jueves, 7 de enero de 2010

Sin defensa alguna

El Diario, 7 de enero de 2010
Luis Javier Valero Flores
La matazón en el estado ha llegado a niveles insoportables. La ocurrida en Juárez no alcanza clasificación, supera, como ya nos lo hacen notar las informaciones llegadas de todas partes, a la que sufren en estos momentos los iraquíes, sujetos, como ninguna otra nación, al avasallamiento del imperio, dirigido por Bush o por Obama.
Y de las ejecuciones, algunas son emblemáticas. El asesinato de la activista social, que eso fue toda su vida Josefina Reyes, es de esos crímenes. Cruelmente –como es la divisa de los grupos criminales- Josefina fue asesinada el domingo a mediodía en su negocio de venta de barbacoa en el ejido El Sauzal. Le dispararon a quemarropa a la cara. Dichas así las cosas parecerían ser un número más, de los muchos que hemos debido sumar en esta siniestra estadística, no lo es.
Josefina pertenecía a una familia de dirigentes sociales. No hubo causa popular alguna de los habitantes del Valle de Juárez, especialmente de Guadalupe Distrito Bravos, que no abrazaran alguno de los integrantes de tal familia. Más encomiable fue la actividad de todos ellos si tomamos en cuenta que desde muchos años atrás debieron emprenderla resbalando, esquivando, eludiendo a los grupos dedicados al trasiego de la droga que tomaron tal región como su propio feudo, en la cual nadie podía ejercer la autoridad por encima de ellos. Y si las autoridades formales, los dirigentes y activistas sociales, menos. No en balde ahí han asesinado, en el curso de los casi de dos años de la actual guerra de los cárteles, a cientos de personas, incluidos ex alcaldes y regidores.
Miembros del PRD y procedentes de las agrupaciones sociales existentes en Chihuahua desde la década de los 70’s, los Reyes fueron convirtiéndose en los líderes de la población, Josefina incluida. Así, ante los abusos cometidos por algunos elementos militares, Josefina fue de las primeras en encabezar las protestas, luego, ante la desaparición de uno de sus hijos (Realizó una huelga de hambre frente a las instalaciones de la PGR en Juárez para exigir la aparición de su hijo, secuestrado, decía, por los federales) y el asesinato de otro. Incansable, protestó, gritó, exigió la entrega del hijo levantado. Lo logró, pero antes debió sufrir en carne propia los ilegales allanamientos de los militares a su domicilio.
No era experiencia nueva que uno de sus hijos fuera “levantado”. Años atrás sufrió experiencia tan desgarradora. Se movió por cielo, mar y tierra y logró rescatarlo de las garras del crimen organizado. En tal entorno, con seguridad, la muerte de Josefina no está desligada de cualquiera de las variantes. En abono de la claridad y transparencia de la actuación de los grupos policiacos y militares el esclarecimiento de su asesinato debiera ser prioridad para éstos pues la sospecha de una ejecución extrajudicial siempre penderá sobre ellos ya que la actividad de Josefina en los últimos meses estuvo encaminada a denunciar los atropellos de los mílites y los policías federales.
Ya va siendo natural para los chihuahuenses que las autoridades no esclarezcan los centenares de crímenes ocurridos (a cambio nos entregan a algunos “sicarios”, responsables, dicen, de cientos de ejecuciones) como consecuencia de los enfrentamientos de los delincuentes y que las autoridades aparezcan sólo fedatarios de los homicidios, pero de ahí a aceptar que transcurran los días y los meses sin que se ofrezca el esclarecimiento del asesinato de activistas y el de periodistas hay mucho trecho.
Vamos, iniciando el año y dadas las cifras criminales con las que concluimos el anterior, no hay lugar a la duda, el Operativo Conjunto Chihuahua debe desaparecer y dar origen a otra operación gubernamental para detener, no sólo la ola homicida, sino la delictiva desatada a partir de la puesta en vigor del primero y cuya detención es tarea imposible para las fuerzas federales acantonadas en Chihuahua, las mismas que han desatado, además, una cadena de denuncias de violaciones al orden constitucional.
No cabe duda, los chihuahuenses, como Josefina, quedamos sin defensa alguna.
Correo electrónico: Aserto1@netscape.net
Blog: http://luisjaviervalero.blogspot.com

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