domingo, 30 de noviembre de 2014

Planes inútiles y triunfo rarámuri

El Diario, 30 de noviembre de 2014
Luis Javier Valero Flores
¿De veras creen que desapareciendo a las policías municipales y el establecimiento del “mando único” bastará para afrontar la crisis de seguridad pública que padecemos?
¿Pues qué no los que ahora proponen eso se opusieron en el sexenio anterior?
Es de tal magnitud la crisis de credibilidad, detonada por la tragedia de Iguala, que obligó al actual grupo gobernante a un cambio diametral. Durante dos largos años dejaron de lado en el discurso y el manejo mediático la gravísima crisis de seguridad pública existente en el país y se conformaban -y usaban demagógicamente- la notoria disminución de los niveles homicidas de Juárez (y debemos recalcar, los niveles homicidas) para simular que la estrategia asumida por el gobierno de Peña Nieto era exitoso en esa materia.
No lo es. Y los muchachos de Ayotzinapa, dolorosamente, lo evidenciaron ante el mundo entero.
Se necesitaron casi dos años para que el Presidente Enrique Peña Nieto nos repitiera la misma receta de su antecesor, Felipe Calderón.
Sin desconocer el hecho de que una buena parte de las corporaciones policiacas están altamente penetradas por el crimen organizado ¿De veras las policías municipales son el centro de la inseguridad pública? ¿Qué el problema, el principal, no era que somos el país por el que ingresa la droga a EU? 
Bastaría con hacer sencillos ejercicios de lo realizado por las corporaciones federales ¿Por qué no preguntarle a los juarenses cómo les fue cuando los policías federales fueron llevados al antiguo Paso del Norte “quesque” a combatir a los criminales en la racha homicida 2008-2011?
Como por arte de magia, en cuanto salieron de la ciudad, los índices de extorsiones y secuestros se abatieron a niveles de los de ahora.
Debemos esperar las iniciativas en concreto de lo anunciado por el presidente, pero con lo que informó no se aprecia un enfoque distinto a lo hasta hecho. Los resultados están a la vista.
Más aún, la desaparición de las policías municipales y la sustitución por policías estatales y el mando único atravesará por innumerables problemas. Uno de esos problemas es el del financiamiento de los cuerpos policíacos ¿Le quitarán a los municipios los recursos con los que ahora sustenta parcialmente el gasto en seguridad pública? ¿Es decir, los centralizará, como ahora empezará a hacer en la educación?
¿De veras creen que aumentarán las denuncias ciudadanas si cambian los teléfonos por el “911”? ¿O que el establecimiento de la clave única de identidad se convertirá en extraordinario mecanismo para atenuar la ola delictiva?
Es evidente que algunas de estas medidas no sobran, o que la aprobación de diversas leyes, algunas de ellas muy necesarias, pueden incidir en los índices delictivos, pero la propuesta de Peña Nieto es extremadamente pobre.
¿Fue la corrupción de la policía municipal de Iguala la fuente de lo que hoy lamentamos?
¿Qué no tenían en su poder, autoridades de todos los niveles, incluido el ejército mexicano (que “donó” parte de sus terrenos a José Luis Abarca, para que éste construyera la única plaza comercial de Iguala) la suficiente información como para sospechar que en esa ciudad y su región aledaña ocurría una monstruosa matazón, evidenciada, ahora, por las innumerables fosas encontradas ahí?
Ahora resulta que los policías municipales de Iguala y Cocula eran poco menos que el monstruo de Tasmania y nadie se daba cuenta, ni la policía estatal, ni la federal, ni la PGR, ni la Siedo, ni el batallón militar acantonado en Iguala y que, según el Secretario de la Defensa Nacional, la noche de los asesinatos y secuestros  estaba “franca” la mayoría de sus integrantes? N’ombre, son simples coincidencias.
Y luego, el presidente que más evidencias tiene en su contra por las corruptelas, viene a proponer una serie de medidas (quizá, la mayoría, aceptables) para combatir la corrupción de los funcionarios gubernamentales y de las empresas, pero que no es capaz de abordar, ni siquiera tímidamente, el principal escándalo de su administración y no es capaz, tampoco, de referirse al informe de su procurador en el caso que ha conmocionado al país y sólo alcanza a usar, demagógicamente, la principal consigna de nuestros días: “Todos somos Ayotzinapa”. Y sin que haga referencia a la otra mitad de las consignas de todo el país, por lo menos aquel que se moviliza: “Fuera Peña”.
Es tan parecido a lo propuesto por el panista Felipe Calderón, que éste ya denunció que los gobernadores (mayormente priistas) se opusieron a una reforma semejante a la propuesta por Peña Nieto.
Al reconocer que la corrupción se ha convertido “en uno de los principales desafíos para la vigencia plena del estado de derecho”, Peña no fue capaz de referirse, en ningún momento, de la Casa Blanca. Luego de las aclaraciones de su esposa, que los enredaron aún más en una de las peores y más evidentes madejas de corrupción que haya envuelto a presidente alguno, Peña Nieto no le ha ofrecido, así sea una mediana explicación, a la sociedad mexicana.
El silencio presidencial acerca de este tema es ofensivo, más cuando se atreve a proponer diversas iniciativas para “combatir” a la corrupción. Pues sí, la ajena, pero la propia, que siga.
Lo peor vino cuando habló de aplicar “sanciones ejemplares para empresas que incurran o se coludan con alguna autoridad y que caigan en corrupción” pues inevitablemente los informados pensaban en las empresas de su amigo Juan José Hinojosa, el constructor de la Casa Blanca.
Y más falso sonaba cuando habló de que “se alentarán los principios de transparencia, rendición de cuentas, participación ciudadana e innovaciones, esenciales en un gobierno abierto, como México se lo ha propuesto ser”. Ajá.
Pero no fue lo único preocupante en el discurso de presentación de las medidas en materia de seguridad pública, en lo que fue una postura diametralmente a lo sostenido por esta administración federal, pues habían optado por no mencionar los elevados índices delincuenciales, por encima de los sufridos en igual período de Felipe Calderón y muy cercanos a los de los últimos dos años de ese sexenio. 
Habían puesto el acento (y varios medios de comunicación, los más importantes, dejaron de llevar, por ejemplo, el ejecutómetro, a pesar de que las cifras de homicidios se mantenían en niveles que merecían mantenerlo) en materia económica, pero Ayotzinapa cambió el rumbo del país, y de la administración de Peña Nieto.
Y ya sabemos como discutirán las propuestas del presidente. César Camacho Quiroz, el líder priista, al salir apresuradamente de Palacio, anunció que su partido garantizaba “sin matices, los votos legislativos” a las iniciativas presidenciales.
Habremos de volver al tema, una vez presentadas las iniciativas de ley. 
Pero dos hechos, presentados al final de la semana, concitan el optimismo.
Por una parte, el Juez Octavo de Distrito, Ignacio Cuenca Zamora (oootra vez), resolvió en favor de la comunidad de Repechique el amparo solicitado en contra de actos de la Secretaría de Economía, antes Secretaría de Desarrollo Comercial y Turístico, del Gobernador Constitucional del Estado de Chihuahua, del Banco Santander, como institución fiduciaria a cargo del Fideicomiso Barrancas del Cobre, del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en relación a la construcción del aeropuerto de Creel.
La otra, es la masiva concurrencia a la creación del Movimiento de Unidad Ciudadana, convocada, entre otros, por Jaime García Chávez y Javier Corral.
La sentencia en el caso de Repechique obliga al Estado mexicano a realizar la consulta a la comunidad referida acerca del aeropuerto, la que debe hacerse “adecuadamente, esto es, a través de sus representantes tradicionales a fin de respetar sus costumbres y traiciones; y de manera informada haciéndoles de su conocimiento los posibles riesgos, incluidos, los ambientales…”. Además, que la consulta debe constituirse en un mecanismo de participación y de diálogo con la comunidad indígena.
Y que en caso de no poderse dar marcha atrás a lo reclamado, entonces debiera hacerse una plena restitución. “De no ser esto posible, previa ponderación de intereses, cabe la posibilidad de determinar una serie de medidas para que, además de garantizar el respeto los derechos conculcados, se reparen las consecuencias que produjeron las infracciones y, en su caso, se restablezca el pago de una indemnización como compensación por los daños ocasionados”.
Así la obligación de reparar, que se regula en todos los aspectos “alcance, naturaleza, modalidades y determinación de los beneficiarios” por el Derecho Internacional, no puede ser modificada o incumplida por el Estado mexicano, “invocando disposiciones de su derecho interno, puesto que las reparaciones, como el término lo indica, consisten en las medidas que tienden a hacer desaparecer los efectos de las violaciones cometidas. Y, luego, su naturaleza y su monto dependen del daño ocasionado en los planos tanto material como inmaterial”.
Va más allá, indica que “la forma de reparación deba ser consultada con la comunidad afectada, pues de ninguna manera pueden quedar sujetas a criterios meramente discrecionales del Estado”.
Además condena a que la construcción del aeropuerto continúe, “excepto en toda la superficie afectada por la malla ciclónica, incluida la pista de aterrizaje, ello porque en esta parte se encuentra el aguaje según tapado con escombro, los sitios de obstrucción de caminos reales y veredas y los lugares donde se realizarán de manera exclusiva, según las particularidades culturales, las acciones de prevención y mitigación que incidirán en la subsistencia de la comunidad indígena precisados en el plano que exhibió…”.
Triunfo para los rarámuris en toda la línea.
La creación de la Unión Ciudadana, deberá ser parte, necesariamente, de nuestras reflexiones, a ella volveremos.
Escuche, de lunes a viernes a las 6 pm, en Chihuahua, Aserto Radio 102.5FM, o por www.antenafm.mx

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jueves, 27 de noviembre de 2014

Epitafio al PRD

El Diario, 27 de noviembre de 2014
Luis Javier Valero Flores
La renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas al PRD es el epitafio al más grande partido que la izquierda mexicana haya construido jamás.
En la tarde, temprano, del 19 de noviembre de 1988, con el Zócalo de la capital mexicana lleno a reventar,  Cuauhtémoc lanzó la consigna: “Construir el partido del 6 de julio”.
Un año después, en mayo, nacía el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Desestimada la propuesta de buscar el registro electoral a través de la celebración de asambleas de registro, fueran distritales o estatales (como recientemente hizo Morena) el naciente partido “de las izquierdas mexicanas” utilizó el registro electoral obtenido por el legendario Partido Comunista Mexicano en las elecciones de 1978, a raíz de la reforma electoral promovida por el ideólogo priista Jesús Reyes Heroles, a la sazón Secretario de Gobernación del presidente José López Portillo.
Tal registro fue recogido luego por el Partido Socialista Unificado de México (PSUM), el más elaborado intento por unir a la izquierda socialista y comunista en México y que luego se transformara en Partido Mexicano Socialista (PMS), no sin antes sufrir la sangría de quienes llegaron por la vía del Partido del Pueblo Mexicano (PPM) y renunciaran al PSUM para fundar el Partido de la Revolución Socialista, dirigido, como el PPM, por Alejandro Gascón Mercado, quien fuera el último secretario del fundador de la CTM, Vicente Lombardo Toledano, creador, también, de la vieja y mítica Unión General de Obreros y Campesinos de México (Ugocm) y del Partido Popular Socialista.
El PSUM acordó unirse a otros segmentos de la izquierda existente, fundamentalmente al Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), dirigido por el histórico Heberto Castillo y otras agrupaciones menores. De ese modo nació el PMS.
La irrupción de la Corriente Democrática, dirigida por Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, posibilitó  la unidad de las izquierdas, incluidas las procedentes del PRI, partido que a pasos agigantados perdía todos los perfiles imprimidos por el movimiento revolucionario de 1910 y se acercaba aceleradamente a las posturas políticos y principios ideológicos del PAN.
Las acciones de Cuauhtémoc, su empecinamiento, su terquedad y su firmeza cambiaron al país. No está de más asentar que una buena parte de la transformación democrática de México (bueno, la que hasta ahora tenemos) se debe a este hombre.
Otros fueron los errores cometidos; los principales, no entender que en el liderazgo nacional López Obrador lo había superado y no aceptar deslindarse a tiempo de un grupo que luego se convertiría en hegemónico al interior del PRD, el de Los Chuchos, lidereado por Jesús Ortega, antiguo asistente del hoy gobernador de Morelos, Graco Ramírez, quien provenía, como Graco, del Partido Socialista de los Trabajadores, impulsado por Luis Echeverría Alvarez.
Ortega se convirtió, al paso del tiempo, en la verdadera figura “moral” del perredismo.
Llegó a ser tan aplastante la hegemonía y el protagonismo de este grupo, amén de su línea política, obsecuente con el poder, que Ortega se ufanó de ser el verdadero diseñador del Pacto por México.
No era extraño, entonces, que se presentaran continuos roces con los simpatizantes de Cárdenas o de López Obrador. En la práctica existían dos partidos a su interior. Por una parte los que buscaban a toda costa el arreglo con el partido en el gobierno, y si éste era el PRI, mejor; y por la otra, los que buscaban una línea contraria a los partidos de la derecha mexicana: El PRI y el PAN.
La salida de López Obrador, para crear Morena, había dejado al PRD sin la mayor parte de su base electoral, la de Cuauhtémoc lo deja sin referente moral y, luego de lo ocurrido en Guerrero, peor.
Lo propuesto por Cuauhtémoc no era desmesurado. La crisis por la que atraviesa el PRD es de una dimensión que obligaba a su dirigencia a dejar atrás cualquier fórmula de las usadas en el pasado. Renunciar en bloque y reiniciar, por lo menos desde la óptica de una nueva dirigencia, era lo solicitado por el fundador.
Emplazado a discutirlo en una reunión con su dirigencia, Carlos Navarrete, el presidente perredista ni siquiera se refirió a ese tema. 
No le ofrecieron otra salida a Cuauhtémoc, la renuncia era absolutamente previsible.
El objetivo político de Cárdenas era único (y seguramente la única posibilidad de remediar la crisis) “lograr su (del PRD) reposicionamiento como una verdadera opción política de alcances nacionales, única forma en que le sea útil al país”.
Hoy todo eso forma parte de la historia; así de relampagueante es la vida política del México de nuestros días.
Una postrera reflexión. Lanzado el priismo a señalar al PRD como responsable principal y único de la crisis de Iguala, deberíamos recordarle que apenas ayer, Angel Aguirre, el gobernador, era un connotado priista, ex presidente estatal, dos veces diputado federal, una local, ex secretario de Gobierno, ex senador y funcionario de toda la vida, de todas las administraciones estatales priistas, en las que conoció y se hizo entrañable amigo… de Enrique Peña Nieto, de ahí que éste, ya como presidente, al contrario de Chihuahua, haya visitado esa entidad en más de 20 ocasiones.
Sí, más de 20 veces.
Escuche, de lunes a viernes a las 6 pm, en Chihuahua, Aserto Radio 102.5FM, o por www.antenafm.mx

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domingo, 23 de noviembre de 2014

La toma de Palacio de Gobierno

Aserto 136, noviembre de 2014
Luis Javier Valero Flores
No quisiera creerse tal cosa, no hay motivos suficientes para que ello se pensara; peor, que en presencia de un gobernante tan viajador pudiese ocurrir que se saliesen del control gubernamental tantas cosas.
Bueno, pues parece ser así.
Todo sucedió cuando el Gobernador César Duarte efectuaba otro viaje al extranjero:
Golpes en la reunión de la Coordinadora de Transporte Colectivo (CTC) de Chihuahua, el anuncio de Dorotea Zapata, líder de la CTM, proponiendo la desaparición de la CTC; racha de ejecuciones en Juárez, Chihuahua y la sierra; anuncio de una jubilación masiva en el Supremo Tribunal de Justicia; enfrentamientos al interior de Palacio de Gobierno entre barzonistas y personal de seguridad del inmueble; las inexplicables declaraciones del Secretario General de Gobierno, Raymundo Romero, llamando a los reporteros a preguntarle al Director de Pensiones Civiles del Estado, Marcelo González Tachiquín, acerca de todos los asuntos de la actual administración estatal (“Pregúntenle a Tachiquín”, sería la frase dirigida a contribuir como muy pocas a la picaresca nacional) y por último las declaraciones del Gobernador Duarte ante los enfrentamientos en Palacio.
Asombra la propuesta de Zapata. ¿Qué tiene que ver el dirigente de los trabajadores con los asuntos de una agrupación privada, la CTC, encargada de otorgar el servicio de transporte e integrada por puros patrones?
¿Esa propuesta fue aprobada por el Gobernador Duarte o se fue por la “libre” el sempiterno dirigente?
Tal declaración tiene el mismo tufo que la actitud del Secretario General de Gobierno, Raymundo Romero, cuando en el curso de una entrevista, cuestionado acerca de los rumores que hablaban del término de su encargo, soltó en un tono molesto: “Pregúntele a Tachiquín, es el que se promueve”. 
Pero las declaraciones que seguramente tuvieron muy en cuenta los habitantes del pueblo de Benito Juárez, municipio de Buenaventura, fueron las realizadas por el Fiscal General del Estado, Jorge González Nicolás, acerca del asesinato, aún impune, del destacado político priista, Miguel Etzel Maldonado.
González Nicolás afirmó ser “muy difícil” llegar al esclarecimiento de ese homicidio, por la violación, dijo, de distintas fases del procedimiento para investigar, porque ya pasaron muchos años y porque “en esos años había muchos homicidios cuyo esclarecimiento era muy difícil”.
Bueno, pues si eso dijo acerca de unos de los crímenes que más dolieron al partido gobernante, por los puestos ocupados por Etzel en la jerarquía priista, en el gobierno, por el don de gentes reconocido por integrantes de todas las corrientes políticas ¿Qué podían esperar los barzonistas de Benito Juárez, ante los asesinatos de Manuel Solís e Ismael Solorio, durante años, activistas de la oposición, y en la campaña de César Duarte al gobierno de Chihuahua, entusiastas colaboradores, convencidos entonces de que el ballezano sería un gobernante muy entregado a las mejores causas de los productores del campo?
Aquí encontramos otro de los episodios de las cosas inexplicables del actual grupo gobernante
¿A quién se le ocurrió contratar una empresa privada para la seguridad de Palacio de Gobierno? ¿Nos podemos imaginar la residencia presidencial de Los Pinos, o Palacio Nacional, bajo la custodia de una empresa, propiedad, por ejemplo, del Subsecretario de Gobernación encargado de los penales federales en el país? ¿Y peor aún, que los empleados encargados de ello sean notoriamente incapaces para arrostrar situaciones de riesgo o de conflicto que se pueden presentar en un inmueble como ese?
¿Por qué asentar lo anterior? Porque la absoluta mayoría de las informaciones aparecidas en prácticamente todos los medios omitieron un hecho fundamental: El que desató la ira de los barzonistas.
Alrededor del mediodía del 23 de octubre pasado, una caravana de El Barzón ingresó a la ciudad con el fin de manifestarse en la Plaza Hidalgo –frente a Palacio de Gobierno– para exigir justicia en el segundo aniversario del asesinato de Manuela Solís e Ismael Osorio, líderes de la agrupación en el noroeste, a bordo de unos 65 vehículos provenientes del Ejido Benito Juárez, de donde era originaria la pareja de líderes barzonistas asesinados.
Luego de plantarse durante unos minutos frente a la Fiscalía General, colocaron sendas escaleras en la fachada de Palacio frente a la Plaza Mayor, con la intención de colocar la manta que presidió la manifestación. Rápidamente, a pesar de lo endeble y, por tanto, riesgoso instrumento, dos jóvenes ascendieron. Al llegar al balcón principal -el que tanta polémica generara por su construcción- por lo menos dos guardias iniciaron maniobras para detenerlos.
No midieron las consecuencias, seguramente confiados en que se encontraban resguardados -puertas cerradas- los guardias golpearon y lanzaron gases lacrimógenos a los jóvenes.
Su accionar fue notablemente agresivo, lo que desató la furia de los manifestantes que por todas partes buscaron una vía de acceso a Palacio, que como todos los meses recientes, al anuncio de cualquier manifestación cierran todos los accesos.
Nada de eso impidió que los barzonistas accedieran, en tropel, por una ventana de las instalaciones de la Coordinación de Comunicación Social. El objetivo era clarísimo, por ello todos corrieron a las escaleras, a rescatar a los jóvenes, uno de los cuales era el hijo menor de la pareja asesinada dos años atrás. En ese trayecto una señora que bajaba las escaleras fue atropellada, luego se sabría que sufrió algunos golpes en la caída sin mayores consecuencias.
Encontraron a uno de los guardias y lo interrogaron ásperamente sobre el lugar en que se encontraban los jóvenes. El guardia tuvo el atrevimiento de negar la información, cosa que desató, aún más, la furia de los manifestantes, algunos de los cuales empezaron a agredirlo. 
Otro guardia también se enfrentó a los habitantes de Benito Juárez, encrespado no obstante el infinitamente superior número de los barzonistas, y recibió algunos golpes a pesar de la intervención de los dirigentes de El Barzón, entre ellos el dirigente nacional, Alfonso Ramírez Cuéllar.
Luego abrieron las puertas y finalmente se apaciguaron los ánimos y se iniciaron las negociaciones las que concluyeron con la promesa gubernamental de no fincar cargos, de permitir que la manta permaneciera toda la tarde en la fachada de Palacio hasta el término del acto que realizaron en la Plaza del Angel.
Y como en los dos años transcurridos, la promesa de que se detendría al resto de los asesinos materiales y a los asesinos intelectuales del asesinato de Manuela Solís  e Ismael Solorio.
Ante la evidente incapacidad de los guardias de Palacio para manejar situaciones de riesgo, de enfrentamientos con grupos numerosos y la facilidad con la que un grupo de personas pudo acceder al recinto, además de la salvaje manera de intentar detener a dos jóvenes, el Secretario General de Gobierno, Raymundo Romero, adujo la existencia de “un protocolo de seguridad que no fue acatado”.
Al día siguiente de los hechos, el Consejero Jurídico del Gobierno de Chihuahua, Mario Trevizo, casi se deslindó (y con ello a la administración estatal) al decir que “alguien (sic) ordenó que bajaran la manta y detuvieran a los jóvenes”.
Faltaba el colofón. 
Al llegar los manifestantes a su poblado, encontraron que el monumento memorial en honor de sus compañeros asesinados había sido destruido en la madrugada.
Nadie se dio cuenta, pero días atrás, en la presentación del I Informe, el alcalde de Buenaventura, Pablo Ruiz Solís, afirmó que la empresa minera, expulsada de Benito Juárez estaba “cooperando” en distintas acciones con el ayuntamiento. 
En la primera fila de los asistentes se encontraban los representantes de la minera.
¿Que hubo excesos en el comportamiento de los barzonistas? Sí, pero otra vez el detonante para tales situaciones no provino de los manifestantes, han transcurrido dos años del homicidio de los activistas y no se ha detenido a los responsables de ello.
Los dirigentes barzonistas han informado puntualmente que se tiene conocimiento preciso de quienes fueron los asesinos de Ismael y Manuela; han llegado a señalar, públicamente, los vínculos de éstos con el crimen organizado.
No bien terminaban de señalarlo cuando, al llegar a Benito Juárez se dieron cuenta de la destrucción del monumento memorial levantado en honor a sus compañeros. 
Y en ese momento el mandatario estatal les espetaba que “No se puede atacar la violencia con más violencia“, como si las agresiones hubiesen sido responsabilidad exclusiva de los manifestantes y no una desproporcionada e ilegal manera de detener a los jóvenes señalados.
Las negociaciones posteriores entre barzonistas y gobernantes arrojaría un resultado inesperado, la aceptación gubernamental de que la manta de marras se mantuviera colgada durante todo el resto del día.
Luego, Duarte diría que “… que aunque el Estado es respetuoso de la libertad de expresión, los hechos violentos no deben atacarse de la misma manera… la región noroeste de la entidad, fue la primera que dejó de ser un corredor del narcotráfico y pregúntenlo en Casas Grandes, que es la ciudad más importante de esa región, ¿Desde cuándo no hay secuestros?, este es un tema en el cual ya hemos venido avanzando… En vez de acusar, El Barzón debería aportar más información acerca de la presencia de grupos criminales en el poblado”.
Y descalificó, como la mayoría lo hicieron, a los manifestantes, quienes deben hacerlo, dijo “pero de ninguna manera poniendo en riesgo los derechos de los demás o la integridad de los demás”.

Tales declaraciones recibieron una inmediata respuesta del dirigente más reconocido de la región, Martín Solís, y que tan destacado papel jugara para que Duarte recibiera el apoyo de miles de productores agropecuarios de todo el estado. Solís escribió en su Facebook: “Que ponga fecha para aportarle datos”.

La zozobra continúa

Editorial
Aserto 136, noviembre 2014

Contrariamente a los deseos de gobernantes y gobernados, la ola de violencia se ha enseñoreado en la sierra, especialmente en la del sur de la entidad, con la presentación de continuos enfrentamientos de grupos criminales.
Es de tal magnitud la oleada de inseguridad que obligó al cierre de prácticamente toda la actividad comercial y escolar en Gauchochi, conocida como la capital de La Tarahumara, durante algunos días de principios de noviembre.
Esa región posee, desde siempre, una muy elevada tasa de homicidios, hoy está agravada.
Durante años, todos los de la fase más violenta de los recientes años, la sierra chihuahuense fue prácticamente tomada por los grupos criminales. La matanza de Creel, ocurrida el 16 de agosto de 2008, en los albores de esa oleada violenta, es, sin duda, la más emblemática de ellas, por desgracia no la única, ni un hecho aislado, al contrario, las imágenes -que recorrieron el país- en las que grupos armados efectuaban masacres a diestra y siniestra sin que autoridad alguna pudiera, siquiera, reportarlos.
Baste señalar, como ejemplo de la profundidad de la crisis de la seguridad pública en esa zona, el hecho de que el levantamiento de los cadáveres de la masacre mencionada fue realizada por el sacerdote Javier Avila. Se lo solicitaron las autoridades ministeriales de entonces.
Así, a lo largo de esos años, no hubo autoridad alguna, de ningún nivel, que pudiese tomar algunas mínimas medidas de protección a los habitantes de la región.
En ese lapso, sus habitantes y distintas voces de la sociedad chihuahuense exigieron, clamaron, suplicaron, reclamaron, que las fuerzas federales asumiesen el control de las fuerzas de la seguridad pública de la región y que éstas les ofreciesen, a los serranos, la protección y la seguridad pública a la que están obligados los gobernantes.
Nunca fueron escuchados.
De este modo, la sierra se convirtió en uno de los peores escenarios de la guerra de los grupos criminales. Para nada contamos con el apoyo y respaldo de las fuerzas federales y la atingencia de las fuerzas estatales.
Pero no solo, una y otra banda del crimen organizado -el Cártel de Sinaloa  y el de Juárez- se convirtieron en los amos y señores de la región, ellos decidían quienes podían acceder a la región; dictaban el toque de queda, eran, en suma, las autoridades de facto, las reales de esa región.
Al inicio de la actual administración estatal, junto con el atenuamiento de la confrontación, mejoraron parcialmente las cosas, pero nunca se regresó a los niveles del 2007 -que ya de por sí eran elevados-. Ahora menos, y al presentarse nuevos incidentes, a principios de la actual administración, el reclamo hacia el gobierno federal se recrudeció. 
Nada ocurrió, el nuevo gobierno federal actúa como si en la sierra de Chihuahua hubiese pasado la emergencia, tarde se han dado cuenta y sólo hasta iniciada la segunda semana de noviembre fueron enviados algunos elementos del nuevo grupo policiaco federal, la gendarmería, justamente cuando en apenas tres semanas, fruto de los enfrentamientos, ya se presentaron más de una treintena de homicidios.
La impunidad es de tal magnitud que los criminales se dieron el gusto de dejar a las puertas de una funeraria de Guachochi siete cadáveres.
Lo dijo el Gobernador Duarte, “el poder es para poder y no, para no poder”.

Eso siguen esperando las comunidades de la Tarahumara.

Declaraciones patrimoniales ¿Públicas por ley?

El Diario, 23 de noviembre de 2014
Luis Javier Valero Flores
El escándalo de “La Casa Blanca” de la actual pareja presidencial se ha convertido en un revulsivo de la sociedad mexicana. 
Al repudio generalizado a las agresiones a los normalistas de Ayotzinapa, vino a sumarse la difusión de un reportaje, realizado por el equipo de la periodista quizá más prestigiada del momento -Carmen Aristegui- justo cuando el Presidente Peña Nieto, incapaz de entender del “momentum” por el que pasaba el país, decidió, a pesar de todo, salir al extranjero y mandar al Procurador Jesús Murillo Karam a “vendernos” la supuesta incineración de los 43 estudiantes desaparecidos.
La indignación generalizada por estos hechos, se agravó por la certidumbre que nos encontrábamos frente a un evidente conflicto de interés, soborno o “moche”, realizado por ni más ni menos que del Presidente de la República, de su esposa, de la principal empresa televisiva y del contratista más beneficiado por el gobierno de Peña Nieto en el Estado de México, y ahora mismo, en el gobierno federal; el presidente respondió como en el pasado, que se trataba de un intento de desestabilizar al país y a su proyecto político.
Todo, porque todo un país, atónito, confirmaba, en voz de los protagonistas, que la clase política era capaz de mentir, incluso con las pruebas al alcance de la mano. Y que para desestimar los señalamientos ubica en el centro de ese complot un reportaje de cosas que han debido aceptar públicamente, a través de una de las comparecencias televisivas que mayor indignación, desconfianza y burlas que figura pública haya despertado en el pueblo de México. (Sólo el 13% de los mexicanos le creyeron a Angélica Rivera. Reforma, 22/XI/14).
Peña Nieto, para descalificar las acusaciones de las corruptelas realizadas alrededor de la “Casa Blanca” hizo públicos los valores de sus propiedades, contenidas en la declaración patrimonial presentada al inicio de su mandato y que se había negado reiteradamente a dar a conocer su cuantía.
Ahora sabemos que es el dueño de una fortuna… derivada de las donaciones recibidas de sus padres y de su cónyuge anterior.
Dio un paso que la clase política (toda, de todos los partidos políticos) se había negado a realizar: Hacer públicas sus declaraciones patrimoniales.
Todos están dispuestos -y obligados- a presentarlas ante los órganos competentes, sólo para que éstos las guarden bajo siete candados y efectúen todas las maniobras necesarias para mantenerlas lejos del escrutinio público, porque acceder a ellas significaría adentrarnos en las vísceras del enriquecimiento de la mayoría absoluta de la clase política, muy por encima de sus legales ingresos como funcionarios públicos; legales, pero no justos, ni adecuados y en la inmensa mayoría de los casos, recibidos inmerecidamente.
Por todos los mecanismos posibles han impedido que podamos seguir la ruta crítica de sus bienes; es decir, apreciar de qué modo crecen o disminuyen sus fortunas personales.
Por si faltara poco, no hay gobernante que falte a la regla de ubicar en las oficinas encargadas de recibir y custodiar sus declaraciones patrimoniales a uno de sus más cercanos allegados ¿De cuántos casos saben de una “filtración” de la fortuna de algún funcionario?
No cabe duda que ha funcionado tal estratagema.
Hasta ahora.
Es de tal magnitud la indignación levantada en la sociedad mexicana por las agresiones a los jóvenes de Ayotzinapa y “La Casa Blanca” que orilló a Peña Nieto a revelar uno de sus secretos mejor guardados: Es poseedor de una cuantiosa fortuna a pesar de ser solamente funcionario público durante los últimos 17 años, de ahí las suspicacias que despierta el hecho de que la mayor parte de sus propiedades sean “donaciones”.
Bueno, pues para no perder el ritmo ni la calidad, otra persona de su más cercano entorno, su actual esposa, también recibió muy generosas, en la práctica donaciones, ya que, primero, Televisa le entrega, como “fruto de su trabajo”, una casa y una millonada y luego, el principal beneficiario de la obra pública del gobierno mexiquense, en tiempos de Peña Nieto, le vende, en “abonos chiquitos” y con una quita de por lo menos 30 millones de pesos, una casa de ensueño.
Esas son corruptelas, como las pinten.
En primer lugar, Televisa era la beneficiaria de inmensas fortunas gastadas por el gobierno mexiquense de Peña Nieto para promoverlo como serio aspirante a la presidencia de la república. En esas transacciones su novia, por pura coincidencia artista “exclusiva” de la televisora, recibe la primera mansión, la “casa chica”.
De ahí la desesperada maniobra presidencial: “Transparentar” sus bienes, ponerles números en pesos y centavos. Pero sólo la última, ninguna de las anteriores, de cuando fue Tesorero del Gobierno del Estado de México, o líder del Congreso del Estado o gobernante de la entidad.
Las consecuencias de ese acto serán -debieran ser- incalculables y posibilitarán, esperamos, una saludable mejoría en materia de transparencia. Podrían abonarle una buena dosis de salud a las finanzas públicas y atenuarían o evitarían innumerables querellas, una de ellos, la relacionada con la denuncia presentada por Jaime García Chávez en contra del Gobernador César Duarte y dos de sus funcionarios.
Llevado el asunto a la Cámara de Senadores por el senador del blanquiazul, Javier Corral (el que no ha hecho “nada” por Chihuahua, dicen los apologistas del gobierno local) arrojó un inesperado resultado: Obtuvo mayoría de votos porque se considerara de urgente y obvia resolución realizar un exhorto a la PGR para que diera entrada a la denuncia.
Sin embargo, no fue aprobada porque necesitaba de la votación aprobatoria de las terceras partes de los senadores presentes. Pero el hecho político quedó plasmado ahí, tuvo una votación mayoritaria procedente de senadores del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.
Quizá como táctica legislativa, ninguno de los legisladores priistas salió a defender al gobernante chihuahuense, a pesar de que el líder de ellos, Emilio Gamboa, fue el principal impulsor de Duarte al Gobierno de Chihuahua. Probablemente se equivocaron.
En ese entorno, dos hechos llaman la atención: Por una parte el Gobernador Duarte se declaró dispuesto a hacer pública su declaración patrimonial, siguiendo el ejemplo de Peña Nieto y, dos, el posibilitar que los manifestantes pudieran acceder al paso del desfile del 20 de noviembre en la capital del estado y plantarse durante algunos minutos frente al presidium, en los que se lanzaron durísimas consignas en contra del gobernante y de Peña Nieto.
Siendo importante lo último, y de elogiarse, lo trascendente es la promesa del Gobernador Duarte de hacer pública su fortuna personal, la que detalló en una extensa entrevista otorgada a los reporteros de El Heraldo de Chihuahua (19/XI/14), en lo que es, a todas luces, un error, pues ese tema es el de la mayor importancia para los chihuahuenses y debieran acceder a esa información sin discriminación alguna.
Dijo estar “dispuesto a publicar sus bienes patrimoniales y a someterse a cualquier tipo de investigación que se le pretenda hacer, ya que no tiene nada qué ocultar”, además de estar “a disposición de las autoridades, (pues) no tengo nada que esconder”. (Nota de Orlando Chávez Echavarría, El Diario de Chihuahua, 20/XI/14).
Agregó “que hay personas que aprovechan la oportunidad para cuestionar los avances que se han logrado en la entidad” y manifestó estar preocupado porque “actores por Chihuahua estén buscando pretexto y confundiendo a la sociedad para con ello distraer los avances que tiene la sociedad, no solamente el Gobierno”, en lo que fue una repetición, atenuada, de su intervención durante la celebración de la reunión del Consejo Político Estatal del PRI, celebrada el miércoles, en la que aseveró no tener temor; si no lo tuvimos, dijo, “para los sicarios, menos para los chismosos”.
Y como si los asuntos planteados por García Chávez no fueran de la incumbencia de los ciudadanos, “… Criticó que se pretenda llevar los problemas políticos a los ciudadanos, los cuales, según dijo, ya tienen suficientes problemas en el día a día, como para tener que saber de los problemas entre los actores de la política” pues “Los asuntos de la política que se resuelvan en las instancias políticas, y las jurídicas en las instancias jurídicas, y yo estoy listo para todas”. (Ibídem).
Además, señaló que las acusaciones “obedecen a que se avecinan tiempos electorales”.
Bueno, pues ya tiene la herramienta para demostrarle a la sociedad chihuahuense tales asertos. Al prometer la publicación de su declaración patrimonial, hará posible que podamos apreciar el crecimiento de fortuna personal y familiar pues recordemos que Angélica Rivera está equivocada cuando sostuvo que no estaba obligada a presentar su declaración patrimonial. Bueno, ella no, pero sí su esposo, el presidente Peña Nieto tenía la obligación de declarar los bienes de ella.
Así, si el mandatario chihuahuense le exhibe a la ciudadanía sus declaraciones patrimoniales, la que presentó al inicio de su mandato y las de cada año, que obligatoriamente debe presentar a la Secretaría de la Contraloría del Gobierno de Chihuahua, podremos apreciar que, efectivamente, percibió los suficientes ingresos económicos como para aparecer con la posibilidad de -en cuanto Unión Progreso “se convierta en banco”- aparecer como socio del mismo, en las cantidades señaladas en la denuncia de García Chávez, a través del fideicomiso señalado por uno y otro.
Hacerlo de esa manera desactivaría una parte de las acusaciones y le daría una bocanada de aire fresco -“oxigenaría”- el ambiente político social en Chihuahua. Y si, además, enviara una iniciativa del ley para que, en adelante, las declaraciones patrimoniales sean públicas, mejor.
Si solo queda en una promesa; peor, infinitamente peor.
TEMPERATURAS.- ¿Y si no caen las temperaturas; si no cae el aguanieve, o la nieve que dicen caerá los próximos días, en grados tales que llevaron al Gobierno de Chihuahua “a sugerir” la suspensión, solamente, de los Colegios de Bachilleres y de las dos universidades públicas? ¿Cómo lo explicarán? 

¡Válgame. Ay, Ayotzinapa cuántas cosas ocurren bajo tu sombra!

jueves, 20 de noviembre de 2014

El país de los políticos de los “moches”

El Diario, 20 de noviembre de 2014
Luis Javier Valero Flores
Justamente cuando el país entero arde de indignación -y unas regiones, literalmente, arden- los diputados federales nos confirman que obtuvieron -legal, legítimamente, dicen- 10 millones de pesos mediante los cuales pueden ejercer, a cabalidad, discrecionalmente, una parte del presupuesto.
“En el Presupuesto de Egresos 2015, cada diputado recibió, por gestión propia, 10 millones de pesos para aplicarlos en el desarrollo de obra en sus respectivos distritos, declaró el legislador federal por Chihuahua, Pedro Domínguez Zapata… En su caso, las obras las ejecutará el Ayuntamiento de Chihuahua, luego de ser debidamente consensuadas para dar transparencia en la entrega y ejecución de los recursos. ‘Cada diputado gestionó y obtuvo, aprobamos los 10 millones de pesos, en mi caso fue para ejecutar once obras específicamente para infraestructura educativa’, refirió”. (Nota de Patricia Mayorga, El Diario, 18/XI/14).
¿Con base en qué ordenamiento un diputado resuelve, por sí solo, o de acuerdo con su dirigencia, o con el alcalde de su elección, o con su mujer, o su mamá, el destino de 10 millones de pesos del erario federal, de los cuales no están obligados a informar en qué los gastaron?
¡Ah, la clase política! ¿Qué no se dan cuenta que existe un estado de verdadero encrispamiento en la sociedad mexicana? 
¿Que el asesinato y la desaparición de jóvenes normalistas de Ayotzinapa, en un hecho que ha cimbrado a la sociedad internacional, se ha convertido en el detonante de la indignación generalizada, porque se cruzan, a la vista de todos, los peores defectos de la sociedad mexicana y la podredumbre de la clase gobernante, en el que la corrupción, la impunidad, la colusión y la complicidad con el crimen organizado de ésta aparecen como sus rasgos preponderantes?
¿Acaso no se recuerda el escándalo protagonizado por algunos diputados federales, que pedían un “moche” para otorgar las obras que se construyeran con la partida de los 10 millones de pesos, en otra modalidad de la entrega indiscriminada de despensas, como mecanismo para “ganar conciencias” y simpatías electorales?
Bueno, pues en lugar de desaparecer esa partida, ahora vienen a informarnos que persisten, justamente cuando la sociedad está protestando, -de distintas maneras y grados, incluso hasta niveles verdaderamente violentos- fundamentalmente por una causa común: La corrupción gubernamental.
¿Quién, o quienes se verán beneficiados por la entrega de estos recursos? Pues fundamentalmente los más cercanos a cada diputado, los allegados al partido, los sectores en donde se encuentren sus principales fortalezas político-electorales, en un momento en el que la sociedad mexicana está presenciando, rabiosa, indignada, harta, uno de los episodios más indignantes -por lo relevante- de lo que aprecia como ejemplo de la corrupción gubernamental.
Eso y no otra cosa es el conocimiento de la existencia de la “Casa Blanca” del matrimonio de Angélica Rivera y Enrique Peña Nieto.
A simple vista no parecieran tener hilos conductores la residencia de la “pareja presidencial”, los 10 millones de pesos que ejercerá cada diputado federal y los normalistas desaparecidos. Es todo lo contrario, forman parte del mismo entramado, el producido por el régimen político, ya caracterizado, a los ojos de la mayoría, por la inmensa corrupción. Uno de cada 3 ciudadanos, según Mitofsky, opina que el gobierno, para recuperar la confianza ciudadana, debe combatir la corrupción y la impunidad.
¿Y entonces en qué país vive la pareja presidencial?
Cándidamente, la señora Rivera nos informa que siendo la novia oficial del Gobernador del Estado de México, Peña Nieto, le solicitó al principal contratista del gobierno de su prometido, que le construyera una casa y que cuando la terminara celebrarían el contrato de compra venta. 
¿Qué contratista, de qué gobierno, le diría que no a la casi inminente esposa del principal aspirante a la presidencia de la república? ¿Y más, si ese contratista firmó contratos con el gobierno de Peña Nieto por más de 8 mil 500 millones de pesos?
Po’s si pa’ luego es tarde. ¡Iníciese de inmediato la construcción!
Y no quería la construcción en cualquier lugar; no, ahí atrasito. En el ínterin, la empresa televisiva, en la que participan prácticamente todos los más importantes empresarios del país, que impulsaba a Peña Nieto a la presidencia le “regala”, por su trabajo, una mansión -la casa chica- y más de 80 millones de pesos ¡Ah, pero ya casados, es decir, amarrado el trato!
Unos meses después, al terminar la gubernatura, Peña se encamina a la candidatura y en agosto del 2012, a unos meses tomar posesión como presidente, “visitan la obra terminada”.
Pero antes, en la campaña, los aviones y helicópteros del hombre que le construyó la casa a la “Señora Angélica”, trasladaron al candidato del PRI a todas partes.
Descubierta la maniobra ¿Financiera?, el presidente Peña se encrespa y nos espeta que todo es producto de un intento de desestabilización del país -¡Oh, fantasma de Díaz Ordaz, ya regresaste!-, de quienes se oponen al proyecto de su gobierno y que quienes protestan forman parte (casi lo dijo) de un “compló”.
En tanto, a los diputados, para que no sientan fuera “de la jugada” les otorgan las migajas del presupuesto federal y las usen como un mecanismo para mantener su “clientela”.

Y luego se molestan porque la gente protesta…

domingo, 16 de noviembre de 2014

¿Oxigenación al Supremo?

El Diario, 16 de noviembre de 2014
Luis Javier Valero Flores
Quisimos desentendernos de la designación de los 13 magistrados faltantes en el Supremo Tribunal de Justicia (STJ). Imposible, este proceso es ya el emblemático de la actual legislatura. Ratificó, en dimensiones poco vistas, la plena subordinación al titular del Poder Ejecutivo en una nueva modalidad: Ahora vino signada por todos los partidos políticos acreditados en el Congreso del Estado.
Confirmó, además, lo que era un creciente rumor en los tendederos políticos: El Gobernador Duarte no tiene oposición político-partidaria. Lo ha logrado con el peor de los métodos: El reparto de las cuotas en los espacios del ¿poder? ¿O simplemente en la función pública?
Esa designación vino como resultado de la reforma judicial -ya lo comentamos en colaboración previa- aprobada por el Congreso del Estado, pero cuyos resultados superaron los peores pronósticos, pues si bien en los procesos anteriores también estaban cargados de una inmensa subordinación al gobernante en turno, por lo menos existían algunos mecanismos plasmados en la ley que permitían albergar esperanzas de contar, algún día, con un Poder Judicial independiente -no enfrentado necesariamente al gobernante- y, por tanto, en una mejor administración de la justicia.
Lo realizado por el Congreso del Estado es de una extrema gravedad. Le permitieron a un muy elevado número de personajes cercanos al titular del Poder Ejecutivo arribar al Poder Judicial. 
Podrán argüir lo que deseen, el hecho es que en esa tesitura se encuentran los ahora magistrados César Ramírez, ex titular del Registro Civil; Jorge Ramírez, encargado de la implementación (sic) del nuevo sistema de justicia penal y otrora perdedor candidato a la alcaldía de Cuauhtémoc; Gabriel Sepúlveda, ex aspirante a la alcaldía de Parral, ex diputado local; el ex delegado de Profeco, Filiberto Terrazas y Alfredo Fierro Beltrán, de la Barra de Abogados, “con estrechos círculos en Palacio y la UACh” (De los reporteros, El Diario de Juárez, 15/XI/14), por aquello de ser el esposo de la Directora de la Facultad de Contaduría, Liliana Alvarez, ex Secretaria de la Contraloría del Gobierno de Chihuahua y a quien propios y extraños señalan como la favorita de Palacio para acceder a la rectoría de la Uach.
Por su parte, y seguramente por la previsible molestia que generaría al interior del Poder Judicial una conducta distinta, 6 de los elegidos provienen del “interior”, con mayor o menor aprobación de la comunidad jurídica.
Pero lo que vino a explicarnos la “inexplicable” presencia del Coordinador del Grupo Parlamentario del PAN, César Jáuregui, en aquella reunión celebrada en los patios de Palacio de Gobierno en el que el Gobernador Duarte anunció la transformación de su gobierno, por uno abierto a la ciudadanía en el que la transparencia sería su sello característico, fue la designación de dos militantes de este partido, Rafael Quintana y Luis Villegas, quienes, al igual que sus ahora colegas emanados directamente de las filas del PRI, no tienen antecedentes de los establecidos por la Constitución General de la República para acceder a esos cargos,  en lo que es a todas luces la cuota cobrada por el PAN para la aprobación de semejante lista.
¿Y los otros partidos qué recibieron?
Jáuregui afirmó en el curso de aquel evento -Reformándonos para el futuro- que era el “más importante de la actual administración” desde el ámbito político porque, dijo, ”está por concretarse la Reforma Política de la cual tanto se ha hablado, modificación que representa una de las más grandes oportunidades históricas de transformar el destino de Chihuahua”, y casi condicionó su presencia en el evento al agradecerle al Gobernador Duarte la convocatoria porque “lleva implícita la necesidad de transformar las instituciones públicas...”.
Lo que ahora presenciamos viene a explicarnos, también, el muy sospechoso silencio del dirigente estatal del PAN, Mario Vázquez, al momento de pedirle los motivos por los cuales su dirigencia y la coordinación parlamentaria le daban a la actual administración estatal, en aquel momento, una especie de salvoconducto, justamente cuando crecían las manifestaciones de críticas hacia la administración estatal.
Y muy probablemente nos explique el tibio discurso de la diputada blanquiazul, María Eugenia Campos, en el acto de la presentación del IV Informe del Gobernador Duarte.
De ahí la virulencia de lo publicado, en su página de Facebook, por el ex candidato a la dirigencia estatal, Héctor Ortiz, perdedor frente a Vázquez.
Al deplorar la designación del asesor parlamentario Luis Villegas, como titular de la sala Séptima de lo Civil, recordó de qué modo fue vilipendiado por éste en la campaña electoral de la dirigencia estatal, en la que ocuparon lugar central las acusaciones de Villegas por la supuesta o real cercanía política de Ortiz con el gobierno estatal, cuando ocupó la coordinación parlamentaria panista en la anterior legislatura.
Para ubicar mejor los hechos, sólo recordemos que el nombramiento del coordinador parlamentario, en el PAN, es facultad exclusiva del presidente estatal, en este caso, Mario Vázquez.
Entre otras cosas, esto le dijo Ortiz a Villegas: 
“… es preciso señalar que uno de los críticos más acérrimos a mi persona lo fue el Lic. Luis Villegas Montes, hoy Magistrado del Poder Judicial, de la mano del PRI y sin lugar a dudas con la aprobación del Gobernador del Estado.
Dentro de sus múltiples descalificaciones, verdades a medias y distorsionando mi labor legislativa respecto de la deuda, hizo una serie de señalamientos dentro de los cuales solo transcribo uno y cito textual:
-¿Sí o no le tiene que estar agradecido el Gobernador del Estado, César Duarte Jáquez, a este “panista”? ¿Sí o no querrá que llegue a la Presidencia del PAN estatal? ¿Cuánto cree que “costó” este “apoyo”?”…
… apenas seis meses después en complicidad con Jáuregui Moreno y Vázquez Robles, se prestan al entreguismo y nulificación del Poder Judicial en el Estado de Chihuahua, hoy el panista “puro” quien apenas hace un año estaba fuera del PAN, el que sintiéndose Dios calificaba y descalificaba sin el más mínimo respeto a la dignidad humana, es Magistrado del Poder Judicial, sin carrera en ese Poder,… hoy el poder legislativo ha dejado como precedente uno de los episodios políticos más vergonzosos en la historia del Poder Legislativo en nuestro Estado.
¿Dónde está la gran oposición que se ofreció al panismo de chihuahuense?, ¿Cómo se puede justificar la complicidad y maridaje del PAN con el poder?
Frente a este actuar obsequioso e incongruente de la dirigencia estatal y su Grupo Parlamentario los panistas debemos alzar la voz y exigir enderezar el rumbo que nunca debimos perder y evitar prestarnos a esto que hoy nos muestra el chambismo que existe en Acción Nacional…”.
La inconformidad tiene bases legales ¿Habrá alguno -ya sabemos que los magistrados jubilados al vapor no lo hicieron- de los marginados en este proceso que pueda presentar una controversia y clarificar si lo realizado por el Congreso del Estado es legal?
Porque lo establecido en la Constitución Política de México es clarísimo (Art. 116): “Los nombramientos de los Ministros deberán recaer preferentemente entre aquellas personas que hayan servido con eficiencia, capacidad y probidad en la impartición de justicia o que se hayan distinguido por su honorabilidad, competencia y antecedentes profesionales en el ejercicio de la actividad jurídica”.
Más aún, establece que los magistrados de los estados deberán “Poseer el día de la designación, con antigüedad mínima de diez años, título profesional de licenciado en derecho, expedido por autoridad o institución legalmente facultada para ello”. ¡Ah, po’s la reforma de Chihuahua sólo les exige 5 años de antigüedad! ¡Qué importa!
La elección de los magistrados concluyó una cuestionable etapa previa, la de la designación de Gabriel Sepúlveda como Secretario General (luego de no verse beneficiado con la candidatura a la alcaldía de Parral) a pesar de no contar con un año, al menos, de haber terminado su encargo como diputado local. 
Así lo plantea el texto constitucional: “… No podrán ser Magistrados las personas que hayan ocupado el cargo de Secretario o su equivalente, Procurador de Justicia o Diputado Local, en sus respectivos Estados, durante el año previo al día de la designación”, pues, dice la Ley Orgánica del Poder Judicial de Chihuahua (Art. 72) que el “El Secretario General deberá satisfacer, para su designación, los mismos requisitos que exigen las leyes para ser magistrado, con excepción de la edad mínima, que será de veinticinco años”.
Lo que es una contradicción pues a esa edad ¿Cómo es posible que su título tenga una antigüedad de 10 años.
Casi al mismo tiempo, lo que evidenció una total sincronización en la toma de decisiones, el secretario del ayuntamiento de la capital, Fernando Mendoza, fue sustituido por Santiago de la Peña, pero instantes después -por unanimidad- fue designado por el Pleno del STJ como su Secretario General.
¿Cómo podríamos encuadrar las actividades profesionales de Mendoza -más allá de sus capacidades y experiencia en el sector público- dentro de lo señalado por los textos constitucionales? De “antecedentes profesionales en el ejercicio de la actividad jurídica”, si se ha desempeñado como diputado local, secretario del ayuntamiento y antes de estos dos cargos, como dirigente municipal de su partido; en el gobierno de Patricio Martínez como secretario del Secretario Particular del Gobernador, y luego en distintos cargos en el de Reyes Baeza, lo que denota una intensa carrera política, de ninguna manera ligada a la tarea que hoy le asignaron, reservada para un profundo conocedor de todas las materias del Derecho.
¿Cuál es el mensaje que se envía a una sociedad ahíta de justicia y harta de las componendas de los hombres del poder y de la abierta impunidad prevaleciente en la entidad?
Uno muy negativo.
Escuche, de lunes a viernes a las 6 pm, en Chihuahua, Aserto Radio 102.5FM, o por www.antenafm.mx

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jueves, 13 de noviembre de 2014

Misoginia ¿Y algo más?

El Diario, 13 de noviembre de 2014
Luis Javier Valero Flores
La renuncia de la diputada Teporaca Romero a la dirigencia estatal del Organismo Nacional de Mujeres del PRI (OMNPRI) en Chihuahua, por las razones argumentadas en la carta dirigida al presidente estatal del PRI, Alejandro Domínguez, es de extrema gravedad, no sólo para su partido, sino para la sociedad toda.
La acusación de que la dirigencia partidista es misógina no debiera ser tomada a la ligera, ni soslayada como lo ha hecho Domínguez. Está dirigida al partido gobernante en la entidad y que ejerce, en estos momentos, una sólida hegemonía; no es, por tanto, una acusación cualquiera.
Quien lo ha hecho se trata de una militante destacada. Representa al PRI en un distrito de la capital, forma parte de la dirigencia estatal (por dirigir al organismo de las mujeres priistas), posee una larga carrera partidista, ha mantenido un espacio editorial en El Diario de Chihuahua durante años y es, además, por si fuera poco, hija del Secretario General de Gobierno, Raymundo Romero.
Deberá abonarse a su favor, con relación a esta última relación, que la mayor parte de los cargos ocupados en su partido los alcanzó cuando su padre no era parte del actual grupo gobernante.
Es probable que por esa misma libertad (la que le permite esta estructura partidista) con la que ha actuado en la vida política que ha mantenido una relación de camaradería con Lucía Chavira y Marco Adán Quezada, éste el ex alcalde de la capital del estado.
La renuncia de Romero pudiera ser el primer hecho, evidente, tangible de lo que fue una difícil relación entre el ex alcalde y el Gobernador Duarte.
No estará lejos de la realidad que éste haya sido el factor central que pueda explicarnos lo que en otros momentos pareciera inverosímil: Relata Romero que la OMNPRI fue ubicada en un edificio sin agua potable, teléfono ni energía eléctrica.
¿Qué dirigente estatal se atreve a hacerle eso a la dirigente de las mujeres del partido y por añadidura hija del segundo de a bordo en Palacio?
¿O esta actitud, la renuncia y las muy populares respuestas de Raymundo Romero -Pregúntenle a Tachiquín- reflejan la disparidad de opiniones en el seno del gabinete estatal; acaso la disputa por las próximas posiciones y la lucha por la candidatura al gobierno estatal?
Las razones esgrimidas por la diputada Romero no son para desdeñarse, al contrario.
Revela, o insinúa, además, así lo nieguen quienes ocupan las dos sillas principales de Palacio, las divergencias, contrariedades, diferencias (por lo menos de matiz) existentes; inexplicables por otra parte pues bastaba con una renuncia, presentada o solicitada por el titular del Poder Ejecutivo en Chihuahua a su Secretario para que no se hiciesen aparentes y demostrasen que a unas cuantas semanas de la postulación de los candidatos a las diputaciones federales existía unidad al interior del priismo.
Hoy pueden presumir de todo, menos de eso, pareciera que las reyertas están a la vuelta de la esquina, justamente en el peor momento político del gobierno de César Duarte y cuando están a punto de resolver las candidaturas a las diputaciones federales.
Y en eso renuncia Teporaca Romero ¿Cómo es posible que la hija del segundo hombre más poderoso del actual gobierno -por lo menos en el papel- renuncie, no solo de manera tan intempestiva sino, además, tan ácidamente?
La carta de renuncia es escalofriante. La respuesta del dirigente del PRI estatal, Alejandro Domínguez, lo es más: “Se trata de cambios normales en el partido”.
Y es que la diputada dijo que la actual dirigencia del PRI en el estado de Chihuahua “se ha distinguido por su sectarismo, misoginia, falta de inclusión de todas las expresiones al interior, secuestrando al partido con actitudes autoritarias, violentando los derechos políticos de las y los militantes enmarcados en los Documentos Básicos del partido, así como en los ordenamientos internacionales de derechos humanos… he sido violentada institucionalmente por medio de agravios e intrigas agudizadas por la falta de perspectiva de género de la actual dirigencia estatal… la equidad de género, lejos de ser practicada como una mirada de hombres y mujeres en la búsqueda de la igualdad formal y real, es utilizada en demagogia, útil sólo para el discurso”.
Arguye que ejerció un liderazgo que incluyó “a mujeres provenientes de todas las corrientes internas del priismo; dejamos atrás el club de Tobi, lo que molestó a la dirigencia estatal…”. Y dice que en su proyecto (como dirigente del MNPRI) “fui hostigada por esta Dirigencia Estatal, porque nunca estuvieron de acuerdo en mi visión y ejercicio de liderazgo que incluyera a mujeres provenientes de todas las corrientes internas del priismo, dejamos atrás el club de Tobi, esto molestó a la Dirigencia Estatal”.
No son los únicos entuertos. El martes 11, Fermín Ordóñez Arana, dirigente municipal del PRI en Chihuahua, presentó una licencia por tiempo indefinido. Adujo que se lo había solicitado su partido. Pero el dirigente estatal, Alejandro Domínguez Domínguez, “aseguró que Ordóñez pidió separarse de su encargo por motivos personales”. (Nota de Jaime Armendáriz, El Diario de Chihuahua, 12/XI/14).
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domingo, 9 de noviembre de 2014

La regresión, imparable

El Diario, 9 de noviembre de 2014
Luis Javier Valero Flores
Va como si fuera cuento, por desgracia no lo es.
Hubo una vez un país en el que, por lo menos en el papel, gobierno y ciudadanos hacían las cosas. 
Nada era realidad, pero unos y otros asumían que podían mejorar, que podían construir una transición hacia un régimen democrático. Se abrió la competencia electoral y atisbamos tales posibilidades. Para que el proceso arraigara se procedió a abrir distintos espacios a los ciudadanos sin partido y en algunas regiones fueron más adelante, establecieron un arsenal de procedimientos para designar a los integrantes de los organismos electorales, de los órganos derechohumanistas; de los encargados de velar por la transparencia y hasta de los integrantes del Poder Judicial.
Eje central de tales procedimientos lo constituía el examen de conocimientos ¿Obvio, no? ¿Cómo designar a los más capaces sino mediante la medición de los conocimientos sobre la materia de cada uno de los aspirantes?
Más aún, al poner en manos del Poder Legislativo la elección, debía otorgárseles a sus integrantes todos los elementos para que escogiesen a los más preparados en esas materias.
Además, para que no hubiese suspicacias acerca del buen ejercicio de los recursos públicos, se resolvió darle “autonomía” a la Auditoría Superior del Estado (ASE).
Pero ocasión hubo, ya en nuestros tiempos, que al momento de la ratificación de dos magistrados del Supremo Tribunal de Justicia (STJ), uno en 2006 -Marco Emiliano Anchondo Paredes- y otro en 2011 -Carlos Flores Silva- el Congreso violó los procedimientos establecidos.
La justicia federal, a la que recurrieron ambos, le ordenó al Poder Legislativo de Chihuahua ratificarlos.
Y luego, en un proceso de fines del 2013 y a lo largo de este año, nuevamente el Congreso de Chihuahua -pero ya bajo una nueva legislatura- debió soportar un nuevo revés del Poder Judicial Federal que le ordenó realizar de nueva cuenta la designación de dos consejeras del Instituto Chihuahuense de Transparencia y Acceso a la Información Pública (Ichitaip).
El impugnador había obtenido el primer lugar en el examen de conocimientos y el Poder Legislativo había nombrado a quienes ocuparon los últimos lugares en la evaluación.
-Son muchos problemas, mejor cambiemos la ley y desaparezcamos ese engorroso trámite de la celebración del examen de conocimientos y pongamos en manos de los elegidos, como antes, como siempre, la facultad de designar a los nuevos magistrados, se habrá dicho en las alturas del poder en Chihuahua.
-Que no vengan, otra vez, esos enfadosos jueces federales a repartir amparos como si fueran dulces.
Y cambiaron la ley; ahora, en un increíble retroceso jurídico y democrático en Chihuahua, algunos de los hombres más cercanos al titular del Poder Ejecutivo, uno por cada poder, serán los encargados de evaluar a los aspirantes a ocupar una de las 13 plazas vacantes en el Poder Judicial.
¡Ah, previamente, pero cómo no, que se jubilen los que ya deben salir y dejen libres las plazas, al fin y al cabo que se llevan una jubilación milenaria!
¿Y qué creen? A todos los que se les dijo que pidieran su jubilación, obedecieron. Ninguno hizo valer su categoría de hombres y mujeres en quienes estaban depositadas las esperanzas de la administración adecuada de la justicia.
No, todos se “jubilaron”.
Ahora, una auténtica muchedumbre ha solicitado ser incluida en la lista de los “13”.
Duele observar  que entre los aspirantes se encuentren infinidad de militantes del PRI cuya carrera política nada tiene que ver con la aplicación de justicia, casi todos ellos con una trayectoria pública exclusiva en su partido, sólo han hecho política.
¡Ah, pero como se abrió esta oportunidad, en la que no preguntan los conocimientos jurídicos, que no hacen examen de conocimientos y que será la voluntad de Palacio la única, po’s vamos!
¡Y además, por si algo faltara, entre los aspirantes se cuentan algunos de la oposición blanquiazul! Seguramente le apuestan a que el “reparto” sea “incluyente”.
Ya tienen experiencia. Hace algunos años, César Jáuregui Robles pasó del Comité Nacional del PAN ¡Al Consejo de la Judicatura Federal!
¡Qué tristeza! ¡Qué retroceso tan grande!
Pero las consecuencias no serán solamente para la sociedad, también para el partido gobernante. Estas maneras de designar dejará innumerables heridas. No se puede desconocer que existen un gran número de militantes y funcionarios públicos que han hecho carrera, que se han preparado pensando en ocupar, en algún momento, algunas de las posiciones en estas dependencias.
¿Qué pensarán si en adelante poco importan la preparación, los cursos, maestrías y doctorados realizados si al final quien resolverá lo hará sin tomar en cuenta esas pequeñas cosas?
¿Qué no es cierto? ¿Entonces porqué designaron en el Ichitaip a quienes ocuparon los últimos lugares en las calificaciones obtenidas en el examen? ¿Porqué quitaron el examen de conocimientos para designar a los magistrados, con el voto de los diputados panistas?
Por supuesto que estas maneras no son exclusivas de la actual administración, siempre se ha hecho así, lo preocupante es que ahora se hará en un grado superlativo, sin parangón en la historia de Chihuahua en los últimos 50 años.
Gravísimo.
Lo que hoy estamos viviendo ya lo habíamos protagonizado o sufrido. La diferencia, sólo, es de grado, pero el deterioro es inconmensurable, estamos asistiendo a un proceso que desgasta a todos, a la sociedad en primer lugar, al proceso democrático y hasta al partido gobernante en Chihuahua.
Recién salimos de la cresta de la oleada violenta más severa de la historia del Estado Grande y sus efectos se prolongarán años, probablemente décadas; no los habremos de superar, ni rápida, ni fácilmente.
Lograrlo requiere, sí, de la participación activa de la mayoría de la sociedad, pero fundamentalmente de la clase política, la que tiene la exclusividad del ejercicio de la función pública y ésta debería (¡Ah, los sueños de los optimistas!) actuar en el sentido de profundizar la vida democrática.
Y si lo anterior mueve a la indignación, lo realizado por el Congreso del Estado en relación con la Auditoría Especial del Aeroshow, efectuada por la ASE, va en el mismo sentido.
Casi no debemos agregarle nada. El dictamen dice, para regresarle el informe a la ASE, que ésta realizó “una serie de observaciones las cuales fue imposible valorar por parte de la Comisión de Fiscalización de esta Soberanía (sic), por carecer de una debida motivación y fundamentación, por lo cual esta Comisión carece de los elementos objetivos para fincar alguna responsabilidad”.
En buen cristiano, como no encontraron elementos para acusar al ex presidente municipal, Marco Adán Quezada, ¡Po’s devuélvase! ¡Hágase de nuevo hasta que salga bien!
¡Híjole!
Bueno, no fueron las únicas cosas deplorables de la semana.
El miércoles, los rectores de la Uach y de la URN, así como los de las Universidades Tecnológicas y los directores de todos los planteles del Colegio de Bachilleres lincharon mediáticamente al Lic. Jaime García Chávez, a través de sendos desplegados periodísticos, excesivamente molestos porque éste demandó al gobierno de Chihuahua ante la PGR, la FGE y la Comisión Nacional Bancaria.
El penúltimo párrafo de ese mamotreto, que avergüenza a los universitarios por el lenguaje y la adjetivación usadas, es de antología. Dice así: “… Exigente de la transparencia (se refieren a JGCh) ante los órdenes de gobierno, esta persona firma sus desplegados y escritos sin aclarar los cuantiosos e inexplicables recursos que maneja, con opacidad e incongruencia”.
Bueno, pues estos firmadores de desplegados tampoco nos dicen quien pagó y ya que le entraron al debate, que se inscriban como testigos de descargo en la denuncia presentada por el abogado.
Cosas de la política, cuando el Congreso del Estado decidió no ratificar al magistrado Marco Emiliano Anchondo, violando el procedimiento, porque no fundaron ni motivaron su decisión, el entonces diputado perredista, Jaime García Chávez, defendió el voto de la mayoría. Dijo: “No hay en la decisión del Congreso ninguna venganza política”. Y se escudaría en el precepto constitucional para no informar del sentido de su voto. (Nota de Nadia Sosa, Omnia, 8/IX/06).
No, no la había, el régimen se desquitaba de la decisión del hermano de Marco, Víctor, de postularse como candidato a senador ¡Por el PRD!
Luego, la justicia federal le pondría un sopapo al Poder Legislativo de Chihuahua y le ordenaría ratificar, sin más, al magistrado. 
Ahí permanece, aún.
Escuche, de lunes a viernes a las 6 pm, en Chihuahua, Aserto Radio 102.5FM, o por www.antenafm.mx

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jueves, 6 de noviembre de 2014

¿Qué hacer con la sierra?

El Diario, 6 de noviembre de 2014
Luis Javier Valero Flores
Más de una treintena de muertos, a causa de los enfrentamientos entre los grupos criminales en las últimas tres semanas en la región de Guachochi, vino a poner en el tapete de la discusión el tema de la supuesta superación de los índices de violencia prevalecientes en Chihuahua.
Mostró, además, como en muy pocas ocasiones, independientemente de la concordancia o no con sus actos de gobierno, una tardía respuesta del gobernador César Duarte.
Y por si le faltara, exhibió el desapego de la diputada priista, Mayra Díaz, a su distrito y su falta de información de lo que ocurre en él, pues aseguró que a raíz de los enfrentamientos armados en la zona, la Gendarmería Nacional estaba realizando “acciones de vigilancia en coordinación con el Gobierno del Estado”. (Nota del Staff, El Diario de Chihuahua, 4/XI/14).
¡Ah, po’s muy bien!
Pues nada, fue refutada por el mismísimo Gobernador Duarte, quien afirmó que dicha fuerza policiaca “todavía” no está en Chihuahua y que aún se analiza la posibilidad de solicitar la presencia de este grupo, recientemente creado por el Gobierno de la República. (El Diario de Chihuahua, 5/XI/14).
Y esto, de hacerse, dijo, sería de manera sorpresiva y sin previo aviso.
¿Y entonces, de donde sacó su información la diputada? ¿Será, por ventura, que los mandos policiacos de la federación no le avisaron al primer mandatario de Chihuahua, pero sí a la “representante popular” de aquella zona?
N’ombre, es otro episodio del “apego” de los funcionarios públicos a los problemas de sus representados. Ejemplo de lo cual también lo es el alcalde de Guachochi, quien, después de uno de los enfrentamientos, declaró que todo estaba en paz, que en la cabecera municipal se advertía un clima pacífico.
De estos enfoques sobre la seguridad pública también hay que desentendernos de las declaraciones del fiscal zona sur, Octavio Ledezma, quien afirmó “que al tratarse de asuntos ligados con el crimen organizado no existen riesgos que puedan afectar a la sociedad civil”, independientemente, como es el caso, de que los criminales efectúan una gran cantidad de acciones en contra de la sociedad.
El terror está instalado en aquella región, en la que, de acuerdo con numerosas versiones, es un hecho cotidiano la instalación de innumerables retenes por los delincuentes.
Aún suponiendo que tales versiones no fueran ciertas podemos preguntarnos ¿Cuántos vehículos tripulan los delincuentes en los enfrentamientos? Los serranos hablan de convoyes de hasta 50 vehículos ¿Y nadie los ve?
Hace años, hubo un accidente en el tramo carretero Villa Ahumada-Juárez. Una unidad de Omnibus de México chocó contra un trailer que transportaba varilla. La mecánica del accidente era inexplicable, el autobús se había incendiado y los peritos creían que lo había hecho al momento del impacto, pero no había una explicación técnica. Meses después informaron de los hallazgos. 
Resultó que la vigilancia realizada a través de satélites demostró que el motor del camión se incendió.
Si la carretera Juárez-Chihuahua es vigilada de esa manera ¿No se podría “voltear”, tantito, el satélite hacia la sierra, orgullo de los chihuahuenses y de esa manera saber, de alguna manera, qué ocurre en ella y utilizar esa tecnología en detectar el movimiento de tantos vehículos, a muy altas velocidades?
Durante la actual administración estatal, especialmente en los dos años más recientes, han insistido en que la sierra no es territorio de los grupos criminales, que los retenes instalados por éstos ya no se presentan.
Si nos abstraemos de las múltiples denuncias ciudadanas, de los comentarios de quienes residen allá, o de los relatos de sus familiares. Esto es, que creyéramos que las bandas criminales dejaron de tener el control de las carreteras de la región serrana, que ya no instalan sus retenes y que el tránsito de personas se puede hacer con toda tranquilidad, hay un hecho que es para espantarnos.
Uno de los grupos criminales, atravesando decenas y decenas de kilómetros, de la región que dicen los gobernantes está bajo resguardo de las autoridades, pudo trasladar los cadáveres de ocho de sus integrantes, heridos o caídos en uno de los enfrentamientos en el municipio de Guachochi y dejarlos a las puertas de una funeraria ¡En Madera!
¿Quién puede realizar semejante maniobra? ¿Quién se los permite?
Escuche, de lunes a viernes a las 6 pm, en Chihuahua, Aserto Radio 102.5FM, o por www.antenafm.mx

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domingo, 2 de noviembre de 2014

Otra de la Tremenda Corte

El Diario, 2 de noviembre de 2014
Luis Javier Valero Flores
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), declaró la improcedencia de las consultas propuestas por Morena y PRD. Días atrás había resuelto lo mismo para la propuesta de consulta popular, promovida por el PAN, sobre el aumento del salario mínimo.
Se concretó de esta manera una de las más sucias maniobras gubernamentales para echar abajo una de las principales transformaciones generadas por la Revolución Mexicana, la expropiación petrolera, que bajo el amparo de una nueva concepción, la de que el Estado le podía imponer las modalidades que impusiera el interés público, le permitió a los gobiernos de la república, hasta el de José López Portillo, transformar al país y mantener un crecimiento económico superior al 5% sexenal.
Las reformas “estructurales” llevadas al cabo por los partidos integrantes del Pacto por México -PRI, PAN y PRD- fueron acompañadas de otra reforma -igualmente de fondo- la que norma las consultas populares.
Esta tríada de partidos -unos bajándose de una reforma y subiéndose en la otra, pero en todas bajo la hegemonía y conducción del PRI y Enrique Peña Nieto- aprobaron quitarle a la sociedad mexicana la posibilidad de que con sus votos pudiesen determinar las políticas públicas.
Establecieron la imposibilidad de modificar ¡La Constitución General de la República! y agregaron una tramposa prohibición, la de que no se podía poner a consulta las actividades que pudiesen afectar los ingresos del Estado mexicano.
Víctimas de sus propias decisiones, al aprobar en el Pacto por México la reglamentación restrictiva de las consultas populares, ahora las cúpulas del PRD y PAN, afrontan una derrota en sus aspiraciones de poner en el debate público asuntos que por su naturaleza no debieran tener restricciones para que fuera la voluntad ciudadana la que las resolviera.
La determinación de la SCJN es gravísima, es probable que López Obrador tenga razón y estemos frente a uno de los peores agravios jamás realizados. La actual legislatura, al reglamentar la celebración de las consultas e impedir, en la práctica, que puedan ser sometidas al arbitrio ciudadano una buena cantidad de asuntos, especialmente todos los ligados a los recursos naturales de la nación, los mismos que tienen que ver, por su naturaleza, con los ingresos del Estado Mexicano.
Los ministros desaprovecharon una magnífica oportunidad para debatir sobre este tema y elaborar rumbos en esta materia.
Ciertamente están impedidos a cambiar el texto constitucional, pero podían haber concluido que en materia de los energéticos, la discusión no es un asunto  de ingresos y egresos del Estado Mexicano, sino de algunos de los asuntos mas trascendentales, como la rectoría del Estado en esas materias, la priorización del interés público sobre el privado, etc.
No lo hicieron y ahora se convierten en meros legitimadores del atraco nacional. ¿Qué asunto de la vida pública de la nación no involucra, desde el punto de vista más general, los ingresos y egresos del Estado Mexicano?
¿O, como lo redactaron los legisladores federales, curiosamente adelantándose a la posibilidad de que una consulta popular echase abajo las reformas constitucionales, que se trató, no de los ingresos y egresos del "Estado", sino del gobierno mexicano? Y ahí cambia totalmente la acepción, la prohibición constitucional para someter a consulta popular los ingresos y egresos, aprobada recientemente, es para los asuntos directamente vinculados al gasto público y no al del Estado.
No lo vieron así los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al declarar improcedente, es decir inconstitucional, la pretensión de someter a consulta popular la reforma energética.
Es una postura contraria totalmente a la de quienes debieran ser garantes de la soberanía popular. Los ministros tienen en sus manos la posibilidad de la defensa de los derechos y decisiones de los mexicanos -¿y qué mejor oportunidad que la de garantizarle a la sociedad la posibilidad de que sean los ciudadanos los que resuelvan si se entregan al capital privado, los recursos nacionales, o si se mantienen como propiedad de la nación?
Con el voto en contra del ministro José Ramón Cossío, la mayoría descalificó las preguntas formuladas por ambos partidos –por separado– al sostener que eran confusas y carecían de objetividad.

El presidente de la Corte, Juan N. Silva Meza, y otros ministros justificaron su determinación, al afirmar que no fue decisión del tribunal establecer cuáles son las materias que no pueden ser objeto de este novedoso mecanismo de participación ciudadana.
José Ramón Cossío sostuvo que las consultas eran procedentes en razón de que constituyen un derecho político, previsto en el artículo 35, fracción VIII constitucional, y que la interpretación de los derechos humanos debe ser la más benéfica para las personas.
Esta era la pregunta sometida al criterio de la Corte: “¿Estás de acuerdo o no en que se otorguen contratos o concesiones a particulares, nacionales o extranjeros para la explotación del petróleo, el gas, la refinación, la petroquímica y la industria eléctrica?”
Olga Sánchez Cordero, autora del proyecto de dictamen, a pesar de que su argumentación central en contra de la constitucionalidad de la pregunta consistía en que se pretendía reglamentar o restringir los ingresos del Estado, adujo que la Constitución nunca hablaba de concesiones, a la que se refería la pregunta de Morena, y siempre de asignaciones y de contrataciones.
Erigida en defensora de la reforma energética, abstrayéndose del debate existente acerca de los alcances de la reforma, y que los legisladores impulsores de los cambios tramposamente eludieron usar el término de concesiones para simular que era solamente un nuevo mecanismo de manejar los hidrocarburos, pero sin que el Estado “deje de tener la rectoría” en esta materia, como tanto pregonaron los impulsores de la reforma.
Así, la ministra Sánchez estableció que esa reforma tenía la “finalidad toral de obtener ingresos que contribuyan al desarrollo a largo plazo de la nación, por lo que su relación es directa con los ingresos del Estado, respecto de los cuales no es posible que tenga verificativo la consulta popular”.
"Tratándose del petróleo y de los hidrocarburos sólidos, líquidos o gaseosos, en el subsuelo, la propiedad de la Nación es inalienable e imprescriptible y no se otorgarán concesiones. Con el propósito de obtener ingresos para el Estado que contribuyan al desarrollo de largo plazo de la Nación", habría citado el artículo 27  constitucional la ministra Sánchez Cordero.
El artículo 35 de la Constitución establece que no pueden ser objeto de consulta popular la restricción de los derechos humanos, la materia electoral, los ingresos y gastos del Estado, la seguridad nacional y la organización, funcionamiento y disciplina de la Fuerzas Armadas.
El único ministro que respaldó la consulta fue José Ramón Cossío, quien sostuvo que los beneficios de la extracción de energéticos no pueden considerarse ingresos de manera directa, y que al ser la consulta popular un derecho fundamental, debe interpretarse de manera favorable al ciudadano.
Si la ministra hubiese alegado que se afectaban los ingresos del gobierno, tendría razón, pero con su alegato, ahora resulta que la única vía para acrecentar los recursos del Estado es otorgando asignaciones y contrataciones a la empresa privada ¿En dónde se encuentra la pretensión de disminuir los ingresos del estado, si se mantuviera el control estatal sobre la explotación y usufructo de los hidrocarburos? 
¿Porqué deduce la ministra que la oposición a la reforma energética implica la disminución de los ingresos? ¿Porqué no pensar al contrario, que es para mantenerlos y, aún más, elevarlos, defendiéndolos de la depredación empresarial?
La ministra Margarita Luna Ramos fue más lejos, planteó que era  "inaceptable que la consulta nos lleve a la posibilidad de una reforma a la Constitución".
Lo leyó bien, la ministra se opone a que las decisiones populares cambien las reformas en materia constitucional, es decir, para manosear la Constitución General del país, solo los legisladores. Ha de ser por su origen divino. Por nueve votos a uno se aprobó el proyecto de Sánchez Cordero. 
Y como tenían prisa, de inmediato resolvieron sobre la consulta planteada por el PRD. La misma ministra, Sanchez Cordero, dictaminó  "la improcedencia de la petición por estar relacionada con ingresos y gastos del Estado" y los ministros se apresuraron, todos, a declarar que "su postura no restringía los derechos humanos".
 No, que va, todo lo contrario ¿Qué más violación quieren que impedirle al pueblo de México la posibilidad de ser consultado sobre los asuntos más importantes de la vida nacional, independientemente de si afectan, o no, los ingresos del Estado mexicano?
Al contrario, muchos estamos seguros que la reforma energética sí afectará los ingresos del gobierno mexicano, que disminuirán sensiblemente y que la consulta es un mecanismo de las sociedades modernas para hacer que se involucre en las decisiones gubernamentales a la población y no sean los políticos los únicos que tengan capacidad de resolver sobre los asuntos de todos.
Apenas el domingo anterior, el ex candidato presidencial de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, en un acto multitudinario en el Zócalo -otra vez-, había prevenido sobre la posibilidad de que la Corte declarara inconstitucional su pregunta. Al conocerse la decisión de los ministros, afirmó que habían “violado la Constitución y le negaron al pueblo de México su derecho a decidir, por ahora, sobre el manejo soberano de los recursos energéticos”.
Y tales determinaciones las toman cuando el centro del país está que arde, en el momento que un pueblo enardecido, el guerrerense, ha “tomado” 25 alcaldías, cuando miles y miles de mexicanos se suman a la indignación generalizada de las torpes, erráticas, antipopulares maneras de gobernar de los partidos del Pacto por México, sólo nos faltaba la aportación de la “Tremenda”. Trespatines es un sabio de las leyes frente a nuestros ministros, los de la realidad.
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