jueves, 6 de enero de 2011

¿El fin de la guerra?

El Diario, 28 de diciembre de 2010
Luis Javier Valero Flores
¿Cuántos chihuahuenses, cuántos mexicanos, habrán incluido entre sus deseos de navidad y fin de año el que se acabe la guerra de los cárteles del narcotráfico?
¿Cuántos habrán incluido entre sus oraciones algunas en pro del término de la más negra de las noches sobre Chihuahua? ¿Cuántas decenas de miles habrán llorado en la Nochebuena la desaparición de alguno de sus seres queridos a causa de esta ola de violencia?
Transcurridos cuatro años de la “guerra” de Calderón en contra de los narcotraficantes, iniciada en su entidad natal, Michoacán, los resultados son desastrosos. No aparecen por ninguna parte las evidencias de que haya mejorado uno solo de los índices que demuestren las continuas declaraciones oficiales –y la abundante publicidad- acerca de los excelentes resultados en el combate al tráfico de drogas. Todo lo contrario, todos los índices relacionados con esa actividad, salvo la detención o ejecución de algunos de los jefes o subjefes de las bandas criminales, han ido al alza y el baño de sangre abarca, de manera severa, a la mitad del país, sin que en el resto se hayan presentado diversos episodios a cuán más de graves.
En todos los niveles sociales y en los ámbitos especializados el interrogante es uno solo ¿Cuál es el factor que cambió todo el escenario anterior al de los primeros días de diciembre del 2006?
Las respuestas vienen, poco a poco, coincidiendo, desde las originadas al interior del partido gobernante –el PAN, por si a alguno de nuestros lectores se le olvida cuál es- en particular la del exdirigente nacional, Manuel Espino, hasta las de dos de los integrantes del gabinete de Vicente Fox, Jorge Castañeda y Rubén Aguilar, y la propia del expresidente anterior.
Ahora, una firma estadounidense, especializada en este tema y otros relacionados con el ámbito social, Stratfor, de Estados Unidos, concluye, en el informe “Guerra de las Drogas en México”, atribuye el aumento de la violencia de este período a dos factores: “… al enfrentamiento entre el cártel del ‘Golfo y Los Zetas’, y a la guerra lanzada por el presidente Felipe Calderón, que ‘interrumpió’ el balance de poder entre los cárteles”. (Nota de José Luis Ruiz, El Universal, 24/12/10).
Las conclusiones son terribles y van en sentido contrario a los deseos de los que hablábamos al principio de estas líneas. Afirman que el Gobierno mexicano “llegó a su límite y que no tiene los recursos para contener la acción de los cárteles de las drogas”. No parece tan desinteresada su opinión pues dictamina que ante ese panorama, el gobierno mexicano debería permitir la participación de gobiernos extranjeros para afrontar tan grave situación.
En ese análisis, igual que lo piensan muchos mexicanos, afirma que la posibilidad del cese de la violencia estriba en la “decapitación” de todos los cárteles “para tenerlos bajo control”, posibilidad que descarta, y la otra posible solución, dice, sería “restaurando el equilibrio de poder entre estas organizaciones criminales”.
Es decir, hacer lo que siempre se dijo, sin que existieran elementos para reafirmar o desechar tales versiones, hacían los gobiernos priistas pues, concluye el informe Calderón deberá hacerlo “si desea sofocar la violencia rumbo a las elecciones del 2012”.
Pero si el informe resulta interesante en cuanto al estudio de las posibles soluciones, coincide con las versiones extraoficiales de informes de organismos como la DEA y el FBI en los cuales afirman que el Cártel de Juárez ha sido derrotado por el de Sinaloa, dirigido por Joaquín Guzmán, versión que no tiene correspondencia con los saldos de este enfrentamiento en nuestra entidad, en la que se han presentado casi 4 de cada 10 ejecuciones en el país.
Aún más, según ese estudio, la organización de los Zetas se ha constituido en la fuerza más importante de las adversarias del de Sinaloa y domina –así lo dicen- “la mitad de Chihuahua…” y finaliza prediciendo que la organización del “Chapo” Guzmán “podría llegar a ser la organización dominante en México el próximo año”.
Así, por la vía de que se convierta en la fuerza hegemónica, o que se pacte una tregua y se restablezcan los equilibrios o -cosa más improbable- todos los cárteles sean descabezados, lo urgente, lo necesario, lo deseable es que se acabe de una vez esta terrible situación, si tan sólo este deseo se nos cumpliera, seguramente que el próximo sería infinitamente mejor que los inmediatos anteriores.
Correo electrónico: Aserto1@netscape.net
Blog: http://luisjaviervalero.blogspot.com

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