jueves, 11 de abril de 2013

Congruencia con “altura de miras”

Luis Javier Valero Flores Ni duda cabe que la dirigencia estatal del PRD en Chihuahua es congruente con una de las máximas de su ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador: el PRI y el PAN son la misma cosa, son igualitos, no se diferencian en nada. Y como no son diferentes, po’s da lo mismo aliarse con uno y otro (como lo afirmara días atrás su dirigente estatal, Jesús Manuel Márquez) y si ya lo hicieron en el pasado con el PAN en Chihuahua –como ahora lo hacen en Baja California– ¿por qué no hacerlo con el PRI en el presente proceso electoral? Si tal pretensión tiene como sustento “abonar a la gobernabilidad y al fortalecimiento de las instituciones para restablecer el clima de libertades y garantías sociales e individuales, imprescindible para el ejercicio de una democracia realmente efectiva” (declaraciones de Hortensia Aragón. Nota de Martha Elba Figueroa, El Diario Digital, 10/IV/13), entonces ¿por qué no hacerlo? Y ya encarrerada, dijo que la resolución del perredismo local “es una definición congruente y necesaria en el contexto extraordinario que se vive en la entidad, no se claudica en los principios cuando se actúa en consecuencia y en pro de los que decimos representar. Nuestro partido no es ajeno ni insensible a la situación que padecen los chihuahuenses y por ello, con altura de miras, respondemos contundentemente a la misma y en favor de la paz”. ¡Órale! Más. El diputado local, Héctor Barraza, ahora ferviente defensor de la “autonomía” del perredismo local, acusó a la dirigencia nacional del PRD de incongruente y violadora de tal autonomía, razones por las cuales la dirigencia estatal decidió acudir a los tribunales electorales, a fin de inconformarse por la resolución de la Comisión Política Nacional de su partido, de no aprobar una alianza con el PRI, con lo que se convertirían –a juicio del escribiente– en la primera dirigencia estatal de un partido que recurre a los tribunales, reclamando les permitan aliarse al PRI en unos comicios locales. El también ex dirigente estatal perredista “descartó que el PRD en Chihuahua, corra peligro en caso de no aliarse con el PRI, ante lo cual manifestó que en el pasado proceso electoral lograron 300 mil votos, que los dejan como un partido que puede contender solo”. (Nota de Miguel Silva, El Diario de Chihuahua, 10/IV/13). Barraza abordó uno de los temas de fondo, el peligro que corre ese partido de no alcanzar el 2 por ciento de la votación, lo que lo llevaría a perder las prerrogativas estatales y las posiciones de representación plurinominal en el Congreso y cabildos. De ningún modo se sostiene que este partido alcanzó 300 mil votos en la pasada contienda presidencial, los obtuvo su candidato presidencial. Nada hace suponer que pudieran repetir tal fenómeno sin la participación del tabasqueño –no aparecerá en las boletas electorales– y sin la de cientos, acaso miles de activistas de la izquierda chihuahuense, los de Morena para empezar, y de igual cantidad de ciudadanos que simpatizaron con la candidatura de López Obrador. Además, y no es una novedad asentarlo, como en el resto del país, el PRD ha sufrido una tremenda sangría, a causa, principalmente, de los desvaríos políticos de su dirigencia nacional y sus correlativos a nivel local. ¿Quién podría negar la extremada cercanía de Jesús Ortega y Jesús Zambrano a las posiciones y posturas del PRI, así como su innegable abandono de las posturas de izquierda? El colmo es que sean rebasados por la derecha por la dirigencia chihuahuense del partido del sol azteca, esa sí que es una exageración, pero que decidan acudir a los tribunales para hacer valer su derecho a aliarse al PRI ya es el colmo de la falta de ética política y de pérdida de identidad partidaria, todo, por acceder a los puestos de gobierno que les depare la alianza con el partido gobernante en Chihuahua. Y es que hay una cosa que suelen olvidar los dirigentes –ojalá alguien publicara las memorias de Artemio Iglesias– que tan gráficamente describiera quien fuera llamado “el filósofo de Rubio”: Las gentes no son manzanas para andarlas cambiando de cajón. Los votos emitidos por López Obrador lo fueron por ciudadanos que rechazaron, por igual, la propuesta y candidaturas del PRI y del PAN, quienes, ellos también al igual que los dirigentes del PRD de Chihuahua, los consideran igualitos.

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