jueves, 29 de octubre de 2009

Momentos de definiciones

El Diario, 29 de octubre 2009
Luis Javier Valero Flores
En medio de la vorágine de la polémica presupuestaria, y del golpe a la Compañía de Luz y Fuerza y a su Sindicato Mexicano de Electricistas, avasallado por la eterna y permanente campaña mediática en su contra, que llega por momentos al linchamiento, la propuesta presupuestaria alternativa de Andrés Manuel López Obrador pasó casi totalmente inadvertida.
En mala hora pues presenta aspectos que muestran la indebida e inmoral política de respaldar, hasta lo indecible, a la privilegiada minoría, la muy poderosa casta empresarial asentada en nuestro país.
Según el Secretario de Hacienda, Agustín Carstens, el “hoyo” a las finanzas públicas derivado de la profundización de la crisis económica, asciende a cerca de los 500 mil millones de pesos (mmdp), en una versión, y en otra a “sólo” 300 mmdp.
Sin tomar en cuenta el informe del Servicio de Administración Tributaria (SAT) de la Secretaría de Hacienda, según el cual 400 grupos empresariales sólo pagaron el 1.7% de las utilidades obtenidas en 2008, razón por la que entregaron a Hacienda solamente 85 mmdp y no los 850 mmdp que debieron hacer, la propuesta del lopezobradorismo le allegaría al gobierno la cantidad de 500 mmdp.
La propuesta de López Obrador consiste básicamente en ahorrar 200 mmdp del gasto corriente, a partir de la reducción en 15% las partidas de servicios personales y de gastos de operación del gobierno; y obtener otros 300 mil millones mediante el cobro de impuestos a grandes empresarios y banqueros. Esto implica eliminar los regímenes especiales como la consolidación fiscal; la exención de impuestos por ventas de empresas en la Bolsa; las tasas de impuestos sobre dividendos, que son más bajas que en Estados Unidos; la depreciación acelerada de activos; el abuso en donativos deducibles de impuestos; y el incumplimiento de pagos de créditos fiscales, entre otros renglones.
Al reducir en 50 por ciento los salarios y prestaciones de los altos funcionarios públicos, de directores adjuntos para arriba, incluyendo a los tres poderes y a los gobiernos estatales, se obtendría un ahorro de 95 mil millones de pesos.
Al desaparecer las partidas 1406, 1407 y 1500 del presupuesto federal, destinadas a la atención médica privada, a la caja de ahorro especial y a los bonos extraordinarios que reciben los altos funcionarios públicos; así como la eliminación de las pensiones a los ex presidentes nos ahorraríamos 30 mmdp.
Luego, al eliminar o reducir las partidas destinadas al pago de alimentación para altos funcionarios, los gastos de publicidad, la telefonía celular, las oficinas alternas, el arrendamiento de computadoras, vehículos y aviones, el pago de asesorías, los gastos de representación, combustibles y lubricantes y la adquisición de vehículos para funcionarios públicos, boletos de avión y viajes al extranjero el país se ahorraría otros 50 mmdp.
En cuanto al trato privilegiado recibido por los más poderosos grupos empresariales, según el Auditor Superior de la Federación, merced a las devoluciones de IVA, “las grandes corporaciones en 2004 pagaron sólo 74 pesos de Impuesto sobre la Renta y 69 pesos de IVA”, de ahí que el ex candidato presidencial del PRD proponga el cese inmediato de tal práctica fiscal pues, dijo, tan sólo en el periodo 2001-2005, mientras la inversión privada se incrementó en 279 mmdp, las devoluciones de impuestos alcanzaron los 604 mil millones.
Es tan descarada la corrupción en la cúpula del poder, que el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) resolvió mantener en secreto por 12 años -hasta 2019- los nombres de las empresas que en 2005 resultaron beneficiadas por el SAT con la devolución multimillonaria de impuestos.
Otro ejemplo de tal proceder, son los créditos fiscales no pagados por grandes empresarios y banqueros. La cartera total, que también incluye a otros deudores, sumaba al 30 de junio de este año, 469 mmdp.
Asimismo, en ese año, Hacienda sólo recuperó el 0.3 por ciento del monto otorgado a los llamados grandes contribuyentes. Es decir, los principales deudores fiscales al final no pagan nada. Entre ellos aparece un banco con créditos fiscales por 25 mil millones de pesos. Además, en ese año, a esa misma institución financiera, le devolvieron 2 mil millones de pesos de impuestos. También “dos cadenas televisivas” tenían créditos por mil 500 millones y un periódico debía 2 mil 675 millones.
¡Eso es puura vida! Diría Clavillazo.
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