martes, 7 de agosto de 2012

Atorados

El Diario, 7 de agosto de 2012 Luis Javier Valero Flores Necesitamos más tiempo para revisar “a fondo” la reforma, afirmó el coordinador de los legisladores del PAN, Héctor Ortiz, al dar su versión de las razones por las que el Congreso del Estado no aprobó ayer, en fast track, las reformas electorales para cambiar la duración de los periodos de las planillas de los ayuntamientos y diputados locales, la forma de elección de los síndicos, la forma de asignación de diputados plurinominales (en la quinta ronda) y la eliminación de la prelación en la designación de diputados plurinominales. Condescendiente, aperturista, el líder de los diputados priistas, Enrique Serrano, alegó que no quisieron avasallar e imponer tales reformas pues a ellos no “los afectan” tales modificaciones (las referentes a la prelación y la quinta ronda). ¿Cuáles fueron las razones por las que no culminaron el proceso de aprobar reformas que no llevan tras de sí la menor discusión de las partes más interesadas de la sociedad chihuahuense? Es otro misterio del más allá, pero en él no va la preocupación de los gobernantes acerca de la opinión pública. Ninguno de los legisladores locales ha expresado la mínima intención de abrir a la sociedad, y a sus organizaciones, de todo tipo, la discusión; nadie ha dicho que buscarán la opinión de los colegios de abogados, por ejemplo, o de las pocas organizaciones civiles que han manifestado preocupaciones por estos aspectos de la vida democrática de nuestra sociedad. No, simplemente dan a conocer que no llegaron a acuerdos –y se especula que no llegaron ni siquiera al interior de los dos principales grupos parlamentarios– y que deberemos esperar, “más tiempo”, a que éstos se presenten antes del 15 de septiembre, fecha fatal para efectuar modificaciones, y entonces formen parte del entramado legal que regirá el próximo proceso electoral local, el primer domingo próximo, para elegir a los integrantes de las planillas municipales y las diputaciones locales. Es de tal envergadura el desconcierto entre los actuales diputados que Ortiz Orpinel informó, por ejemplo, que han discutido al interior de su grupo parlamentario, la posibilidad de desaparecer la figura del síndico y entonces que el regidor de Hacienda haga “las veces de síndico”. Críticos de algunas de las acciones y posturas del gobernador César Duarte, al que han llegado a denominar “gobernador de ocurrencias”, ahora incurren en la misma postura criticada por ellos pues no es posible que un día antes de la celebración de la sesión, en la que modificarán aspectos importantes del accionar y de la integración de los cabildos y las legislaturas, apenas estén discutiendo la manera en que podrían darse tales modificaciones. Saltan las preguntas, a borbotones, y no sólo para los legisladores del blanquiazul, acerca de las consultas realizadas a otras legislaturas, a académicos especializados en estas materias, a otros gobernantes, a los ex síndicos, a los colegios de contadores públicos, a los de los licenciados en administración pública y a las instituciones académicas –el Colegio de México y el CIDE, por ejemplo– especializadas en la administración pública, que pudieran aportar puntos de vista para efectuar esos cambios y otros que necesitase nuestra legislación electoral. Pero no, como malos estudiantes, al cuarto para las doce, y mal, realizan su tarea, la que debieron efectuar en el transcurso de los últimos meses y le ofreciesen a los chihuahuenses opiniones sólidas, informadas, acerca de los temas que pretenden reformar. Pero qué va, si andaban rete ocupadotes en la campaña; eran responsables de mil y una tareas en ellas, en lugar de aprovechar esos tiempos para “adelantar” sus tareas, aprovecharon los recursos que la sociedad les entrega para el desempeño de sus funciones legislativas, para ayudarle a sus respectivos partidos y candidatos. Y como no llegaron a acuerdos en los temas mencionados, ahora nos informan que el tema de los salarios (o estipendios, o dietas y compensaciones) que perciban los alcaldes no rebasarán el del gobernador, y que eso sí lo aprobarán (O aprobaron). Surge otra pregunta: ¿Revisaron las numerosas propuestas presentadas a lo largo de los años para evitar que municipios con poblaciones menores sufran salarios de sus munícipes por encima del raciocinio, y por supuesto la “medianía” mencionada por Benito Juárez, en los ingresos de los funcionarios públicos? Porque entre aprobar tal cosa y nada, es mejor la segunda opción.

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