sábado, 8 de septiembre de 2012

Ejecuciones extrajudiciales

El Diario, 6 de septiembre de 2012 Luis Javier Valero Flores Si alguien duda de la gravísima crisis por la que atraviesan las instituciones (lo que incluye la credibilidad en ellas, y parte fundamental, la de la confianza de la ciudadanía en la procuración y aplicación de justicia) basta asomarse a los comentarios realizados por infinidad de ciudadanos en el sitio digital de El Diario de Juárez (www.diario.com.mx), tanto en las notas informativas, como en el comentario editorial del periódico, acerca de la más reciente ejecución de un presunto asaltante de una tienda “Del Río”, a manos de un policía encubierto, finalmente exonerado por el Ministerio Público, bajo la figura de “exclusión de responsabilidad”. El rasgo común es el profundo desprecio al delincuente, la exigencia de matar más personas dedicadas a la delincuencia, de “limpiar” y de no aplicar medida legal alguna en favor de quienes hayan sido detenidos cometiendo un delito. Solo la ley de la selva piden quienes deben ser -a juzgar por la contundencia de sus pronunciamientos- ciudadanos ejemplares, queremos pensar que hartos de la inoperancia, corrupción y falta de voluntad, en general, de las autoridades encargadas de combatir la delincuencia. Ese hartazgo, por desgracia, lleva a que se asuman las posturas más radicales, que se creen las más apropiadas para enfrentar una situación tan compleja como la que ahora viven la absoluta mayoría de los juarenses. Podrían aceptarse tales posturas, entenderse, pero de ninguna manera se coincide en pensar que tales procedimientos letales sean los más adecuados para enfrentar a la ola delictiva. Más aún cuando dichos procedimientos, aprobados, por quien sabe qué estructura gubernamental para evitar los asaltos a los establecimientos comerciales, propiedad de uno de los hombres más ricos de la entidad, cuyo género principal es la venta de bebidas alcohólicas (por más que algún presidente del pasado, Adolfo López Mateos o Gustavo Díaz Ordaz, hayan declarado a la cerveza “un refresco”) y que sus principales y más recientes expresiones políticas sean las del pleno apoyo a las aspiraciones del actual alcalde juarense, Héctor Murguía, de convertirse en abanderado del PRI en la elección de candidato a gobernador del pasado proceso electoral local, son una flagrante violación al marco legal establecido. Además, no es el primer episodio en el que las circunstancias de la ejecución no resultan claras, lo suficiente como para que a la ciudadanía no le quedara duda alguna acerca del peligro inminente, a la vida, sufrido por el agente encubierto que lo hizo defenderse utilizando la medida extrema, la de liquidar a quien tenía enfrente. Porque la información inicial ofrecida a los medios de comunicación fue que la causa de muerte había sido las lesiones producidas por tres disparos de arma de fuego, en la espalda de la víctima. Luego nos informarían que se habían hecho otras pruebas pericia para saber la causa de muerte, y como apuntó algún internauta de El Diario, no se necesitan tantas luces para saber si los disparos fueron recibidos de frente o de espalda, lo que llevaría a muy distintas conclusiones para saber si el policía encubierto efectivamente estaba en riesgo mortal, o como muchos pensamos, resolvió acabar de una sola vez con quien se atrevió a asaltar el negocio de uno de los hombres más poderosos de la región. Y lo decimos claramente, esa medida es el llamado más contundente a desconfiar de la autoridad; constituye, además, la más clara violación de la legalidad por parte de la autoridad y de pasada se convierte en la prueba palpable de algo que deploramos la mayoría: La existencia de un marco legal para los más poderosos, y de otro, claramente excluyente y represivo para el resto de la sociedad. Finalmente, son de lamentarse las expresiones, verdaderamente pedestres, que señalan a las motivaciones de El Diario, en repudiar la creación de la figura de los policías encubiertos, bajo el sambenito que obedecen a que los negocios de Federico de la Vega ya no se anuncian en nuestro periódico, o que los ciudadanos no pueden adquirir en sus establecimientos el periódico líder de la ciudad y que se ha constituido en un claro referente para informar al mundo entero de la enorme tragedia sufrida por los juarenses. No solo ha informado, también ha asumido una elogiable postura frente a los gobernantes, de todos los niveles, y en no pocas ocasiones su colectivo debió sufrir los embates del crimen organizado y de algunas autoridades, hasta el nivel del asesinato de dos de sus elementos. Escamotearle tal protagonismo parece un acto de mezquindad. asertodechihuahua@yahoo.com.mx http://luisjaviervalero.blogspot.com http://twitter.com/LJValeroF

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