domingo, 7 de abril de 2013

Morena, único referente

El Diario, 7 de abril de 2013 Luis Javier Valero Flores Hoy culmina, con sendos actos en Chihuahua y Juárez, una gira del ex candidato presidencial de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, en la que lo sobresaliente es la toma de protesta a los comités municipales del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) de las cinco más pobladas ciudades chihuahuenses, amén de que la dirigencia estatal de este nuevo partido ha programado la estructuración de comités en todos los municipios de la entidad, en un esfuerzo que muy pocos en el “Estado Grande” han logrado, como pasos previos a la celebración de la asamblea estatal de registro que realizarán de manera semejante a las que efectuarán en todo el país para intentar participar con sus propios emblemas y registro en las elecciones federales del 2015, y si lo obtienen, hacerlo en todos los procesos electorales locales. La presencia del tabasqueño se efectúa en un entorno local y nacional totalmente diferente al de sus últimas visitas. En la campaña electoral lo hizo cobijado, así sea muy formalmente (y no tanto, todos estaban interesados en que, por lo menos, obtuviera una alta votación) por todos los partidos registrados autonombrados de izquierda. Hoy, los partidos de esta corriente política, en el ámbito nacional, se debaten en medio de una división, así sea encubierta, o no expresada en debates abiertos, pero que se da alrededor de asuntos torales, todos ellos derivados del modo en que desean relacionarse con el nuevo grupo político hegemónico en el país, en el que ocupa lugar central la firma del Pacto por México y sus consecuencias. Una buena parte de la izquierda mexicana, a la que perteneció desde su juventud Jesús Ortega, con mucho el hombre con más poder en el PRD, no ha tenido más referente que el poder político ejercido por el PRI. Pero Ortega es un hombre sagaz, inteligente y preparado, en cambio, muchos de sus seguidores abrevan solamente de las “oportunidades” que depara la cercanía, muy estrecha, con los hombres del poder, de ahí que en lugar de considerar la firma del Pacto como un acto entre fuerzas políticas distintas, convergentes en algún momento y en algunos temas, de inmediato ya se consideraron como parte de la “familia” en el poder, sin parar mientes en que son, al fin y al cabo, fuerzas distintas y que lo propuesto por los priistas es el mecanismo ideado por ellos para permanecer en el poder durante largos años. Que algunas cosas le sirvan a la gente, al país, ni duda cabe, de lo contrario no podrían los priistas alcanzar un cierto consenso social, pero de ahí a perder la brújula política y la identidad ideológica hay un mundo de diferencia. Bueno, pues eso sucedió, con las excepciones debidas. Además, a pesar de lo que muchos pensaron, que a la salida de AMLO del PRD terminarían las querellas en este partido, al contrario, se han agudizado y ahora han aflorado hasta las diferencias entre los equipos de Marcelo Ebrard y Miguel Mancera, entre Los Chuchos y René Bejarano, entre los seguidores del Pacto y sus impugnadores, entre los que privilegian la relación con el PAN y los que la desean, la ansían, con el PRI... Hijo, es mucha divergencia. Pero el problema mayor es el desdibujamiento político e ideológico. Ante éste, las expresiones de López Obrador, en el sentido de que Morena es la única oposición a la actual administración federal, adquiere un enorme sentido: “Morena es un referente moral y no está en bancarrota. (Nota de La Jornada, 5/IV/13). Y si tal ocurre en el ámbito nacional, en el local es de miedo. El extremo es la dirigencia estatal del PRD. ¡Se fue al DF a implorarle a la dirigencia nacional que les permita aliarse con el PRI en el actual proceso electoral! ¿Bajo qué argumentos, bajo qué programa político de beneficio a los chihuahuenses? N’ombre, lo único que importa para esta dirigencia son las “posiciones” que obtengan de una alianza por demás inaceptable a los ojos de los militantes de la izquierda chihuahuense. Y no se argumenta desde las posturas inamovibles de la ideología, sino de las más prácticas de desbrozar las coincidencias y las diferencias con los hombres que gobiernan Chihuahua hoy. Lo mismo ocurre con los otros agrupamientos de la “izquierda” local, el PT y el partido del Movimiento Ciudadano, todos ansían la alianza con el PRI. ¿Por “amor” al pueblo de Chihuahua? !Hasta crees! En juego está el interés de quienes dirigen tales partidos en alcanzar posiciones políticas que, como todas en México, significan jugosas prebendas que luego no quieren soltar. Ante ese panorama, la entrada en juego de Morena como partido arroja un innegable aire fresco al país y a Chihuahua, que deberá arrostrar la ofensiva de quienes sirven, finalmente, al poder establecido, de ahí las versiones de las columnas políticas en Chihuahua argumentando que la visita de López Obrador obedecía solamente a la intención de “pasar la charola”, mecanismo ruin para desacreditar la lucha y postura políticas del que, por desgracia, se está convirtiendo en el único referente de izquierda en el país. Tales versiones, interesadas la mayoría de ellas, intentan dejar de lado la intensa campaña de organización de una agrupación política que intentará registrarse como partido político nacional ante el IFE por sus propios mecanismos y con sus propios recursos, así ¿qué de malo tiene que celebren bailes, rifas, sorteos y promociones de donaciones para sufragar los gastos de su partido? Estamos tan acostumbrados a los excesos de los partidos y sus integrantes, en el uso de recursos públicos, que hechos como los ahora comentados suelen desencadenar críticas por demás inexplicables y comentarios sarcásticos como el de “ya se les acabó la ubre pública”, reflejando, de este modo, la escasa cultura política prevaleciente pues las prácticas partidistas en el mundo desarrollado implican una gran participación de la totalidad de los miembros de los partidos políticos, sin el concurso de la propaganda en los medios electrónicos de comunicación, razón por la cual los partidos deben contar con una sólida estructura territorial que les permita participar con éxito en los procesos electorales, a pesar de lo breve de las campañas. A pesar de no haber alcanzado, en la legislación electoral nacional, tales avances democráticos, la aprobada en 2007 y 2008 dio lugar a que las agrupaciones políticas que contaran con una buena base territorial podrían mejorar sus resultados electorales, eso lo asimiló bien la dirigencia lopezobradorista –sobre todo su principal dirigente– y mediante la conformación de comités en todos los municipios de México se convirtió en la segunda mejor organización, solo por atrás del PRI, una de las razones fundamentales por las que el tabasqueño logró una gran reinserción electoral en el pasado proceso presidencial, después de que los principales analistas políticos lo daban por descartado en la lucha por la presidencia y que, ahora, lo sabemos, estuvo por muy pocas semanas, a punto de obtener el triunfo. Sin contar, además, que el discurso político de López Obrador es, sin duda, el único de oposición en el país, y que refleja, sin duda alguna, el de millones de mexicanos. De ahí la importancia que revisten actividades como las ahora señaladas, particularmente en una entidad en la que sorpresivamente la candidatura del tabasqueño ocupó el segundo lugar de las preferencias en Juárez y a escasos votos de la candidata del PAN, luego de que nuestra entidad fue considerada una de las joyas del blanquiazul.

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