domingo, 1 de mayo de 2011

La terquedad como norma de gobierno

El Diario, 17 de abril de 2011
Luis Javier Valero Flores
Estremecen las frases de Javier Sicilia, -el poeta, periodista y escritor que a raíz del asesinato de su hijo Juan Francisco ha encabezado una masiva movilización en contra de la actual estrategia del gobierno federal en contra del narcotráfico, y de los criminales-; más sorprende la terquedad de Felipe Calderón en mantenerla, aún a costa de la contundente evidencia del fracaso y del creciente rechazo a la misma, así como de las cada vez más numerosas denuncias acerca de las violaciones a los derechos humanos (que es bueno resaltar, de ese modo se les denomina a las agresiones cometidas por elementos de las corporaciones policiacas y militares en contra de alguna persona, para diferenciarlas de las sufridas a manos de otra persona) y de la continua profundización del descrédito de las instituciones relacionadas con la seguridad pública, la procuración y administración de justicia.
Del mismo modo, los niveles de corrupción de las corporaciones han crecido de manera exponencial, abarcando en un cada vez mayor número, también, a elementos de las fuerzas armadas.
Prácticamente inmersos, ya, en los prolegómenos de la contienda electoral presidencial (no de otra manera se puede entender la decisión del PRI de no avanzar en la aprobación de su propuesta de reforma laboral, redactada del modo que mejor se le acomoda a la actual administración federal, de ahí el enojo de Javier Lozano, Secretario de Trabajo) a pesar del baño de sangre caído sobre el país –e insistamos, no por “el decidido” combate del gobierno federal en contra del narcotráfico, sino por la ruptura de las alianzas y las traiciones entre los jefes de los cárteles- empiezan a ser cada vez más frecuentes los ataques de Calderón a los priistas, y de éstos a aquel, en los cuales se responsabilizan mutuamente de los niveles de inseguridad existentes.
El colmo de todo lo comentado líneas arriba ocurrió la semana pasada cuando a raíz de las denuncias –y el respaldo nacional recibido- de Sicilia, Felipe Calderón le recriminó a la sociedad y a las fuerzas políticas –con un patético ¡Ya basta!- no emplearse a fondo en el combate al narcotráfico, en el caso de las segundas, y de no denunciar suficientemente a los criminales, en el caso de la primera, cuando reprochó pública pero veladamente la manifestación nacional del 6 de abril al exigir que el ¡Ya basta! lanzado en ella debería enviarse también a los criminales.
Pero un día antes, al recibir a Sicilia –según la versión de éste, aparecida en Proceso (No. 1797, 10/IV11)- ante los reclamos de cambiar la estrategia, planteados por el escritor, “Calderón reconoció que cometió errores, pero advirtió que no iba a modificar su método”.
Más adelante, Sicilia informó haber tenido un “diálogo cordial y con mucha claridad en las diferencias. Felipe Calderón reconoció que se ha equivocado. Eso ya es importante: que un presidente pueda tener una autocrítica, que reconozca que es necesario replantear otra serie de cosas. Lamentablemente dijo que no va a cambiar, porque para él es la forma de enfrentarlo (al narcotráfico)”.
Al dar a conocer lo anterior –y en las movilizaciones celebradas- Sicilia insistió en la necesidad del establecimiento de un diálogo nacional, cuyo inicio debiera ser en Juárez, dijo, por ser la ciudad que más muertes ha aportado a la ola de violencia, pues es necesario hacer “un alto, una tregua”.
Y como muchos otros mexicanos, el escritor le apostaba a que con las movilizaciones Calderón cambiase la estrategia, que escuchara a las múltiples voces que rechazamos la guerra de Calderón por estar “mal hecha, mal planteada y mal dirigida”.
La difusión de las cifras de las adicciones en el país, por desgracia, solo confirma lo que es un clamor nacional. Según Carlos Tena Tamayo, Comisionado Nacional contra las Adicciones, en su participación durante el primer Foro de los Consejos Estatales de las Adicciones de la Región Norte, el Estado de Chihuahua tiene el primer lugar nacional en el consumo de crack, heroína, tranquilizantes e inhalantes a nivel nacional, además de que “el 3.3 por ciento de la población en la entidad consume algún tipo de droga ilegal, este porcentaje representa el doble de la media nacional que es del 1.7 por cada 100 habitantes”, cifras resultante de la Encuesta Nacional de Adicciones 2008 en la cual Chihuahua aparece como el tercer estado con más alto consumo de drogas ilegales en el país y que “en el caso del crack, la heroína, los tranquilizantes y los inhalantes, Chihuahua tiene el primer lugar en consumo. (Nota de Erika Talina Perea, El Diario de Chihuahua, 14/04/11).
Pero en el consumo de mariguana ocupa el tercer lugar, cuarto en el consumo de metanfetaminas y alucinógenos, “lo que a nivel global ubica a Chihuahua como el tercer estado con mayor consumo de droga”.
Esas son las cifras del 2008, cuando aún no aparecía lo peor de la ola homicida, ni en el país, ni en la entidad. Seguramente tales cifras no habrán disminuido, y probablemente, por la percepción generalizada, probablemente habrán aumentado.
Sin embargo, tales cifras de adicción son, por mucho inferiores a las de prácticamente todo el mundo desarrollado –la ONU ha divulgado que hasta el 5% de la población (en cualquier nación) se ubica en tal clasificación- lo que de inmediato nos debe llevar a cuestionarnos tal paradoja pues si mantenemos cifras inferiores a las de la media mundial, (incluso con la proporcionada por la encuesta mencionada para Chihuahua, del 3.3% de la población) entonces ¿Por qué los índices de criminalidad son extremadamente superiores a los de aquellos países?
La tasa de homicidios en el estado de Chihuahua, en 2010, superó los 120 por cada 100 mil habitantes, en cambio, en los Países Bajos, -Holanda y Bélgica- en los que la comercialización de las drogas es legal no llega al ¡0.5%! Es decir, un homicidio cada dos años por cada 100 mil habitantes.
La respuesta la ofrecen infinidad de personajes de todas las esferas sociales, especialmente los del área médica. “… las adicciones son un problema de salud, es importante que la sociedad utilice el término adecuado y no se les etiquete (a los adictos) como delincuentes”, dijo el Secretario de Salud en Chihuahua, Sergio Piña Marshall.
Vamos, si hasta los funcionarios norteamericanos encargados del combate a las drogas ya reconocen sus enormes equivocaciones en la estrategia ¿Por qué no lo hacen los mexicanos?
A cambio, una semana y otra también escuchamos la cantaleta de la presidencia de la república acerca de la enorme corrupción de las policías estatales y municipales, y que, en tanto no sean confiables, permanecerán las federales en las calles de las ciudades involucradas seriamente en tal problema.
Y cuando alguien se atreve a esbozar la posibilidad de que salgan, como lo afirmara sesgadamente el alcalde juarense, Héctor Murguía, de inmediato es desmentido y hasta es obligado a recular de lo expresado anteriormente, a pesar de que la policía municipal juarense fue formada, ya, bajo la supervisión de las fuerzas federales, las policiales y las militares y los resultados que se empiezan a apreciar, de ninguna manera son los apetecidos.
Por otra parte, no se ha podido demostrar que la permanencia de las fuerzas federales haya abatido algún índice criminal, al contrario, como repetidamente se ha dicho, ahora arrostramos una crisis sin precedente, en la que, sin dudarlo, la fortaleza de los cárteles del narcotráfico ha desencadenado el disparo del resto de las actividades delictivas a tal grado que ya se hable de la “administración” del delito por parte de estos conglomerados empresariales dedicados al tráfico de drogas y que ahora, en muchas regiones del país –y de Chihuahua, por supuesto- ya controlan la incidencia delictiva de la mayor parte de los rubros.
Si esto es así, palmariamente demostrado ¿Por qué continuar? ¿Para seguir administrando las ingentes sumas multimillonarias destinadas a tal combate?
Ni más ni menos, como diría Guillermo Terrazas, medio billón de pesos durante 4 años, sin nadie que los fiscalice…
¡Ah qué terquedad!
PD.- Por lo pronto, ante la imposibilidad de hacer como en el pasado, que cuando las cosas se ponían feas nos íbamos a Aldama, durante una semana nos ausentaremos. Ya nos encontraremos nuevamente el 26 de abril cuando reanudaremos, espero que con mayores bríos, estas colaboraciones.
Correo electrónico: asertodechihuahua@yahoo.com.mx
Blog: http://luisjaviervalero.blogspot.com

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