domingo, 17 de noviembre de 2013

Morena-Chihuahua, registro histórico

Aserto 124, noviembre de 2013
Luis Javier Valero Flores
En una asamblea histórica, en el legendario estadio beisbolero, Manuel L. Almanza, de la capital chihuahuense, en donde tantas epopeyas deportivas han realizado los peloteros chihuahuenses, la izquierda, -o una parte de ella, quizá la mas comprometida con las causas de esta corriente política- ha protagonizado un hecho inédito, histórico: Logró reunir a 3 mil 158 de sus militantes, para registrar como válida esta asamblea estatal, en el proceso de alcanzar el registro como partido político nacional ante el IFE, para lo cual requiere celebrar, al menos, 20 asambleas estatales con ese mínimo de miembros asistentes y con credencial de elector vigente.
De este modo, la asamblea chihuahuense se convirtió en la 12a. que cumple con los requerimientos legales, sumándose a las celebradas en Baja California, Chiapas, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz, Zacatecas, Guerrero y Morelos. Se convierte en la tercera norteña que lo logra, luego que Tamaulipas no lo alcanzó el pasado fin de semana y de que Zacatecas lo obtuviera en un segundo intento.
Al día siguiente, el 28 de octubre, Morena de Jalisco reunió a 4 mil 308 militantes y se convirtió en la 13a. con el quórum requerido por la regulación electoral; por la mañana del mismo domingo, en Guanajuato no se había alcanzado el objetivo.
No es novedad asentar que en el norte la izquierda tiene una menor inserción que en el resto del país, por ello impacta más que el morenaje chihuahuense lo haya alcanzado pues una rápida revisión de las asambleas celebradas con quórum se ubican en el centro y sur del país.
De ahí el valor de la asamblea del sábado 26 de octubre.
En una amalgama de regiones, historias, edades y experiencias, militantes de hoy y ayer, de todas las luchas sociales escenificadas en Chihuahua en las últimas cinco décadas, se dieron cita para acreditar que Morena es una expresión viva de una parte de la sociedad chihuahuense y que reclaman, válidamente, ser el referente de izquierda hasta ayer inexistente en nuestra entidad, por lo menos desde el punto de vista electoral.
Ahí estaban, desde el mítico dirigente comunista Antonio Becerra Gaytán, acompañado de varios de sus compañeros del antiguo y desaparecido Partido Comunista Mexicano; los jóvenes del Yosoy#132; los viejos y aún jóvenes dirigentes barzonistas de Benito Juárez, municipio de Buenaventura, compañeros del asesinado Ismael Solorio; los “morenos” de Jiménez, que en varias ocasiones han dado pruebas de la muy elevada simpatía por López Obrador en ese golpeado municipio, aún, por la violencia, entre ellas las de que en 2006 el tabasqueño obtuvo más votos que sis rivales y que en 2012 el porcentaje alcanzado por el ex Jefe de Gobierno del DF casi llegó al 30%.
También se encontraban las decenas de antiguos dirigentes regionales y municipales del PRD, emigrados de este partido y de su línea política, carente de un referente ético; pero también los sencillos dirigentes de decenas de organizaciones de la sociedad civil, los ambientalistas, los derechohumanistas, los defensores de las etnias originarias de Chihuahua; de los ex barzonistas de la capital; una parte, no menor, de académicos, de las dos universidades públicas chihuahuenses; de los participantes de las recientes luchas magisteriales, pero también de aquellos que participaron en la dirigencia del SNTE, cuando en una época la Sección 8 fue dirigida por militantes del Partido Comunista Mexicano, como el profesor Avelino Soto Ugalde.
A los anteriores se sumaron el titipuchal de activistas, o simples simpatizantes de las causas de la izquierda, venidos de los principales municipios de la entidad, sin más aliciente que el de contribuir al registro electoral de su propio partido.
Pero el mayor contingente lo aportó la nueva “camada” de participantes políticos, de casi todos los municipios del “Estado Grande”, tanto de jóvenes recién llegados a la lucha política, como de simples ciudadanos convencidos de las ideas de Morena y las posturas de López Obrador y que llegaron a esta militancia con el deseo de transformar profundamente al país, desde la raíz.
Al día siguiente de la asamblea, Eduardo Gómez Caballero, hijo del dirigente del asalto al Cuartel Madera, el 23 de septiembre de 1965, el Dr. Pablo Gómez, anunció en las redes sociales que renunciaba al PRD y se afiliaba a Morena.
Pueblo, mucho pueblo, era el congregado en el estadio beisbolero; hizo gala de paciencia, la tenía para dar y prestar, dispuesto a esperar hasta obtener el número mágico de 3 mil afiliados presentes; fueron muchas horas de espera para quienes arribaron desde temprano y esperaron ansiosamente el ya conocido -¡Sí se pudo!
La presencia de Morena, desde ya, cambia el panorama político estatal, en el que la única oposición, (por lo menos visiblemente, ahora ya sabemos que abajo, allá  donde el pueblo vive y sueña, se fraguaba la constitución de un nuevo instrumento político en defensa de los más caros intereses de la mayoría) la constituía el derechista Partido Acción Nacional, luego que el resto de los partidos, y no solo los de izquierda, se subsumieron a las directrices y sombra del partido gobernante en Chihuahua, incluso luego que las representaciones parlamentarias del PRD, PT y Movimiento Ciudadano acordaron asumirse como un bloque de “izquierda” en el Congreso del Estado, sin atreverse, siquiera, a convertirse en un grupo parlamentario único, lo que significaría perder parte de las prebendas otorgadas a los coordinadores de grupos parlamentarios.
Con esta asamblea, una de las que más incertidumbre despertaba entre los dirigentes estatales y nacionales, Morena llegó a las 12 estatales y entró en la recta final, con la seguridad de que alcanzará el número de 20 para participar con plenos derechos en las elecciones federales del 2015, y las locales de 2016.
Pendientes aún las correspondientes al Estado de México, Distrito Federal, Michoacán, Sinaloa, Sonora, Nayarit y la celebración del segundo intento en Tamaulipas, ya se puede asegurar que en el 2015 Morena aparecerá en las boletas electorales.
Se abre, así, la posibilidad de que un agrupamiento de izquierda pueda participar en las elecciones locales y pueda darle un vuelco al deprimente entorno político local.

En una asamblea con una duración de poco más de 5 horas para quienes llegaron primero al estadio -desde las nueve de la mañana- los miembros de Morena esperaron pacientemente a que se cumpliera con el mínimo exigido por la legislación electoral federal. Ello motivó una sentida frase, la inicial, del dirigente nacional, Andrés Manuel López Obrador: “Me rindo ante ustedes; es un honor que mis primeras palabras sean de agradecimiento para ustedes y los felicito por participar en esta asamblea y lograr el quórum necesario, en Chihuahua sí se pudo”.
Luego se sabría que, ya en conversación con los dirigentes locales, el tabasqueño declararía que se veía muy difícil que el morenaje chihuahuense alcanzara la cifra mágica y que, en consecuencia, tal “hazaña”, dijo, se convertiría en un revulsivo nacional.
En medio de la más grave crisis de seguridad pública, con un pueblo sumido en la desesperanza de una violencia sin límites, Morena refrendó las elevadas simpatías existentes, en una parte de la sociedad chihuahuense, para sus posturas y dirigentes y que en unos cuantos años, esa fracción de los chihuahuenses decidió voltear hacia la izquierda..
La asamblea del registro tiene un ingrediente nuevo, a partir del cual habrán de tomarse más en cuenta sus posturas. 
Y es que se podía argumentar que la influencia de los comicios federales era el factor principal del crecimiento de sus cifras electorales en Chihuahua y solamente en ellas, para luego caer estrepitosamente en las elecciones locales, a porcentajes menores al 8% de la votación.
Así fue en las de mitad de sexenio, en 1997, y en las presidenciales del 2000, 2006 y 2012, año éste último en el que los votos por López Obrador rebasaron los 300 mil; que en Juárez alcanzara el segundo lugar de la votación y que en Chihuahua casi empatara la obtenida por la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota; sin embargo, que Morena alcanzara tal cantidad, no solo de afiliados, sino de militantes presentes en una espera de más de cuatro horas denota que está insertado muy profundamente en la vida política y social de Chihuahua y que sus cifras electorales, en elecciones locales, pueden superar las históricas del PRD, referente de esta corriente política en Chihuahua. Hasta ahora.
Lo logró sin patrocinio oficial alguno, con la aportación de sus miembros y simpatizantes, tanto en tiempo, como en recursos económicos; por ello es más loable y reconfortante. 
Lo es, porque, así lo nieguen los otros agrupamientos que se autodenominan de izquierda, PRD, PT y Movimiento Ciudadano, no concitan, por sus posturas y alianzas, simpatías, y Morena le aporta al ambiente político un aire de dignidad, de actuación política basada en la ética y de una firmeza que en pocas ocasiones se había presentado en el país, cuyo antecedente inmediato es Cuauhtémoc Cárdenas y su ya histórico llamado a construir el “partido del 6 de julio”, que le dio origen al PRD.
López Obrador decidió, y su postura fue aprobada por cientos de miles de mexicanos, apostarle a que fuera “la gente” la que construyera el registro de Morena, que se enraizara desde el principio, que esa misma “gente” aportara lo necesario para inscribirlo ante el IFE. Ya lo hizo, y aparentemente, también en la historia de México.
En las cifras de las asambleas realizadas hasta el cierre de edición se evidencia que la terquedad de AMLO, de acudir a todos los municipios y constituir, así fuera con unos cuantos, los comités municipales, es todo un acierto.
Con la construcción de Morena, la izquierda mexicana se apresta a escribir otra página relevante; son muy altas las expectativas sobre su actuación, tienen materia de sobra para no defraudarlas, hay todo un pueblo dispuesto a iniciar el escabroso camino de la reconstrucción social.

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