martes, 12 de octubre de 2010

Calderón: ¿Nueva estrategia?

El Diario, 12 de octubre de 2010
Luis Javier Valero Flores
No sólo por las facultades expresas y las distintas responsabilidades de los diversos niveles de gobierno, sino por la capacidad y recursos de todo tipo bajo su mando, es el gobierno federal el principal responsable del combate al narcotráfico y en general al crimen organizado. Sin duda alguna, los gobiernos locales también tienen sus propias responsabilidades y los esfuerzos, o las omisiones que realicen en esa tarea deberán considerar tales limitantes.

Esas variantes deberán tomarse en cuenta al momento de resolver si en realidad se necesita un cambio tan drástico en materia de los organismos policiacos, con la propuesta de decretar la existencia de policías únicas, ya sea con la variante de 32 estatales o una sola policía nacional. Felipe Calderón ha insistido en que uno de los principales problemas en el combate a esos delitos lo constituyen las policías locales, dejando de lado que la infiltración de las policías federales es proverbial, tanto, que ha necesitado echar mano de las fuerzas armadas.

Por ello importa reflexionar sobre la que parece ser ya una determinación del nuevo gobierno estatal –y afirman los nuevos alcaldes de Juárez y Chihuahua– consensuada con los más altos mandos del Ejército Nacional, esto es, la de designar en los mandos de las direcciones de seguridad pública en Chihuahua a militares, ya sea en activo o retirados. Tal medida se ha decidido extender, al parecer, también a mandos inferiores e, incluso, en el caso de la Policía Única estatal, al total de sus integrantes.

En la elaboración de tal estrategia, indudablemente, influyó Felipe Calderón, y los gobernadores recientemente electos debieron coincidir, de tal modo que lo efectuado por los nuevos gobernantes chihuahuenses –y la decisión de realizar la reunión de ellos con Calderón– al parecer obedece a una estrategia nacional, en la cual va aparejada la intención de Calderón por sostener mejores relaciones con los mandatarios que las sostenidas por sus inmediatos antecesores. Ojalá así sea.

Si tal es el espíritu de colaboración y de coordinación entre esos dos niveles de gobierno, en los cuales participan militares en uno y otro, hará que se antoje inaceptable la falta de coordinación en el futuro entre las policías municipales, la estatal y las agrupaciones federales y más aún, que se alegue la diversa competencia para no emprender acciones certeras en el combate al narcotráfico y mejoramiento del resto de los índices delictivos.

Además, la incorporación de militares que ya cuentan con antecedentes de haberse desempeñado como mandos policiacos civiles, debiera convertirse en una drástica disminución de los ya preocupantes niveles de violación de los derechos humanos cometidos por elementos militares en distintos lugares del país y que ha motivado la disminución, o posposición, de la entrega de distintos recursos económicos internacionales, equipos y armas, debido a las cláusulas de los convenios referidos a tales rubros en los cuales se condiciona dicha entrega al respeto de las garantías constitucionales, por el ejército, de la población. Y ahí aparece otro signo preocupante, se dirá que, dada la gravedad de la situación, menor; pero no es así.

Tal hecho es el de la muy activa participación del embajador norteamericano, Carlos Pascual, en las reuniones de seguridad pública quien ha estado en Juárez en por lo menos tres ocasiones, todas originadas por el agravamiento de la inseguridad, pero en las que parece asistir a fiscalizar la actividad de los agrupamientos policiacos, en una inaceptable acción intervencionista, que no colaboradora en el combate al delito, independientemente del monto de los recursos aportados por el gobierno norteamericano, a través de la Iniciativa Mérida, notoriamente insuficientes para el tamaño del problema.

Finalmente, y dadas las nuevas circunstancias políticas, ojalá que los nuevos mandatarios asuman nuevas conductas y posturas frente al gobierno federal; no basta con declarar su apoyo a “la lucha de Felipe Calderón”, es insostenible asentar que alguno de los gobernadores no esté de acuerdo en tal combate, pero el apoyo no puede ser incondicional, es más que evidente el fracaso de la actual estrategia.

La simple suma a la acción federal no ha servido, son necesarias la discusión y las posturas auténticamente federalistas.

RECOMPENSAS

Publicada ayer la lista de varios de los supuestos integrantes del cártel de Juárez, por los cuales la PGR ofrece diversas recompensas, ojalá no nos vaya a resultar que alguno (s) o están encarcelados o ya murieron.

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