domingo, 24 de diciembre de 2017

¿Por qué sigue vivo?

El Diario, 24 de diciembre de 2017
Luis Javier Valero Flores
Las corruptelas de los priistas, destapadas en los últimos días, pueden dar lugar a las más siniestras consecuencias, incluidos, por supuesto, los asesinatos. El monto de los recursos públicos derivados a las arcas partidistas del PRI -y la posibilidad de caer en la cárcel- son gigantescos. De ese tamaño son también  las vendettas, las traiciones y las pasiones.
No se necesitaba ir muy lejos para corroborarlo. El ex Secretario de Educación, ex Coordinador de la Comisión de la Vivienda, ex Director de Vialidad y ex diputado local del Partido Nueva Alianza, todo en el gobierno de César Duarte, Ricardo Yáñez, declaró que Gutiérrez le reclamó, al saber que la información de los desvíos estaba en manos del gobierno de Javier Corral, la razón por la que siguiera vivo el filtrador de ella.
Tal declaraciófue dada a conocer por una agente del Ministerio Público en la audiencia de vinculación a proceso contra Alejandro Gutiérrez por el delito de peculado. (Nota de El Diario de Chihuahua, 21/XII/17).
Yáñez, de acuerdo con esa información, involucró al exgobernador César Duarte; al exsecretario de Hacienda Jaime Herrera; al exdirector de Adquisiciones, Antonio Enrique Tarín; el exdirector de administración, Gerardo Villegas, así como el exsecretario general de Gobierno, Mario Trevizo.
Afirmó, además, que, incluso hubo un mensaje que envió MB (Manlio Fabio Beltrones) a Gutiérrez Gutiérrez diciéndole que el dinero presuntamente recibido por el CEN del PRI ya no tendría retorno. (Ibídem).
Como se sospechaba, los millonarios desvíos de dinero de las arcas públicas de Chihuahua al partido del ex gobernador César Duarte -el PRI- tuvieron, también, como destino final la tesorería del Comité Nacional del partido en el poder en el país.
Lo ocurrido es la salvaje revelación de los mecanismos usados por el partido que lo fue todo en la segunda mitad del siglo XX, intuidos, sospechados, corroborados en discretísimos coloquios, pero que hoy, ante las denuncias interpuestas por el gobierno de Corral, las declaraciones judiciales y las documentales aportadas, son una cruel certeza.
Inicialmente se podía pensar que la detención del ex Secretario General Adjunto del Comité Nacional priista, Alejandro Gutiérrez Gutiérrez, podía tener como objetivo lavarle” la cara al régimen, y especialmente a su candidato, José Antonio Meade, pero las informaciones posteriores -y especialmente las secuelas- nos llevan a pensar lo contrario, quizá, hasta fuego amigo, pues quienes salen lastimados, pero en serio, son el ex presidente del Comité Nacional, Manlio Fabio Beltrones, el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, el propio Meade, en su calidad de Secretario de Hacienda de ese momento, y el presidente Peña Nieto.
El golpe al PRI es de antología. Podrán decirse muchas cosas, las consecuencias las pagará este partido y sus candidatos.
Lo revelado en el curso de las audiencias judiciales del proceso seguido en contra de Ricardo Yáñez, ex colaborador del Duarte chihuahuense, y las declaraciones judiciales vertidas por éste son de escándalo.
Las baterías apuntan al Presidente Peña Nieto, como así lo cataloga el influyente periódico The New York Times, pues las acusaciones de Yáñez apuntan a lo más alto de la jerarquía partidista, e involucran a elevados funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Con estas acciones, el gobernador Javier Corral le ha dado un puntillazo a la administración de Enrique Peña Nieto -y su partido- pues su gobierno ha suministrado las informaciones y las documentales que sustentan una de las peores corruptelas, jamás develadas, y que apunta a los más altos cargos de la dirigencia nacional priista.
Hasta parece una concertación, presuroso, el presidente nacional del PAN, Damián Zepeda, presentó una denuncia en la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), contra quien resulte responsable por el desvío de recursos públicos para campañas electorales en los estados de Chihuahua, Tamaulipas y Veracruz y llamó al precandidato priista a responder si como secretario de Hacienda sabía de los desvíos a campañas electorales en 2016.
Lógicamente, Meade ha respondido que su campaña no será financiada con recursos recabados de manera ilícita. No negó su relación con Gutiérrez y manifestó mantenerle un aprecio afectivo (sic) hacia él, por lo que espera que su situación legal se resuelva y aclare a su favor.
Es una detención emblemática, no solamente porque devela los hilos del financiamiento de las campañas electorales del PRI, sino por el hecho de que el ahora detenido en el penal de Chihuahua sea nieto del general revolucionario que los ejércitos convencionistas nombraran como presidente de la república después de la Convención de Aguascalientes.
Sí, al general Eulalio Gutiérrez lo impulsaron y sostuvieron la poderosa División del Sur y el Ejército Libertador del Sur, jefaturados, respectivamente, por los generales Pancho Villa y Emiliano Zapata.
Increíble paradoja. Heredero de las fortunas de su padre y su abuelo, a Alejandro Gutiérrez se le consideró, a su paso por el Senado, como cercano al poderosísimo empresario mexicano, Carlos Slim, además de ser accionista de Telmex. En el período 2000-2006, fue secretario de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Senadores e impulsor de la reforma energética, además de contar con una larguísima carrera política y partidaria. (Nota de Emir Olivares, Gustavo Castillo y Víctor Ballinas, Rubén Villalpando y Jesús EstradaLa Jornada, 21/XII/17).
Su papel era determinante en el desvío de fondos públicos y privados a las campañas del PRI pues era el enlace con los gobiernos federal, estatales y municipales, así como con asociaciones y cámaras empresariales, ahora se le acusa del desvío de millonarios recursos de las arcas de Chihuahua y destinarlos a las campañas electorales de candidatos priístas en 2016, en coordinación con el ex gobernador Duarte Jáquez. (Ibídem), además de otros estados, -Puebla, Tamaulipas, Veracruz y Durango- incluido Sinaloa, gobernado en ese momento por Manuel López (Malova), quien llegó al poder como candidato del PAN-PRD.
Las vertientes de los procesos judiciales en contra de Duarte y sus colaboradores son numerosos. Se habla de la liberación de 4 órdenes de aprehensión más, en contra de, entre otros, del ex Síndico de la capital, Enrique Valles y de Marcelo González Tachiquín, quien ocupara la Secretaría Particular, la Dirección de Pensiones y la Secretaría de Educación en el gobierno de Duarte.
Poseedor de la información de la detención de Gutiérrez, Javier Corral se dio el lujo, un día antes de ella, de enviar mensajes de confianza a quien ya estaba localizado y hasta de lanzarle curiosos mensajes al presidente Peña Nieto, al sostener que no había señalamientos en contra de funcionarios priistas, para bloquear’ la irresponsable’ filtración al periódico Reforma, que César Duarte había realizado. La Coneja’ se confío y mordió el anzuelo, como sostienen altos funcionarios corralistas, acerca de la estrategia diseñada por el gobierno del amanecer para detener a Gutiérrez.
Inmersos en la campaña electoral, la que nos ha mostrado en tan breve lapso, la intensidad con la que se desarrollará, no se atina develar el origen de la orden para la detención de Gutiérrez con la participación de policías federales, que brindó seguridad perimetral.
¿Sería el mismísimo Peña Nieto quien la diera? ¿O, por su cuenta, el Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, perdedor de la postulación presidencial a quien se le achaca ser el encaminador” de la alianza del PES con Morena?
Cuesta mucho trabajo aceptar que un grupo de policías federales  acantonados en Coahuila acudieran a la detención de un destacadísimo priista local, sin que sus mandos enteraran a los más altos de tales pretensiones policiacas y éstos tomaran la determinación sin el consentimiento de los jefes políticos, sabedores de las graves repercusiones político-electorales en contra del candidato Meade.
¿O pensarán que la detención de los priistas acusados de corrupción ayudará a la campaña de su precandidato? ¿No será lo contrario, que los electores ligarán estos nombres al del actual grupo gobernante y más con la propaganda priista, basada en que nos encontraremos por todas partes el apellido Meade? ¿No pensarán en que todo hace pensar en la continuidad y que eso fortalecerá a sus adversarios?
A juzgar por los hechos de estos días, los panistas piensan lo contrario y se aprestan a beneficiarse de los descomunales golpes que certifican las corruptelas de los priistas.
Y apenas empieza la campaña electoral, porque eso es lo que hoy se desarrolla con precandidatos únicos, en recorridos nacionales y con propaganda a todo lo alto.

asertodechihuahua@yahoo.com.mx; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF

jueves, 21 de diciembre de 2017

Grosera intromisión

Luis Javier Valero Flores
El Diario, 21 de diciembre de 2017
Inmersos en una vertiginosa oleada de acontecimientos, se hace imposible la correcta asimilación, la debida discusión y reflexión sobre ellos.

Hay asuntos que, por mucho que queden rebasados por los acontecimientos posteriores, deben abordarse, por la dimensión, por la gravedad de las faltas, por las negativas consecuencias que acarrean.

El Poder Judicial era, como muy frecuentemente ha ocurrido, coto del titular del Poder Ejecutivo. El gobernador César Duarte llegó al extremo. Quizá lo hizo sin la intención de protegerse a futuro pues nunca, ni el día de las elecciones, creyó que su candidato y partido perderían las elecciones.

O tal vez sí.

Hizo cera y pabilo del Tribunal Superior de Justicia. El problema es que el nuevo grupo gobernante tiene prácticas semejantes, realizadas bajo el sambenito que lo hace para “sanear” al Poder Judicial y que bien valen la pena dos o tres irregularidades cometidas pues, finalmente, el fin justifica los medios.

No bien terminaban de apagarse los comentarios alrededor de la suspensión de los magistrados Gabriel Sepúlveda (expresidente del TSJ en tiempos de Duarte) y de Jorge Ramírez, dos de los magistrados impulsados por el ex gobernador, a pesar de no cumplir con los requisitos para ello, cuando la diputada Nadia Siqueiros desataba un nuevo escándalo al dar a conocer los mensajes enviados a su celular por la consejera de la Judicatura, Lucha Castro.

En ellos, debido a la postura crítica de Siqueiros en la comparecencia del secretario de Desarrollo Social, Víctor Quintana, la consejera advierte a Siqueiros de las dificultades que tendrá para recibir los apoyos políticos para su reelección, le señala que “la soberbia es mala consejera” y le advierte que “estamos para apoyar los esfuerzos del Ejecutivo y sus colaboradores y no para denostar su trabajo. Eso se lo dejamos a los priístas, no?”. (Nota de O. Chávez/M. Chavarría, El Diario de Chihuahua, 16/XII/17).

Ante denuncia tan contundente, la respuesta de la consejera Castro ha sido el silencio. La del secretario Quintana, deslindarse, “es problema de ellas”; la del presidente del PAN, “es un tema personal del PAN, la consejera (Castro) ni siquiera pertenece al partido”. El secretario de Gobierno, César Jáuregui Robles, se ríe y dice que los mensajes entre ellas le causan “ternura”; la presidenta del comité directivo municipal (Chihuahua) del PAN, Paloma Aguirre Serna, dijo que la reelección de los diputados le correspondía a la Comisión Permanente del Comité Estatal.

¿Son ciertos los mensajes? ¿Y, entonces, a quién le corresponde aclarar, deslindar responsabilidades, delimitar funciones, airear el tema frente a la sociedad? ¿A nadie, mejor dejar pasar los días, que se olvide y, luego, llegados los tiempos, apretar tuercas en lo oscurito?.

Lo preocupante es que el grupo gobernante, y todos los mencionados, independientemente de los cargos ocupados ahora, forman parte de un equipo que pidió la confianza de los chihuahuenses. Se les olvidó.

Ahora, ante las pifias y encontronazos de dos de los integrantes se deslindan y mandan el desalentador mensaje –mientras no sea en mi parcela, no tengo nada que ver– de no tener responsabilidades en este asunto y en otros.

Lo primero que debe aclararse es si efectivamente Lucha Castro es la autora de los mensajes. De ser así, la intromisión es, además de grosera, probablemente violatoria, por lo menos, de normas administrativas pues una elevada funcionaria del Poder Judicial increpa políticamente a una legisladora y, además, lo hace, quizá no a nombre del gobernador, pero sí al de un grupo que impulsa candidaturas y cuyo reclamo es “apoyar al Ejecutivo”.

¡Híjole, mayor intromisión no puede haber! Estamos hablando del intento de sujeción, salvaje, burda, de los otros poderes al gobernador Corral.

¡Y nadie dice nada!

¿Por qué reclamar esa conducta?

Pues porque al grupo gobernante “no le cae el veinte” que llegaron al gobierno, no solamente por el elevado rechazo a César Duarte, al grupo gobernante de entonces y al PRI, sino que los ciudadanos creyeron que al criticar al duartismo, los nuevos gobernantes evitarían incurrir en aquellos excesos, de abuso en el ejercicio del poder, que se comete, no solamente sustrayendo los recursos públicos sino, también, violentando el marco legal.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Ganar, a como dé lugar

MegaRadio 860-Juárez. Sin Retorno (Aserto Multimedia)
18 de diciembre de 2017
Luis Javier Valero Flores
Lo que en el pasado reciente era una característica, solamente, de los partidos de la derecha, fuera el PRI o el PAN, y sus aliados, es, ahora, la penosa realidad de la izquierda electoral mexicana.
Ahora resulta que lo importante es ganar, sólo, la presidencia de la república, no importan los costos, ni las “bajas”, sean éstas, morales, políticas o programáticas.
Lo único importante es ganar la siguiente elección. A como dé lugar.
No importa el programa, ni los hombres y mujeres que lleguen al gobierno.
A pesar de que hace mucho el PRD dejó de ser, en los hechos, un partido de izquierda, algunos lo siguen considerando, bueno, pues lo ocurrido en las últimas semanas da pie a las más pesimistas reflexiones acerca del futuro inmediato para las fuerzas e integrantes de la izquierda que, por supuesto, va más allá del PRD y Morena.
Presos del pragmatismo imperante en la clase política mexicana, ambos partidos se presentarán a las elecciones presidenciales, aliados, cada uno, con los partidos de la derecha mexicana, el PRD con el PAN, y Morena con el Partido de Encuentro Social (PES), agrupación ligada estrechamente a los creyentes evangélicos y cuyo comportamiento ha sido como aliado cercano del PRI, hasta que a este partido se le ocurrió designar a José Antonio Meade y no a Miguel Osorio Chong, que había sido el más importante impulsor de la creación del PES.
El PRD y el partido de López Obrador, pactaron, cada uno por su lado, respetar las agendas legislativas de los respectivos aliados. Esto es, que los planteamientos programáticos e ideológicos discrepantes no formarán parte de las plataformas electorales que les propongan a los mexicanos y que cada uno impulsará lo que gusten, en caso de ganar las elecciones, y si no las ganan, también.
Así, se podrá dar el caso, en el supuesto de que AMLO no gane, que los votos obtenidos por éste lleven al Congreso de la Unión a diputados y senadores de un partido que impulsarán un programa, no solamente ajeno, sino contrario al de la izquierda.
Cuestionada inmediatamente por diversos actores políticos y militantes de Morena, este partido y el PRD tuvieron que arrostrar el peso de sus aliados y lo costoso que le saldrá al país que ambos agrupamientos efectúen tantas concesiones políticas pues el viernes el PAN y el PES apoyaron al PRI para aprobar, sin discusión y en menos de una hora, la ley de seguridad interior.
Y fue la diputada de Morena, Ernestina Godoy, quien mejor planteó la cuestión central de la ley de seguridad interior, al expresar que es una ley que sujeta a los poderes civiles, al poder de las Fuerzas Armadas. Que otorga poder ilimitado al Presidente para llamar al Ejército y a la Marina. La ley somete a las autoridades electas al mando militar.
Pero no es el único saldo negativo sufrido por Morena y su precandidato único, Andrés Manuel López Obrador. Dos de las activistas más emblemáticas de su aspiración a ganar la presidencia de la república, personajes respetadísimos del mundo de la cultura y las artes, la actriz y performance, Jesusa Rodríguez, y la escritora mexicana más prestigiada del siglo XX y del actual, Elena Poniatowska, efectuaron una muy trascendental protesta en contra de la alianza con el PES.
La oposición de ambas no podrán colocarla, los defensores acríticos del morenaje, como parte de los enemigos de Morena; al contrario, proviene de lo más profundo y sano de la izquierda agrupada en ese partido, la que le añade un ingrediente más a los sinsabores generados por la cuasi designación de quien será abanderado de ese partido a la senaduría, el ex panista Cruz Pérez Cuéllar, cuestionada severamente en las redes sociales y al interior de Morena.
Sin duda que le acarrea desprestigio a Morena.
Además, la dirigencia morenista entregará el 25% de las candidaturas, tanto de diputados, como de senadores, y en las elecciones estatales, a cada uno de sus aliados.
¿Por qué no postuló Morena a sus jóvenes dirigentes y activistas y haber aparecido con candidaturas que le aportaran a esa contienda lo nuevo que había traído este partido, es decir, la propuesta de izquierda, a través de los jóvenes dirigentes, preparados, e incansables activistas desde las primeras horas del lopezobradorismo?
Así que, preparémonos a ver candidatos de esta alianza, calificada por su, hasta ahora, aspirante a la sindicatura de la capital, Mariela Castro, como “impresentable”.

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domingo, 17 de diciembre de 2017

Izquierda, rampante pragmatismo

El Diario, 17 de diciembre de 2017
Luis Javier Valero Flores
Ahora resulta que lo importante es ganar, sólo, la presidencia de la república, no importan los costos, ni las “bajas”, sean éstas morales, políticas o programáticas.
No, lo único importante es ganar la elección. Triste es el panorama para las fuerzas y simpatizantes de la izquierda mexicana. 
A muchos pudiera ser un exceso considerar al PRD como integrante de esa corriente política. Concedamos que aún lo es, a pesar de que el último referente respetable de la izquierda socialista-comunista que contribuyó a su fundación, Pablo Gómez Alvarez, ha renunciado, pero lo ocurrido en las últimas semanas da pie a las más pesimistas reflexiones acerca del futuro inmediato para las fuerzas e integrantes de ese vasto mundo que es el de la izquierda mexicana que, por supuesto, va más allá del PRD y Morena.
Presos del pragmatismo imperante en la clase política mexicana (Si bien, debemos asentar que existen, mucho más en el caso de Morena que en el del PRD, miles de militantes abnegados y convencidos de los planteamientos de izquierda, que los hay en las diversas variantes de ésta última) ambos partidos se presentarán a las elecciones presidenciales, aliados, cada uno, con los partidos de la derecha mexicana, el PRD con el PAN, y Morena con el PES.
Los dos pactaron una estrategia, en caso de ganar las elecciones: Respetar las agendas legislativas; esto es, que los planteamientos programáticos e ideológicos discrepantes no formarán parte de las plataformas electorales que les propongan a los mexicanos. Coinciden en proponer en algo que también proponen PRI y PAN: Combatir a la corrupción.
¿Quién no, por lo menos declarativamente?
¿Se imaginan a un candidato presidencial no proponiendo el “combate frontal a la corrupción”?
Cuestionada inmediatamente por diversos actores políticos y militantes de Morena, este partido y el PRD tuvieron que arrostrar el peso de sus aliados y lo costoso que le saldrá al país que ambos agrupamientos efectúen tantas concesiones políticas pues el viernes “los partidos Acción Nacional (PAN) y Encuentro Social (PES) le dieron esta mañana al Revolucionario Institucional (PRI) los votos necesarios para aprobar, sin discusión y en menos de una hora, la ley de seguridad interior…”. (Nota de Enrique Méndez y Roberto Garduño, La Jornada, 15,XII/17).
El PRD fue más lejos, para no comprometerse con sus nuevos aliados, sus diputados decidieron ausentarse de la votación, por lo que los únicos votos en contra de la ratificación de la norma aprobada horas antes por el senado, fueron los “de algunos diputados de Morena y de Movimiento Ciudadano, bancadas que argumentaron en contra de militarizar al país, durante las posturas en lo general”. (Ibídem).
Y fue la diputada de Morena, Ernestina Godoy, quien mejor planteó la cuestión central de la ley de seguridad interior, al expresar que es una ley “que sujeta a los poderes civiles, al poder de las Fuerzas Armadas. Que otorga poder ilimitado al Presidente para llamar al Ejército y a la Marina y someter a las autoridades electas al mando militar”. (Ibídem).
Las paradojas. La hermana del Sub Comandante Marcos, del EZLN, la diputada priista de Tamaulipas, Mercedes del Carmen Guillén Vicente, fue quien defendió ardorosamente la reforma. “De frente a la nación y de familia afirmo que esta ley no viola ningún derecho y no militariza al país, México la necesita. La necesita Tamaulipas y mi pueblo”, dijo.
La respuesta que le dieron fue de antología: “En respuesta, Jorge Álvarez (MC) sostuvo que la defensa de la ley proviene ‘de quien fue secretaria de gobierno en Tamaulipas del narcotraficante Tomás Yarrington Rubalcaba, al que, cuando lo detuvieron en Italia, tenía ocho policías federales como guardaespaldas. Esa es la esquizofrenia del PRI”. (Ibídem).
La ley señala que la intervención de las Fuerzas Armadas en estados y municipios tendrá una temporalidad de un año, y podrá prorrogarse por decisión del presidente -sin más control de nadie- si persiste la amenaza a la seguridad interior y sólo estará obligado a rendir un informe -a posteriori- al Congreso de la Unión; autoriza, además, el uso “legítimo de la fuerza” a las Fuerzas Armadas y se prevé la utilización racional y proporcional de técnicas, tácticas, métodos, armamento y protocolos de sus elementos para controlar, repeler o neutralizar actos de resistencia, según sus características y modos de ejecución.
Pero no es el único saldo negativo sufrido por Morena y su precandidato único, Andrés Manuel López Obrador. Dos de las activistas más emblemáticas de su aspiración a ganar la presidencia de la república, desde 2006, personajes respetadísimos del mundo de la cultura y las artes, la actriz y performance, Jesusa Rodríguez, y la escritora mexicana más prestigiada del siglo XXI y del actual, Elena Poniatowska, efectuaron una muy trascendental protesta en contra de la alianza con el PES, en el acto en el que AMLO presentó a su potencial gabinete presidencial.
La oposición de ambas no podrán colocarla, los apologistas acríticos del morenaje, como parte de los enemigos de Morena; al contrario, proviene de lo más profundo y sano de la izquierda agrupada en ese partido, la que le añade un ingrediente más a los sinsabores generados por las cuasi designaciones de los que serán abanderados de ese partido en las candidaturas a las senadurías, (entre ellas la del ex panista Cruz Pérez Cuéllar, cuestionada severamente en las redes sociales) y eso que aún les faltan las sorpresas de las generadas a partir de los convenios de las alianzas pactadas con el PES y con el PT.
Sobre esa designación, vale la pena hacer una reflexión. 
Es una soberana bofetada política a los militantes de Morena y a los no pocos electores de izquierda en Chihuahua, que repite lo realizado por el PRD en 2006, cuando postuló al ex secretario General de Gobierno de Patricio Martínez, Víctor Anchondo. 
La modalidad ahora fue la de dar a conocer los resultados de una encuesta, que nadie conoce, realizada por un “equipo propio, dirigido por Andrés Manuel”.
Sin duda que la participación de Pérez Cuéllar le acarrea desprestigio a Morena.
¿Qué lleva a Morena a desestimar el elevado potencial de sus dirigentes y activistas para lanzarlos a los escenarios políticos de mayor envergadura y haber aparecido con candidaturas al senado que le aportaran a esa contienda lo nuevo que había traído este partido, es decir, la propuesta de algunos jóvenes dirigentes, preparados, e incansables activistas desde las primeras horas del lopezobradorismo?
¿La conversión habrá sido tanta que Pérez Cuéllar podrá defender en el senado las posturas de la izquierda mexicana, la laicidad en primer lugar, y combatir la reforma energética de Peña Nieto y el PAN, el partido en el que militó casi tres décadas?
Hoy es la propuesta de Morena al Senado.
¡Qué bárbaro! Y luego hay gente de Morena que los está justificando. De ahí a verlo como candidato al gobierno de Chihuahua por Morena en 2021 no hay distancia alguna.
Y ese es otro de los aspectos de la estrategia electoral que, a simple vista, se antoja equivocada. La dirigencia de Morena pactó entregar el 25% de las candidaturas, tanto de diputados, como de senadores, a cada uno de sus aliados, a pesar de que el PT alcanzó en la última elección el 2.99% de la votación. A su vez, el PES, en esa elección, obtuvo el 3.5% de la votación. 
Sin duda, en una estrategia estrictamente electoral que lo acercaría al triunfo. ¿Pero, a qué costo?
Las protestas en contra de las designaciones y de la alianza con el PES son de tal importancia (quizá no sean masivas, pero sí representativas de lo que las redes sociales empiezan a reflejar, además de darle argumentos a los opositores de Morena) que el mismo López Obrador ha debido salir al “quite”, apelando a lo que ha sido su patrimonio, decir que él garantiza que “siempre vamos a ser respetuosos de las libertades individuales y colectivas”, al pedir tranquilidad ante la aprobación de la ley de seguridad y sostener que “no somos oportunistas, no luchamos sólo por los votos, luchamos por ideales y no tienen nada que temer, vamos a respetar la diversidad sexual”. (Nota de Ángel Bolaños Sánchez, La Jornada, 15/XII/17).
Y avaló las preocupaciones al declarar la posibilidad “que el gobierno use a las fuerzas armadas para cometer un fraude”. Pero, aclaró, “los soldados, la tropa, están con nuestro movimiento y van a desobedecer cualquier orden que signifique imponer al próximo presidente de México”. (Ibídem).
Quisiéramos no fuera premonitorio -como algunos activistas de las organizaciones de la sociedad civil, especialmente derechohumanistas, sostienen- pero es excesiva la coincidencia la premura en la aprobación de la Ley de Seguridad Interior y la realizada al Código Civil Federal consistente en que a partir de su aprobación se considere ilícito comunicar a través de “cualquier medio, tradicional o electrónico, un hecho, sea cierto o falso, que pueda causar deshonra, descrédito, perjuicio o exponer al desprecio de alguien”, aprobada sin discusión ¡por unanimidad! en la Cámara de Diputados, lo que abre, no veredas, sino muy anchas autopistas para la represión a la libertad de expresión, exactamente al inicio de la elección presidencial.
Muy desesperanzadora semana…
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