martes, 13 de marzo de 2012

Inescrupulosos

El Diario, 13 de marzo de 2012
Luis Javier Valero Flores
Metido de lleno al proceso electoral, el encargado de la administración federal no atina a razonar que su papel es determinante para el rumbo de la nación, pero que esa actuación debe ceñirse al marco legal establecido, es decir, que debiera actuar como el Jefe de Estado, que lo es por un mandato del máximo órgano electoral –el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) –, para ponerse a distancia de la lucha electoral y dejar de lado la tentación de pretender ungirse en el hacedor del resultado del proceso del presente año.

De lo contrario, si no actúa de esa manera, puede convertirse en factor fundamental para el despeñadero del país.

Por desgracia, no parece ir en esa orientación y cada vez su conducta se asemeja a la adoptada seis años atrás por su compañero de partido, Vicente Fox, quien, a juicio del TEPJF, puso en riesgo las elecciones presidenciales del 2006.

La campaña de Felipe Calderón, para no aceptar el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), acerca del caso de la francesa Florence Cassez y la emprendida a partir de la entrega de los recursos derivados del fondo de ahorro de los braceros, es uno de los asuntos más deplorables de la actual administración.

Ambos asuntos denotan el extremo interés de hacer creer a la sociedad mexicana que la actual administración se “preocupa” por asuntos torales, pero en ambos, la conducta política es extremadamente criticable.

En el afán de defender a Genaro García Luna, responsable del show mediático montado para hacerle creer a los mexicanos que las fuerzas federales detenían a un grupo criminal, especializado en secuestros y en el cual participaba –según esta versión– la francesa, ha recurrido a todas las estratagemas a fin evitar que la SCJN falle por la anulación del proceso judicial, libere a la europea y, con ello, ponga en ridículo a uno de sus funcionarios mas cercanos.

No sólo eso, de planteárselo la defensa de Cassez, podría llevar ante la justicia penal francesa a García Luna. Por pequeñas cosas, nomás por montar una acusación en contra de Cassez, por negarle el derecho al debido proceso, al no notificarle a la embajada de Francia, o una oficina consular, la detención de quien acapara la atención gubernamental y por no entregarla de inmediato, como dice la ley, al ministerio público.

Y lo hace de tal modo que, por pura coincidencia, el gobierno federal lanzó una campaña publicitaria en la que el protagonista central es el actual secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, el amigo de Felipe Calderón, en la cual los spots de radio y televisión lo muestran enviando un mensaje de compromiso con la legalidad y la seguridad pública.

En tanto, los funcionarios federales, al más alto nivel, presionan a los ministros de la SCJN para que resuelvan en el sentido deseado por Calderón. ¡Cuánta falta de escrúpulos

No de otra manera actúa en el caso de los fondos de los braceros, cuya entrega fue anunciada por Calderón, pero cuya gestión debió durar sexenios enteros, incluidos los dos de los presidentes emergidos del PAN.

Del mismo modo, los spots televisivos y radiofónicos faltan a la verdad al enfatizar que el “gobierno del presidente de la república” entrega tales fondos, en una chicanada que debiera darle vergüenza al intentar evitar la norma legal vigente que prohibe hacer promoción personal de los actos de gobierno.

¡Ah, pero todo eso se evita si no decimos el nombre del gobernante

Y luego dicen que no hay intromisión del gobierno federal en la campaña electoral.

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