miércoles, 27 de enero de 2010

Platicando con Luis Javier Valero Flores

*El martes 26 de enero El Diario de Chihuahua publicó el siguiente artículo. Al día siguiente el mismo periódico publicó la respuesta del autor
Antonio Becerra Gaytán
Sólo la política sectaria y dogmática es fácil,
es blanco o negro de una vez y para siempre.
La grilla pinta según las pretensiones personales.
Imagínate, Javier, que estamos en el Tierra Blanca tomándonos un delicioso café y platicando tranquilamente sobre el contenido de tu artículo publicado en El Diario en el que preguntas por el PRD y la izquierda.
Primera taza.
Empezamos primero por la alusión personal. ¡Gracias!
Escribiste que: “El barzonista, Roberto Cázares, repitió lo efectuado seis años atrás por Antonio Becerra, quien interviniera como orador en apoyo de José Reyes Baeza…”
Suponiendo sobre todo sin conceder, que el Sr. Roberto Cázares y yo hubiéramos hecho y dicho lo mismo y por idénticos motivos, propósitos y en iguales circunstancias políticas. Lo cierto es que en su momento, Cázares, según dices tú, militaba en el PRD; en cambio, en mi momento, ese no era mi caso, pues no militaba, ni en el PRD ni en ningún otro partido.
Este hecho establece, a mi ver, una diferencia fundamental para los efectos de valorar una conducta política como la que mencionas y sobre todo cuando quien la está valorando se ubica por sí sólo como celoso guardián de la pureza partidista, como me das la impresión que quieres ser considerado tú.
Pero, si consideras que esa diferencia no tiene importancia, podemos cambiar de tema. En cambio si te merece alguna consideración, por mínima que sea, podemos seguir adelante.
Por tu empeño en considerar idénticos los hechos que en su momento protagonizamos el Sr. Cázares y tu servidor, me obligas a suponer que al momento de escribir ignorabas que: ¡hacía más o menos diez años! que yo había renunciado formal, pública y profusamente al Partido de la Revolución Democrática. Y si no sabías de ese detalle, menos puedo esperar que supieras qué fue lo que dije, por qué lo dije y las circunstancias políticas en que lo hice. Sería un abuso de mi parte.
Si me confirmas que no lo sabías, entonces aprovecho la ocasión para informártelo atentamente y de pasada sugerirte que la incorpores a tu magnífica memoria electrónica, si soy afortunado y te convenzo que tiene importancia y porque tu memoria humana no parece muy confiable o es muy voluble. Por lo que a mí toca no te voy a creer que lo ignorabas, más bien me inclino a pensar que, sabiéndolo, lo pasaste por alto por las mismas razones que “el gallego”; o ¡simplemente porque te valió..! Por eso y por respeto a tu libertad de expresión no te emplazo a que confieses tus segundas o terceras intenciones. Por mí, te las puedes llevar de mortaja. Me ofenderías, ¡eso sí! si pensaras que te creo todavía que ignorabas mi situación partidista al momento de realizar el acto al que te refieres.
Claro que tienes tanto derecho como yo a la ignorancia, o si prefieres, podemos decir que no estás obligado a saber todo lo que hago o dejo de hacer en política, aunque seas un hombre culto y bien informado; editorialista, periodista, ex presidente del PRD, líder de movimientos sociales, analista político, propietario de Aserto (una muy buena revista política y que por cierto cubrió fiel y generosamente el acto del 90 aniversario del PCM); afortunado poseedor de un magnífico banco de datos, etc., etc., etc. También por eso, o precisamente por eso, Valero, es que no te creo, aunque con ello me gane el mote de soberbio, engreído y vanidoso por pensar que estás obligado a saber todos los pormenores de mi actividad política.
Supongo que te estás iniciando en la responsable y noble profesión de periodista y es por eso que ignoras que antes de escribir estás obligado a saber lo más que puedas sobre el asunto que escribes; con mayor razón cuando escogiste el género editorial en su modalidad de analista político. Pero si un analista no toma en cuenta los elementos del objeto supuestamente analizado, definitivamente anda mal, ¿no te parece, doctor?
Continuando con mi agradable e interesante labor de enriquecer tu base de datos (labor social, ya que es gratis), y así como si fuera una variante sobre el mismo tema, te informo que hace seis años, la situación política de Chihuahua era un tanto cuanto diferente, pero igual a la actual (a ver si no te cansa enterarte de tanta diferencia y ojala que ésta sí te interese):
El candidato del PRI era el Lic. José Reyes Baeza y, el candidato del PRD era el Lic. Javier Corral Jurado, connotado miembro del PAN. En esa ocasión se aliaron el PAN y el PRD. Acuerdo que también provocó un cierto escándalo en la parroquia: ¡Cómo! dijeron sorprendidos algunos ¡se van a unir la izquierda y la derecha! ¿Se juntaron el agua y el aceite? ¡Se unieron los extremos! ¡Habrase visto semejante engendro! ¡Qué disparate! Haz de cuenta, Javier, lo que estás viendo y haciendo ahora.
Tú, que más o menos sabes de la pata que cojeo y colocado ante la disyuntiva de elegir y estando fuera del PRD como estuve, te lo recalco, ¿cuál te imaginas que fue mi decisión de entonces? Exacto, así fue. Javier, si yo hubiera en ese momento estado “requeterrepito”, en el PRD, a lo mejor estarías platicando, así sí, con un traidor, divisionista y liquidador, según tu opinión; pero, no, Valero, la necesidad hasta ahora no me ha orillado a tanto. La holgura de que he disfrutado siempre me ha permitido no cambiar de órgano para pensar en política.
Quizás si observas en tu entorno cercano te será más fácil encontrar, no uno sino varios ejemplares de esa calaña a tu alcance.
Te repito que hace seis años estaba sucediendo poco más o menos lo que estamos viviendo ahora, sólo que aquella era la primera vez en la historia electoral de Chihuahua que se aliaban el PAN y el PRD. El antecedente más cercano de ese “escándalo” lo había protagonizado tu servidor, por cierto cuando en el “verano caliente” luchando por el respeto al voto, me calificaron de “pansumista” dado que mi posición objetivamente beneficiaba al PAN; razón por la cual según hasta mi propia dirección nacional yo no debería de hacerlo, o sea, no defender el respeto al voto siempre (entiéndase cuando beneficie al PAN). Es lógico y hasta natural que así seas en la política electoral. No hay más que ver que lo que está sucediendo en el actual proceso: Fíjate cómo a cada quien le parece plausible sólo la alianza que concerta y a las que llevan a cabo los demás, las descalificamos, las lapidamos como a Magdalena; las llenamos de improperios, culpas, amenazas y hasta las demonizamos. Seguramente que tú harías lo mismo como hacen los partidos en las elecciones, sobre todo, aunque no únicamente durante ellas. Recuerda que precisamente lo político es hacer alianzas, al grado de que el que no las hace será cualquier cosa menos político, de eso se trata, eso es lo político. TODOS QUEREMOS ASEGURAR NUESTRO PROYECTO Y HACERLO AVANZAR (personal y partidista). Las elecciones son el momento por excelencia para competir por el poder, diríamos que son las olimpiadas políticas. Es la hora de la competencia. Los momentos de meditar, de teorizar o de rezar ya pasaron, ahora de lo que se trata es de ponerse a trabajar.
En mi opinión no se trata de condenar o de bendecir tal o cual alianza, porque cualquiera es buena o mala según tu posición y tus intereses reales; luego, lo bueno o lo malo no son las alianzas en sí, sino en todo caso los objetivos que tú te propongas, nada más que en última estancia ésos quedarán en tu conciencia y se evidenciarán en tus actos a través de toda tu vida, con congruencia Valero, con congruencia. Ese es el riesgo que corre la gente con la que te juntas.
El problema para algunos, es que ya les gustó andar en el reventón vestidos de sor-ecitas y bailan y ofician según convenga. Yo te recomiendo, como colega, que te quitaras la toga de juez moral en la política; te pusieras el digno overol de activista de político franco y te dispusieras a trabajar de cara a la sociedad, como el más humilde y simple militante político, clara y abiertamente por tu proyecto…
Seguimos platicando en la siguiente taza.

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