jueves, 8 de abril de 2010

Estatalizar policías

El Diario, 8 de abril de 2010
Luis Javier Valero Flores
Crecida la ola criminal, desatadas todas las estadísticas delictivas, inmerso el país en una violentísima guerra de cárteles, en la que las fuerzas del Estado se aprecian notoriamente rebasadas por una oleada homicida, los dirigentes de la sociedad, es decir, los gobernantes –y el concepto va más allá, debiéramos incluir al total de la clase política- no atinan a elaborar una estrategia global encaminada, ya no a erradicar tales problemas, que ya parecen endémicos, sino tan sólo a atenuar sus efectos sobre la sociedad.
No de otra manera se percibe la resolución adoptada por los gobernadores, al anunciar la propuesta de desaparecer a las policías municipales y crear en su lugar cuerpos policiacos estatales, en un clarísimo retroceso a los avances democráticos alcanzados en el último cuarto del siglo anterior, cuando se aprobaron diversas reformas para fortalecer la estructura, finanzas y vida municipales.
Prevaleciente todavía hasta entonces la noción civilista, republicana, de concebir al municipio como el núcleo principal de la vida social –contrario a lo ahora vigente, en la que la visión del panismo parece haberse enseñoreado, esto es, plantear que la familia, y lo que suceda ahí, y solo ahí, generará beneficios o perjuicios a la sociedad, o buenas y malas conductas individuales- se llegó a la conclusión de que deberían fortalecerse las estructuras municipales. Una de ellas, fundamental, era la figura de la policía municipal, como preventiva de las conductas criminales.
Con los años se fueron desencadenando otras reformas que trataron de darle mayor libertad a la vida comunitaria, por la vía de otorgarle mayores funciones recaudadoras y más porcentaje de los recursos federales.
Hoy estamos en el sentido contrario. Ante la impotencia de la federación, y de la clase política, para enfrentar con realismo el tráfico de drogas y sus secuelas criminales, ahora se trata de ubicar a las policías municipales como el centro de la corrupción y la impunidad alcanzadas por los grupos criminales.
Esa propuesta más parece el resultado de una negociación entre las principales fuerzas políticas. Primero el PAN, a través del Secretario de Seguridad Pública (SSPF), Genaro García Luna, ha insistido reiteradamente en la creación de una sola policía, obviamente con mando federal, como mecanismo para enfrentar la crisis de seguridad pública, pero enfrentando hasta acusaciones de ansiar un desmedido control sobre todos los agrupamientos policiales del país y en medio de innumerables señalamientos de gravísimos índices de corrupción e infiltración en los organismos dirigidos por él.
No se necesita recurrir a la hemeroteca para acreditar los elevados índices de corrupción y de conductas anómalas de infinidad de elementos de la SSP, que llevarían a concluir precisamente lo contrario de lo que ahora proponen los gobernadores y el gobierno federal; las experiencias más recientes son desastrosas, particularmente en Juárez en donde los índices de confianza en las fuerzas armadas y las policías federales, después de dos años de vigencia de la OCCh, muestran una pronunciada tendencia a la disminución.
Más aún, por ninguna parte aparecen los estudios, efectuados por especialistas de la materia, por instituciones académicas, o hasta por funcionarios gubernamentales, o policiales, que le demuestren a la sociedad lo adecuado que sería instrumentar tal medida.
De ese modo, la idea de estatalizar las policías, o federalizarlas, da la impresión de ser medidas que al calor de la refriega de los últimos años, con más de 18 mil ejecutados en el país, se le ocurrió a alguno (s) de los mandatarios estatales.
A cambio, no se aprecian la realización de estudios acerca de las medidas financieras para enfrentar a las bandas criminales, o acerca de las consecuencias de la legalización del tráfico de drogas, medidas que en otros ámbitos han demostrado ponerle un freno a la violencia generada por este problema.
Porque ¿Se ha preguntado lo irracional de la situación prevaleciente en México ahora? Pues se permite consumir cualquier droga –ya sabemos que es un problema de salud-, incluso ya tenemos una tabla de la cantidad que podemos portar cada uno, pero ¡Está prohibido comprarla y venderla!
Y contra eso, lo que se nos ocurre es desaparecer a la policía municipal ¿Y porque no empezar por el lavado de dinero, que en voz de los especialistas, en un 70-75% de las ganancias del tráfico de drogas, ingresa a los circuitos formales del dinero?
Y estamos hablando de más de 25 mil millones de dólares al año.
Correo electrónico: Aserto1@netscape.net
Blog: http://luisjaviervalero.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario