miércoles, 25 de noviembre de 2009

90 años del comunismo en México

El Diario, 22 de noviembre de 2009
Luis Javier Valero Flores
¡Las cosas que pasan en México! A casi veinte años de haber desaparecido el Partido Comunista Mexicano (PCM) –en 1981, al dar origen junto a otras cuatro organizaciones políticas, al Partido Socialista Unificado de México (PSUM)- hete aquí que diversos grupos de ex militantes comunistas decidieron celebrar los 90 años del nacimiento de su partido.
Tal celebración, a la luz del pragmatismo hoy vigente en la clase política, no pareciera tener mayor relevancia, ni sentido dirían algunos de los adversarios de esta corriente ideológica. ¿Existe tal postura política? dirán otros, no sin un toque de ligera, o pesada animadversión hacia quienes profesan tal militancia ideológica y/o política.
Pues sí, existen, y sus raíces, a pesar de la lejanía temporal, seguirán incrementándose al paso de los años; la corriente socialista es una expresión política vigente en el mundo y, por puritita casualidad, es la tendencia gobernante en prácticamente todo el sur del continente americano y la izquierda no socialista gobierna en la mayor parte de los países de Europa y muchos de Africa y Asia.
Las explicaciones para justificar la percepción generalizada en el norte de México, de que la izquierda socialista y la comunista dejaron de existir (sus expresiones electorales, a las que se referirá el escribiente en adelante, sin dejar de lado la existencia de otras agrupaciones de esa tendencia política que no participan, ni les interesa, la lucha electoral, entre ellas señaladamente las agrupaciones guerrilleras –obviamente- y otras como el Partido de los Comunistas [de México] y el Partido Comunista de México, marxista-leninista) podríamos encontrarlas en que al decidir participar en las contiendas electorales, se dejaron de lado las banderas ideológicas, no se debatieron ideas del socialismo ni el comunismo al seno del movimiento democrático que le dio origen al PRD y, por otro lado, el PAN, al encabezar en el norte de México, de manera destacada, la lucha electoral desde la oposición, fue ganando los espacios ideológicos en la sociedad, especialmente la chihuahuense impulsando fuertemente con ello las tendencias conservadoras, ayudada, tal tendencia, por el indudable dejo conservador adquirido en estos años por el PRI.
Así, durante casi ya tres décadas –desde principios de la década de los 80’s- el pensamiento de izquierda prácticamente ya no permeó en la sociedad chihuahuense, la misma que fue escenario y protagonista de una intensa lucha político-electoral por el poder en nuestra entidad entre priistas y panistas. Fue de tal magnitud que las propuestas y los principios de la izquierda socialista o comunista casi se pierden en el Estado Grande.
Y ese es el mérito de los esforzados ex militantes del PCM en Chihuahua por celebrar el aniversario, no sin extraordinarias dosis de nostalgia, avivadas por el canto siempre bello de Archi Paz en la memorable sesión celebrada ayer en el Teatro de Cámara de la capital del estado.
Sin lugar a duda se puede afirmar que el México contemporáneo no se podría explicar sin la participación del PCM, sus militantes, a pesar de las difíciles condiciones en las que lucharon, no siempre, para las nuevas generaciones, debemos decirlo, la lucha política se circunscribió a las contiendas electorales; en el México de hace apenas dos décadas (y en algunas regiones y sectores de la población aún persiste el atraso, el autoritarismo y la represión) ser de oposición, y más declararse comunista era arriesgarse a sufrir serios inconvenientes.
El PCM es el partido histórico de la izquierda mexicana. Su desaparición en 1981 fue para dar origen, al lado del Partido del Pueblo Mexicano, dirigido por Alejandro Gascón Mercado y fruto de una escisión del Partido Popular Socialista (PPS) en 1976, tras el fraude electoral cometido en perjuicio de éste en las elecciones a gobernador de 1975); el Movimiento de Acción y Unidad Socialista (MAUS), dirigido por ex miembros del PCM, entre ellos los históricos líderes Miguel Angel Velasco y Alberto Sánchez Cárdenas; el Partido Socialista Revolucionario (dirigido por Roberto Jaramillo, ex miembro del PPS) y el Movimiento de Acción Popular, integrado por numerosos universitarios y destacados intelectuales, entre ellos Rolando Cordera, Carlos Pereyra, José Woldenberg, Arnaldo Córdova, Adolfo Sánchez y Antonio Gershenson.
Luego el PSUM daría origen al Partido Mexicano Socialista al fusionarse con el Partido Mexicano de los Trabajadores de Heberto Castillo y otras tres organizaciones. Al sobrevenir la fractura en el PRI y la conformación de la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas en el ’87, Heberto Castillo, a la sazón candidato presidencial del PMS, propone a su partido sumarse a la del hijo del Gral. Cárdenas. Tal hecho dio pie a la fundación, en 1989, del PRD.
Ahí permanecen algunos de sus dirigentes históricos y seguramente muchos de los viejos militantes comunistas aún existentes.
En septiembre de 1919 se celebró el Primer Congreso Nacional Socialista del Partido Socialista Mexicano. Unas semanas después, y a requerimiento de la Internacional Comunista (que en esos años agrupaba a todos los partidos comunistas) debieron celebrar una conferencia extraordinaria, en ella, y para respaldar el Manifiesto del Primer Congreso de la Internacional Comunista decidieron cambiar el nombre del partido por el de Comunista Mexicano. En el acto fue leído un mensaje del Secretariado Internacional Comunista, redactado por Mijail Borodin. Así nació, el 24 de noviembre de 1919, el Partido Comunista Mexicano.
Su historia no está exenta de errores, indecisiones, equívocos y sectarismo pero el balance general no le podría ser más generoso. Durante la década de los 20’s sus integrantes fueron protagonistas de memorables luchas campesinas, obreras y los mejores artistas, sobre todo los pintores, se destacaron universalmente. Al nombre del PCM están indisolublemente ligados David Siqueiros, Diego Rivera, Frida Kahlo y Clemente Orozco.
Pero también los dirigentes agrarios Socorro Rivera en Chihuahua y J. Guadalupe Rodríguez en Durango. Luego, en el curso de las décadas siguientes otros líderes campesinos comunistas aparecerían y dirigirían infinidad de acciones a favor de los campesinos y su eterna lucha por acceder a un pedazo de tierra, que en aquellos años esa era la lucha principal en el campo mexicano.
De esa pléyade formarían parte José Viezca, luego, junto con Ramón Danzós Palomino y muchos más, fundadores de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC).
Los comunistas formarían parte central del surgimiento de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), uno de ellos, Miguel Angel Velasco, sería el primer Secretario de Organización de la más poderosa organización sindical jamás existida en el país y en ella los comunistas eran uno de los grupos más influyentes.
Las diferencias entre los comunistas y Lombardo Toledano, y la obcecación de Fidel Velázquez por hacerse de la conducción de la agrupación sindical obligaron a los primeros a salir de la CTM. Luego, Velázquez también expulsaría a Lombardo y haría de la central sindical el baluarte del PRI durante largas seis décadas.
El PCM fue declarado ilegal en 1929. En 1935, bajo el régimen del presidente Lázaro Cárdenas del Río, recuperó su registro como partido legal y en 1940 nuevamente volvió a la clandestinidad.
Ubicado en la esfera de las fuerzas revolucionarias del México de principios del siglo XX, el PCM apoyó a prácticamente todos los candidatos a la presidencia de la república impulsados por el bloque revolucionario. Así, impulsó las candidaturas de Plutarco Elías Calles, Álvaro Obregón, Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdés. Las excepciones en esa primera etapa fueron cuando postuló a Pedro Rodríguez Triana en las elecciones de 1929 y a Hernán Laborde en 1934, en contra de las candidaturas de Pascual Ortiz Rubio y Lázaro Cárdenas.
A partir de 1952 tal tendencia cambiaría al postular a Vicente Lombardo Toledano, el fundador de la CTM, como su candidato presidencial. Luego, postularían en 1958, sin registro, a un dirigente campesino (sin la certeza, creo se apellidaba Hernández) y luego, también sin registro electoral, en 1964 a otro destacado líder campesino, Ramón Danzós Palomino.
Perseguido el PCM por el gobierno diazordacista, no postuló candidato presidencial en 1970 pues la mitad de su dirigencia nacional permanecía en la cárcel y la otra había pasado a la clandestinidad. De ahí salieron para postular como candidato presidencial al líder ferrocarrilero Valentín Campa en 1976, sin registro también, pero en condiciones radicalmente distintas pues tal candidatura logró concitar la celebración de infinidad de reuniones y mítines en las principales ciudades del país y culminar con un multitudinario cierre de campaña en la Arena México, repleta hasta los topes de hombres y mujeres identificados no sólo con las siglas sino con el ideario de los comunistas.
Como fruto de la hasta ahora desconocida guerra sucia desatada en la década de los 70’s y de la presencia inocultable del PCM y de otras menores agrupaciones políticas, el régimen de López Portillo decidió lanzar la reforma política que le permitió al PCM participar con su propio registro electoral en las elecciones de 1979, al lado de las agrupaciones que posteriormente le dieran origen al PSUM, bajo la denominación de Coalición de Izquierda. Por primera ocasión, los dirigentes más connotados de la izquierda mexicana se convirtieron en diputados federales de la LII Legislatura y le imprimieron una indudable valía a los debates de la Cámara de Diputados.
Inmerso el partido en la discusión mundial acerca de la injerencia de la Unión Soviética en la vida de los partidos comunistas, y de la influencia de su gobernante hasta mediados de la década de los 50’s, José Stalin, el Partido Comunista Mexicano fue derivando a posiciones cada vez más independientes y opuestas al estalinismo en su interior, crecientes a la muerte de Stalin y al proceso de desestalinización en el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética y el grupo dirigente de los 60’s y los 70’s, encabezado por Arnoldo Martínez Verdugo, logró imponer sus ideas de transformar al Partido Comunista en un partido democrático en favor de la opción electoral en México, de ahí su arribo a la fundación del Partido Socialista Unificado de México, antecedente directo del PRD, el partido gobernante en la capital del país y cuyo último candidato presidencial casi logra obtener el triunfo en las urnas.
De esta fuente emergió el partido más importante de la izquierda mexicana; reflexionar sobre los errores cometidos, las rutas no seguidas y las alianzas no concretadas, deberá ser parte esencial de quienes ahora celebran el nonagésimo aniversario del Partido Comunista Mexicano, también de quienes abrevamos en el marxismo y un día pensamos en asaltar el cielo, para construir la utopía…

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