martes, 5 de marzo de 2013

Paralelismos

El Diario, 5 de marzo de 2013 Luis Javier Valero Flores Imposible no pensar en el paralelismo de quienes se encuentran, hoy, en los extremos de la vida pública. En tanto una se encuentra detenida (y a horas de que se le declare formalmente presa), el otro, fue ungido, formalmente, como el “primer” priista del país. Miren si no se parecen las medidas “tomadas” por sus respectivos órganos “colegiados”, aparentemente de manera “democrática”. Elba Esther Gordillo fue elegida secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) en el Primer Congreso Nacional Extraordinario del SNTE, en 1990, luego de haber recibido un nombramiento provisional como tal; al mismo tiempo fue nombrada presidenta del Comité Nacional de Acción Política, (1998-2004); luego, presidenta del CEN (2004-2007), para lo cual modificaron los estatutos a fin de incorporar esta figura. En 2007, el Congreso Nacional del SNTE acordó ampliar “de manera indefinida” el mandato de Elba Esther Gordillo Morales como presidenta del gremio. En octubre de 2012 fue designada presidenta del Consejo General Sindical para el Fortalecimiento de la Educación Pública para el período 2012-2018. A su vez, el ahora sustituto de la maestra, Juan Díaz de la Torre (Juanito) fue nombrado secretario general. En tanto, en el partido que parecía asimilaría los errores cometidos en el pasado que lo llevaron a la oposición, desde la cual criticó el enorme protagonismo partidario de Felipe Calderón, a la menor oportunidad y apenas transcurridos tres meses de la gestión de Peña Nieto, lo ungió como el dirigente formal (y ya no solamente el real, como ocurría en el pasado remoto, de cuando el PRI tenía la Presidencia de la República) del PRI, al aprobar que encabece a la Comisión Política Permanente, como máxima instancia de dirección partidaria. Además, con el fin de otorgarle mayor libertad de movimiento al presidente, la Asamblea Nacional aprobó quitar los candados que le permitían a cualquier burócrata, sin carrera política, acceder a las candidaturas de presidente y gubernaturas estatales, sin el “engorroso” requisito de haber ocupado un cargo de elección popular. Así, de un plumazo, y sólo porque esas eran las pretensiones del nuevo gobernante, los priistas se han practicado el Harakiri. Ambas resoluciones atentan contra el más elemental sentido de vida partidaria y el PRI, como antes, como siempre, puede pasar a convertirse en la Secretaría Electoral del gobernante en turno, quien, como ahora lo permiten los estatutos, puede nombrar a su antojo a quien decida, a cualquier puesto de elección popular. Eufóricos, embelesados, los priistas de todos lados, aprobaron todo lo que el nuevo grupo gobernante les sugiere, ordena, y hasta lo que sospechan son los deseos de su nuevo líder. ¿Que debemos quitar la prohibición de aplicar el IVA a alimentos y medicinas? ¡Faltaba más! ¿Que debemos aprobar la entrada de capital privado en las áreas estratégicas de Pemex? ¡Adelante, todo lo que quiera mi presidente! ¿Que no debemos quitar el régimen de consolidación fiscal? ¡N’ombre, uste’ nomás pida! Así, en lugar de la prohibición de la aplicación del IVA generalizado, los priistas aprobaron esto: “El PRI rechaza que la reforma hacendaria corra a costa de mayores cargas fiscales para los sectores más desprotegidos de la población y exige que simplifique el pago de impuestos, amplíe la base tributaria, reduciendo la evasión y la elusión fiscales, elimine tratamientos fiscales especiales y que los subsidios no sean generalizados, sino que se conviertan en subsidios dirigidos a los más desprotegidos”. Y en el apartado de los energéticos, en lugar del siguiente texto: “Rechazamos cualquier procedimiento que pretenda de manera subrepticia ceder la planeación y operación de las actividades propias de Pemex, el control de su mercado y el usufructo de la renta petrolera”. Aprobaron lo siguiente: “Se impulsará una reforma energética que convierta a ese sector en el motor de crecimiento económico, que genere y atraiga inversión, impulse el desarrollo tecnológico y provoque la formación e integración de cadenas productivas con mayor valor agregado que impulse la industrialización del país”. Fue una asamblea histórica, dijo el presidente priista, el mexiquense (¿acaso hay de otros en el ámbito nacional?) César Camacho, pues “representa una frontera entre el ayer y lo que hace el PRI hoy para construir un México con mejor futuro”. Aja…

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