jueves, 30 de agosto de 2012

Narcomenudeo, ¿estamos preparados?

El Diario, 30 de agosto de 2012 Luis Javier Valero Flores La puesta en vigor de las regulaciones legales que les permitirán a las autoridades locales intervenir en el combate al tráfico de drogas, en la modalidad de menudeo pondrán, en el corto plazo, en crisis a las instituciones chihuahuenses encargadas de la procuración y aplicación de justicia. No obstante las primeras declaraciones del presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Chihuahua, Javier Ramírez Benítez –el sistema de justicia se encuentra preparado para acatar la nueva ley, dijo– al recibirse en el Poder Judicial “las primeras carpetas por delitos relativos a la venta de drogas al menudeo”. (Nota de Alejandro Salmón, El Diario, 28/VIII/12). Más aún, el presidente magistrado aclaró que “hace varios años” los jueces locales han obligado a los delincuentes a atender su problema de adicción “por lo que este procedimiento no los toma inadvertidos. (Ibídem). Los problemas ya aparecieron. Las personas detenidas en posesión de drogas, si demuestran ser adictos, no podrán ser detenidos por el delito de venta de droga (a menos que sea detenido por esta razón) ni de posesión, en caso de que la cantidad sea inferior al múltiplo de mil de las necesarias para el consumo de las personas (en el caso de la mariguana el tope serían 5 kilogramos) pues el tope son 5 gramos. ¿Cuál es el problema? Que a quienes no se les demuestre el delito de venta de droga, saldrán libres de manera infinitamente más rápida que en el pasado y sólo con la recomendación judicial de someterse a un tratamiento contra las adicciones. Pero apenas inician ahí los problemas, porque la mayoría de los establecimientos destinados a tal fin no son públicos, son de carácter privado. Tal escenario ya ocurrió en la capital del estado. El viernes anterior fueron detenidas cuatro personas en posesión de 11 gramos de mariguana y fueron liberados, “con las reservas de ley”, al demostrar que son adictos a esa droga. Igual puede ocurrir con otros dos detenidos ayer, también en la capital, pero éstos en posesión de 109 gramos de mariguana uno de ellos, y de 185 gramos el otro. (Nota del Staff, El Diario, 28/VIII/12). Pero en el que la Fiscalía considera que existen los indicios suficientes para argumentar que se proponían vender la droga. Y ahí está el problema para los jueces, y en general para todo el sistema de aplicación de justicia. Deberán demostrar fehacientemente que quienes sean sorprendidos en posesión de esas cantidades de droga la poseían con la intención de venderla. Ya se imaginan la de cosas que veremos. Basta, como ya ocurrió con un detenido en Juárez, que los policías encargados de la detención lo consignen por el delito de “posesión” y no por el de venta para que obtengan su libertad de inmediato. “La semana pasada se detuvo a un sujeto con 68 dosis de la droga y la cantidad no llegaba ni a 200 gramos”. (Nota de D. Domínguez/ J. González, El Diario, 27/VIII/12). Fue consignado por posesión y no de “comercialización”, lo que puede atribuirse a la falta de capacitación de los elementos policiacos o, como usted ya se imagina, a otras razones más mensurables. Lo anterior es sólo una parte del problema, pues se necesita toda una infraestructura para asegurarse que los liberados por estas razones acudan a los tratamientos ordenados por la autoridad judicial. Nos vamos a topar con la terca realidad, del mismo modo que en el caso de los delincuentes reincidentes, no tenemos, ni el marco legal, ni la infraestructura necesaria para darle seguimiento a los individuos que han caído en las situaciones aquí descritas. ¿A dónde llegaremos con los nuevos ordenamientos? Seguramente que a un agravamiento de las condiciones de seguridad pública pues la nueva ley, en teoría, está hecha para no criminalizar a los adictos, pero en la realidad asume lo que es un hecho: un buen número de personas compra drogas. El problema es que la legislación permite ser adicto a alguna de ellas, pero penaliza la compra y venta de ellas ¿Y entonces? En tanto, siguen gastándose verdaderas fortunas públicas en contratar a más policías, armarlos más y mejor y los resultados son pésimos. ¿Será porque se está equivocando la estrategia? N’ombre, si para eso gastamos, en el sexenio de Calderón, más de 650 mil millones de pesos en combatir al “narco”. ¿Quién habrá ganado con tal forma de enfrentarlo?

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