martes, 17 de mayo de 2011

La definición de la maestra

Luis Javier Valero Flores
Metidas de lleno en las precampañas electorales, las fuerzas políticas buscan obsesivamente las definiciones que les habrán de redituar en las elecciones presidenciales del próximo año. Todos sin excepción van enhebrando, o buscan hacerlo, los hilos del poder que les permitan acceder a los mejores escenarios del próximo año.

Contrariamente a lo sostenido por muchos –papel en el que juega un rol destacadísimo el duopolio televisivo– la enorme ventaja en las preferencias electorales del gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto, no es, ni con mucho, un hecho ineluctable; todo lo contrario, los acontecimientos políticos y sociales, merced a la profundidad de la crisis de seguridad pública, pueden cambiar diametralmente la realidad del momento presente.

Más aún, la definición de los partidos podrá incidir seriamente en esos procesos y la unidad del PRI, el partido mejor ubicado en las preferencias electorales, puede sufrir serios quebrantos, no solamente en la determinación de su candidato presidencial, sino en la de los muchos puestos a disputar el próximo año.

Ese resquebrajamiento regional le arrojó sendas derrotas en Puebla, Oaxaca y Sinaloa, victorias apretadísimas en Durango y Veracruz y una victoria sorpresiva en Hidalgo (no tanto en el resultado de quien triunfó, sino en el monto de votos obtenidos por Xóchitl Gálvez, la candidata del PAN), resultados que pueden cambiar de alguna manera el escenario de inicio de las campañas electorales y que, de ninguna manera, se pueden descartar en 2012.

De ahí que una fuerza, como la del magisterio dirigido por Elba Esther Gordillo (que no incluye a todos los maestros) participe en esa subasta política y, en tanto en el ámbito nacional coquetea con Felipe Calderón (olvidando éste todo el discurso del panismo acerca del sindicalismo corporativo de las épocas priístas) en el local, el grupo gobernante concreta los ofrecimientos de la campaña electoral hacia el magisterio.

No tiene nada de malo invertir en la educación y especialmente en sus maestros, el problema estriba en el uso faccioso de las prebendas, salarios y demás prestaciones obtenidas por la cúpula sindical que dirige al sindicato más numeroso de América Latina y que ha llevado –compartiendo la responsabilidad con los grupos gobernantes de las dos últimas dos décadas en el ámbito federal– a los niveles educativos en el país a condiciones de las que no podemos enorgullecernos.

Y de esa crisis, de la que poco se suele hablar como fuente de la destrucción del tejido social en el México violento, especialmente en varias de las entidades norteñas –en los últimos años– y en muchas de las del sur, pues debemos recordar que antes de la presentación de la guerra de los cárteles y de la sostenida por Calderón –según decía antes y que ahora sólo llama como el combate al narcotráfico– ya existían, en estados como Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Veracruz, tasas de homicidios superiores a los 25 por cada 100 mil habitantes, cifras que no se pueden desligar de los niveles educativos de ese conjunto de entidades y que exigirían otra actitud de parte de los gobernantes.

Y que han llevado a ubicar a los alumnos de educación básica, según la prueba PISA (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes) administrada por la OCDE, al último lugar de la evaluación de la edición 2006, aunque con alguna mejoría con respecto a los resultados obtenidos en las ediciones previas de la prueba (PISA 2000 y PISA 2003) y que ese mismo estudio, comparado con países que no forman parte de la OCDE, por ser economías emergentes, México aparece en antepenúltimo lugar, sólo por encima de Israel y Argentina.

Más. México se encuentra en el lugar 55 en acceso a la educación a nivel mundial. Más de 34 millones de personas sufren rezago, analfabetismo o tienen apenas cuatro años de estudio; 7 millones son analfabetas; 1.4 millones de niños no asisten a la escuela; más de 1 millón 324 mil tienen menos de cuatro años de estudio, y hay un número inestimable de analfabetas funcionales.

Y esos son solamente algunos de los índices, que no mejoraron mucho en los siguientes reportes, pero que sí denotan que el control sindical ejerce una indudable influencia, merced a las extensas redes del poder creadas por la cúpula sindical y la connivencia de quienes llamaron a efectuar profundos cambios en la vida política de México.

¿Con la maestra Gordillo dirigiéndolos y empeñándose en alcanzar las mejores alianzas electorales, con quien sea, en 2012?

¡Qué país!

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