martes, 1 de noviembre de 2011

El Chapo

El Diario, 1 de noviembre de 2011
Luis Javier Valero Flores
Con un fuerte abrazo (así sea un poco extemporáneo) a Víctor y Fernando Mendoza, por la dolorosa pérdida de su señora madre y abuela, respectivamente, Doña Agustina Salcedo Vda. de Mendoza.

Primero fue un reportaje de la revista Proceso, de la semana anterior, y luego otro, éste en el conservador e influyente Washington Post (WP), ambos, dando cuenta de la información emitida por distintas fuentes confidenciales, en las que, por distintas razones, ya se especula acerca de la detención del más famoso capo mexicano, Joaquín Guzmán Loera (a) El Chapo.

Coincidentemente, en distintos programas de ASERTO-Radio de la semana anterior, al momento de evaluarse las posibilidades electorales del partido gobernante, se llegó a la conclusión que sólo la presencia coincidente de diversas circunstancias impedirían que su derrota electoral fuera en caída libre en los comicios del año próximo.

Ahí se ubicó que una de esas circunstancias podría ser la detención del jefe de la banda de narcotraficantes más poderosa (por lo menos en los reportes policiacos de todos los órdenes de gobierno) y que si esa aprehensión se realizaba con el tiempo necesario para incidir en la disminución de los índices de violencia, entonces podría presentarse una insólita (por lo menos en estos momentos) reñida competencia electoral entre el PRI y el PAN, pues se pensó que tal evento haría crecer sustancialmente las preferencias electorales del blanquiazul.

El escribiente es de los que coincide con Humberto Moreira, el dirigente nacional del PRI (que, por otro lado, es posible que no existan más coincidencias, salvo, quizá, en el gusto por Los Bukis y Marco Antonio Solís) en el sentido que la competencia electoral será entre el candidato priísta y el de la izquierda, pero si apareciera un factor como el ahora comentado, cambiaría todo el panorama electoral, sin duda.

Si el reportaje del semanario mexicano más prestigiado ponía el énfasis en el aprovechamiento electoral de tal detención, por parte del gobierno que hizo del enfrentamiento entre los cárteles su principal estrategia (aunque finalmente la percepción generalizada fue la de favorecer a uno de ellos) y que llevó al país a presenciar, y sufrir, una de las peores matazones de su historia, el trabajo periodístico del matutino de la capital norteamericana ya daba santo y seña de las corporaciones y las fuerzas encargadas de la detención de Guzmán.

Así, Proceso daba cuenta de las conclusiones elaboradas por el especialista más renombrado en México (y América Latina) en materia de narcotráfico, Edgardo Buscaglia, con base en la información recopilada en distintas agencias internacionales encargadas de tal tema (que, además, lo llevó a ser uno de los mejores especialistas en el mundo, y en esa calidad, miembro de la oficina respectiva de la ONU) y que lo llevaron a considerar que El Chapo es considerado algo así como una especie de “manjar” electoral, –no sólo del gobierno mexicano, también del encabezado por Barack Obama– el Washington Post informó de la creación de “fuerzas especiales (aportadas por Ejército, Marina y la PF) para capturar al capo y conjurar la versión de que se le protege”.

La información es contundente: “El gobierno de Felipe Calderón se propuso capturar a Joaquín El Chapo Guzmán Loera, cuyo imperio de distribución de drogas abarca todos los continentes, antes de que finalice su sexenio, el año próximo”, los reporteros del WP ubican a Guzmán como “el principal proveedor de drogas de Estados Unidos, con más y más profundas redes y control en territorios cada vez más extensos”. (Nota de la Redacción, La Jornada, 29 de octubre de 2011, p. 5).

A tal información se le agregará la publicada en esta semana por Proceso en la que se da cuenta de los tratos y acuerdos de la DEA con Guzmán, denunciados por Vicente Zambada, el hijo de Ismael El Mayo Zambada, “socio principal de Guzmán Loera, quien enfrenta juicio por narcotráfico en un tribunal federal de Chicago. Según afirma Zambada, los agentes de la DEA han acordado dejar el camino libre al cártel de Sinaloa a cambio de información sobre los capos rivales”. (Ibídem).

Así, paso a paso se va develando la equivocada estrategia seguida por la actual administración. El problema es que todo apunta a que en ella no iba sola, era acompañada, o le marcaban pauta, las norteamericanas.

50 mil muertos después nada de eso importa, si la detención de Guzmán sirve para los propósitos de alcanzar por tercera vez consecutiva la presidencia de la república, ¡Po’s cómo no ¿Por qué no lo hicieron antes de la matazón?

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