martes, 29 de mayo de 2012

Apaciguar los ánimos

El Diario, 29 de mayo de 2012. Luis Javier Valero. Primero fue la detención de un hombre armado en un mitin de López Obrador, luego siguieron las manifestaciones en contra de Peña Nieto, ajenas a sus actos, por separado, y ahora en sus actos y en los de Josefina, como las presentadas en sus actos de Juárez y Chihuahua. En conjunto son los indicios de que si no se toman las medidas adecuadas, por torpeza, los ánimos se caldearán a más no poder, conforme se acerque el día de la elección. La información publicada por El Diario-Juárez en su columna editorial (De los reporteros, 28/V/12) es más que preocupante porque ubica a conocidos activistas del PRI desarrollando acciones que en el peor de los casos se les debiera atribuir a personas sin partido, ajenos a los candidatos y quizá siguiendo sus convicciones políticas. Por ello debiera ubicarse perfectamente el –carácter de unas y otras porque al mismo tiempo que la candidata del PAN sufría –levemente, pero no sin importancia– las consecuencias de evitar contratiempos en los actos programados el fin de semana en las dos urbes mayores de Chihuahua (debió viajar la tarde-noche del sábado a Juárez, en lugar de hacerlo el domingo por la mañana), el candidato del PRI debió interrumpir en varias ocasiones su discurso debido a que sus compañeros intentaron bajar en otras tantas, tres distintas mantas extendidas por jóvenes en las paredes de los edificios colindantes con el Palacio de Gobierno de Zacatecas. Debió llamarlos a la tranquilidad pues la situación pudo desencadenar una batahola. Episodios de ese talante ocurrieron previamente en otros lugares. En Córdoba, grupos de manifestantes fueron golpeados por militantes del PRI; en Querétaro, otros jóvenes se lanzaron contra un vehículo en el que suponían viajaba el candidato de ese partido; igual aconteció en Nuevo León días atrás. Pero el aspecto preocupante lo aportó la columna mencionada: “… Claro que la lupa se puso sobre los manifestantes y Los Reporteros lo primero que supieron es que una de las activistas más llamativas de la primera protesta en Juárez (quien portaba una pancarta con la leyenda, ‘¿Quieres mi voto? ¡Ni que estuviera loco!’) se le vincula a la candidata priista al Senado, Lilia Merodio. En Chihuahua el operativo se les atribuyó a José Alfredo Navarrete y Jorge Luis Anchondo Rivera, dos personajes ligados al magisterio, específicamente a la Sección Octava del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación pero del ala puramente tricolor, es decir no trabajaron como obreros de la reina del Panal, la maestra Elba Esther Gordillo... En Juárez, como cabeza de la movilización mañanera se identificó a otro profesor, éste de apellido Reyes, quien operó con un grupo de estudiantes de una institución llamada Bachillerato Zaragoza, ubicada en el área de Salvárcar”. Más aún, en la columna se señala que, según la información proporcionada, los vehículos usados para la movilización de los “manifestantes” en Juárez “se les habían arrancado los engomados con propaganda tricolor”. Lo mismo pasó en el acto vespertino, celebrado en el gimnasio del Colegio de Bachilleres, “… Ahí uno de los manifestantes comentó a Los Reporteros que la movilización se había realizado en torno al comité de vecinos de su colonia, de los mismos que controla Desarrollo Social del Gobierno municipal”. (Ibídem). Sin embargo, de acuerdo con las distintas crónicas, tales protestas no estuvieron exentas de violencia pues hubo distintos episodios de, además de la confrontación verbal, roces entre los manifestantes anti-Josefina y los simpatizantes de ella. Lo mismo ocurrió en Zacatecas, en donde un grupo de cerca de medio centenar de jóvenes protestó contra el candidato priista, además de los que desplegaron gigantescas mantas en las que se mostraba a Peña Nieto al lado de Salinas de Gortari y otra en la que señalaban la responsabilidad del priista en los feminicidios ocurridos en el estado de México durante su mandato. Ante esta realidad y el crecimiento del encono, lo prudente es que los partidos no lo impulsen, porque es muy distinto que grupos de militantes partidistas emprendan el trabajo de boicotear a sus adversarios, a que grupos de jóvenes, ajenos a los partidos se estén pronunciando de la manera en que lo están haciendo y lo hagan de lugares y momentos ajenos a los actos partidarios. Distensión es la palabra clave del momento. Bueno, ¿cómo estarán las cosas como para que el dueño principal de Televisa haya aceptado que el segundo debate presidencial sea transmitido en el “canal de las estrellas”? ¡Vaya que calaron hondo las protestas juveniles a través de las redes sociales!

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