domingo, 25 de abril de 2010

Cuernavaca no es Ciudad Juárez

El Diario, 25 de abril de 2010
Luis Javier Valero Flores
Con un muy fuerte abrazo a Bernardo Ruiz y demás familiares, en el difícil trance de soportar el dolor de perder a su abuela, Doña Angela Loya Javalera.
No se habían dado cuenta los elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP). Hasta que les tendieron la terrible emboscada a sus compañeros, el viernes anterior en Juárez, en la que murieron cinco de ellos, se percataron que, efectivamente, están involucrados en una guerra. ¡Ahora sí nos declararon la guerra!, consignó el Staff de El Diario (24/IV/10)* que comentaban los agentes federales ante la tragedia, en lo que fue el primer episodio de este tipo celebrado en la entidad, en la “guerra” de Calderón contra el narcotráfico, que en Chihuahua ha significado, más bien, una auténtica carnicería sostenida por los principales cárteles de la droga. Avísenles a los policías que su comandante en jefe desde diciembre del 2006 declaró esta singular guerra, en la que la absoluta mayoría de las bajas son de los de enfrente, causadas por otros de allá mesmo.
¿Por qué será que no tenían la percepción, -los de a pie, los que arriesgan la vida- de estar inmiscuidos en una guerra?
Pero si los criminales han llevado a la ingobernabilidad a ciudades como Juárez (puede ser que no en el 100%, pero sí en márgenes impresionantes, de los cuales los juarenses pueden ofrecer cientos, miles de testimonios dramáticos) y otras zonas del país, los gobernantes federales cometen tontería y media un día sí y el otro también.
Cuesta trabajo desentenderse de las expresiones que cada semana aportan a la picaresca nacional Felipe Calderón y su Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont. Como cantara Serrat, si no fueran tan temibles, darían risa.
¿A quién se le ocurre, ubicado en el primer nivel de la administración pública en el país, tratar de deslindar responsabilidades y achacarle a los otros todas las fallas, y luego, en el colmo del cinismo, tratar de ocultar realidades, sobre todo una tan estrujante como la que viven los habitantes de Cuernavaca?
Tan dramática realidad viven que hasta el Angeles Times, en su editorial, caricaturizó el mote de esa ciudad, conocida como la de la eterna primavera y que ahora, dice, es del “eterno reposo”, habida cuenta de los numerosos hechos sangrientos ocurridos en la capital morelense.
Pues bien, Gómez Mont declaró el sábado que Cuernavaca no era Ciudad Juárez. Con esa frase culminó la semana, pero la tormenta política causada por sus declaraciones del jueves apenas inicia.
Como el señor encargado de la política interna cree que las facultades legales de su dependencia alcanzan para andar teorizando en los foros académicos se soltó el pelo y afirmó que en Chihuahua fracasó la justicia penal y que el sistema basado en juicios orales es causa del desgobierno en Juárez.
¿De veras? ¿Y en las entidades que tienen el anterior sistema penal? En esas ¿Cuál es la explicación?
Dijo que (en Chihuahua) “no está dando contención a los violentos para que puedan ser asegurados y no se multiplique la violencia… ”.
“No es ajeno a este modelo -y estamos preparando las evidencias antropológicas y sociológicas que así lo justifiquen- que la concepción de la justicia penal en Chihuahua es uno de los factores causales del desgobierno que se vive sobre todo en Ciudad Juárez; es un esquema de justicia que no está dando contención a los violentos (sic) para que puedan ser asegurados y no se multiplique la violencia en la urbe chihuahuense”.
Hombre de contradicciones, dijo estar convencido “que los delitos no violentos, como los de orden patrimonial o los que no implican la opresión de una persona, no deben pasar por los centros penitenciarios, sino merecer alternativas, como la reconciliación para recuperar el orden quebrantado”, o sea, exactamente lo que se está experimentando en Chihuahua y que ha concitado innumerables críticas porque los delincuentes reincidentes de este tipo pueden andar en libertad, o que pueden ejercer presiones y amenazas contra sus víctimas a fin de forzarlas a la conciliación.
Si bien la puesta en marcha del nuevo sistema penal puede incidir en la espiral de violencia y no poner detrás de las rejas a algunos delincuentes menores, la verdad es que la crisis de seguridad pública es nacional y abarca al total de las instituciones de la república (Ay, Peje ¿En dónde estás? Tú que les dijiste –¡Al diablo con sus instituciones!- ¡Cuánta razón tenías!).
Pero las frases de Gómez Mont esconden una terrible realidad: En la mayoría de los casos en los cuales los criminales –o supuestos- relacionados con las ejecuciones del narcotráfico fueron liberados, la responsabilidad recae en autoridades federales (agentes del ministerio público federal o jueces federales) por errores en la aprehensión y reclusión de los acusados.
Contra las frases del segundo de a bordo en el equipo de Calderón se alzan trabajos demoscópicos como el ordenado y publicado por El Diario de Juárez, cuyos resultados muestran palmariamente el fracaso de las acciones federales en Juárez, desde la óptica de los ciudadanos encuestados. Casi la mitad de ellos (47.1%) asegura que la violencia sigue igual a partir de que se puso en marcha la estrategia “Todos somos Juárez. Reconstruyamos la ciudad” por parte de Felipe Calderón; tres de cada diez (29.2%) opina que es aún más insegura y sólo el 17.3% consideró que sí es una localidad más segura.
Lapidarios, casi el 80% de los juarenses creen que la violencia es la reina de la vida urbana ¡después de las acciones del gobierno federal a raíz de la masacre de Villas de Salvárcar!
Las consecuencias de tal percepción las sufrieron Calderón y el alcalde, Reyes Ferriz, cuyas gestiones no fueron aprobadas por los encuestados, al contrario del gobernante local, Reyes Baeza.
Pero nadie puede cantar victoria, la misma encuesta informó que 4 de cada 10 habitantes (43.5%) ya no sale a la calle por las noches y casi dos de cada diez (16.7%) no envían a sus hijos a la escuela.
Y como no podía faltar este gremio, dirían los de la picaresca, 10 de cada 100 han dejado de ir a trabajar por el temor generado por la violencia en la mayor de las urbes chihuahuenses.
No hay margen para las especulaciones, el problema es extremadamente complejo y no se resuelve por la vía de las acusaciones al bando contrario. Según Armando Patrón Vargas, director técnico del Secretariado Técnico del Consejo Nacional contra las Adicciones, una encuesta arrojó que casi el 20% de los juarenses (18.97) ha consumido drogas ilegales alguna vez en su vida, cifra que coloca a Juárez como la número uno a nivel nacional en ese rubro.
Ante tal realidad, que llevan a pensar en el tufo electorero como su principal animador, pues no traslucen que las innumerables sesiones de trabajo sostenidas con los cientos de representantes de la sociedad juarense en el curso del mencionado programa, hayan incidido en el conocimiento del Secretario de Gobernación de la compleja realidad del antiguo Paso del Norte, y mucho menos lo hayan llevado a asumir las gravísimas ineficiencias, irresponsabilidades y desaciertos de la administración federal en esta ciudad.
Y se pone “de pechito” con discurso tan frívolo. Desató una verdadera andanada de los titulares de los tres poderes del estado. Con justeza Reyes Baeza afirmó que “… en todo México hay desgobierno” pues los hechos violentos se presentan cotidianamente en varias entidades. Más incisivo, el actual presidente del Congreso del Estado, Héctor Arcelus, dijo que las declaraciones del titular de gobernación eran electoreras pues “van sincronizadas con la estrategia diseñada por Acción Nacional en la entidad, que ha empezado a cuestionar el sistema de justicia penal e insiste en achacar al gobierno estatal la responsabilidad única de la situación de violencia que se vive” (La Jornada, 24/IV/10).
A su vez, el Presidente del Supremo Tribunal de Justicia, Rodolfo Acosta Muñoz, le enmendó la plana, desde la óptica de las distintas responsabilidades y funciones de los órganos de El Estado mexicano pues le dijo que frenar la criminalidad es responsabilidad de los cuerpos policiacos, particularmente de los federales, y no del sistema penal. “… el Nuevo Sistema Penal no se creó para abatir la criminalidad, se instauró para hacer la justicia más transparente”. (Nota de Luis Alonso Fierro, El Diario, 24/IV/10).
Es de no entenderse el señor. Una semana atrás aseguró que el problema de ¡¡¡”la inseguridad no es un problema de drogas, sino de secuestros, extorsiones y asesinatos”!!!. Y no sólo, también dijo que ¡¡¡”El narcotráfico sólo es un componente menor”!!!
¿Po’s no que estaban en guerra en contra del narcotráfico?
*Todas las citas son de las ediciones del 23 y 24 de abril de El Diario-Juárez, con la excepción de las referentes a la encuesta publicada por el Diario el 21 de abril.
Correo electrónico: Aserto1@netscape.net
Blog: http://luisjaviervalero.blogspot.com

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