jueves, 5 de julio de 2012

“Ustedes perdonen”

El Diario, 5 de julio de 2012 Luis Javier Valero Flores Las disculpas solicitadas por el periodista Ciro Gómez Leyva –Milenio– y Roy Campos –Consulta Mitofsky– por las enormes equivocaciones de las encuestas realizadas por GEA-ISA-Milenio, difundidas en el canal y la cadena periodística de Milenio, y las realizadas por Mitofsky, difundidas en canal 2 de Televisa, son el epílogo hipócrita de quienes actuaron acompasadamente en el proyecto de impulsar la candidatura de Enrique Peña Nieto para hacerlo aparecer como el virtual ganador de la contienda presidencial, varios meses atrás, y mucho más contundentemente en la campaña presidencial recién terminada. Por desgracia no fueron los únicos. Como lo sostuvimos días antes del 1 de julio, esta elección era la de la derrota de las encuestas (como instrumento científico para medir de manera real las preferencias electorales) debido a que no fueron utilizadas para mostrar la realidad del país, sino para influir en ella y cambiarla conforme al guión establecido por los poderes fácticos. Las encuestas fueron concebidas y usadas para hacerle creer a la mayoría del electorado que nada había que hacer, que la diferencia entre el candidato “puntero” y los demás era demasiada, imposible de remontar en los tres meses de campaña. A los medios y empresas mencionados se sumaron la absoluta mayoría de las empresas líderes en esa materia en el país. Las dos empresas televisivas, los periódicos del DF de mayor circulación –El Universal y Reforma–, la cadena de la OEM (El Sol de México, Esto, El Heraldo de Chihuahua, etc.), del inefable Mario Vázquez Raña; Excélsior, por pura coincidencia propiedad de Olegario Vázquez Raña, uno de los mejores y más cercanos amigos de Martha Sahagún y Vicente Fox; El Financiero y una extensa red de estaciones radiofónicas ligadas al duopolio televisivo, e infinidad de medios de comunicación locales. Solo para recordar, aquí van los resultados de las últimas encuestas, dados a conocer a escasas horas de la elección, y sólo de algunas empresas: Mitofsky dio por ganador a Peña Nieto con el 44.5% de los votos por 29.4 de AMLO, ¡15 puntos de diferencia equivalentes a 7.5 millones de votos Parametría-El Sol de México dio un resultado semejante: EPN, 43.9 y AMLO, 28.7; lo mismo Buendía y asociados: EPN, 43.6, AMLO, 27.7; Reforma EPN 42, AMLO 30 y Milenio ¡Oh, Milenio: EPN, 45-46 y AMLO, 25-26 ¡20 puntos de ventaja Y todos ellos, y para nuestro infortunio, algunos más, son precisamente los que han desatado una verdadera cacería mediática contra López Obrador porque éste resolvió impugnar el proceso electoral alegando inequidad, uso excesivo de recursos e infinidad de irregularidades a lo largo del proceso y durante la jornada electoral. ¿Dónde está, entonces, la postura de pedir disculpas si en la práctica la conducta anterior es la que ahora se perpetúa para descalificar a alguien que está ejerciendo el derecho que tienen todos los candidatos y partidos políticos de impugnar una elección y aportar las pruebas que crea necesarias y de completar la obra para hacer que todos acepten, sin objeciones, el triunfo de Peña Nieto? Y es que en todo el país una buena cantidad de candidatos, de todos los partidos, están presentando recursos de impugnación. Bueno, hasta el PRI de Chihuahua está impugnando el resultado de la elección del distrito 03 de Juárez, de ahí la declaración de López Obrador, para argumentar su decisión de impugnar: “–¿Qué les dice a quienes piden que reconozca su derrota? –Que no me pidan que actúe de manera ilegal; quiero apegarme a la legalidad, lo estoy haciendo; que me comprendan. Ahora resulta que quieren que reconozca resultados antes de que termine el proceso electoral. Eso no lo puedo hacer, es ilegal. Esto es bueno para la democracia, bueno para la nación”. (Nota de La Jornada, 4/VII/12). Y no son las únicas malas noticias, por doquier corren las informaciones del cúmulo de errores contenidos en las actas de cómputo (que cualquiera puede consultar en la página del IFE: www.ife.org.mx) digitalizadas merced a las reformas legales motivadas por la protesta de López Obrador en 2006. No son un número menor las actas que contienen errores (de ninguna manera, hasta ahora, las hemos calificado como evidencias de un fraude orquestado) que deberán ser solventados para darle certeza al resultado, cualquiera que éste sea, para constatar que efectivamente son errores o que, por el contrario, son evidencias de la intención de cambiar la voluntad ciudadana. El domingo, más reflexiones sobre la jornada electoral.

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