domingo, 25 de octubre de 2009

Paquetazo: pa' tras los filders

El Diario, 25 de octubre 2009
Luis Javier Valero Flores
“El presidente (Felipe Calderón) pasó de haber puesto a un joven torpe en operación política con Germán Martínez, a un chamaquito irresponsable y llorón… un irresponsable escuincle de quinta de barrio, que no entiende qué es la responsabilidad de gobernar. –No se enoje, diputado... –¡Hijo de su puta madre! ¡Pinche rajón, cobarde! –exclamó y, ante las miradas de asombro que provocó su afirmación, insistió–: Oye, ¿por qué no lo defendió en la noche?”. Expresiones del diputado priista David Penchyna al enterarse de las declaraciones de César Nava, La Jornada, 23/X/09.
¿Cuáles fueron las verdaderas razones para que el PRI apoyara en la Cámara de Diputados el paquetazo fiscal propuesto por el PAN? ¿Cuáles, a su vez, las que llevaron al presidente del PAN, César Nava, a despotricar contra el PRI por haber votado a favor de su propuesta y señalarlos, traicionera, deslealmente, como los autores intelectuales del paquetazo? ¿Y cuáles las que llevaron a los senadores priistas a anunciar su oposición y el posible rechazo a tales medidas impositivas?
No deberemos ir muy lejos por las respuestas. En la aprobación de la ley de ingresos por la Cámara de Diputados, (que deberá ser aprobada por la de Senadores y si ésta no lo hace, o la modifica, deberá regresar a la primera y sólo hasta entonces se podrá enviar al titular del Poder Ejecutivo para que la promulgue y la publique, si no la veta) estamos presenciando el primer episodio de importancia a consecuencia del triunfo del PRI en las recientes elecciones federales.
Y no se trata del triunfo de un grupo monolítico, al contrario, este episodio está mostrando en toda su crudeza la disparidad de grupos, intereses y proyectos existentes al interior del partido que lo fue todo en México.
La mayoría de los priistas llegados a la Cámara de Diputados son políticos ligados, algunos de ellos muy fuertemente, a sus respectivos gobernadores. Ello podría explicar el hecho de que los gobernadores priistas hubiesen tenido el más importante papel en la discusión con el gobierno federal para la aprobación del paquetazo, es lógico suponerlo, al contar con la cuasi mayoría parlamentaria no sólo impulsaron el acuerdo sino que se cuidaron de instalar los suficientes candados legales a fin de que fluyeran más recursos a los gobiernos estatales y le disminuyeran, por tanto, a la administración federal y a sus principales programas sociales.
De ahí, probablemente, la postura de César Nava, al percatarse los panistas en el gobierno, que les habían amarrado las manos y en cambio los gobernadores priistas contarían con un caudal de recursos, si bien no suficientes para enfrentar los efectos de la crisis, sí para paliar sus efectos y no quedar “inermes” el próximo año y afrontare de mejor manera la realización de 12 (¿?) elecciones estatales. De ahí el interés de la presidenta del PRI, Beatriz Paredes, en aprobar el paquetazo pues a querer y no, a la chita callando, trabaja en aras de aparecer como posible candidata en el 2012.
Pero el tamaño de los costos políticos, expresado en el unánime rechazo popular a los nuevos impuestos atrapó a los priistas. Fueron numerosos los diputados que se negaban a aprobar algo tan regresivo. Al final la disciplina partidaria funcionó como siempre, sólo un grupo de 35 valientes disidentes resistió el acoso (se llegó a decir que la misma Beatriz Paredes amenazó a más de uno al señalarle que si no aprobaba el paquetazo -“se te acabó tu carrera política).
Pero justamente cuando se inscribían más de 120 oradores en la Cámara de Diputados, los dirigentes de los senadores priistas dieron a conocer su postura a la dirigencia priista: No la vamos a aprobar, dijeron.
Según la versión publicada por Raymundo Riva Palacio, director de El Universal, (El Diario, 23/X/09) Francisco Rojas le habló por teléfono a Manlio Fabio Beltrones, líder de los senadores priistas, y le pidió que el senado aprobara el paquetazo fiscal, -¿Por qué? le respondió. “Son los acuerdos que tenemos”, dijo Rojas. “¿Con quién hicieron acuerdos?”, reviró Beltrones, “con nosotros no”.
Y es que en el senado, como la canción, el que manda es Manlio Fabio Beltrones, el senador sonorense que desde el 2000 anunció su pretensión de ser candidato presidencial en 2012 y que al oponerse a ley tan regresiva, no sólo le enmienda la plana a dos adversarios, sino que logrará, si se mantienen los senadores priistas en esa postura, aparecer como “el bueno” de la película al respaldar el amplio rechazo popular a las medidas impositivas.
Pero no sólo, logrará poner, quien lo dijera, en ridículo a la presidenta del partido y se habrá sobrepuesto a Ernesto Peña Nieto, el poderosísimo mandatario mexiquense, cuyo manto político abarca a más de medio centenar de diputados federales.
Los asertos anteriores explicarían la increíble decisión de aprobar las medidas fiscales motivo de discusión y rechazo en todo el país. Según el gobierno federal el boquete abierto por la crisis -“que nos llegó de fuera”- ascendió a más de 300 mil millones de pesos (mmdp), pero si se aprobara el paquetazo la recaudación soñada por los funcionarios de Hacienda ascendería a 116 mmdp, y eso si al elevarse los impuestos no disminuyese la recaudación, como fruto del aumento de la evasión y elusión fiscal.
Son de antología nuestros políticos. Primero se pelean hasta la madrugada, luego los autores de la iniciativa salen diciendo que los priistas son los autores intelectuales, que las medidas aprobadas no resuelven el problema y luego muchos de los aprobantes salen a defender su voto, incluso cuando sus compañeros senadores ya se aprestan a rechazarla.
Insuficiente, la ley de ingresos avalada por el PRI, dijo César Nava, el presidente del PAN, y desató, automáticamente, la respuesta del tricolor, la que sólo necesitaba un empujoncito en la Cámara de Senadores.
Nava, al despotricar contra los priistas lo único que logró fue hacerles más terso el papelón jugado por los diputados federales priistas.
Las frases de Nava no dejaron resquicio, acusó a la “burocracia” de los gobiernos priistas de ser quien se quedara con el 16% de IVA aprobado.
No tuvo que ir muy lejos por las respuestas. El dirigente panista es un irresponsable, llorón, rajón y cobarde, le dijo el diputado priista, secretario de la Comisión de Hacienda, David Penchyna.
Es indefendible el paquetazo. La totalidad de los organismos empresariales lo rechazaron, y Banamex, mediante un estudio, informó que provocará un aumento de 6% al índice inflacionario.
El programa fiscal recrudecerá la recesión, el desempleo y se ampliará el período de la crisis, dice Jesús Silva Herzog, ex secretario de Hacienda.
Así, de manera natural, por lo menos en este asunto, los senadores priistas coincidirán con los del PRD. Los del PRI sostienen que aumentarán cuatro dólares el precio estimado del barril de petróleo, elevarán a un punto el déficit fiscal y disminuirán recursos para gasto corriente. Además, desecharán la intención de gravar a las personas físicas que ganan más de 6 mil 663 pesos al mes. Pretenden subir el rango, para que sólo aplique a los que tienen ingresos mayores a 11 mil pesos mensuales.
“Retomaremos nuestra propuesta, porque no sólo se trata de salvar la caja del gobierno, sino de generar crecimiento y generar empleo. Si dicen que es nuestra propuesta la que se aprobó, pues que sea la nuestra de verdad", expresó Jesús Murillo Karam, Secretario General del PRI.
El nuevo paquete daría recursos adicionales por 79 mil millones de pesos, de los cuales 49 mil serían participables a los estados ¡Oh, lalá!
En total, los senadores priístas le restarían a los ingresos aprobados en San Lázaro, unos 50 mil 400 millones de pesos que deberán compensarse con otras medidas. A su vez, los senadores perredistas propondrán quitar de la Ley de Ingresos aprobada por los diputados el incremento al IVA, al impuesto sobre depósitos en efectivo (IDE) –que lo elevaron a tres por ciento– y el tres por ciento en telecomunicaciones y propondrán que en el caso de la consolidación fiscal, se mantenga con efectos retroactivos.
Si bien el incremento al IVA ha recibido la mayor parte de las críticas, el aumento al ISR es no menos lesivo pues aumentaría hasta en 8% los impuestos a pagar por los asalariados.
A cambio, los priistas cumplieron, dice Alejandro Cano, pues no elevaron el IVA a medicinas y alimentos como se propuso en campaña a la población y él se declaró dispuesto a “asumir el costo político por autorizar algo que no es popular”.
No había opciones, aseguraron sus compañeros Guadalupe Pérez y Guillermo Márquez en el seno de una reunión del Consejo Estatal Agropecuario; ambos aseguraron que, de acuerdo con la información proporcionada por Hacienda, la aprobación de tales medidas impositivas era la única alternativa.
Sin embargo, el miércoles de la semana pasada el SAT envió un reporte a la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados. En él se señala que el año pasado los 400 grandes grupos empresariales existentes en el país pagaron en promedio 1.7 por ciento por concepto de impuesto sobre la renta (ISR). Pagaron sólo 85 mmdp, luego de haber acumulado ingresos por 4 billones 960 mil millones.
No es la excepción, en el 2006 se le devolvieron a las grandes empresas 114 mmdp por concepto de IVA, lo que llevó a que cien de las más importantes empresas en el país pagaran sólo 7 mil 50 pesos por IVA e ISR, de acuerdo con la fiscalización efectuada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
El año anterior, en 2005, la Secretaría de Hacienda, a través del SAT, le devolvió a diez grandes contribuyentes más de 17 mil millones de pesos de IVA e ISR, entre los que se encontraban Wal-Mart, Bimbo, cinco fabricantes de automóviles, (no detallados en el informe público de la ASF), así como una empresa de equipos fotográficos.
Además, tal auditoría detectó a 50 grandes contribuyentes, (tampoco precisados) cuyos pagos individuales de impuesto sobre la renta en ese año, deducidas las devoluciones, fueron menores a 74 pesos. Es decir, entre todos pagaron 3 mil 700 pesos, a pesar de tratarse de consorcios con ingresos brutos anuales superiores a los 500 millones de pesos.
Sólo como ilustración de tan salvaje política fiscal, sirva el hecho que las devoluciones efectuadas por Hacienda en 2005 equivalían al 61% de la inversión física federal y al 85% de las pensiones y jubilaciones pagadas por el sector público presupuestario ese año, según la ASF.
Igual ocurrió en 2007, ese año el SAT devolvió 133 mil 218 millones de pesos a grandes contribuyentes. (La Jornada, 17 de marzo de 2009, p. 16).
¿De veras no hay opciones? ¿Por qué no acabar con los regímenes especiales, como el mismo SAT sugiere en el reporte mencionado, si lo recaudable ascendería a más de 400 mmdp?
¡Ah, pero es que se trata de los señorones, de los verdaderos mandones en México!
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