jueves, 27 de octubre de 2011

Nos llegó el futuro

El Diario, 27 de octubre de 2011
Luis Javier Valero Flores
La movilización de las organizaciones campesinas a la capital chihuahuense, celebrada en el curso de la semana, es apenas una de las primeras manifestaciones con las que se presentará en nuestra entidad la profundísima crisis agropecuaria mundial y evidenciará, como nunca, el agotamiento de la política agropecuaria aplicada en el país en el último cuarto de siglo.

No sólo es el problema circunstancial, hoy denunciado por el total de las organizaciones del campo chihuahuense –es decir, las condiciones extremas del clima, tanto ahora la sequía, como meses atrás las heladas– se trata de condiciones agravadas por tales cambios, que motivan, ante la rigidez de la estructura presupuestal, exigencias subidas de tono (no tanto porque así lo sean las que ahora se dan en la ciudad de Chihuahua, sino porque si se contara con otro modelo agropecuario, seguramente no se tendrían argumentos para efectuar tan masivas manifestaciones) como las que ahora protagonizan los productores agropecuarios chihuahuenses, que se autonombraron los “Indignados del campo chihuahuense”, replicando a su modo las masivas manifestaciones motivadas por Stéphane Hessel, el héroe de la Resistencia Francesa quien escribió un pequeño texto (“Indignez-vous”) que ha causado una verdadera rebelión mundial en contra del neoliberalismo.

Y no se trata solamente de lo acontecido en Chihuahua, seguramente en el curso de los días nos amaneceremos con el anuncio de otras movilizaciones campesinas en el resto del país, particularmente del centro al norte, precisamente por ser la región más golpeada por la sequía (en tanto, Tabasco se hunde nuevamente en el agua y los pantanos). La situación en lo general es delicada, pero como lo informan los dirigentes de las organizaciones campesinas, la situación en el campo de Chihuahua atraviesa por una verdadera emergencia, la que requiere de la urgente atención de todos los niveles de gobierno, más allá de las ansias electorales que se evidencian con cualquier motivo, en cuanto algunos protagonistas políticos, creen que es necesario rescatar, de inmediato, la buena imagen de su partido, o de su gobierno.

Las demandas de las organizaciones campesinas son de lo más simple, pero a la vez, de lo más complejo: Exigen la entrega inmediata de apoyos gubernamentales y la creación de programas emergentes para paliar el desastre causado por la sequía en esta entidad del norte del país.

El diagnóstico efectuado por las dirigencias campesinas es terrible, calculan en diecisiete millones de hectáreas las tierras de agostadero siniestradas por la sequía (en todo el país); que la producción de frijol cayó en 85 por ciento y reportan la muerte de más de 100 mil vacas, más aún, ante la falta de producción de maíz y frijol en la entidad, se necesitará obtener, de donde sea, para el abasto de la Tarahumara, aproximadamente 70 mil toneladas de maíz y 20 mil toneladas de frijol, de manera urgente.

Por otro lado, no sorprende que todas las organizaciones campesinas chihuahuenses participen nuevamente de manera conjunta pues ya tienen, quizá, dos años haciéndolo y no puede descartarse que sus movilizaciones vayan a llegar hasta la Cámara de Diputados, en donde, por pura coincidencia, ya se está discutiendo el presupuesto de egresos de la federación para el próximo año.

Así, los contingentes de la Central Campesina Independiente, del Frente Democrático Campesino, de la Confederación Nacional Campesina, de Agrodinámica Nacional, de El Barzón y Plantar de Chihuahua, todas con vínculos directos con los tres principales partidos políticos son quienes aportan a la casi totalidad de los manifestantes.

Por tales motivos, no deja de llamar la atención que casi de manera automática dos de los más fieles defensores del gobierno federal, el delegado de la Condusef, Guillermo Campos, y el diputado federal, Arturo García Portillo, salieran a informar de los crecientes apoyos de la federación al campo y que se necesita el concurso del gobierno estatal en el apoyo a los campesinos, en lo que fue una muy lamentable defensa del gobierno dirigido por su partido, el PAN.

La crisis del campo va más allá.

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