jueves, 19 de mayo de 2011

Edomex, el sueño dorado del PRD

El Diario, 19 de mayo de 2011
Luis Javier Valero Flores
No lo podían creer ni los más empedernidos militantes del partido del sol azteca. Habían transcurrido largos años sin verlos juntos; eran innumerables las querellas entre ellos –explícitas, pero sobre todo las implícitas– y muchas más las diferencias que en algo han contribuido al desgaste electoral –y político– de su partido. Pero ahí estaban en el mismo templete del mitin –el primero de los tres– con el cual dio inicio su campaña al gobierno del Estado de México el ex jefe de gobierno del DF, Alejandro Encinas.

Así, contra todos los pronósticos de apenas medio año atrás, aparecieron juntos Cuauhtémoc Cárdenas, Marcelo Ebrard, Andrés Manuel López Obrador y Jesús Zambrano. No sólo, en el inmenso templete también se encontraban Porfirio Muñoz Ledo –quien se acercó a darle la mano a Cuauhtémoc Cárdenas, luego de muchos años de un apasionado distanciamiento– y Dolores Padierna, la otra parte del perredismo gobernante en la capital del país.

De este modo, de la noche a la mañana, el PRD recuperó gruesas capas de credibilidad política, no sólo en el Estado de México sino en todo el país, y se acrecentaron las posibilidades de que aparezca como una fuerza competitiva en esa entidad, pero, quizá lo más importante, recuperó decenas de miles de posibles votantes para la elección presidencial.

El triunfador, y autor, de tan dramático giro en las posibilidades del mayor de los partidos de izquierda en la historia de México fue el más adelantado de sus aspirantes a la Presidencia de la República, López Obrador. Lo es, porque fue quien se opuso tenazmente a la pretendida alianza con el PAN, objetivo en el que coincidieron las dirigencias del PRD, del PAN y Felipe Calderón.

Pero AMLO se opuso con toda la fuerza política que goza en el centro del país, convenció a Encinas de postularse, a Ebrard de allanarse a esa candidatura y le cerró la salida a Manuel Camacho quien, contra toda lógica, apareció al lado de los “Chuchos” en la búsqueda de la alianza con el panismo. En esa postura del tabasqueño apareció la primera coincidencia con el principal fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, quien expresó firmemente su oposición a la alianza con el partido gobernante.

Los arranques de campañas parecieran darles la razón a quienes sostuvieron que la pretensión de la dirigencia real del panismo era la de buscar la alianza con el PRD, no tanto porque la desearan por sí, sino para evitarle a su partido la desventaja política, en la ruta a la elección presidencial, de aparecer en los resultados de este año como un partido en franca caída libre en la entidad con el mayor padrón electoral.

Es de tal grado el desánimo en las filas blanquiazules que, al inicio de la campaña, ni siquiera contaron con la presencia del dirigente nacional, el chihuahuense Gustavo Madero, y de sus presidenciables sólo estuvo presente Santiago Creel, hechos que refuerzan la especulación de que a unos días de la elección Luis Felipe Bravo Mena decline a la candidatura blanquiazul y llame a votar por la alternancia, para evitarle a sus militantes en todo el país ver al PAN caer al tercer lugar, y quizá muy lejos del segundo.

Si las elecciones mexiquenses fueran el día de hoy, todo apunta a que Eruviel Ávila las ganaría, pero Encinas accedería seguramente a la cuarta parte de los votos emitidos. Todo puede cambiar –en cuanto a la diferencia porcentual entre Ávila y Encinas– pero aún si se mantuviesen en la proporción de hoy (48% para el priísta, 24 para el perredista y 19 para Bravo Mena), el capital electoral obtenido por Encinas podría mantenerse el próximo año, con lo cual las expectativas de AMLO crecerían enormemente pues, antes de que apareciera en escena Alejandro Encinas, el PRD obtenía el 8% de las preferencias electorales. Pasar del 8 al 25% significa tener la posibilidad de obtener cerca de los 2 millones de votos en el Estado de México.

Y si suman los 3 millones que aspiran a obtener en el DF, entonces podremos explicarnos con mayor razón la insistencia de López Obrador en oponerse a la alianza.

Por supuesto, más de un simpatizante del tabasqueño dirá que no es solamente por las ganancias electorales, que también contó la postura política, y tienen razón, el discurso de quien puede aparecer nuevamente como un serio aspirante a la presidencia fue factor esencial para lo que presenciamos en el Edomex.

No hay comentarios:

Publicar un comentario