la población por la visita del jerarca católico, la inesperada declaración vertida por Jorge Bergoglio debería ser el centro de una vasta investigación.
En el vuelo de regreso a Roma, el Papa Francisco les ofreció ua conferencia a los periodistas acreditados ante el Vaticano. Luego de enaltecer a los mexicanos, como no queriendo la soltó: ”… Ahí, en Ciudad Juárez, hubo un pacto de 12 horas de paz por mi visita. Después seguirán a luchar entre ellos, los traficantes”.
Si bien la ola homicida disminuyó grandemente en Juárez frente a lo que ocurrió en el período 2008-2011, además de que en los meses precedentes bajó sensiblemente el promedio de asesinatos, -hasta a menos de 30 mensuales- en las semanas previas a la visita del Papa, la curva se había elevado ligeramente hasta promediar uno diario, pero en el curso de la visita papal el saldo fue “blanco”, de acuerdo con el fiscal General del Estado, Jorge González Nicolás, “razón por la que hemos sido felicitados”, como afirmaría en el curso de un acto celebrado con el total del personal de su dependencia, encargado de contribuir a la seguridad del Papa en Juárez.
Las palabras de Bergoglio deberá ser correctamente analizadas. No se refirió a la actuación de las autoridades, ni a la participación de éstas en la obtención de una tregua; no, habló de un pacto entre los grupos criminales, acatado por todos,  si nos atenemos a los resultados, y en el que, a semejanza de otros lugares y otras épocas, las palabras del pontífice develan que una parte de la tranquilidad de la urbe juarense depende de esos grupos criminales.
Lo cierto: “Previo a la visita de Francisco esta frontera registraba 51 asesinatos, casi uno diario. Él último crimen registrado el día 16, pocas horas antes de su arribo a Juárez, de acuerdo con los datos de las autoridades investigadoras, estaba directamente relacionado con el narcomenudeo”. (Nota de P. Mayorga, Juan de Dios Olivas y L. Sosa, El Diario, 20/II/16).
Lo llamativo del caso, es que las autoridades -de todos los niveles- en lugar de tratar de desmentir, de interpretar o de desestimar las declaraciones del Papa sobre el tema que más preocupación y dolor ha traído a los juarenses, ninguna ha emitido una sola declaración encaminada al esclarecimiento de los hechos, porque una cosa es cierta: Alguien le informó al Papa de la existencia de esa tregua.
¿Quién, con la cercanía y confianza necesarias, le informó al Papa de ello?
¿Quién fue? Porque, con toda seguridad Bergoglio no se atrevería a hacer una aseveración de tal magnitud; puede no coincidirse con sus posturas, pero que a partir de su nombramiento, han estado exentas de frivolidad, salvo, obviamente, las bromas realizadas en el curso de algunas conversaciones con los reporteros o algún visitante, pero la ahora abordada la hizo en el contexto de un resumen de la visita a México, en el que abordó los asuntos más generales de la misma y en la que expresó las razones del porqué pudo efectuar las actividades en el antiguo Paso del Norte sin problemas.
Y es que las descalificaciones o las interpretaciones gubernamentales asombran. El gobernador de Chihuahua, César Duarte, descartó la posibilidad de una tregua: “Para nada, no se distorsione (sic) de ninguna manera el tema, no hay ninguna tregua con el narco, nosotros hemos cada vez acreditado que se detiene a cada grupo delictivo, que se les incautan drogas, se les quitan armas, por el delito que sea, no hay tregua alguna”, dijo.
Afirmó que el combate al crimen sigue y que la detención de grupos del crimen organizado, la incautación de droga y armas “por homicidios o por el delito que sea, del grupo que sea”, lo demuestran.
Lo dicho, el Papa no habló de una tregua del gobierno con los criminales, a menos, como lo sostienen algunos especialistas en materia de crimen organizado, entre ellos, Edgardo Buscaglia, de que intenten, adelantándose, desestimar la existencia de una “pax mafiosa”, esto es, que el gobierno ha pactado con diversos grupos criminales la paz: “Al Papa se le escapó de la boca, ya que a veces este Papa habla de más o de menos, una confidencia que llegó a su conocimiento previo y reveló uno de los cientos de pactos de impunidad y pax mafiosa que ocurren en México con la complicidad de las autoridades”.
Por su parte, el Secretario de Gobierno, Mario Trevizo, mencionó que la visita a Juárez dio una muestra del grado de civilidad de la sociedad, y que no hubo ninguna tregua. “No hubo tregua, imagínese, tregua con quién, lo que el Papa dice y valoró es que su estancia en Juárez no hubo ningún incidente que lamentar”.
Pues no, las palabras del Papa no admiten más interpretación que lo dicho, los grupos criminales pactaron una tregua mientras desarrollaba sus actividades en Juárez.
Más claridoso, el secretario de Seguridad Pública Municipal de Juárez, César Omar Muñoz Morales, dijo desconocer a qué pacto se refería Su Santidad y más institucional el presidente municipal suplente de Juárez, Javier González Mocken, señaló que “la jornada de paz que se vivió durante la visita papal se debió a la presencia y despliegue de fuerzas federales, estatales y municipales”.
Los desmentidos, o los intentos por atenuar el impacto de las aseveraciones del Papa Francisco vinieron, también, del mismo Vaticano. “El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo desconocer cómo es que el Papa se enteró de la tregua de 12 horas de la que informó Francisco tras su visita a Ciudad Juárez el pasado 17 de febrero”. (Nota de Irene Savio, Agencia Reforma, 27/II/16).
“Me sorprendió a mí también (la revelación del Pontífice)… No sé mucho, así que no tengo mucho que decir al respecto… Creo que una interpretación obvia es que, cuando (hay) una visita del Papa, todas las personas se dan cuenta de que es un momento muy importante, y por eso todos colaboran para que el evento se pueda desarrollar de manera serena… Al mismo tiempo, el Papa es consciente de que lo que puede ser un momento de paz no es una solución permanente de los problemas. Yo lo interpreté así”. (Ibídem).
Pero los gobernantes mexicanos, en lugar de desmentir el dicho del Papa, o de argüir su desconocimiento del asunto -como lo hizo el vocero del Vaticano- optaron por negar la existencia de un pacto entre los narcos ¡y el gobierno!
“El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, dijo ayer en esta ciudad que no existió ninguna tregua a la violencia pactada con las organizaciones del narcotráfico durante la visita del Papa Francisco”. (Nota de Horacio Carrasco, El Diario, 24/II/16).
Sería repetitivo en las declaraciones, “Osorio Chong agregó que ‘con este Gobierno’ no hay posibilidades de que los criminales pacten tregua alguna, pues hasta se detuvo a capos que no aprehendieron otros gobiernos”. (Ibídem).
“… no hay posibilidad con este Gobierno de entrar en ninguna tregua… Lo hemos demostrado y validado día a día con detenciones que no pudieron hacer otros gobiernos, que sólo este Gobierno ha podido hacer”, diría.
Desatada la controversia por las declaraciones de la supuesta hija del Chapo Guzmán, los símiles son naturales. Los hechos tienen la misma estructura. En tanto que Rosa Isela Guzmán, informó que su padre ha financiado a políticos mexicanos, además de otras cosas igualmente graves, lo expresado por el Papa devela que las bandas criminales se asumen como responsables de lo ocurrido en Juárez en los últimos meses.
¿Por qué no hacen lo mismo? Por supuesto, guardando las formas que deben respetarse cuando se trata del Jefe de un Estado amigo del país.
Ante las declaraciones de la hija del Chapo el subprocurador Gustavo Salas Chávez, titular de Subprocuraduría Especializada en Investigación Contra la Delincuencia Organizada (Seido), anunció que la PGR busca “establecer la identidad de la fuente de información” y, en su caso, citarla “para que presente formal denuncia o testimonio personal ante los fiscales federales”. (Nota de la Redacción Aristegui Noticias, 7/III/16).
Salas Chávez afirmó que tienen la obligación de investigar los delitos que se persiguen de oficio cuando hayan tenido noticia de éstos; que está obligado a “corroborar la veracidad de cualquier información, a efecto de evitar que se generen actos injustificados que causen molestia a particulares, derivados de un actuar procedimental indebido”, por lo que “ha procedido a realizar diversas diligencias, encaminadas a establecer la identidad de la fuente de información y, en su caso, otorgar la posibilidad a dicha persona, que permita recabar su formal denuncia o testimonio cierto, por parte de quien dice tener conocimiento de diversos hechos delictivos”.
Al hacerlo, dijo que la dependencia inició los trámites necesarios con las autoridades extranjeras (pues Rosa Isela Guzmán es ciudadana norteamericana y reside en ese país) a fin de concretar lo arriba citado.
Bueno ¿Y porqué no han hecho lo mismo con El Papa?
Sólo preguntarle…

De lo contrario, dan pie para preguntarse ¿Acaso, contrariamente a lo señalado por todos los funcionarios gubernamentales, éstos fueron los encargados de efectuar lo necesario para pactar una tregua entre los grupos criminales en Juárez?

El reto de los “independientes”

Editorial, Aserto 152, marzo de 2016
Ya estamos inmersos en el proceso electoral. A pesar de que sólo se realizaron las precampañas, la intensidad de las críticas, descalificaciones y controversias entre los distintos actores políticos ya serán parte importante de las conversaciones de los chihuahuenses.
No obstante el enorme descrédito de los partidos políticos, y en general de la clase política, un buen número de ciudadanos se involucra en los procesos electorales que les son más cercanos, esto es, la disputa por las alcaldías y la gubernatura.
Así, no obstante que un mayor número de ciudadanos se alejan de la política, es probable que alrededor de 6 de cada 10 electores acudan a las urnas. Esto es lo ocurrido en las elecciones a gobernador celebradas a lo largo de 2014 y 2015 en el país, alrededor del 56 al 58% de los inscritos en el padrón electoral acudieron a las urnas el día de las elecciones.
Si bien es un número importante el que no acude a votar -ya sea por realizar un acto consciente de repudio al sistema político, o por simple desinterés o ignorancia- no deberá desestimarse -o subvaluar- el número de quienes se involucran y participan en las campañas electorales es mayoría. 
Así ocurrió en entidades tan dispares como Colima o Guerrero, o Nuevo León y Michoacán; en todas ellas -a pesar de las diferencias en la calidad de vida, de los niveles de seguridad pública, o de los partidos gobernantes- el porcentaje de participación electoral fue muy semejante. 
Nada nos lleva a concluir que los chihuahuenses seamos muy distintos al resto de los mexicanos en el comportamiento electoral, quizá, solamente 1 o 2 puntos por debajo del promedio nacional. De ese modo, es probable que más de 1 millón 200 chihuahuenses voten el 5 de junio próximo, máxime que se están acumulando los ingredientes necesarios para hacer de la elección de la gubernatura, y de varias alcaldías, las más importantes, una intensa disputa.
Y si ya había esas posibilidades antes de la aparición de las candidaturas independientes, a las que un segmento importante de la sociedad le ha dado una buena acogida, es natural esperar que las elecciones de este año se conviertan en unas de las más atractivas que los chihuahuenses hayan protagonizado recientemente.
Pero el atractivo deriva no sólo de la intensidad de la contienda, sino de la posibilidad de que la renovación de los poderes acarree mejoras sustanciales a la calidad de vida de la mayoría de la población.
Hoy existe una marcada polarización -variante en las diversas ciudades y poblaciones- entre quienes descalifican a la actual administración estatal, y quienes la aprueban. 
Se da por sentado que en amplias capas de la población existe un rechazo al gobierno de César Duarte, y por extensión al PRI, lo que abriría, hipotéticamente, un escenario favorable a la repetición de la alternancia partidaria en Chihuahua, del mismo modo que en 1992, con el PAN, a menos que el candidato independiente (seguramente Chacho Barraza habrá superado la cifra de 76 mil ciudadanos que respaldaron su candidatura) ascienda en las preferencias electorales de los chihuahuenses y logre, por primera vez en la historia electoral reciente de la entidad, que las preferencias se dividan a tercios.
No es la única novedad en ese sentido, casi medio centenar de ciudadanos colmaron los requisitos para que el IEE les aceptara la condición de aspirantes a las candidaturas independientes, estamos a días de que sepamos quienes alcanzaron las firmas necesarias para obtener sus respectivas candidaturas independientes.
En ellos recae una enorme responsabilidad, la de evitar que las expectativas acerca de esta figura no decaigan, deberán comportarse como ciudadanos ejemplares -lo que significa, solamente, guardar las buenas formas, sino fundamentalmente representar los mejores valores cívicos- para que pueda convertirse, la obtención de este derecho, el de ser votado, en una auténtica opción de buen gobierno.

Ese será el reto, no precisamente menor.

domingo, 3 de abril de 2016

Arranques paradójicos

El Diario, 3 de abril de 2016
Luis Javier Valero Flores
Primero, lo primero.
Felicitar entusiastamente -y felicitarnos- a todo el personal, a los directivos, al Director General de El Diario, Osvaldo Rodríguez Borunda, por el 40o. Aniversario de El Diario de Juárez. 
Además, es un gusto formar parte de la plantilla de colaboradores del mejor y más influyente medio de comunicación del Estado de Chihuahua y agradecerle a la sociedad chihuahuense su preferencia.
Ciertamente no a todos los candidatos les podríamos adjudicar el titular del día de hoy, pero sí fundamentalmente a uno de los principales, seguramente el más importante, Enrique Serrano, del PRI, (catalogado así no por la filia sino por ser el del partido gobernante en el país, en la entidad y en las dos urbes más importantes de Chihuahua), y porque a juicio de la mayoría de los medios de comunicación y de los analistas más destacados de éstos, es el favorito, aunque, quizá, la realidad no concuerde con tal clasificación.
Y es que una vez conocidos los spots con los cuales arrancarán sus campañas a partir de hoy, no encontramos explicación para que la campaña del candidato oficial lo haga con un mensaje que bien le podría venir a los candidatos de la oposición -los de la verdadera, pues los candidatos del PRD y de Movimiento Ciudadano, Jaime Beltrán del Río y Cruz Pérez Cuéllar, respectivamente, sólo siendo extremadamente magnánimos los podríamos calificar de ese modo- pues sin querer, o tal vez queriendo, concede la razón en lo que es el principal tema del candidato del PAN, Javier Corral, el mejor colocado en las simpatías ciudadanas (y el que más escozor causa en el mundo oficial) al arranque.
  Serrano envía un mensaje en el que el tema principal de la campaña (por lo menos eso colegimos de éste su primer spot) es su promesa de llevar al cabo “un gobierno que castigue a los corruptos, con valor, sin mentiras y con justicia, para gobernar con honestidad”.
Además, en la capital del estado arrancará con un evento -señalado como uno de los centrales, de acuerdo con el interés mostrado por su equipo en la realización de la convocatoria- sobre la Transparencia, tema que apenas dos días atrás fue abordado por el Gobernador Duarte, precisamente en la inauguración del nuevo edificio del Instituto Chihuahuense de Transparencia e Información Pública (Ichitaip), encabezada por el ínclito secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade (sí, el mismo al que le encomendó el Presidente Peña Nieto que lo investigara a él y a su esposa, Angélica Rivera, si habían cometido ilícito alguno en la adquisición de la casa blanca, propiedad de ésta última) y en el que anunció el próximo envío de una iniciativa para crear la Fiscalía Anticorrupción ¡A cinco meses de entregar el gobierno! en la que la novedad será que dicha fiscalía tendrá como tarea la de revisar las finanzas públicas, que hasta ahora le correspondía a la Auditoría Superior del Estado, órgano, todavía, bajo la responsabilidad del Congreso del Estado.
Bueno, pues en la óptica del gobernante ahora deberá pasar a la égida del titular del Poder Ejecutivo: “… los tiempos en que el Congreso estatal era el encargado de validar las cuentas de los municipios y otros organismos públicos quedarán en el pasado, ya que atender las irregularidades detectadas será una de las funciones de este nuevo organismo”.
¿Estarán sincronizados? ¿La propuesta de Serrano será la iniciativa del mandatario? ¿O será distinta?
Algún diferendo debe haber, no parece lógico que al inicio de la campaña el gobernador emita pronunciamientos sobre asuntos que, en todo caso, le corresponderían al candidato de su partido.
¿O nos deparan la sorpresa que en plena campaña el Congreso del Estado se vuelque a la discusión de asuntos que debieron formar parte de su agenda, sí, pero a principios del actual sexenio y no cuando está feneciendo y por esa razón le quite los reflectores que debieran posarse sobre la campaña de su candidato?
Pero más allá de esto, sorprende que Serrano nos hable de la necesidad de contar con un gobierno ¡Honesto, sin corrupción y sin mentiras! ¡Ah, y con justicia!, como si el que aún tenemos tuviera, en la visión del candidato Serrano, esas deficiencias.
¿Estaremos frente al deslinde del que tanto hablamos? Porque ese es el planteamiento de varios de los convocantes a los actos de Serrano, que empieza una era distinta a la actual.
Bueno, pues de entrada le concede razón a la oposición, porque en lugar de centrar su discurso, como lo enfatizó el Gobernador Duarte a principios de la semana en las reuniones celebradas con los jefes de la burocracia, en los logros de la actual administración, (en el que sostuvo que los trabajadores del Gobierno Estatal “son los que tienen que poner el ejemplo y dar a conocer las acciones de gobierno que lograron destacar, tales como la recuperación de la seguridad y la ampliación de los espacios educativos y de salud”) lo está haciendo del mismo modo como lo efectúa Javier Corral, quien en el primer spot se “duele” de “que un vulgar ladrón nos intimidara”, en la insistencia de centrar su discurso en la crítica -además, como lo hacen todos los candidatos y partidos de oposición de todo el mundo- al gobierno actual, enfatizando en los errores y deficiencias y dejando de lado los aspectos positivos de la administración saliente.
Por lo menos en ese aspecto denota la improvisación generada por la salida de Javier Garfio de la coordinación general de la campaña y la llegada de una de las colaboradoras en quien más confía Serrano, Adriana Terrazas, pero que sobre la cual pesan varios de los episodios más criticables de la gestión del sonorense avecindado en Juárez, durante su gestión al frente del cabildo del antiguo Paso del Norte y a la “normal” falta de coordinación, derivada de lo variopinto del equipo de campaña, en el que aparecen priistas de prácticamente todos los equipos, con algunas ausencias, pero que denotan la preocupación por integrar, de veras, a todas las corrientes internas de su partido.
Así se explica la llegada de Fernando Mendoza y de Fernando Rodríguez Moreno, allegados a la senadora Graciela Ortiz; aquel en la coordinación de Chihuahua y éste en la de “coordinador” de Virginia Serrano, así como la sorpresiva incorporación del ex presidente del Tribunal Superior de Justicia, José Miguel Salcido -Coordinador de Plan de Gobierno- ¿Enfrentado con el Gobernador Duarte?; también la participación de Oscar Villalobos Chavez, coordinador de Enlace con otros candidatos, y de Alejandro Cano, en el Comité de Financiamiento, cercanos a Reyes Baeza, así como la reaparición de Victor Anchondo Paredes (uno de los más allegados a Patricio Martínez), como Coordinador de Enlace (sic) y la de Julián Luzanilla, un duartista completo, “enlace de operación por parte del Comité Ejecutivo Nacional” (recontra sic).
Por si fuera poco, sorprende que Adriana Terrazas y Alejandro Domínguez, diputados federales, no soliciten licencia a su cargo alegando que “pueden realizar ambas funciones simultáneamente” ¿Sabrán del criterio del Tribunal Electoral de la Federación acerca de la participación de servidores públicos en  las campañas? ¡Híjole!
¿Qué no se dan cuenta del enorme rechazo popular a que sigamos “subsidiando” las actividades partidarias con el pago de las jugosas dietas y compensaciones a los legisladores federales?
En cambio, Javier Corral, del PAN, seguramente para “bajarle” a su perfil de político profesional, arrancará con un evento titulado “¡Corre, trota o camina!”, para luego dar inicio de manera real con la divulgación de un manifiesto llamado “Por un nuevo Chihuahua”.
Y el candidato del Movimiento Ciudadano, Cruz Pérez Cuéllar lo hace a lomo de un caballo, tratando de resaltar la imagen más socorrida del chihuahuense típico, la del ganadero, como si esa fuera, todavía, la prevaleciente y no la de las trabajadoras de la maquila, por ejemplo, o la de los trabajadores industriales.
A su vez, el “independiente” José Luis Barraza, realizará en su primer día de campaña dos actos religiosos. A mediodía irá a un “servicio evangélico (en) aposento alto (sic)” y en la tarde, como parte de su agenda electoral, acudirá a misa (la católica) en la Catedral de Juárez.
¿Pues no que estábamos cansados de los políticos y sus partidos? ¿Acaso la manipulación religiosa -o el intento de hacerlo- no es una de las constantes de ellos en las campañas electorales? ¿Qué se pretende con el anuncio de su presencia en los actos litúrgicos? ¿Que el pueblo “bajo” se entusiasme con alguien que “sí tiene temor de Dios”?
Válgame.
¿Cuándo entenderán estos políticos -incluidos los “independientes”- que sus convicciones religiosas le tienen muy sin cuidado a la absoluta mayoría de los mexicanos?
Bueno, es sólo el principio de la campaña.

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