jueves, 8 de octubre de 2009

A concentrar los reflectores

A concentrar los reflectores
El Diario, 8 de octubre 2009
Luis Javier Valero Flores
Temerosos, quizá arrepentidos del alcance de la reforma electoral del 2008, sobre todo en lo concerniente a la prohibición de la contratación de propaganda política en los medios electrónicos de comunicación, y a la promoción de la imagen y voz de los gobernantes, los políticos mexicanos inventan mil y una maneras de evadir tales regulaciones que llevaron al país a colocarse, por lo menos formalmente, en el nivel de las democracias más desarrolladas.
Tal innovación ponía un freno, así se esperaba a los inmensos presupuestos ejercidos por los partidos políticos. La reforma tenía como objetivo volver equitativas las contiendas electorales y disminuir la importancia del financiamiento privado, legal e ilegal, en las mismas.
Además, se pretendía que en adelante los gobernantes ya no usaran los recursos públicos en su autopromoción, tanto para evitar que les sirviera para la búsqueda de otras posiciones, como para impedir se hiciera uso de esos recursos para favorecer a sus partidos y sus candidatos.
Por si fuera poco, y no era una aspiración menor, la pretensión era de la hacer de las campañas electorales un proceso más reflexivo de los ciudadanos y no la consecuencia deformada de imbuir, cual si fueran cualesquier mercancías, preferencias electorales, a fuerza de repetir hasta el cansancio imágenes y voces de los aspirantes a los puestos de elección popular.
En los meses posteriores hemos visto de todo, en la intención de los políticos de evadir a la ley, o incluso violarla sin que se generara sanción alguna. Primero aprobaron una contrarreforma mediante la cual ahora sí se vale que siete días antes y cinco después los gobernantes sí puedan efectuar promoción personal en todos los medios.
Luego, en las primeras campañas electorales posteriores a la reforma, varios partidos contrataron tiempo en estaciones de radio en las entidades vecinas, el candidato panista a Jefe delegacional de Miguel Hidalgo, Demetrio Sodi, se inventó una entrevista a la mitad de un partido de futbol, por puritita coincidencia, en el canal televisivo con mayor audiencia en el país; varios gobernadores, entre ellos preponderantemente el del Estado de México, Ernesto Peña Nieto, aparece todas las noches en el noticiero más visto, con cualquier pretexto y enmascarando su promoción personal cual si fuera información general.
Del mismo modo, lo hace el gobernador de Veracruz, ambos priistas, cuyos “logros” son del conocimiento nacional pero en cuyos actos promocionales demuestran su talante antidemocrático y oportunista, y sus desmedidas ambiciones; todo se vale con tal de alcanzar la siguiente posición de poder.
Y por supuesto, la enorme mayoría de ellos –los que tienen poder de mando- opuestos a cualquier reforma que los obligara a efectuar verdaderos rendimientos de cuentas, a través de los cuestionamientos de los integrantes de los poderes legislativos correspondientes.
Aspectos de tales conductas podremos apreciar en los subsecuentes días –y ya fuimos testigos de otros-, especialmente el día de mañana cuando los alcaldes de Juárez y Chihuahua presenten sus respectivos informes, que no son, para nada, un episodio de rendimiento de cuentas, y quienes en el modo de hacerlo mostrarán sus verdaderos talantes.
Ya lo hicieron el año anterior. En el caso del panista Carlos Borruel, la transmisión radiofónica no abarcó (también en el caso del priista, el juarense Reyes Ferriz) las intervenciones de los regidores y los habitantes de la capital sólo escucharon al alcalde.
Reyes Ferriz fue aún peor, y este año repetirá. Entregará mañana su informe en una sesión “solemne” a mediodía en el edificio municipal y cinco días después, en el límite de la ley, se otorgará su propia fiesta, con toda seguridad la última en la plenitud del poder, en el escenario de lujo del Juárez contemporáneo, el Centro Cultural Paso del Norte, y seguramente que ese discurso, sin previsibles contratiempos, ni crítica alguna de sus opositores, será transmitido por los medios electrónicos contratados para tal efecto.
Esa es la divisa de los gobernantes mexicanos –y chihuahuenses- de la hora actual, obligan a extrañar la mesura, la autocontención de los hombres de La Reforma, esos que tanto se recuerdan en los discursos de la clase política pero cuyo ejemplo, en la función pública, se encuentre tan lejos de la vanidad de quienes ahora nos gobiernan.
Correo electrónico: Aserto1@netscape.net
Blog: http://luisjaviervalero.blogspot.com

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