jueves, 26 de julio de 2012

PRD, la historia de siempre

El Diario, 26 de julio de 2012 Luis Javier Valero Flores No solo el Tribunal Electoral de la Federación anuló las elecciones de consejeros y dirigentes estatales del PRD chihuahuense, sino que debió ordenar un cese inmediato de los emanados de ese proceso -octubre de 2011- y una sanción al partido estatal, por no acatar la resolución de la anulación de las elecciones y ordenó la restitución de Miguel Vargas Loya y Luis Adolfo Orozco Orozco, como presidente y secretario general, respectivamente, del Comité Directivo Estatal (CDE) del Partido de la Revolución Democrática (PRD). De ese modo, nuevamente, el partido mayor de la izquierda chihuahuense cayó en uno de sus más reprobables y recurrentes defectos: La ilegalidad en sus procesos electorales internos. El problema es que ahora se le presenta en uno de los mejores momentos de las corrientes de izquierda (por lo menos electoralmente) existentes en la entidad, al haber obtenido en las elecciones presidenciales la mejor de sus votacione pues su candidato Andrés Manuel López Obrador obtuvo más de los 300 mil votos y quedar en el segundo lugar en la mayor de las urbes chihuahuenses. Lo que no aprecian las "tribus" perredistas locales es que la izquierda local va más allá, y podríamos decir que mucho más allá, de los límites del partido del sol azteca ya que la absoluta mayoría de quienes optaron, en Chihuahua, por el tabasqueño lo hicieron, motivados más por su candidatura que por la reciedumbre de los partidos integrantes de la coalición "Movimiento Progresista", el PT y el partido ahora denominado Movimiento Ciudadano. Y ese es el reto de quienes dirigen a ese partido, más allá de la circunstancia de cual de sus miembros ocupe la dirigencia estatal, pues la cúpula está conformada, prácticamente, por los mismos que se han disputado la conducción en los últimos 7-8 años en el estado, justamente los peores de la historia reciente -con las excepciones del 2006 y ahora, años de elecciones presidenciales en los que el fenómeno político llamado López Obrador los ha llevado a obtener las más altas votaciones de su historia- y evitar que se presenten los resultados en las elecciones locales de 2007, 2010 y las federales del 2010. No es cualquier cosa lo ordenado por el máximo tribunal electoral, derivado de las múltiples irregularidades presentadas en la elección interna: Anulación del 60% de las casillas debido a la falta de un funcionario, inexistencia de listado nominal, instalación de un número mayor de casillas, en Juárez, a las oficialmente ordenadas. Contra estas anomalías de presentaron recursos de inconformidad contra el cómputo, de queja contra la asignación de consejeros estatales y dos de protección de los derechos políticos del ciudadano contra la omisión de los órganos partidarios. Bueno, no obstante lo anterior, la nueva dirigencia -la emanada de ese proceso electoral fraudulento- decidió no acatar la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), razón por la cual, emitió una nueva resolución, por supuesto ante la queja de los agraviados, en la que multó con mil salarios mínimos al PRD y ordenó la remoción de Jesús Manuel Márquez Sotelo y Librado Tarango, como presidente y secretario general, respectivamente, del Comité Estatal, cosa que como es de suponerse ha puesto la situación al rojo vivo al interior de ese partido. Y todo eso ante la cercanía de las elecciones estatales de mitad de sexenio del próximo año, en las que se disputarán las alcaldías y las diputaciones locales. Son tales hechos, derivados de las concepciones antidemocráticas de una buena parte de sus dirigentes, los que han llevado a que un número importante de chihuahuenses de izquierda no se vean como militantes perredistas y que ahora, frente a las elecciones presidenciales y las ya inminentes elecciones locales, busquen otras opciones o de plano decidan mantenerse lejos de los procesos electorales locales, y menos si los otros partidos coaligados en la elección presidencial -PT y MC- mantienen, como ha sido la historia reciente, alianzas formales o de facto, con el PRI local. No es fácil el reto para esta izquierda electoral chihuahuense, acostumbrada a empeñar vida, alma y corazón por la diputación plurinominal y algunas regidurías, de muy pocos municipios importantes, o actúa entregándole a los múltiples nuevos acuerpamientos aparecidos en la izquierda local, y establece un trato de iguales con la agrupación de López Obrador -el Movimiento de Regeneración Nacional, Morena- y propone candidaturas atractivas para la sociedad, o perderá, nuevamente, la posibilidad de ser una opción electoral en los procesos locales. ¿Qué semejanza hay entre los 5 puntos obtenidos por el PRD en la elección a gobernador del 2010, y los casi 25 alcanzados en la elección presidencial? Muchas cosas tendrán que reflexionar los dirigentes del PRD local, más, si toman en cuenta que en noviembre próximo, independientemente de las resoluciones acerca de la elección presidencial, MORENA resolverá si se convierte en un nuevo partido político. En tanto, están obligados, porque se lo deben a la sociedad chihuahuense, a actuar dentro de los marcos de la legalidad democrática, de la cual hace rato intentan escabullirse, no porque busquen obtener el poder político por otras vías, sino porque no han sido capaces, como el resto de la mayorìa de la clase política, de alcanzar, de poseer, una mínima concepción democrática que pasa, ineludiblemente, por actuar en los procesos electorales internos con limpieza.

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