jueves, 10 de noviembre de 2011

Auto contemplación legislativa

El Diario, 10 de noviembre de 2011
Luis Javier Valero Flores
El día de hoy, en continuación al acto realizado el lunes en la capital del estado, los legisladores locales presentarán su “informe del primer año de labores”. Lo harán de manera similar sus compañeros de la ciudad de Chihuahua. Además, lo harán en un solo acto, como si fuera un evento del Congreso del Estado en su conjunto, los diputados de todos los partidos, con la excepción de los diputados del PAN, y ahí “informarán” a sus electores sobre la labor realizada.

Por si fuera poco, también “informarán” los diputados de representación proporcional.

Y, pues nada, que no existe un mandamiento constitucional –o de la Ley Orgánica del Poder Legislativo- para celebrar semejantes actos, y mucho menos con el boato anunciado. Lo que hay, y es muy diferente a lo descrito líneas arriba, es el ordenamiento para que se pongan a trabajar de manera distinta a como lo están haciendo hasta ahora, por lo menos en lo que se refiere a materia de informes.

Inmersos en la tendencia generalizada de utilizar cualquier pretexto para auto-ensalzarse y simular la concreción de mandatos legales, la clase política ahora usa una figura que ni siquiera existe legalmente, esto es, la de “presentar informes a sus electores”. Dicha figura les sirve, más bien, para realizar un acto auto ensalzatorio, rodeados de los suyos, o utilizar ese “informe” para promoverse para la siguiente elección.

O como el acto de hoy y el del lunes, para auto-contemplarse, pues los informes presentados en paquete por los diputados en esos eventos ni siquiera son conocidos por los militantes de sus respectivos partidos ya que no son difundidos masivamente. Con la celebración de un acto, casi entre ellos mismos, se pretende engañar a la sociedad que se está cumpliendo con un deber. Nada, es una fiesta de y para la clase política, pues a lo más que llegan esos informes es a recibir unas cuantas pequeñas notas de los periódicos digitales –que no informan nada- y unas muy pocas líneas en los medios impresos.

Pero eso no es lo que dice la ley, ésta les marca otras cosas que, de hacerse, serían de más provecho para la sociedad.

Miren si no:

El artículo 65 de la Constitución Política de Chihuahua dice que son deberes de los diputados:

“…

IV. Visitar en los recesos de la Legislatura, cuando menos una vez, el distrito por el que resultaron electos, o los de aquel en que residan quienes fueron electos por el principio de representación proporcional, para informarse: A) Del estado que guardan la enseñanza pública, los derechos humanos y la procuración y administración de justicia; B) De la manera con que los funcionarios y empleados públicos cumplan con sus respectivas obligaciones; C) Del estado en que se encuentra el desarrollo socioeconómico y la prestación de los servicios públicos; D) De los obstáculos que se opongan al adelanto del Distrito, y de las medidas impulsivas que sea necesario dictar en todos o alguno de los ramos de la riqueza pública; E) Presentar al Congreso, a más tardar en la tercera sesión posterior inmediata a la visita, un informe por escrito que contenga las observaciones que hubieren hecho, proponiendo al mismo tiempo las medidas que crean convenientes”.

¿Cuándo han hecho tal trabajo nuestros ínclitos legisladores? ¿Cuándo les ha sido requerido ese informe del estado que guardan las cosas públicas en sus distritos?

Nunca.

En cambio, estamos acostumbrados a que en esos recesos nuestros diputados –de los dos niveles de gobierno y, por supuesto, también los senadores- se den vuelo realizando tareas partidarias, como si los puestos legislativos fueran becas partidarias y no, como debiera ser, ocasión y oportunidad para prestarle un servicio a la comunidad. Porque elaborar un informe como el descrito por la norma constitucional requiere que los legisladores trabajen –o, de perdida, sus extensas legiones de asesores- y de esa manera, al momento de participar en una de las tareas más importantes del Poder Legislativo –la discusión y aprobación del presupuesto estatal (y los municipales)- tendrían a la mano más elementos para saber si la propuesta de egresos, elaborada por el Poder Ejecutivo, se ajusta a las necesidades y realidades de los distritos que representan.

Y ese trabajo sí que se los celebraríamos la mayoría de los ciudadanos; pero de ahí a justipreciar actos como los ahora comentados…

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