martes, 2 de febrero de 2010

Como en Irak ¿Hasta cuándo?

El Diario, 2 de febrero de 2010
Luis Javier Valero Flores
Tan solo en Juárez, el fin de semana anterior, la cifra de ejecutados (43) superó al atentado suicida acaecido en Irak, cuando una mujer hizo explotar los explosivos que portaba en su cuerpo, con lo que murieron 41 asistentes a un acto religioso en Kerbala, al norte de Bagdad.
Las razones de esa mujer, si bien no se justifican, se explican por la elevada intolerancia prevaleciente en los conflictos religiosos, presentes en ese país de muchos siglos atrás y exacerbados a raíz de la ocupación norteamericana, pero asesinatos masivos como el ocurrido en la noche del sábado anterior, en una colonia popular de Juárez, no la tienen, por lo menos racionalmente, ni siquiera en el contexto de la sangrienta guerra (esa sí) sostenida entre los cárteles de la droga cuyo escenario es la metrópoli mundial de la industria maquiladora.
¿Cómo explicar que un comando armado acribille, metódica, salvajemente, a decenas de jóvenes –con el saldo, hasta la mañana del lunes, ascienda a 15 muertos- sin ninguna razón aparente, en el medio del júbilo de una victoria deportiva y en el que, ostensiblemente, no se trataba de un grupo de vendedores de drogas, ni de actividades conectadas a ese que se nos ha convertido en un verdadero flagelo, y que, a lo sumo podría encontrarse en ese grupo, alguno de los jóvenes ligado a actividades delictivas, pero que no se trata, como en el caso de los ataques a los centros de rehabilitación, de grupos de individuos con antecedentes de consumo y/o distribución de drogas?
No, se trataba de un grupo cuyo vínculo, claramente, era el deporte, con la suficiente raigambre social como para que los propietarios de las casas, sabiendo que festejo se trataba, accedieron a prestárselas a fin de que celebraran en mejores condiciones su triunfo beisbolero.
En Irak, al igual que aquí, celebrarán elecciones, allá, legislativas en marzo, y acá, las generales de julio.
¿Tienen similitudes?
Por supuesto que no. Pero, por lo menos formalmente, no sufrimos la devastación general a consecuencia de un conflicto bélico y las actividades productivas –las de Juárez, si bien han sufrido un quebranto mayor, no están suspendidas- no han sufrido alteraciones irremediables en el corto y mediano plazo, y no estamos ante la presencia de una ocupación militar, bajo el sambenito de “preservar” de democracia; pero en el número de homicidios a causa de otro conflicto violento, y en las consecuencias derivadas de los elevados grados de impunidad, sí que nos parecemos.
Pero a diferencia de Irak, acá contamos con autoridades legales y legítimamente electas, las cuales no son impugnadas, ni por su origen, ni por las facultades legales que poseen. El problema estriba en la escandalosa incapacidad e ineficiencia mostradas a lo largo de, por lo menos, en la actual racha criminal, casi dos años, lapso en el cual los niveles de impunidad y de crecimiento de cifras delictivas se han disparado, y aspecto más preocupante, -para la mayor parte de las actividades productivas de Juárez y Chihuahua, extremadamente dependientes de las inversiones extranjeras- la percepción popular acerca de la inseguridad se ha catapultado a niveles no conocidos por los chihuahuenses de más de un siglo.
Y si contamos con tales autoridades y olas criminales de las características aquí señaladas ¿Por qué, después de 23 meses de ocupación federal, no hay resultados tangibles de la operación –quien sabe cómo se llame- y sí incrementos de crímenes como el ahora lamentado?
¿No es hora de efectuar cambios estratégicos, conceptuales, en el combate al tráfico y consumo de drogas y, sobre todo, encontrar a los grupos financieros criminales que son, esencialmente, los jefes del tráfico de drogas, pues pueden, las autoridades, continuar deteniendo a cientos, miles, de sicarios, distribuidores y vendedores de drogas que al fin y al cabo los jefes siguen impertérritos y el negocio como si nada pasara?
Correo electrónico: Aserto1@netscape.net
Blog: http://luisjaviervalero.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario