domingo, 30 de octubre de 2011

Convergencia campesina

El Diario, 30 de octubre de 2011
Luis Javier Valero Flores
Sometida la entidad a los dos extremos climáticos, los más severos desde la década de los 40’s –como afirma Martín Solís, el dirigente campesino de El Barzón, reconocido por todas las organizaciones como el más estudioso de las dirigencias campesinas– pues con la diferencia de unos cuantos meses padecimos las temperaturas más bajas y las más altas, también acudimos en el curso de la semana a un extraño fenómeno, protagonizado por el casi total de las organizaciones campesinas –con excepción de la Unión Ganadera Regional– que fue verlas actuar de manera conjunta en la exigencia ante todos los órdenes de gobierno de poner en vigor, de manera inmediata, un programa emergente que paliara las consecuencias de tan extremosas condiciones climáticas.

Llegaron a la conclusión de que sólo con la movilización podrían sensibilizar a las autoridades. Convergieron en la capital del estado, armados de un sombrío diagnóstico de la situación del campo chihuahuense: “Como nunca antes en la historia contemporánea, el estado de Chihuahua es sacudido por la sequía, las heladas extremas, la crisis económica y la violencia generalizada. Como nunca antes, cunde la indignación en el campo, por lo que las organizaciones campesinas de todos los signos políticos hemos decidido movilizarnos con unidad para exigir la implementación de políticas y programas urgentes por parte de todos los órdenes de gobierno”.

Reportaron que la sequía, presente desde octubre de 2010, es del orden de una disminución de alrededor del 40% de las precipitaciones pluviales, que se cuantifican en “un promedio de 217.2 milímetros cúbicos cuando el promedio desde 1941 a 2010 es de 368.7 milímetros”, y se encuentran “gravemente afectadas 17 millones de hectáreas de agostadero, reducidas a niveles mínimos de producción y capacidad de recarga de agua”.

Según las organizaciones campesinas, la producción de frijol, como consecuencia de los dos fenómenos climáticos, caerá en un 85% durante el presente año y anunciaron que no habrá producción de maíz criollo para autoconsumo, particularmente en la Sierra Tarahumara, zona en la que la población requerirá de aproximadamente 70 mil toneladas de este grano.

A su vez, sostienen, que “al disminuirse severamente las cosechas de granos, manzana y forrajes en las zonas de riego”, los costos de la producción de carne y lácteos se elevarán con el consiguiente incremento de los precios de estos alimentos para el resto de la población.

Los cálculos son pesimistas, pronostican que el precio del frijol en el mercado llegará a los 20 pesos por kilo igual que la tortilla; otro tanto sucederá con la leche.

A tales condiciones le agregan el abatimiento de los mantos acuíferos; la insensibilidad del gobierno federal al elevar el precio de los combustibles y de la energía eléctrica, y el de la Comisión Federal de Electricidad, que ahora ha emprendido demandas en contra de los deudores por la vía del juicio ejecutivo mercantil.

Más aún, “… La ganadería estatal, como toda la del norte árido del país, se encuentra al borde del colapso: se ha derrumbado la producción de avena y de maíz forrajeros, de alfalfa. La poca producción forrajera y los esquilmos de diversos cultivos se los están llevando los ganaderos de Coahuila, Durango e incluso de Texas, para alimentar a sus hatos, lo que dispara el precio del forraje a los ganaderos locales. La caída del precio del becerro en pie para la exportación, hasta 19 o 21 pesos el kilo, ocasionada por el cambio de status sanitario, hace desesperante la situación… Todos los ganaderos sufren las malas condiciones de los agostaderos, el agotamiento de abrevaderos y la necesidad de acarrear el agua desde largas distancias”.

“Pese a la crítica situación, las autoridades federales y estatales no cuentan ni con un plan, ni con los recursos suficientes para enfrentar la emergencia…”, y no consideran que “la sequía es un desastre prolongado, de efectos perniciosos continuos, de corto, mediano y largo plazo, sobre la alimentación de las personas, las comunidades, la estructura productiva, el medio ambiente y los recursos naturales”.

Derivado de tal diagnóstico, las organizaciones plantearon sus peticiones consistentes en la puesta en vigor de programas emergentes para atender la población más vulnerable en la sierra Tarahumara; de empleo en las regiones de agricultura de temporal para obras de conservación de suelo y agua; de suplementación y acopio de ganado con apoyos en pasturas y concentrados para aguantar el invierno; de apoyos para pastoreo en praderas artificiales para sostener al ganado ante el agotamiento de agostaderos y abrevaderos; de acondicionamiento de becerros del sector social para la exportación; de abasto de proteína animal con base en ganado chihuahuense para mejorar la nutrición de la población y aliviar la situación crítica de la ganadería; de inversión en obras de abrevadero para predios ganaderos y obras de conservación de agua y suelos (pozos, tajos, pilas, rebombeos).

También, el levantamiento inmediato de un padrón único de productores agropecuarios, con la participación de los productores; decretar la prohibición para la salida del estado de esquilmos agrícolas, como el rastrojo del maíz y la cascarilla de algodón, para garantizar una reserva estratégica que ordene el mercado local de forrajes; el cese inmediato de los cortes de energía eléctrica en las zonas de riego de bombeo y cese de los juicios en contra de los productores por parte de la CFE y el ordenamiento inmediato de los acuíferos y de los agostaderos para poner fin a la sobreexplotación de los mismos.

Todo un programa para el campo, en momentos de verdadero apremio; ya lo quisieran los candidatos presidenciales.

La novedad es que después de algunos pequeños diferendos, finalmente, y después de cuatro días, llegaron a acuerdos, entre los cuales pueden ubicarse como los más importantes la integración de una Comisión Interinstitucional que le dará seguimiento a los acuerdos; la aplicación de recursos de la indemnización del Seguro Catastrófico para la adquisición de las primeras 3 mil toneladas de frijol de los productores de Chihuahua y 8 mil de maíz blanco para consumo, destinadas para apoyo a la población más vulnerable del medio rural; la transferencia de recursos de programas concurrentes de Gobierno del Estado y Sagarpa “por 170 millones de pesos, destinados principalmente a la generación de obras de conservación de suelo y agua, equipamiento e infraestructura pecuaria, paquetes tecnológicos, suplementación alimentaria del ganado, privilegiando la generación de empleo con mano de obra local”.

Además, se aceptaron las propuestas de las organizaciones en lo referente al acopio de esquilmos de cosechas y forrajes; de pastoreo en praderas; de acondicionamiento de ganado del sector social; del establecimiento de un programa emergente de comercialización de ganado estatal; “la aplicación inmediata de 60 millones de pesos adicionales de la SAGARPA para inversión en infraestructura hidráulica ganadera, como tajos, pozos, pilas, rebombeo, almacenamiento, líneas de conducción, etc.”.

Tema central, no solamente del Chihuahua rural, sino de todos es el tema del agua y el agotamiento de la mayoría de los mantos acuíferos. En ese sentido, acordaron la integración de una mesa de trabajo con la participación de SEMARNAT, CONAFOR, CONAGUA, PROFEPA, SAGARPA, Secretaría de Desarrollo Rural, Junta Central de Agua y Saneamiento y organizaciones campesinas, “convocada por el Congreso local a través de las Comisiones de Desarrollo Rural y del Agua”.

Y ese será el tema más polémico pues alrededor del agua se cruzan poderosos intereses, ninguno de ellos por encima de la sociedad; o se le pone un alto a la gigantesca corrupción construida alrededor del otorgamiento de las concesiones para la perforación de pozos, o sufriremos gravísimas consecuencias.

El resto de los acuerdos detallan la liberación de cuantiosos recursos, destinados a enfrentar el futuro inmediato, quizá no más allá del presente año, en tanto seguirá pendiente la discusión, no solamente alrededor del presupuesto agropecuario de 2012, sino si la actual estructura agropecuaria es la adecuada para los terribles retos de nuestros días, la hambruna está a la vuelta de la esquina para un importante sector de la población, y eso, aunque se quisiera, no se puede eludir.

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