martes, 17 de diciembre de 2013

Prisa injustificada

El Diario, 17 de diciembre de 2013
Luis Javier Valero Flores
A los desatinos de la aprobación de la reforma energética se vino a sumar el acelerado proceso de aprobación en los congresos de los estados. En tan sólo 3 días, con todas las irregularidades imaginables realizadas para su convocatoria y desarrollo, 16 legislaturas la aprobaron.
En su realización estuvieron presentes las manifestaciones de rechazo efectuadas por miles de personas, convocadas casi todas ellas por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), aunque también estuvieron presentes algunos integrantes del PRD y de otros agrupamientos.
¡Ah, pero eso sí, al recinto sí se dejó ingresar a decenas de jóvenes apoyadores de la reforma! Muchos de ellos son dirigentes estudiantiles de la Uach.
Extrañamente, por la reconocida postura del Gobernador César Duarte en hacerse presente en los movimientos de carácter nacional, el Congreso local efectuó la sesión “apenas” el lunes por la mañana, en una disparatada forma de convocar a la sesión plenaria, mediante mensaje de texto de teléfono celular, sin reunión previa de la Junta de Coordinación Parlamentaria, el órgano de gobierno del Congreso del Estado facultado para realizarla.
La aprobación ocurrió así, con las irregularidades observadas en la discusión del Congreso de la Unión; sin discusión en lo particular, sin debate, con un apresuramiento que prácticamente ya no tenía sentido y el resultado de la votación del Poder Legislativo de Chihuahua poco importaba, pues ya se habían manifestado en favor las 16 legislaturas necesarias para concretar la modificación constitucional.
Las novedades son las posturas desatadas con motivo de esta reforma. Ahora resulta, de acuerdo con lo expresado por el mandatario chihuahuense, que era una reforma muy esperada: “El Congreso aprobó la Reforma Energética que detonará un nuevo tiempo para México, es una reforma en materia económica que por muchos años esperamos”.
¿Po’s que no era una reforma ansiada por el panismo, desde la fundación de este partido, que se oponía no solo se opuso a la nacionalización petrolera, sino también al reparto agrario?
Lo dicho, la derechización avanzó tanto que hizo presa al partido emanado -decían- de la Revolución Mexicana.
A su vez, la postura del senador panista Javier Corral sorprendió al oponerse a ella y sustentar su rechazo en que en ningún documento de su partido, ni en los documentos básicos, ni en la plataforma electoral, y agregó, que ni siquiera en el Pacto por México se contemplaba la aprobación de una reforma como la que sus compañeros tanto insisten en exigir la paternidad: “… sin ambages dije no estar de acuerdo con compartir la renta petrolera y mucho menos con un régimen de concesiones que permita la explotación y exploración directa de los hidrocarburos”.
La sorpresa la constituyó el voto en contra del diputado juarense, también del blanquiazul, Rogelio Loya.
Sus posturas chocan con la de los impulsores de la reforma en la que establecen el quebrantamiento de Pemex. Por ningún lado aparecen las cifras que así lo demuestren, para cambiar esa situación no era necesario efectuar una modificación constitucional, bastaba con realizar una profunda transformación de la empresa para convertirla en una audaz empresa que se convirtiera en emblemática del manejo de una empresa estatal.
Ahora sostienen que se necesitaba hacer las modificaciones constitucionales para poder incrementar la refinación petrolera y elevar la producción de gasolina y gas. 
¿Qué, que qué?
¿A quién se le puede olvidar que la construcción de la refinería en Tula lleva 5 largos años pospuesta, a pesar de que fue aprobada la partida respectiva desde entonces y a la fecha ni las bardas han construido?
¡Ah, pero los directores de Pemex a lo largo de ese tiempo se convirtieron en  prósperos propietarios y eficientes funcionarios de las empresas que se han beneficiado de jugosos supermillonarios contratos!
¿A poco creían que iban a construir una refinería para que los empresarios petroleros perdieran parte de las ganancias? ¡N’ombre, qué ingenuos somos!
Quien mejor ha retratado lo ocurrido en estos días es el diputado local César Jáuregui, coordinador de los legisladores locales del PAN: “La reforma energética es una victoria cultural del PAN”.
Efectivamente, es el triunfo de las concepciones de la derecha acerca del carácter del Estado Mexicano. El problema es que se traducen en la abrupta pérdida de las riquezas de sus habitantes.
Al tiempo.

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