domingo, 28 de febrero de 2010

Precampañas inéditas

El Diario, 28 de febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
A pesar de lo que se diga, Chihuahua es una entidad bipartidista y en esta ocasión no cambiará, de ahí que lo hecho por priistas y panistas acapare la mayor de las atenciones. Ambos partidos culminan sus precampañas en momentos y condiciones distintas, diríase que hasta antagónicas.
En tanto el PRI, rejuvenecido su método tradicional para designar a sus candidatos, el “dedazo”, ahora múltiple, paseó literalmente a su virtual candidato –César Duarte- y se regodeó en un ambiente festivo casi hasta el hartazgo y mostrando (salvo que algunos de los aspirantes a las alcaldías de Juárez y Chihuahua se inconformaran) una inusitada unidad, presumiendo, como si ese fuera un mérito, que la “operación política” para encontrar a su candidato a la gubernatura, había sido un éxito.
¡Increíble, nunca creímos llegar a los tiempos en que se elogiara tan abiertamente la designación cupular de los candidatos!
Pero salvado tan “estorboso” inconveniente, lo cierto es que una extensa mayoría del PRI ha mostrado su anuencia al proceso y el día de hoy Duarte será aclamado por miles como su candidato, con un fervor, quizá mayor al mostrado por los seguidores de Reyes Baeza seis años atrás, pero que mostrará cuán rezagado se encuentra ese partido de la tan necesaria cultura democrática para acudir a procesos electorales internos y salir de ellos sin raspaduras.
El problema es que no es el único partido en tales condiciones. A pesar de todo, la percepción generalizada es que el PRI chihuahuense se encuentra en uno de sus mejores momentos, no tanto por su fortaleza interna sino por la creciente debilidad de su principal, y quizá único adversario, el PAN, quien atraviesa precisamente por la situación contraria.
Si debiera ubicarse uno de los principales rasgos de las actuales precampañas, éste sería el de la conflictiva elección blanquiazul, ahora agravada por el hallazgo, por los regidores priistas, de material electoral a favor de Carlos Borruel en las oficinas del Instituto Municipal de Planeación de Chihuahua, en el que las acusaciones de los priistas se enderezan en contra de la subdirectora, María Guadalupe Avitia, coincidentemente también mencionada en la denuncia presentada por Pablo Cuarón ante el órgano interno electoral del PAN, en contra de funcionarios municipales de las administraciones dirigidas por panistas en Chihuahua, Jiménez, Nuevo Casas Grandes, Parral y Satevó.
No es el único hecho, presuntamente ilícito, cometido por el equipo de Borruel; a los dos mencionados se le suma el no suficientemente aclarado incidente de sus escoltas, que ahora sabemos, gracias a las declaraciones del jefe de la policía municipal capitalino, que el erario municipal les pagó por lo menos la mitad de sus percepciones en la función de cuidar a Borruel, todo ello de manera ilegal.
Y ya encarrerados, Pablo Cuarón presentó otra demanda contra su adversario, basado en la sanción aplicada por el IEE, en contra de Borruel, por la comisión de actos anticipados de campaña ¡Uff!
Con tales antecedentes, se esperaba que el foro realizado por los precandidatos panistas el martes anterior se convirtiera en un verdadero zipizape. Salvo algunas frases aisladas, fue la repetición cansina de frases, lugares comunes, viejísimas y muy generales propuestas. Carlos Borruel hizo una propuesta estremecedora. Dijo que de llegar al gobierno realizaría una contrarreforma penal. Sí, lo leyó bien, una contrarreforma. Quizá no entendamos lo mismo, pero hacer una contrarreforma significa derogar la reforma y regresar a la situación anterior. De entender lo mismo, Borruel estaría proponiendo que regresáramos al viejo sistema penal anterior ¡Ni de locos!
Por si le faltara algo al PAN, por puritita coincidencia, el PRI anunció el mismo día del foro de los panistas, la renuncia de Marco Adán Quezada a la dirigencia estatal –y seguramente encaminarse a la candidatura a la alcaldía capitalina- y con ello le quitaron los reflectores al evento blanquiazul.
De este modo, el escenario del día de hoy no se presenta halagüeño para los panistas, puede, incluso, agravarse si se presentaran –como muchos pensamos puede suceder- anomalías graves en la elección interna.
Los priistas, sobre todo los dirigentes nacionales y los gobernantes estatales emanados del PRI, asistentes a la toma de protesta de Duarte, pueden tener un muy agradable día que probablemente no se repita mucho en el resto del año en las otras entidades que realizarán elecciones.
El mítico escenario esperado por el PRI en las elecciones locales del 2010 se le ha difuminado y le han aparecido nubarrones en varias de ellas, en las que corre el riesgo de sufrir, por lo menos, elecciones altamente competidas, gracias, sobre todo, a la alianza de panistas y perredistas han pactado en Oaxaca, Durango, Hidalgo y previsiblemente Sinaloa, en las que, salvo Oaxaca, llevarán como candidatos a personajes emanados del PRI y que les pueden causar verdaderos dolores de cabeza, especialmente en la cuna de Benito Juárez y nuestra vecina Sinaloa (En Durango habremos de esperar la concreción de las alianzas, especialmente la postura del PT de sumarse o no a PAN-PRD) y aún resta ver el costo del cambalache del aumento al IVA para impedir la concreción de alianzas en las elecciones estatales. Es muy pronto para apreciar el enojo ciudadano a tan vergonzosa negociación, que le puede costar a Fernando Gómez Mont la Secretaría de Gobernación y que evidenció el espíritu verdaderamente mercantilista de las cúpulas priistas y panistas.
De ese modo, Chihuahua se vislumbra para el priismo como la del escenario ideal, con el agravante, para el PAN, que en esta entidad era su granero de votos. Ahora no se percibe así y no sería aventurado pronosticar un muy mal resultado para el panismo en las elecciones de julio próximo.
Queda en el aire el comportamiento de los electores de Juárez, en la que sería muy aventurado lanzar algún pronóstico pues los acontecimientos de las últimas semanas influirán grandemente en el ánimo de los electores, de los que acudan a votar, porque sin duda alguna el abstencionismo será el fenómeno estelar de las elecciones en el antiguo Paso del Norte, pues el hartazgo popular ha crecido enormidades y el rechazo a todos los partidos y candidatos crece sin parar.
Los sucesos de Juárez mostraron que el factor nacional puede ser uno de los rasgos más importantes de los procesos electorales del presente año. Dos eventos, coincidentemente generados por el equipo de Felipe Calderón, pueden ilustrar la forma en que los gobernantes federales pretenden influir en las elecciones estatales, seguramente con el ánimo de colaborar en el triunfo de sus compañeros en la búsqueda de posiciones locales, pero con toda seguridad pensando en la próxima elección presidencial.
El primero de ellos es el ya relatado en esta columna, cuando Calderón y su equipo pretendieron resolver la forma en que se atacaría la problemática juarense, a partir de la masacre de Villas de Salvárcar, sin la injerencia de los gobiernos municipal y estatal, lo que motivó la airada respuesta del Gobernador Reyes Baeza y su inesperada propuesta de trasladar los poderes locales a Juárez.
La acusación implícita en las quejas de Reyes Baeza, era la de que se pretendía ejercer recursos federales extraordinarios con objetivos electorales.
El otro evento es el de Yucatán, que celebrará elecciones de mitad de sexenio en mayo. El equipo de Calderón, en contubernio con el alcalde de Mérida, también de origen panista, pretendió celebrar sendos actos en la capital yucateca, sin la participación, en la preparación, de la mandataria Ivonne Ortega.
Más aún, sabedores de que la gobernadora de origen priista estaría presente en uno de los actos, habían preparado una gran rechifla para ella pues los invitados al acto lo habían sido por las estructuras de gobierno controladas por los panistas. En el colmo, habían dotado de más de tres mil personas con camisetas con una leyenda: “Yo le chiflo a Ivonne”.
La firmeza de la gobernadora obligó a Calderón a comprometerse personalmente a detener tal agresión, de ahí la frase –díganme si se comprometen, si no para irme-.
Si tal es la actitud de Calderón, podremos augurar que el verano político será extremadamente caliente, para nuestra desgracia, pues si la presidencia de la República, igual que en tiempos de Fox, pretende influir ilegalmente en los comicios, otra vez, el país caerá en la polarización política.
Y todo por la lucha por alcanzar o mantener el poder…
Correo electrónico: Aserto1@netscape.net
Blog: http://luisjaviervalero.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario