martes, 12 de marzo de 2013

Honda reforma

El Diario, 12 de marzo de 2013 Luis Javier Valero Flores Vaya que la propuesta de regulación en materia de telecomunicaciones, dada a conocer ayer por el presidente Peña Nieto y las dirigencias de los firmantes del Pacto por México –PRI, PAN y PRD–, puede derivar en una reforma de muy hondo calado en esa materia, tanto, que cambiará en muchos sentidos la comunicación, los niveles socioculturales de la sociedad mexicana y, por esta vía, hasta los contenidos de las campañas electorales. Y como las cosas buenas no pueden venir solas, en lo propuesto destaca, otra vez, la tendencia prevaleciente en el mundo –y no todo, ya lo veremos más adelante– de abrir las puertas al capital extranjero, al proponer que la apertura a la inversión extranjera llegue al 100 por ciento en televisión y al 49 en radio: “Con el fin de impulsar la transición del sector hacia condiciones de competencia plena, –dijo el titular de SCT–, se establecen medidas como elevar de 49 a 100 por cierto la posible participación de inversión extranjera directa en telecomunicaciones y comunicación vía satélite, así como de cero a 49 por ciento en radiodifusión”. Aún muy temprano para emitir reflexiones más sustentadas en el pleno conocimiento de la iniciativa propuesta, habremos de decir que enuncia “la decisión de recuperar el espacio radioeléctrico como un bien de interés general”; abre la posibilidad de licitar al menos dos nuevas cadenas de televisión, permitirá revisar todos los títulos de concesión y creará dos órganos reguladores. En la exposición de motivos los integrantes del Pacto por México, que trabajaron hasta avanzada la tarde del domingo en la elaboración de la propuesta, plantean que el Estado garantizará que sean prestados los servicios en esta materia “en condiciones de competencia y calidad, pluralidad, cobertura universal, interconexión, convergencia, acceso libre y continuidad, y garantizando la veracidad de la información; así como condiciones de igualdad en la competencia”, para lo cual prevé la integración de la Comisión Federal de Competencias Económicas y el Instituto Federal de Telecomunicaciones, ambos como órganos constitucionales autónomos, que tendrán como funciones, ordenar medidas para eliminar las barreras a la competencia para prevenir y evitar monopolios, las “prácticas monopólicas o concentraciones; también ordenar la desincorporación de activos, derechos, partes sociales o acciones de los agentes económicos, en las proporciones necesarios para eliminar efectos anticompetitivos; así como otorgar y revocar concesiones e imponer límites a la concentración nacional”. (Con información de Enrique Méndez y Rosa Elvira Vargas de La Jornada y de Claudia Guerrero, Reforma, 11/III/13). Las concesiones serán otorgadas mediante licitación pública. En otro apartado, también otro de los aspectos muy importantes, anuncia que en 6 meses el Congreso de la Unión “deberá regular el derecho de réplica, establecer la prohibición de difundir publicidad engañosa o subrepticia, establecer los tipos penales que se castiguen con severidad las prácticas monopólicas y expedir un solo ordenamiento legal que regule el uso, aprovechamiento y explotación del espectro radioeléctrico”. Pero no aparecen las regulaciones acerca de los contenidos de la programación, de ninguna manera para coartar la libertad de los mexicanos, sino para incluir contenidos semejantes a los establecidos por ley, por ejemplo, en Inglaterra, en donde los concesionarios está obligados a transmitir el 50 por ciento de su programación con contenidos didácticos y/o trascendencia social. Además, la iniciativa contiene las regulaciones mediante las cuales los concesionarios de televisión abierta deberán permitir la retransmisión íntegra de su señal de manera gratuita y sin discriminación. Por su parte, los concesionarios de televisión de paga deberán retransmitir la señales de televisión abierta sin costo para sus suscriptores, lo cual significa, literalmente, que todos los canales de televisión abierta podrán ser vistos en la TV de paga, ventajas que se acumulan con la posibilidad de otros dos cadenas nacionales de TV abierta. Esas podrían ser las ventajas de tal reforma, vistas de bote pronto, con el curso de los días habremos de enterarnos de la magnitud real de una reforma como esa.

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