domingo, 4 de octubre de 2009

El tiempo del gobernador

El tiempo del gobernador
El DIARIO, 4 de octubre 2009
Luis Javier Valero Flores
El mismísimo gobernador Reyes Baeza les dio la razón a quienes pregonaban en los días previos a la presentación del quinto informe que en la práctica sería el último. Tanto en el mensaje en el Congreso del Estado, como en los eventos informativos de Juárez y Chihuahua, (y destacadamente en el caso de la ciudad fronteriza) el deliciense hizo un recuento de las acciones realizadas por su gobierno en los cinco años.
En la reunión del Consejo Estatal, celebrado la semana anterior, dijo: “Ustedes me eligieron por seis años y apenas voy a rendir mi quinto informe”. Reyes lo sabe, en realidad éste fue el último informe merecedor de la atención, no sólo de la clase política, sino de todos los chihuahuenses interesados en la función pública.
La atención estará centrada, en un año, en la conformación del gabinete y en el programa de gobierno que habrá de enarbolar el sucesor.
Joven aún, Reyes será (a menos que le suceda una catástrofe a su partido) una muy fuerte opción para las candidaturas a las senadurías en el 2012.
Pero antes deberá afrontar algunos retos, entre ellos el de llegar a las elecciones del próximo año con un candidato fuerte y un partido unido. Por lo que trasluce su discurso ante el Consejo estatal priista, aún están lejanos tales objetivos pues debió salir a decirles a los precandidatos que bajaran la intensidad de sus trabajos proselitistas, de tal manera que les reclamó, en distintos tonos y frases que éstos, los actuales, son los tiempos del gobernador.
Debe estar la disputa muy álgida, a tal grado que debió aclarar: “Yo no tengo candidato... Si a algún recaudador llegan y le dicen que se alinee porque ya tengo un candidato, respondan: ¿Ah sí? Pues que me hable el gobernador...”.
Esta frase, contra lo que se diga, sí tiene un destinatario entre los aspirantes. Sólo debiéramos recordar qué funcionario estatal, de los precandidatos priistas, tuvo en sus manos la posibilidad de nombrar o influir en la designación de los recaudadores de rentas en las cabeceras municipales.
Recurrió a todo su bagaje discursivo en el acto priista para hacer sentir que tiene en sus manos la conducción del gobierno, no sólo la administrativa, sino la más importante, la política y les pidió a los dirigentes de su partido que necesitaba “la compañía del partido, acompáñenme –pidió- hasta el último año de mi gobierno”, pues “… Recuerden que el tiempo de los precandidatos es importante, pero más importante es el tiempo del gobernador”.
Y es que éste se acaba. En los distintos escenarios en los que emitió mensajes con motivo del V Informe presentó una visión global del sexenio (en política los sexenios son de cinco) y en muchos pasajes de sus intervenciones comparó los logros de su administración con los alcanzados en las dos anteriores. Así, en materia educativa afirmó que duplicaba lo logrado en los gobiernos de Patricio Martínez y Francisco Barrio, juntos; lo mismo aseguró en materia carretera, en vivienda, en inversión pública, etc., en tanto que en inversión en materia de salud triplicó la efectuada los doce años anteriores.
Una cosa es cierta, y no se le puede regatear a Reyes Baeza, su gobierno efectuó una vasta obra pública; se puede afirmar, para desestimar tal hecho, que los excedentes petroleros le otorgaron a su administración una gran cantidad de recursos económicos, no percibidos por las dos anteriores, y que todos los gobiernos estatales (y los municipales) estuvieron en similares condiciones, pero en Chihuahua sí se pudo apreciar, sobre todo en obras de infraestructura, el ingreso de ese dinero.
Así, el número de viviendas construidas, las numerosas instalaciones y equipamientos de los organismos de salud, la infraestructura vial construida en Juárez, las carreteras edificadas en casi todo el territorio estatal, la inversión educativa (destacadamente lo invertido en los nuevos campus de la Uach y la Uacj), la dotación de materiales escolares a todos los alumnos de educación primaria; la infraestructura vial en la capital del estado y un largo etcétera.
Más aún, la reforma penal y la aprobación de la ley de transparencia son hitos de su gobierno. Podemos enjuiciar ahora los no pocos aspectos negativos de ambos nuevos ordenamientos, pero serán de las cosas que recordaremos de su gobierno, y de la voluntad inicial de Reyes Baeza por sacarlas adelante.
Otros son los aspectos negativos de su gobierno y de los muchos pendientes dejados por su administración, algunos de ellos compromisos adquiridos en los meses previos a su asunción.
Y ahí reside fundamentalmente lo negativo de su gestión, en las expectativas no satisfechas por su gobierno. No son pocas, a su llegada, y a pesar de las numerosas críticas, prácticamente dejó intacta por larguísimos meses la vieja estructura de procuración de justicia; persistió la costumbre de dejar en manos de los suyos la fiscalización del ejercicio de los recursos públicos; se profundizó en el afán de mantener controlados los principales organismos públicos, así fue en el caso del nuevo Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública, de la Mujer, y del Instituto Estatal Electoral, y éste por su conformación, pues su presidente, Fernando Herrera, a pesar de no negar sus filias priistas, recibió el beneplácito del principal partido opositor, el PAN, tanto en su gestión en la Asamblea Municipal Electoral de Delicias como en la primera mitad en el IEE.
Sin duda, es en el terreno de la transparencia en donde se ubica uno de los aspectos negativos de su gobierno. La ley, de avanzada, sufrió un lamentable quebranto en la aprobación del reglamento. En la práctica volvió nugatorios todos los avances contenidos en la misma, quebrantos que han sido profundizados por la opaca gestión de la mayoría de sus integrantes y sus decisiones, a contrapelo de las necesidades, en materia de transparencia, de una sociedad ahíta de avances democráticos y de una mayor voluntad en ese sentido de sus gobernantes.
La seguridad es, por mucho, el principal aspecto negativo del gobierno de Reyes, pero ¿Habrá algún mandatario estatal, en todo el país, que hubiese afrontado de menor manera la violentísima ola homicida? Es de dudarse.
Pueden ofrecerse tales y cuales aspectos criticables de su gobierno en este aspecto pero lo cierto es que estamos ante la peor crisis en esta materia jamás sufrida por los mexicanos. Es fruto del agotamiento de un régimen, de una forma de gobierno que hace agua por todos los costados y cuyos responsables, todos, forman parte de la clase política, algunos de los cuales tienen mayores responsabilidades. En ese sentido, Reyes Baeza no podrá deslindarse de la parte que le toca, fundamentalmente de la derivada del desconocimiento de la dimensión del problema del narcotráfico en Chihuahua. Ahora sabemos, por el número de ejecutados, originarios y/o residentes de nuestra entidad, de la profundidad de las raíces de tal fenómeno delictivo.
De tal desconocimiento, o tal evasión, dan cuenta algunas frases expresadas por el mandatario en los “informes” regionales: “No es una violencia criminal con origen en la sociedad chihuahuense, sino de fuera, y hoy afecta a la comunidad en general… ”.
No, durante décadas, Chihuahua es una de las rutas más importantes para el tráfico de personas, drogas, armas, vehículos y precursores de drogas.
El aserto anterior no coincide con la interesada opinión del panismo local, insistente en achacarle al gobierno del Estado toda la responsabilidad en este fracaso. Incapaces de aceptar críticas o de efectuar un ejercicio autocrítico, no atinan a evaluar que el fracaso del Operativo Conjunto Chihuahua se da justamente en la entidad que alberga la mayor fuerza militar y uno de los contingentes principales del resto de las fuerzas policiales federales.
A pesar de tal despliegue militar, este año el número de las ejecuciones será superior al del anterior ¿Cómo explicarlo racionalmente? “Porque Reyes Baeza no hace lo necesario”, dicen.
No, si en alguna entidad se pudiera ejemplificar lo equivocado de la estrategia de Felipe Calderón en el combate al narcotráfico, esa, por desgracia, es la nuestra.
Otro de los aspectos en los cuales Reyes entrega malas cuentas es en el modelo económico. Chihuahua requiere una profunda transformación del mismo, para ello, sus gobernantes debieron sentar las bases de la misma; lo dicen en todos los sectores de la sociedad, no podemos seguir dependiendo de la industria maquiladora, quizá la insistencia en desarrollar la industria aeroespacial pueda otorgarle a nuestro estado un respiro, pero no la profundidad del cambio requerido.
Finalmente, si en algo tuvo oportunidad Reyes Baeza de incidir fuertemente fue en los aspectos formales de nuestra democracia, y ahí faltó la profunda vocación transformadora. Ahora lo vivimos con el problema de la redistritación, pero se apreció en mayor medida en los aspectos formales de la presentación del V Informe.
No se atrevieron a proponer cambios democráticos en la presentación del informe y en cambio violaron lo asentado, tanto en la Constitución del Estado, como en la ley orgánica del Poder Legislativo.
La primera establece que “Si el Gobernador le da lectura (al informe), el Presidente del Congreso le contestará en términos generales y un representante de cada grupo parlamentario podrá hacer comentarios generales en torno al mismo una vez rendido aquél…”.
Sin embargo, Reyes Baeza escuchó las intervenciones de los diputados y luego dio un mensaje, un mini informe en la práctica, con lo que violaron la ley todos, los diputados y el mandatario, pues en ninguna parte de las leyes respectivas se le otorga al gobernador la facultad de hablar en el seno del Congreso, salvo, en el acto de presentar el informe.
¿Porqué no establecer el verdadero mecanismo de la rendición de cuentas, es decir, la posibilidad de la interpelación, de las respuestas y de las contra respuestas de los inquirentes?
En cambio, se opta por la celebración de actos pletóricos de cortesanía en los cuales el informante sólo recibe los parabienes y felicitaciones de algunos de sus conciudadanos y no las críticas de quienes tienen la obligación de escudriñar la obra pública y ¿Por qué no? De sus opositores.
Pero, como dijo el señor, ahí será para la otra.
PAPISTAS.- Escribe José Díaz (El Diario, 3/X/09) que los homenajes deben hacerse en vida, criticando que algunos (el escribiente es uno de esos) hayamos deplorado que el Consejo Universitario de la Uach haya determinado imponerle el nombre de Reyes Baeza al Estadio Universitario. Reyes seguirá vivo una vez que deje el gobierno y ya fuera del ejercicio del poder, entonces sí, a darle vuelo a la hilacha con los homenajes que crean conveniente hacerle ¿Porqué nuestros ínclitos consejeros no se esperaron tantito, al cabo qué tanto es tantito?
Correo electrónico: Aserto1@netscape.net

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