domingo, 4 de octubre de 2009

Contra ellos, todo el peso del Estado

Contra ellos, todo el peso del Estado
EL DIARIO, 1 de octubre 2009
Luis Javier Valero Flores
No, no se trata de los integrantes de alguno de los grupos responsables de las miles de ejecuciones efectuadas en el curso –sobre todo- de los dos últimos años; tampoco se trata de las decenas de secuestradores o extorsionadores cuyos bonos han ido al alza en el mismo período –fundamentalmente desde que Felipe Calderón les declaró la guerra a los narcotraficantes-, no, no se trata de ningún otro grupo delictivo, sino de los jóvenes, a todos los de Chihuahua, a quienes estará dedicada una parte de la reforma de la reforma penal a aprobarse en el curso de los próximos días.
De acuerdo con la información proporcionada por el presidente de la Comisión de Justicia del Congreso del Estado, el diputado del blanquiazul, Roberto Lara Rocha, la legislatura local habrá de aumentar las penas “a los menores infractores, principalmente en los delitos de homicidio, violación, rapto, secuestro y extorsión”. (Nota de Silvia Macías Medina, El Diario, 28/09/09).
Inmersos en la tendencia conservadora prevaleciente, por desgracia, en el país, la mayoría de los diputados chihuahuenses, del mismo modo como lo ha propuesto el gobernador, José Reyes Baeza, pretenden, con estas reformas, darle la vuelta a las diversas prohibiciones existentes, no sólo en la legislación federal, sino también en los distintos tratados internacionales firmados por nuestro país (y por ende, en el marco constitucional) de disminuir la edad en la que se pueden imputar responsabilidades penales.
De esas pretensiones da cuenta el diputado Lara. Lo dijo con toda claridad: Al elevar las penas, será equiparable a bajar la edad penal, toda vez que “quienes incurran en esas conductas delictivas, que tengan entre 10 y 14 años de edad, se les impondrán la pena de 10 años de reclusión en los centros de rehabilitación para menores; y hasta 15 años a quienes tengan entre 16 y 18 años. ‘No se baja la edad penal, pero sí se aumentan las penas, porque actualmente los menores infractores son sujetos a un proceso penal especial, toda vez que existe todo un sistema de justicia para ellos’, dijo”. (Misma nota).
Sergio Fajardo Valderrama, ex alcalde de Medellín, Colombia, en conferencia ofrecida en Juárez recientemente, ubicó el origen del crecimiento de la incidencia delictiva en los problemas sociales, los que, una vez atendidos, ejercen un efecto positivo sobre todas las actividades delictivas, las que decrecen abruptamente en cuanto se ponen en marcha ambiciosos programas sociales cuyos efectos son, también, a largo plazo.
La investigadora juarense, Lourdes Almada Mireles, reiteradamente ha informado que las mujeres juarenses (y por extensión, las de toda la franja fronteriza del norte de México) trabajan un 10 por ciento más que las mujeres de otros estados. Al enarbolar tal cifra, sostiene que en Juárez existen guarderías para menos de 50 mil niños y no para los 150 mil infantes existentes en la urbe fronteriza.
Así, según un reporte intitulado “La Situación de la Infancia en Juárez”, la mitad de los habitantes de esta ciudad son menores de 24 años de edad; de ellos, un 30% de los adolescentes no encuentran un espacio en la escuela secundaria y el 67% de los jóvenes no puede ingresar a una preparatoria por no haber las suficientes instituciones educativas.
Además, según el mismo reporte, más del ocho% de los menores de entre seis a ocho años de edad se quedan solos en casa.
Tal modelo de atención y descuido de la infancia y la primera juventud tiene una data de por lo menos 25 años en el antiguo Paso del Norte, esquema que ha adquirido igual importancia en la capital del estado y en algunas de las ciudades medianas de la entidad. (Datos de la nota de Pedro Sánchez Briones, El DIARIO, 22/06/09).
¿Con quién se quedan los niños y jóvenes de nuestras grandes ciudades? ¿Quién se hace cargo de tremendo descuido? Ni las instancias gubernamentales, ni las empresas “socialmente responsables”. Durante años nos preocupamos exclusivamente en traer empleos, nunca nos preocupamos por las secuelas de tal modelo de producción y nadie, todavía hoy, ha propuesto medidas de profunda transformación social para hacerle frente a la desatención de nuestros niños y jóvenes, sólo atinamos a endurecer las penas.
Nos seguiremos arrepintiendo.
Correo electrónico: Aserto1@netscape.net

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