martes, 22 de enero de 2013

Otra vez

El Diario, 22 de enero de 2013 Luis Javier Valero Flores Llegaron a Palacio de Gobierno sabedoras, ya, que el gobernador del estado, César Duarte, no estaba en la ciudad –a esa hora participaba en el acto de inicio de la “Cruzada Nacional contra el Hambre”, puesta en vigor por el presidente Enrique Peña Nieto–, incluso, de acuerdo con las informaciones ofrecidas el día anterior, adelantaron su llegada a la ciudad de Chihuahua y ya en el recinto dieron a conocer, el grupo de seis mujeres –y sus acompañantes– que marcharon en “la Caminata por la Vida y Justicia”, el pliego petitorio y los plazos para que el mandatario chihuahuense dé respuesta a sus planteamientos. Treinta días le dieron, de lo contrario, acudirían a las instancias internacionales, igual que casi una década atrás –y después– decenas de madres dolorosas y sus familias, hastiadas de no encontrar respuesta a sus quejas de justicia, resolvieron recorrer el camino que hoy adelantan quienes llegaron con el mismo dolor de aquellas a Palacio de Gobierno. Son dantescas las peticiones: la entrega inmediata de los restos óseos humanos que existen en el Semefo de Ciudad Juárez; respuestas claras y específicas ante expertos en la materia a las madres que han solicitado la segunda opinión del dictamen de ADN que lleve a la certeza de la identificación genética hecha por el Estado de Chihuahua y respuestas a sus cuestionamientos. “¿Quiénes secuestran y privan de la libertad a las jóvenes de nuestro estado? ¿Quiénes son los autores intelectuales y materiales de los feminicidios? ¿Quiénes lucran con la trata de personas de lo que son víctimas las mujeres de Juárez?”. Además, entrega de resultados a las familias que tienen jóvenes en calidad de desaparecidas, que se les notifique sobre las líneas de investigación que se tienen con la búsqueda y localización, así como se les dé a conocer las propuestas de modificación al Código Penal para tipificar la desaparición de personas para que la denuncia abra la correspondiente averiguación previa y una explicación amplia y clara sobre la investigación en torno a los desaparecidos en el estado. Pero en las declaraciones de sus representantes, y las de ellas, mostraron lo que realmente deseaban al momento de iniciar su marcha, precisamente desde el funeral de Beatriz Alejandra Hernández Trejo. Así lo dijeron: “Sabemos que el gobernador no se encuentra, que él regresaría hasta mañana, pero (él) sabía perfectamente que veníamos en camino porque él estaba en Ciudad Juárez, entonces él tiene 30 días para responder a esto”. Quisieron conmover al gobernante, creyeron que ante la noticia del inicio de su marcha, éste podría acudir a verlas. No lo dijeron así, pero las expresiones de la representante legal de las dolientes, Francisca Galván Segura, fueran muy claras, al afirmar que habían cumplido “con una parte de su cometido” con esta marcha, “a fin de exigirle públicamente justicia… nos regresamos, tuvo el suficiente tiempo y no estuvo, nosotros nos vamos”. No es para menos, después de largos meses de denunciar, de buscar, de morir de dolor, la familia de Beatriz Alejandra sólo recibió algunos restos óseos y ninguna respuesta a su demanda de justicia, de no haberla encontrado con vida. Con ella, suman “catorce las mujeres desaparecidas y asesinadas, cuyos restos fueron localizados desde el 2011 en el Valle de Juárez… ”. En su desesperación, decidieron realizar un acto más en busca de sus hijas, y de respuesta de los gobernantes. Así, se lanzaron a la carretera “... Karla Castañeda, madre de Cinthia Jocabeth Castañeda, desaparecida hace cuatro años en la calle Mina de la zona Centro. La acompañan los papás de Esmeralda Castillo Rincón, reportada como ausente en mayo de 2009 y Ana Cuéllar, madre de Jessica Ivonne Padilla Cuéllar la cual desapareció en julio de 2011. También se unió Francisca Galván, quien representa legalmente a este Comité”. (Nota de Luz del Carmen Sosa, El Diario, 16/I/13). El objetivo era muy claro: “Vamos a exigirle cuentas al gobernador César Duarte porque él se comprometió a darnos resultados”. ¿Por qué no lo hizo, que se perdía con ello? Al contrario, todos saldríamos ganando si de repente los gobernantes realizaran un acto de semejante humanismo y solidaridad. Aún es tiempo, los chihuahuenses nos lo merecemos.

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