viernes, 1 de octubre de 2010

Sr. Gobernador, no publique la contrarreforma

El Diario, 1 de octubre de 2010
Luis Javier Valero Flores
El miércoles, en una memorable sesión, (y no por los efectos benéficos de ella) la actual legislatura, a unas horas de terminar su gestión, le dio un terrible cerrojazo a la administración encabezada por José Reyes Baeza: aprobó una increíble contrarreforma en el derecho de los chihuahuenses al acceso a la información pública.

Lo hizo con todas las agravantes, prácticamente a escondidas de una sociedad ahíta de buenas noticias, desesperada por la crisis de seguridad pública y atónita ante el linchamiento de los secuestradores de Ascensión y el asalto al C-4.

No es lo único lamentable. El 7 de mayo, esta misma legislatura aprobó por unanimidad unas muy bienvenidas reformas a la ley de transparencia. Sin embargo, entre el Congreso del Estado y la oficina del titular del Poder Ejecutivo tal reforma tardó casi cuatro meses en llegar. Finalmente, Reyes Baeza la publicó el 13 de septiembre.

Ahí el último acto memorable de la legislatura. El 22, por oficialía de partes, el grupo parlamentario del PRI, arrepentido de su voto de mayo, introdujo una iniciativa de ley en materia de transparencia y acceso a la información pública que fue turnada, no a ésta comisión específica, presidida por un diputado de oposición, sino a la de gobernación, presidida por un priísta, Jorge Neaves.

Dueños de los tiempos, los controles parlamentarios y el oscurantismo, la dictaminaron, y apenas el martes por la noche, muy tarde, el dictamen fue conocido por algunos asesores de los grupos parlamentarios, incluido legisladores del PRI. Al día siguiente, al más puro estilo de Francisco Barrio, es decir, Fast track, fue aprobada por los diputados del PRI, PANAL y PT y el rechazo de los diputados del PAN y el PRD.

De manera inesperada para quienes pensamos que tales no son los propósitos de Reyes Baeza, nos encontramos con la terca realidad (¡Oh, cómo nos la topamos tan frecuentemente). Entre la mayoría parlamentaria, el PRI, y el titular del Poder Ejecutivo, se tardaron tres meses en publicar reformas progresivas y sólo unos cuantos días en aprobar la contrarreforma respectiva.

Señor gobernador, pocas veces he usado este mecanismo para dirigirme a usted (independientemente de que el trato ha sido abierto y de la manera como lo hacemos los norteños, tuteándonos) pero si se tardó tanto tiempo en publicar las reformas de mayo, bien haría en no publicar la contrarreforma, habida cuenta que el periódico oficial del gobierno del estado se publica miércoles y sábados.

No efectúe un acto del cual se arrepentirá por las gravísimas secuelas de opacidad que le dejará a su gobierno. Deje que los nuevos gobernantes reinicien el camino de efectuar las reformas necesarias para avanzar en esta materia, tan ilustrativa de los grados de desarrollo democrático alcanzados por una sociedad determinada, y que ahora tanto deploramos.

Que uno de sus últimos actos de gobierno no sea el de legalizar la opacidad.

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