martes, 26 de marzo de 2013

Alianza frustrada

El Diario, 26 de marzo de 2013 Luis Javier Valero Flores Vaya que nos depara sorpresas el actual proceso electoral. A los escándalos de las renuncias a las candidaturas de los panistas Emilio Flores, Miguel Jurado y Antonio López; sobrevinieron los anuncios de la postulación de Miguel Jurado por la alianza del PT con el PRI y una inesperada alianza con el PRD, prontamente cancelada por la dirección nacional perredista. El dirigente estatal de este partido, Jesús Manuel Márquez, fue quien mejor retrató las motivaciones y los mejores argumentos para sustentar tal alianza, aprobada el fin de semana anterior por el Consejo Nacional y ahora repudiada hasta por la dirigencia de Jesús Zambrano: "Pero si siempre hemos dicho que PRI y PAN son lo mismo, y ya nos aliamos en otros estados con el PAN, por qué no hacerlo aquí con el PRI, no veo tanto problema", además, dijo, que la alianza sería muy amplia, que incluiría a todos los partidos, menos "a los conservadores del Partido Acción Nacional". La resolución del Consejo Estatal perredista es histórica para las fuerzas que se autocalifican de izquierda, nunca, en toda su historia, salvo el PT (cuyo desempeño local difícilmente se podría catalogar como tal) se había presentado tal fenómeno. La coalición incluiría candidatos comunes con PT, PVEM y PT en varios municipios y distritos, respaldarían al candidato del PRI a la alcaldía de Chihuahua, Javier Garfio, y a cambio Héctor Barraza, ex líder estatal y ex diputado local y federal, sería postulado a la sindicatura, además de postular de manera conjunta al ex panista Miguel Jurado Contreras a la alcaldía de Parral y en el distrito 1 postularán al perredista Javier Mendoza, presidente municipal de Casas Grandes. Las "nuevas formas de hacer política dejando a un lado las diferencias partidistas", concepto del gobernador César Duarte, encontraba así una muy vívida aplicación. Se sabía de la posible alianza del PT y del Partido Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) con el PRI, pero que el "combo" incluyera al PRD esa sí que es una verdadera sorpresa, aunque ya analizada fríamente no lo es tanto dadas las filias políticas de quienes dirigen hoy al PRD localmente. De haber prosperado la alianza PRI-PRD no habría candidatos de izquierda en las boletas electorales, o por lo menos que así se catalogaran en el espectro político y hubiera significado una contundente demostración de que la salida del PRD de Andrés Manuel López Obrador y sus compañeros había dejado sin contrapesos a la tendencia política predominante en este partido, más marcadamente a la derecha de la enunciada por el tabasqueño, cuyas diferencias no son solamente en el modo de dirigir al partido, sino del proyecto político propuesto para el país, de las cuales se derivan actitudes y formas políticas que en nada contribuyen al fortalecimiento de tal tendencia política, todo lo contrario, llevan a que la mayoría de la ciudadanía los incluya en el total de la clase política, "son iguales", asevera una buena parte de la sociedad. No les falta razón, coincide el escribiente, porque hasta ahora que se sabe de las postulaciones del PRI, nada se sabía de la posibilidad de alianzas de tal envergadura, y mucho menos de los programas y compromisos adquiridos por las fuerzas políticas que se alían, el pragmatismo político puro, pues. Una izquierda "moderna", dicen quienes desde el PRI y el PAN buscan el acercamiento con el PRD y desean que se aleje del ex candidato presidencial, sí del dirigente izquierdista, pero fundamentalmente de las concepciones y proyectos de la izquierda que representa el dos veces ex candidato presidencial. De esta manera, los partidos políticos en general, y en este caso los de "izquierda", muestran que en aras de obtener triunfos político-electorales, ya no importa con quien se juntan, ni para qué, solo ganar y que solo encuentran límites a su desmesurada ambición en los razonamientos de la dirigencia nacional. Sin embargo, la conformación de tales candidaturas y alianzas, o el intento, tiene una sola lectura, a la mitad del sexenio duartista, la de la plena aprobación a su gobierno, lo que le viene a dar un apoyo inconmensurable a la mitad del sexenio, justamente en el clímax de su poder, y cuando se apresta a fortalecer a su equipo en el gobierno, con los suyos, en lo que parece la preparación para la sucesión, la que, después de las postulaciones a las alcaldías de Juárez y Chihuahua y la debacle panista, se presenta más cómoda. Así parece, ahora. "En la vida terminamos siendo los libros que leemos y los amigos de los que nos rodeamos": Ikram Antaki. Enviado desde mi iPad

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